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ISSN
electrónico 2145-9355 |
ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN / RESEARCH ARTICLE
Motivaciones
de los jóvenes uninorteños para participar en elecciones locales y regionales
en 2011
Motivations
of young uninorteños to participate in local elections and regional in 2011
Diana
Rico Revelo*
Universidad del Norte (Colombia)
Resumen
Este
estudio describe algunas motivaciones vinculadas a la intención de voto de 262
estudiantes de la Universidad del Norte (Barranquilla, Colombia) en las
elecciones para la Alcaldía de Barranquilla y la Gobernación del Atlántico en
2011.
Se
utilizó una metodología descriptiva con un instrumento mixto aplicado una
semana previa a las elecciones. Las dimensiones analizadas fueron: interés en
la política, socialización política primaria, confianza en el partido y en el
candidato, ideología y beneficio individual.
Los
resultados reflejan que los jóvenes encuestados asisten a las urnas motivados
por actitudes propias de ciudadanos democráticos; dado que sobresalen los
valores democráticos, el interés en la política y las expectativas depositadas
en el candidato. Estos hallazgos permiten sugerir líneas de estudio diferentes
a las que tradicionalmente se han postulado sobre el papel de los jóvenes en la
política.
Palabras
clave: Participación
política, cultura política, actitudes políticas, socialización política.
Abstract
This
study describes some motivations linked to 262 students vote intention from The
North University (Barranquilla, Colombia) in the elections for Barranquilla's
Mayoralty and the Government of the Atlantic on 2011. A descriptive methodology
was used with a mixed applied instrument a week before the elections. The
analyzed dimensions were: politics interest, political primary socialization,
confidence about the party and the candidate, political ideology and individual
benefit.
The
results reflect that the interviewed voted motivated by own attitudes of
democratic citizens; democratic values, politics interest and the expectations
deposited in the candidate. These findings allow to suggest complementary lines
of study to which traditionally they have developed about the young persons
roll in politics.
Keywords:
Political participation, political
culture, political attitudes, political socialization.
INTRODUCCIÓN
La
participación política de la ciudadanía es un elemento transversal e
indispensable en las democracias contemporáneas. Además de fomentar un papel
activo de las personas en su rol ciudadano, otorga legitimidad a los diferentes
procesos políticos y es un mecanismo para que las autoridades e instituciones
sientan más responsabilidad en sus funciones.
La
conceptualización sobre participación política es muy amplia y tiene diferentes
formas e intensidades. Sin reducir sus alcances, este comportamiento político
se ejerce en el marco de procedimientos que permiten a las personas incidir en
la elección de líderes y en sus decisiones, así como expresar su respaldo o
inconformidad con autoridades e instituciones.
Aunque
existen diversos modos de participar en la política, la asistencia a las urnas
ha sido la forma más convencional y, por ende, la más estudiada. Actualmente
existe una gama amplia de estudios en el tema en diferentes latitudes, con
mayor afluencia en regiones donde la democracia se ha instaurado tempranamente
en comparación con América Latina.
Los
estudios sobre participación política se inscriben en la categoría de cultura
política, dado que los factores explicativos asociados emergen de la forma como
las personas asimilan, incorporan y asumen las reglas de juego de un régimen
determinado desde su sentido común cotidiano.
Asimismo,
para analizar la participación política es preciso contextualizar los
resultados en la historia sociopolítica de la región. Por lo tanto, desde una
perspectiva comparada, si bien pueden mencionarse tendencias generales en el
tema, resulta fundamental el registro de factores asociados al contexto y a la
cultura política de cada país.
CORPUS TEÓRICO Y CONTEXTUAL Cultura
política
La
cultura política está compuesta por dimensiones subjetivas y colectivas hacia
objetos políticos de un sistema determinado. Se configura en la interacción
entre lo institucional y lo cotidiano; por lo cual sus bases pueden derivar de
procesos institucionales, como el patriotismo constitucional alemán (Velasco,
2002), y/o de procesos sociales que irrumpen en la arena pública, como ocurrió
en Colombia con la creación de los cabildos indígenas.
Almond
y Verba (1965) diferencian tres tipos de cultura política según las
orientaciones que tienen los integrantes de una nación hacia los objetos
políticos: el tipo parroquial, que sería cuando hay ausencia de actitudes; el
tipo súbdito, que está caracterizado por la ausencia de vinculación en el
sistema político por parte de los ciudadanos, pese a que están informados al
respecto; y el tipo participativo, que alude al conocimiento y participación de
los ciudadanos en los procesos políticos.
En
la consolidación de democracias relativamente recientes, la evidencia empírica
refiere tipos mixtos que son estudiados en el marco de la cultura cívica;
entendida como la vinculación de los ciudadanos en las diferentes partes que
componen el cosmos de la dinámica pública, ya sea apoyando el gobierno o
manifestando su inconformidad mediante los mecanismos de participación y las
encuestas de opinión (Almond,1999).
Torcal
(1995) llama la atención sobre la importancia de reconocer el contexto y la
historia de cada país, teniendo en cuenta que los pioneros en cultura cívica
postularon un modelo a partir del sistema inglés y el estadounidense.
Han
sido varios los cuestionamientos y aportes a la discusión en el tema. A partir
de los años noventa, en el periodo del posmaterialismo en sociedades
consideradas avanzadas, se observa la emergencia de nuevos valores como
producto de las condiciones de bienestar, que favorecen la participación en
procesos democráticos (Inglehart, 1992).
En
este sentido, las encuestas de opinión pública se convierten en un instrumento
de libertad de expresión de los ciudadanos en la fase posmaterialista, que
además permiten identificar orientaciones hacia la política. Desde una
perspectiva sistémica, se elaboran indicadores para analizar la opinión de los
ciudadanos tanto en la estructura e instituciones de un régimen (inputs) como
en sus procesos y resultados (outputs).
El
análisis de las diferentes dimensiones subjetivas y colectivas de una cultura
política permite identificar un patrón de opiniones, actitudes y valores con
respecto a un sistema político (Almond & Powel, 1975, p. 50). Las
dimensiones subjetivas están relacionadas con las elaboraciones individuales
sobre la política en el sistema al que pertenecen; en este plano se
circunscriben las actitudes. Las dimensiones colectivas, por su parte, se
gestan mediante procesos de socialización política primaria —la familia— y
secundaria —la escuela, los medios de comunicación y las instituciones—.
Eficacia
política subjetiva. Posee
un contenido evaluativo además del Cognitivo. Su análisis se centra en la
percepción individual sobre las propias capacidades para comprender la política
y tener alguna injerencia en dicho ámbito mediante la participación política.
Asimismo, se distingue entre eficacia interna y eficacia externa: la primera se
refiere a las ideas sobre la incidencia personal en la política y la segunda se
centra en la recepción de demandas personales por parte de las autoridades e
instituciones (Caminal, M. (2008).
Socialización
política. Los procesos de
socialización están implícitos en la interacción social, que en términos
generales suele estar guiada por las diferentes instituciones que cumplen la
función de regular el comportamiento de las personas en concordancia con lo
establecido.
Son
dos los procesos que soportan la socialización: transmisión y adquisición. La
primera emerge de las instituciones que fomentan sentidos colectivos acordes
con una visión del mundo de la vida; mientras que la segunda tiene su nicho en
las elaboraciones que realizan las personas a partir de sus vivencias y
expectativas.
La
socialización es política cuando incide en la formación de actitudes hacia los
diferentes objetos políticos de un sistema determinado y cuando desarrolla
estrategias para consolidar tales actitudes o modificarlas, si es el caso.
Los
agentes que por excelencia lideran los procesos de socialización política son
la familia, la escuela y los medios de comunicación. El primero suele tener
mayor protagonismo en las edades tempranas donde se forma la personalidad de
los individuos, de ahí que la familia sea la institución líder en los procesos
de socialización política primaria; mientras que los otros dos agentes suelen
tener mayor injerencia en la juventud y la edad adulta, etapas en que las
personas interactúan con más instituciones además de la familia.
Actitudes
Las
actitudes poseen componentes emotivos, cognitivos y evaluativos que permiten la
significación de objetos políticos, por lo cual predisponen al comportamiento
político.
Aunque
las actitudes son perdurables en el tiempo, pueden ser modificadas a mediano y
largo plazo. Asimismo, poseen disímiles orientaciones ante cada componente del
sistema: la estructura, la ubicación de las personas en la política, los
actores institucionalizados y los resultados.
Las
actitudes orientadas a la estructura profundizan en el tipo de régimen y en la
comunidad política, explorando los niveles de apoyo y legitimidad. En este
sentido, se espera que las orientaciones positivas favorezcan la solidaridad y
la cooperación para contribuir a la sostenibilidad del sistema.
Las
actitudes que indagan el propio papel en la política resultan pertinentes en
sistemas democráticos porque otorgan un papel activo a sus ciudadanos. Los
indicadores más estudiados en esta categoría son el interés en la política y la
eficacia política subjetiva.
Las
actitudes hacia los actores institucionalizados miden la preferencia individual
a participar vinculada con los sentimientos de competencia personal y los
propósitos anhelados. En este bloque sobresalen dimensiones que reflejan
subculturas políticas.
Las
actitudes orientadas a los resultados de la política dan cuenta del apoyo a las
autoridades, que puede ser específico o difuso; el primero es más inconstante
"según sea el grado de acuerdo con cada una de sus asociaciones, tanto en
la decisión como en la realización material y en la imagen o estilo de
presentación a la opinión pública" (Magre & Martínez, 2008, p. 306);
mientras que el segundo posee una lealtad más permanente en el tiempo. Los
indicadores asociados al apoyo a las autoridades son la legitimidad y la
confianza en las autoridades.
En
aras de agrupar las actitudes políticas según su énfasis cognitivo, afectivo o
evaluativo, Anduiza y Bosch (2007) diferencian entre tres tipos de actitudes:
implicación personal en la política, satisfacción y politización, que pueden
estar orientados indistintamente a la estructura, al régimen, a las
instituciones, a los líderes y los resultados políticos.
Implicación personal en la política
Las
actitudes que dan cuenta de la implicación personal en la política poseen un
énfasis cognitivo, ya que denotan el interés de los ciudadanos tanto en la
política en general como en asuntos concretos.
Estas
actitudes también son analizadas como orientaciones relativas al propio interés
en la política, que pueden tener diferentes niveles de implicación personal en
las diversas instancias de un sistema político democrático. En este orden de
ideas, se formulan indicadores sobre el interés político subjetivo, la eficacia
política subjetiva y la movilización cognitiva.
Diana
Rico Revelo
Interés
en la política. Indaga
si las personas habitualmente se informan en asuntos políticos en general, si
realizan análisis informados de los mismos o si consideran que su implicación
personal en la política es importante. Explorar la implicación personal en
asuntos políticos requiere "el conocimiento de los hechos políticos y de
la clase política (incluida la valoración subjetiva), o el seguimiento de los
procesos políticos a través de determinados medios de comunicación" (Del Castillo
& Crespo, 1997, p. 67).
Su
revisión también implica indagar los niveles de motivación que poseen los
sujetos para informarse sobre la política, "las personas que manifiestan
interés por la política suelen estar mejor informadas y tienen mayores
motivaciones para superar los costes de votar" (Anduiza & Bosch, 2007,
p. 127).
En
otro sentido, la reflexión de ciudadanos ilustrados sobre la política, los
partidos políticos y el candidato podría propiciar desencanto, desinterés y
apatía hacia vías de participación institucionales (Magre & Martínez,
2008).
Eficacia
política subjetiva. Posee
un contenido evaluativo además del cognitivo. Su análisis se centra en la
percepción individual sobre las propias capacidades para comprender la política
y tener alguna injerencia en dicho ámbito mediante la participación política.
Asimismo, se distingue entre eficacia interna y eficacia externa: la primera se
refiere a las ideas sobre la incidencia personal en la política y la segunda se
centra en la recepción de demandas personales por parte de las autoridades e
instituciones.
Teniendo
en cuenta que este indicador se estudia en el plano de la percepción, suele ser
explorado a partir de las creencias que tienen los individuos sobre su
incidencia en la política. Dado que "capta la creencia del individuo de
tener a su disposición medios para influir en la política y de que su
intervención tiene importancia" (Magre & Martínez, 2008, p. 301).
Satisfacción
Las
actitudes que hacen parte de este grupo poseen un énfasis evaluativo, puesto
que denotan la satisfacción o el descontento de las personas en relación con la
gestión de las instituciones y las autoridades políticas. Entre los indicadores
más estudiados al respecto sobresalen la confianza y el apoyo al régimen, a las
instituciones y a los líderes.
La
evidencia empírica ha demostrado que dichos indicadores no se manifiestan de
forma similar ante un mismo contexto. En las democracias occidentales se
observa una tendencia constante en los ciudadanos de apoyo a la democracia como
mejor forma de gobierno, pero suele ser menor en cuanto a los efectos que las
personas experimentan en su cotidianidad (Easton, 1975).
Asimismo,
el apoyo a los líderes tiene un carácter más transitorio que el apoyo a los
partidos políticos, puesto que los segundos están vinculados a la estructura
del sistema, mientras que los segundos son fluctuantes. De ahí que las
relaciones de apoyo de los ciudadanos a los líderes suele ser difícil e
inestable.
En
este orden de ideas, es posible que se registren asociaciones entre eficacia
política y confianza en torno al apoyo a las autoridades. Su "naturaleza e
intensidad dependerán de una serie de factores o condicionantes que cobrarán
mayor o menor importancia en función de los contextos" (Edurne, 2004).
Confianza
política. Hace referencia
a la disposición personal como un componente presente en la estructura
cognitiva, que predispone a la aceptación o al rechazo de determinada
información, en la medida en que sea compatible con el sistema personal de
creencias. Por lo tanto, la confianza no es resultado de una experiencia
concreta sino un producto relativamente estable de procesos de socialización.
Los
indicadores vinculados a la confianza son estudiados en el marco de actitudes
orientadas a los resultados de procesos políticos, de ahí que los indicadores
que suelen estudiarse son confianza en las autoridades y en el gobierno.
La
confianza es un componente fundamental en el desarrollo de las democracias
modernas y su análisis adquiere diferentes connotaciones según los objetos políticos
con respecto a los cuales se pretenda relacionar; dado que su presencia en cada
uno es necesaria para la estabilidad de un sistema democrático.
En
la literatura revisada se observa que la desconfianza en líderes políticos
afecta menos la estabilidad democrática que la desconfianza en regímenes e
instituciones. Habida cuenta que los líderes pueden cambiar en las elecciones
siguientes y, por ende, su permanencia en el sistema es transitoria.
De
igual forma, es fundamental distinguir el análisis de la confianza política en
América Latina y en países europeos, porque en cada caso se adhieren los
hábitos contextuales de la práctica política y la historia de construcción de
las democracias.
Teniendo
en cuenta que la confianza política es entendida como la utilidad esperada de
la actuación satisfactoria de instituciones y autoridades, se distingue entre
confianza implícita y confianza explícita. La primera se manifiesta al recurrir
de forma rutinaria a personas e instituciones, mientras que la segunda está relacionada
con la toma de decisiones de riesgo en instituciones o líderes (Luhmann, 1988).
En
este orden de ideas, la confianza es la percepción que tienen los individuos
sobre la captación de sus intereses. También posee un componente evaluativo, a
partir del cual las personas consideran el desempeño correcto de las
autoridades a quienes les ha sido delegado el poder.
Para
Fukuyama (1998), la confianza "es la expectativa que surge en una
comunidad con un comportamiento ordenado, honrado y de cooperación, basándose
en normas compartidas por todos los miembros de la integran" (p. 43). Esta
apreciación involucra un cierto lazo de cercanía con los representantes e
instituciones, en la medida en que estos brinden tranquilidad a la vida
cotidiana.
Esta
variable está ligada a la disposición a aceptar determinados objetos, sujetos o
ideas, según la simpatía que exista entre estos y el sistema personal de
creencias (Gil, Boeis, Finegan & McNally, 2005), por lo que no es producto
de una experiencia concreta sino de procesos de socialización (Valenzuela &
Cousiño, 2000).
El
análisis de la confianza política es muy delicado, dado que no siempre los
indicadores de satisfacción están directamente relacionados con el apoyo; de
hecho, puede ocurrir que la insatisfacción incida en la abstención (Anduiza
& Bosch, 2007).
Politización
Las
actitudes que hacen parte de este grupo poseen un énfasis más afectivo, con
indicadores cuya intensidad varía según factores coyunturales, contextuales e
históricos.
Las
actitudes que denotan sentimientos están vinculadas a los inputs de un
sistema político, dado que se activan los anhelos depositados. Por lo tanto, se
activan sentimientos hacia las instituciones, analizados a partir de la
ideología política, la identificación partidista, la dimensión
izquierda-derecha, la nacionalista y la dimensión materialismo/
posmaterialismo, entre otros posibles indicadores.
Autoubicación
ideológica. Es
entendida como una predisposición afectiva del votante a identificarse con
determinada tendencia ideológica. Su dimensión afectiva está relacionada con la
teoría sobre la consistencia cognitiva, que otorga el peso de las percepciones
a las predisposiciones ideológicas propias del elector. Para Medina (2003), la
autoubicación ideológica es "un conjunto de lazos psicológico-afectivos,
pero que se establecen con una serie de etiquetas ideológicas con un fuerte
contenido simbólico, o con el grupo que las comparte, en lugar de con un
partido" (p.17).
El
modelo ideológico de izquierda y derecha es entendido como un valor político
según los medios y los fines; los fines están vinculados a los valores:
mientras la izquierda anhela la igualdad social, la derecha busca mantener el statu
quo (Bobbio, 1995); y en cuanto a los medios, la izquierda propone más
implicación del Estado en la economía y en la sociedad (Anduiza & Bosch,
2004, p. 203), a diferencia de la derecha, que se inclina en sentido opuesto.
Esta
perspectiva requiere una coherencia ideológica de los partidos políticos y un
nivel de información mínimo de los ciudadanos. Aunque actualmente se observa,
en términos generales, en todas las latitudes una desideologización de los
partidos que puede alterar el análisis de la autoubicación ideológica desde
este modelo de izquierda-derecha.
Identificación
partidista. En
cuanto a la identificación partidista, se postula
la presencia de una orientación afectiva del ciudadano hacia un partido determinado que no refleja necesariamente ni afiliación formal (no hay por qué ser miembro de un partido para identificarse o simpatizar con él), ni voto permanente hacia ese partido (se puede, en un determinado contexto, votar por un partido distinto a aquel con el que habitualmen-te nos identificamos) (Anduiza & Bosch, 2007, p. 49).
Este
indicador ha sido considerado como un una actitud preponderante para analizar
la decisión de asistir a las urnas. Dado que está estrechamente ligado a la
simpatía que tienen los ciudadanos con un partido político específico, en este
sentido se describen dos tipos de medida que son complementarias: la dirección
y la intensidad.
Beneficio
individual. Distanciándose
de explicaciones de tipo emocional o ideológico, el modelo de elección racional
propone que las personas asisten a las urnas con un interés de beneficio
personal. Por lo tanto, se le considera un elector racional que decide votar
después de calcular que los costos de dicha acción son menores que los
benéficos que puede obtener.
La
tendencia a maximizar la utilidad proviene de la aplicación de nociones
economicistas a incentivos y cálculos individuales para predecir decisiones
sobre la participación política. Su punto de partida es el principio de
minimización de costos, a partir del cual los individuos tienden a elegir la
opción que maximice la utilidad esperada (Olson, 1965).
Esta
explicación se desarrolla en torno a los dilemas que enfrentan los individuos
en sistemas competitivos, en los que el bien común no es la prioridad porque la
gente participa con fines individuales. Si los individuos advierten que pueden
disfrutar del logro sin su esfuerzo, es posible que no participen. Este
planteamiento esboza los free-riders, es decir, aquellos que
"habrán disfrutado de un viaje gratis aprovechando la ola y el impulso de
la participación política de otros actores" (Pasquino, 1998, p. 191).
Variables sociodemográficas
Las
variables sociodemográficas en torno a la participación electoral han sido
analizadas desde los estudios clásicos, siendo las más estudiadas el género, el
nivel educativo, la edad y el estrato socioeconómico.
Género.
Esta variable ha sido frecuente en los
estudios de participación política, ligada tanto al contexto sociopolítico como
al referente cultural. Los estudios tradicionales indican que los hombres
tienden a participar más en ámbitos públicos (Verba, Nie & Kim, 1978), sin
embargo, este planteamiento debe analizarse teniendo en cuenta, entre otros
factores, que históricamente la acción de las mujeres en la arena política ha
sido tardía en relación con los hombres.
De
hecho, el nivel de implicación de la mujer en la arena política ha ido en
aumento como efecto de la primera y segunda ola feminista, que favorecieron el
acceso de las mujeres al trabajo y a la educación. En este sentido, Ferrer,
Medina y Torcal (2006) afirman que la incidencia del género en la participación
debe estar relacionada con el nivel de ingresos y la educación.
Nivel
educativo. Habida
cuenta que el comportamiento político está orientado por la información previa
que se tenga de los temas a respaldar o contradecir, el nivel de estudios suele
ser muy estudiado en la participación política. En este sentido, "la
educación ha de despertar en el individuo una serie de inquietudes y
preocupaciones por el mundo social y político en el que se hayan insertos"
(Sabucedo, 1988, p.175), así como ofrecer herramientas precisas para asimilar y
procesar la información.
Edad.
La mayoría de estudios coinciden en
que el nivel de participación es menor entre los jóvenes, ya que los procesos
de socialización política secundaria ofrecen recursos que fomentan la
participación y generan hábitos en torno a la política.
La
edad suele emplearse como una variable de control que tiende a oscilar en
función del tipo de asociación y del contexto. "Con frecuencia, se trata
de una relación curvilineal, de manera que las personas de mediana edad
muestran niveles más elevados de participación, y son los más jóvenes o los más
ancianos quienes menos participan" (Morales, Mota & Pérez-Nievas,
2006, p. 161).
Esta
variable suele intervenir en la participación vinculada a otras variables, ya que
"al menos hasta un cierto umbral, incrementa la intensidad de la
integración y los contactos sociales y, por lo tanto, la posibilidad de estar
expuestos a estímulos políticos" (Anduiza & Bosch, 2007, p. 123).
Estrato
socioeconómico. El
estrato generalmente aparece asociado al nivel de ingresos, la integración
social y el nivel de residencia. En Colombia además se incluye número de
personas que habitan en el domicilio, número de miembros que devengan salario y
condiciones específicas sobre instalaciones de la vivienda.
En
estudios sobre participación en organizaciones sociales, Pasquino y otros
(1998) exponen que cuando hay una expectativa de mejorar condiciones en
desventaja propia de una estratificación menor, es posible que aumente la
participación de personas pertenecientes a un estrato socioeconómico bajo. En
este orden de ideas, el estrato estaría vinculado a otras categorías, como la
consciencia de clase y la percepción de eficacia.
Por
otra parte, en un estudio realizado por Anduiza y Bosch (2007) en España y
Europa occidental se postula una relación entre posición social y voto, y se
enfatiza que las personas de clases socioeconómicas diferentes no suelen votar
por los mismos partidos. Sin embargo, el voto de clase no es automático en
todos los casos, es decir que no está directamente relacionado con la clase
social.
MÉTODO
Se
realizó un estudio descriptivo mediante la aplicación de un instrumento mixto
compuesto por dieciocho preguntas tipo encuesta, una pregunta abierta propia de
una entrevista semiestructurada y cuatro preguntas sobre datos
sociodemográficos.
Instrumento
de medida
P1.
¿Cuál es la probabilidad que vaya a votar en las próximas elecciones del 30 de
octubre?
P18.
En política, las personas suelen ubicarse dentro de las ideas de izquierda o de
derecha.
Si
1 fuera Izquierda y 10 Derecha, en qué tendencia se identificaría usted:
En
caso que estuviese decidido(a) a votar y las elecciones fueran hoy,¿qué motivos
tendría para hacerlo?
Información
sociodemográfica
Participantes.
Estudiantes de la Universidad del
Norte con edades entre 18 y 24 años (n = 262).
Procedimiento.
Una vez adaptado el instrumento a
partir de escalas del Latinobarómetro y el Eurobarómeto, se realizó una prueba
piloto con un pequeño grupo de estudiantes para analizar sus inconsistencias en
relación con el objeto de estudio. Seguidamente, de forma aleatoria, se
solicitó la participación voluntaria de estudiantes ubicados en diferentes
espacios de las instalaciones de la Universidad del Norte en diferentes momentos
de las jornadas estudiantiles.
Posteriormente
se realizó el análisis de los datos en dos fases: una cuantitativa y otra
cualitativa. En la primera se utilizó el paquete estadístico SPSS (Statistical
Package for the Social Sciences) versión 15.0. para analizar los datos mediante
tres pruebas estadísticas: a. estadísticos descriptivos (media y frecuencias),
b. correlaciones y c. comparación de medias con un Anova de tres muestras. En
la fase cualitativa se analizó el contenido de las respuestas describiendo
tendencias arrojadas y creando categorías según los referentes teóricos y
contextuales.
RESULTADOS
Resultados
cuantitativos
El
45 % afirmó que estaba totalmente seguro de ir a votar, el 28,7 % estaba
indeciso y el 26,4 % manifestó que estaba totalmente seguro de no votar.
Medias
(edad y género) y frecuencias de variables sociodemográficas:
§ La media de los estudiantes encuestados oscila entre 19 y 20 años.
§ En cuanto al estrato socioeconómico, la media puntúa entre alto y
muy alto.
§ El 68,7 % de los encuestados es de Barranquilla, mientras que el
31,3 % proviene de otras ciudades.
Medias
y frecuencias de las actitudes políticas:
§ Más del 60 % manifestó interés en la política en general, en
asuntos políticos locales, en la experiencia y la propuesta del candidato y la
confianza que este le genere.
§ El 71,4 % afirmó que su voto tiene importancia en las elecciones.
§ Los indicadores relacionados con la socialización política
primaria oscilan en torno al 30 %.
§ La media de los encuestados presentó una autoidentificación
ideológica de centro, ligeramente orientada al centro-derecha.
Observaciones
generales
§ Los indicadores que puntuaron una correlación alta con la
intención de voto están vinculados al interés en la política en general y a la
eficacia política interna.
§ El interés en la política en general correlacionó alto con los
indicadores sobre confianza, conocimiento de las propuestas del candidato y la
identificación partidista.
§ La intención de voto no correlacionó con los indicadores ligados
al beneficio individual que podría propiciar el voto, a la socialización
política primaria, ni la ideología.
Análisis
diferencial entre variables independientes en función de la intención de voto
Observaciones
generales
§ Existen diferencias significativas entre los grupos en los
indicadores relacionados con el interés en la política en general, el candidato
y la identificación partidista.
§ También se resalta que en general las medias de quienes están
seguros de votar son levemente más altas que las correspondientes a los
indecisos y a los que aseguraron que no participarían en las elecciones.
Por
otra parte, los resultados de la prueba T3 de Dunnett permiten observar entre
qué grupos existen diferencias significativas, como se muestra en la siguiente
tabla.
Observaciones
generales
§ El grupo de quienes estaban totalmente seguros de votar puntuó
diferencias significativas con el grupo que afirmó que estaba totalmente seguro
de no votar, en la implicación personal en la política, la ideología, la
identificación partidista, la propuesta del partido y del candidato, la
confianza en el candidato y la edad.
§ El grupo que estaba indeciso de votar puntuó diferencias
significativas con el grupo que afirmó que estaba totalmente seguro de no
votar, en la eficacia política interna, la propuesta del partido y el candidato
preferido por la familia.
§ No hubo diferencias significativas entre el grupo de indecisos y
el que estaba totalmente seguro de votar.
Resultados cualitativos
La
información cualitativa recolectada fue únicamente con los encues-tados que
afirmaron que estaban seguros de participar en las elecciones del 30 de octubre
de 2011.
Momento
descriptivo. Tendencias
encontradas en las frases escritas por las personas que contestaron a la
pregunta En caso que estuviese decidido(a) a votar y las elecciones fueran
hoy, ¿qué motivos tendría para hacerlo?
Momento
analítico. Las
tendencias identificadas permitieron destacar como motivos vinculados a la
participación: el apoyo a valores democráticos, la eficacia política externa,
la legitimidad y confianza en las autoridades, y en menor grado se observó una
leve incidencia de la socialización política primaria.
DISCUSIÓN
Implicación personal en la política
Es
de especial interés observar que el tipo mixto de cultura política registrado
en los resultados refleja una tendencia mayoritariamente participativa en
proporción con las tendencias de subdito y parroquial. Esta afirmación no solo
se soporta en las frecuencias arrojadas en la intención de voto del total de la
muestra, sino en los altos porcentajes de los indicadores sobre implicación
personal en la política, que resultaron ser considerablemente elevados.
Del
mismo modo, la intención de voto obtuvo las correlaciones significativas más
altas con los indicadores sobre el interés general en la política, la
información de asuntos políticos locales y regionales, el interés en elecciones
locales y regionales y la eficacia política interna. Siendo los dos últimos
superiores a los dos primeros, lo cual denota un fenómeno que ha sido
generalizado en diferentes estudios: que las personas presentan más interés en
asuntos políticos específicos que en temas generales.
Dicho
aspecto mencionado anteriormente también se respalda en los resultados de las
comparaciones múltiples, dado que los cuatro indicadores sobre implicación
personal en la política fueron significativos en la comparación entre el grupo
que tenía intención de voto y el que no; sin embargo, la comparación entre el
grupo que tenía intención de voto y el indeciso resultó significativa precisamente
en el interés en elecciones locales y regionales y en la eficacia política
interna.
Apoyo difuso al candidato
En
cuanto a la evaluación instrumental que los encuestados realizaron de los
partidos y los candidatos, se resalta que el porcentaje de confianza hacia el
candidato es considerablemente superior al porcentaje de la confianza hacia el
partido político en el total de la muestra; asimismo, el primero correlacionó
más alto que el segundo con la intención de voto.
Teniendo
en cuenta que la confianza se gesta en las expectativas que las personas
depositan en las instituciones y autoridades sobre los anhelos que sus demandas
sean acogidas y gestionadas correctamente, se entiende que sea más alta la
confianza depositada en los candidatos que aún no han sido elegidos, ya que no
hay lugar a cuestionamientos sobre su gestión.
En
efecto, la medición de la confianza en el candidato se realizó en un momento
que las expectativas sobre su desempeño son altas, de ahí que resultara ser un
factor explicativo de las motivaciones de los encuestados para votar. En este
orden de ideas, se entiende que en la comparación de medias entre grupos la
confianza en el candidato resultara significativa, a diferencia de la confianza
en el partido; y que la comparación entre el grupo que estaba totalmente seguro
de no votar con el que estaba totalmente seguro fuese significativa en relación
con la confianza en el candidato.
Varios
autores coinciden en proponer vínculos entre la implicación personal en la
política y la confianza en las autoridades. En este sentido, se entiende la
significativa correlación entre la confianza en el candidato con el interés por
su propuesta sobre asuntos locales y regionales.
Por
otra parte, el apoyo difuso a los líderes también se visibiliza en las expectativas
puestas en el candidato, en su propuesta de campaña y en la confianza
depositada. Tal como se describe en la tercera tendencia arrojada en el
contenido de las frases escritas por los encuestados que afirmaron estar
totalmente seguros de ir a votar.
En
concordancia con los planteamientos teóricos, la confianza en el candidato es
una actitud que suele variar debido al carácter transitorio de los líderes y no
afecta el apoyo al régimen, como sí puede ocurrir con la desconfianza en las
instituciones. En este orden de ideas, resulta necesario resaltar que la
ausencia de comparaciones significativas entre los grupos en relación con la
confianza en los partidos es un reflejo de la crisis de representatividad que
hoy día se presenta en América Latina y en el mundo en general. Sin embargo, no
por ello debe pasarse por alto la necesidad de emprender medidas para recobrar
la confianza en los partidos políticos.
Socialización política primaria
Llamó
la atención que los ítems que medían la incidencia del núcleo familiar en la
participación electoral obtuvieron porcentajes un poco menor que la tercera
parte de la población total encuestada. Es decir que sin ser totalmente ajenos
al papel que los estudiantes asumen en la política, los procesos de
socialización política desarrollados en el ámbito familiar no son determinantes
en la decisión de votar y por quién votar.
El
planteamiento anterior se encuentra soportado tanto en los datos cualitativos
como los cuantitativos. En los primeros se observa que ninguno de los tres
ítems asociados a la socialización política primaria correlacionaron con la
intención de voto; tampoco arrojaron comparaciones significativas entre los
tres grupos. Únicamente el candidato preferido por la familia fue significativo
entre quienes estaban indecisos de votar y aquellos totalmente seguros de no
votar, pero no fue significativo con el grupo que afirmó que estaba totalmente
seguro de participar en las elecciones.
CONCLUSIONES
Los
datos cualitativos son coherentes con los cuantitativos. La evidencia empírica
permite inferir que la mayoría de los estudiantes encuestados se perciben a sí
mismos como actores políticos con capacidad de incidir en el ámbito público. En
efecto, la mayoría de la muestra presentó ciertas actitudes asociadas al perfil
de ciudadano activo propio de un régimen democrático, tales como la implicación
personal en la política, la confianza en el candidato y el interés por el
desarrollo regional y local.
Los
resultados permiten destacar tres aspectos que difieren de estudios
tradicionales en el tema. El primero es la considerable intención de voto en
una muestra de jóvenes, con lo cual la tesis de que las personas en la edad
adulta presentan más interés en el voto que la juventud requiere revisión tanto
en el departamento del Atlántico con estudiantes de la Universidad del Norte
como de otras universidades.
El
segundo dato relevante es la poca incidencia de los indicadores sobre
socialización política primaria, lo cual refleja, de este modo, que los
estudiantes encuestados presentan una tendencia mayoritaria a realizar sus
propias elaboraciones sobre el mundo de la política a partir de su interacción
social más allá del núcleo familiar.
El
tercer hallazgo que debe reseñarse tiene que ver con el estrato económico de
los encuestados. Sin desconocer que el carácter privado de la universidad reúne
a estudiantes de estratos altos, se resalta que, en concordancia con lo
expuesto en el corpus teórico, los valores democráticos tienen más presencia
cuando las necesidades básicas están resueltas.
Por
otra parte, se destaca que dadas las altas condiciones socioeconómicas de los
encuestados no se registró una ideología política específica, tal como lo
exponen algunos estudios que asocian derecha con la clase alta y la izquierda
con la clase obrera. Todo lo contrario, la media de la muestra está ubicada en
el centro y las frecuencias sobre Autoubicación, tanto de derecha como de
izquierda, son moderadas pero no radicales.
Los
hallazgos de este estudio permiten sugerir futuras investigaciones con muestras
más amplias de jóvenes estudiantes de diferentes universidades y regiones del
país, para profundizar en planteamientos que distan de postulados tradicionales
vigentes, tales como: la influencia del núcleo familiar en la intención de
voto, la motivación que tienen los jóvenes actualmente a participar en la
política y la baja relación de la ideología con las condiciones
socioeconómicas.
En
aras de ampliar y profundizar en la participación política de jóvenes
universitarios en Colombia, resulta pertinente desarrollar otros estudios sobre
el papel de los medios de comunicación y las instituciones educativas en la
motivación que puede tener la juventud para asistir a las urnas y asumir un
papel activo propio de una sociedad democrática.
Notas
* Psicóloga, magíster en Educación y
Desarrollo Humano, magíster en Procesos Políticos Contemporáneos y doctora en
Psicología Social.
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