Estas organizaciones corresponden a otras economías cuyos enfoques se centran en la
reproducción ampliada de la vida, en todas sus manifestaciones, para el caso del asociativismo
concurren prácticas sociales que se fundamentan en la cooperación por el acto intencional e de
reunir personas y/o las fuerzas de cada uno para producir un esfuerzo mayor (Peixoto de
Alburquerque, 2004). El marco que establecen para funcionar se rige por principios y normas con
fundamento moral y ético (Congreso de la República, 1998) para marcar la orientación que no es
de reproducción del capital sino de la vida, con lo cual se propone una renovada forma de
organización social. De esta forma, se comprende la emergencia de un sujeto colectivo, en
movimiento, sin predeterminaciones para organizarse, con respeto por las diferencias culturales y
en correspondencia con el momento histórico que lo lleva a actuar (Coraggio, 2009).
De acuerdo con lo dicho, se reconoce le vínculo del sector de la Economía solidaria en Colombia,
como lo define la Ley 454 (Congreso de la República, 1998), con la economía doméstica familiar
practicada en el espacio rural entre asociaciones de pequeños productores, que se sustentan en el
trabajo por cuenta propia, con recursos de los hogares, con herramientas apropiadas a los tamaños
de las organizaciones fundadas y al trabajo que realizan conjuntamente, con saberes adquiridos
en el curso de la vida, en su mayoría con recursos autogestionados y con valores compartidos de
reconocer las actividades que realizan para lograr el sustento de quienes las conforman, dado que
son escasos los estudios que que exploren este tema y los ingresos rurales. Es de gran importancia
reconocer las condiciones en que producen, se logran el propio sustento y se protegen las personas
de estas organizaciones del área rural, a pesar de la falta de recursos en que viven.
En correspondencia con lo anterior, el estudio responde a la pregunta sobre las condiciones
socioeconómicas (ingresos, educación), de trabajo (dedicación en horas a los diferentes tipos de
cultivos) y de protección social (proteccion en salud, riesgos en el trabajo,y pensiones) de los
pequeños productores agropecuarios de las cooperativas y asociaciones de los municipios de San
Carlos, San Rafael, Granada y Cocorná,del oriente antioqueño, y en consideración a las
posibilidades que de allí surgen tambien reflexionar sobre las fortalezas de las asociaciones para
continuar aportando a la producción alimentaria de las localidades que surten.
El presente documento presenta como un primer componente algunos aspectos generales de la
subregión del Oriente antioqueño, a la que pertenecen los municipios de Granada, Cocorná, San
Carlos y San Rafael. El segundo componente es la metodología en la cual se describe el enfoque
del estudio descriptivo transversal de carácter cuantitativo, con muestreo a conveniencia de 21
organizaciones. El tercer componente se refiere a los resultados en relación con el análisis e
interpretación de algunos datos e información en aspectos socio económicos, de trabajo y
protección social de los asociados y empleados de las organizaciones asociativas participantes del
estudio. El cuarto componente corresponde a la discusión y quinto las conclusiones derivadas de
la investigación.
En orden a lo anterior, Antioquia está conformada por nueve subregiones (Gobernación de
Antioquia, 2007), una de ellas es la de Oriente con 23 municipios; está situada entre el cañón del
Cauca, los corredores de los ríos Magdalena, Medellín-Porce y del Nus al suroriente del
departamento (Cámara de Comercio del Oriente Antioqueño, 2014); tiene una extensión total de
7.021 km2 (11% del departamento); se distribuye en cuatro zonas: Altiplano, Embalses, Bosques
y Páramo.