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ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN / RESEARCH ARTICLE
Bienestar subjetivo y políticas públicas de los gobiernos locales
Subjective Welfare and Local Government Public policies
Andrés Mauricio Vargas Pérez*
* Departamento de Economía, Universidad del Norte (Colombia). Correspondencia: Universidad del Norte, Departamento de Economía. Km 5. Vía Puerto Colombia, Barranquilla (Colombia). andresmv@uninorte.edu.co
Financiación: Este trabajo fue financiado por el Observatorio de Condiciones Socieconómicas del Atlántico de la Universidad del Norte. Agradecimientos: A Jesús Villero, por su excelente asistencia, y a "Barranquilla Cómo Vamos", por proporcionar una de las bases de datos utilizadas en este artículo, así como los comentarios y sugerencias de su directora, Rocío Mendoza.
RESUMEN
Recientemente ha tomado fuerza la idea de adoptar medidas de bienestar subjetivo para propósitos de política pública. En este estudio se muestran los resultados de dos mediciones diferentes en el Área Metropolitana de Barranquilla (Colombia). Se estudia la asociación del bienestar subjetivo con las características personales, del hogar y del entorno. Se discute el concepto de bienestar, su relación con el concepto de felicidad, y a partir de los elementos normativos que los caracterizan se discute la pertinencia de estas medidas para el diseño de políticas públicas de los gobiernos locales. Se hace énfasis en la importancia de hacer explícito el criterio de bienestar usado y sus características normativas.
Palabras clave: Bienestar subjetivo, Felicidad, Políticas Públicas.
Clasificación JEL: I31.
ABSTRACT
Recently, the idea of subjective wellbeing measures for public purposes has taken hold. In this study we show the results of two different measures in the Metropolitan Area of Barranquilla, Colombia. The linkage between subjective well-being and individual, household and environmental characteristics is studied. The concept of wellbeing, is studied in relation with the concept of happiness and from these the normative elements that characterizes it. It is also discussed the pertinence of these measures in the design of public policies of local governments. There is emphasis on the importance of make explicit the criterium of wellbeing used and its normative features.
Keyword: Subjective well-being, happiness, public policy.
JEL Codes: I31.
- INTRODUCCIÓN
El bienestar subjetivo contempla diferentes aspectos que pueden clasificarse dentro de tres categorias: 1) evaluación de la vida, 2) experiencias o emociones y 3) Propósito (Dolan, Layard & Metcalfe, 2011). Esta categorización permite establecer el límite entre la calidad/cantidad individual de la experiencia emocional diaria (frecuencia e intensidad de emociones como la alegría y el estrés), y la evaluación que hace una persona de su vida (Kahneman & Deaton, 2010). El énfasis en este artículo es sobre la evaluación, es decir, aquella parte del bienestar subjetivo asociado con lo que piensa la gente sobre su vida como un todo (Kahneman & Deaton, 2010). El bienestar afectivo y el bienestar evaluativo son entonces nociones diferentes, pero no necesariamente excluyentes a la hora de entender la felicidad. De igual manera, aunque la pregunta de medición esté orientada a hacer énfasis en el aspecto evaluativo no garantiza que los aspectos afectivos no estén presentes en la respuesta del encuestado.
De acuerdo con Dolan, Layard y Metcalfe (2011), las mediciones de bienestar subjetivo pueden usarse para propósitos específicos de política pública, tales como el monitoreo, el diseño y la definición de prioridades. Para el monitoreo se requieren mediciones comparables en el tiempo. Para el diseño hay que tener medidas en diferentes poblaciones afectadas por una política, y para la priorización hay que obtener ganancias esperadas en bienestar atribuibles a diferentes políticas. Así, la medición del bienestar subjetivo es complementaria y a veces superior al ingreso como una medida guía para la política pública (Dolan & Peasgodd , 2008).
Lo anterior tiene un sustrato normativo que fácilmente puede pasar desapercibido. ¿Qué es una buena vida? No es una pregunta fácil y tal vez el debate al respecto prosiga en forma indefinida. Sin embargo, es escencial que sea cual fuere el criterio que se adopte este sea explícito. Entender la felicidad como placer corresponde a una perspectiva filosófica diferente a la que la considera como florecimiento. Como se presentará en las secciones siguientes, hay diferentes posiciones al respecto con implicaciones para el ejercicio de la política pública. En este sentido, uno de los objetivos del artículo es resaltar los aspectos normativos por encima de las cuestiones meramente sicológicas. El artículo está estructurado de la siguiente manera: en la primera sección se presenta y discute la relación de los conceptos de bienestar y felicidad, y se presentan diferentes perspectivas y las objeciones a la noción que domina la literatura reciente en economía. La segunda sección presenta los datos utilizados y la metodología de análisis. La tercera muestra y discute los resultados; la cuarta concluye.
- FELICIDAD, SATISFACCIÓN CON LA VIDA Y BIENESTAR
Usar las medidas de bienestar subjetivo para efectos de política pública supone un contenido normativo que es necesario discutir antes de avanzar. Para ello es preciso abordar la relación entre los conceptos de felicidad, satisfacción y bienestar, para luego dar una mirada a la compleja cuestión de las justificaciones para la intervención gubernamental. En lo que sigue se trata el concepto de felicidad desde dos perspectivas: 1) sicológica y 2) valorativa. En el primer caso estamos hablando de un estado mental, y en el segundo, lo que nos interesa es el valor de ese estado mental, es decir, su relación con las nociones de lo que beneficia a las personas, es bueno para ellas o las hace estar mejor.
2.1. Felicidad como bienestar
¿Qué se entiende por felicidad?1 Desde una perspectiva sicológica es un estado mental que se refiere a la satisfacción con la vida y/o a los elementos afectivos de esta. La felicidad como satisfacción se entiende como una actitud positiva hacia la vida en su totalidad. Es un juicio global. La noción afectiva, por su parte, tiene dos variantes. La primera entiende la felicidad como placer, experiencia hedónica. Es el balance de placer y dolor. Está claramente ligada con el utilitarismo de Bentham (Kahneman & Sugden, 2005). A diferencia de esta, la segunda variante enfatiza el estado o condición emocional de la persona (Haybron, 2005) y en consecuencia la felicidad no depende de la experiencia, incluso puede manifestarse en ausencia de esta. Finalmente, está la noción mixta, según la cual la felicidad encapsula tanto la satisfacción con la vida como la dimensión afectiva, es lo que en la literatura se ha venido a llamar bienestar subjetivo (Subjective Well Being, SWB) (Dolan & White, 2007).
A continuación, nos concentraremos en esta última vertiente por ser la que mayor atención ha recibido por parte de los hacedores de política. El llamado que hace la Organización de Naciones Unidas a introducir este concepto como parte de los criterios de política pública está basado en esta noción de felicidad (Helliwell, Layard & Sachs, 2013). Las críticas u observaciones hechas a las nociones afectivas y evaluativas de la felicidad son, por lo tanto, también válidas para la felicidad como bienestar subjetivo. A continuación los elementos más salientes del debate alrededor del concepto.
Reflexión. Dar un juicio sobre nuestra satisfaccion con la vida que hemos vivido requiere un ejercicio reflexivo, hay que pensarlo detenidamente. Nuestra capacidad de razocinio nos hace capaces de juzgar qué tan bien han ido nuestras vidas. Desde el punto de vista empírico, las implicaciones son sobre la fiabilidad de las respuestas obtenidas en las encuestas. Si las personas hacen un juicio al momento de responder la pregunta es probable que su respuesta sea susceptible de ser afectada por el contexto (Schimmack & Oishi, 2005). La reflexión no es solo un asunto cognitivo, es también una actividad de pensamiento crítico, de escrutinio de las creencias y la autoridad. En esta última acepción la actividad reflexiva se constituye en una característica escencial del ciudadano y por lo tanto su felicidad no puede alcanzarse sin ella (Nussbaum, 2012). Esto último tiene un caracter normativo importante, pues coloca al individuo en un rol activo dentro de la democracia, no es un mero receptor de políticas públicas que pretenden mejorar su bienestar. Por último, la concepción hedónica de la felicidad carece por completo de reflexión en cualquiera de los dos usos que se le ha dado acá al término.
Divergencia afectiva y evaluativa. Como la noción mixta, SWB, combina tanto el aspecto afectivo como el evaluativo es perfectamente posible enfrentar situaciones en las que las circunstancias emocionales de la persona difieren de lo que esa persona piensa de su vida como un todo. Puede considerar que su existencia ha sido satisfactoria aún cuando se encuentre en un estado depresivo, por ejemplo (Haybron, 2005). Este fenómeno es contradictorio con ideas que han surgido desde la psicología positiva, según las cuales la felicidad auténtica resulta de la combinación del placer, el compromiso y el significado (Schueller & Seligman, 2010)2. Al respecto, Nussbaum (2012 ) cuestiona la necesidad del placer para la existencia de la felicidad, mas aún parece sugerir que la idea misma de felicidad de Schueller y Seligman (2010) riñe con la felicidad como eudaimonia, pues el caracter virtuoso de esta última señala que la plenitud se puede alcanzar aún en circunstancias en las que nuestras acciones estan acompañadas de dolor y sufrimiento.
Circunstancias objetivas y actitud hacia la vida. ¿Es posible juzgar mejor la vida aún despues de un evento trágico o a pesar de circunstancias objetivamente desfavorables? Claramente lo es si consideramos que nuestra manera de ver la vida no es inmutable. Este aspecto está estrechamente conectado con la fiabilidad temporal de las encuestas mencionada arriba, y tiene además un componente normativo sustantivo. Cuestiona la concepción hedónica de felicidad al tiempo que pone de relieve que la combinación de la noción afectiva y evaluativa en una sola medida es problemática, por no decir ambigua (Nussbaum, 2012). Esto lleva a dos consideraciones adicionales, conmensurabilidad y adaptabilidad
Conmensurabilidad. Llevar a un solo valor los diferentes aspectos que definen la vida de un persona supone comparabilidad entre dominios que pueden ser conflictivos. El individuo debe ponderar y valorar. Otros van más allá y sugieren que la felicidad puede expresarse en valores monetarios. Por ejemplo, Van Praag y Baarsma (2005) y Welsch (2006) usan medidas de bienestar subjetivo para cuantificar monetariamente el malestar que experimentan los individuos a causa de la contaminación, similar a medidas como la disponibilidad a pagar (aceptar). El otro aspecto crítico es que, para efectos de agregación, la comparabilidad es también entre individuos. Mucho del debate sobre la relevancia de la economía del bienestar tiene que ver con las comparaciones interpersonales de utilidad. El criterio de Kaldor-Hicks es un intento de escapar de ellas, al tiempo que autores como Amartya Sen argumentan que cualquier ejercicio de decisión colectiva que ignora las comparaciones interpersonales carece de significado, por decir lo menos.
Adaptación. La adaptacion parte de reconocer el caracter relativo de la felicidad, afectiva o evaluativa. El ejemplo clásico es que a medida que el nivel ingreso aumenta los estándares con los cuales las personas juzgan su vida material cambian (Diener & Seligman, 2004). Otro mecanismo es la desviación de la atención; simplemente dejamos de pensar en aquello que nos produce placer o dolor (Kahneman & Sugden, 2005). La adaptación también se entiende como que las preferencias de la gente se ajustan a lo que conocen o lo que saben pueden esperar. Este último aspecto es particularmente relevante en circunstancias en las cuales segmentos de la población sufren discriminación o estados de pobreza y deprivación que han llegado a ser considerados normales por quienes los padecen (Sen,1999). Sobre las implicaciones normativas de esta última concepción se discutirá en la siguiente sección.
Nótese que a diferencia de medidas como el ingreso, el nivel de satisfacción que declara una persona en una encuesta no necesariamente significa lo mismo que para otra, o lo que es lo mismo, están expresadas en la misma unidad por construcción del instrumento de medición, pero lo que ese valor recoge está mediado por la interpretación que hace el encuestado de la pregunta. Además de este queda aún otro aspecto por resolver y es cómo se pondera a cada individuo. Es claro que cualquier elección que al respecto se haga se deriva de un juicio normativo que no debe quedar implícito.
2.2. Felicidad y política pública
El supuesto fundamental sobre el que se soporta el uso de las medidas de bienestar subjetivo es que la razón de ser de los gobiernos es la procura por el mejoramiento de vida de sus ciudadanos. Si esto es así, entonces lo que determina la forma y grado de intervención del gobierno es la noción de bienestar que se adopte. Para el caso de la noción de bienestar subjetivo, SWB, hay dos elementos que se deben considerar. Primero, que es subjetivo, y segundo, que el bienestar tiene una dimensión afectiva y otra evaluativa.
El carácter subjetivo es compatible con ideas libertarias de la sociedad, pues es el individuo el mejor juez de lo que está bien para sí mismo, el consumidor soberano. En este sentido no difiere significativamente de la economía ortodoxa y en particular de la economía del bienestar3. No obstante, es el segundo elemento mencionado arriba lo que hace la diferencia. Como la noción de bienestar de la economía ortodoxa consiste en la satisfacción de las preferencias y dado que estas son de conocimiento y dominio del individuo, entonces el camino que le queda al gobierno es influir en la habilidad que tiene la persona para satisfacerlas, lo que explica el énfasis en el ingreso y el PIB como medidas de progreso.
Nótese que en el caso del bienestar como SWB no se trata de satisfacción de preferencias, sino de identificar aquellos factores que inciden en la auto-percepción de felicidad. Si aumentos adicionales del ingreso no mejoran el SWB, entonces el hacedor de política debe identificar las razones por las cuales la sociedad no juzga mejor su condición a pesar del incremento de la riqueza material. Otra implicación de esta aproximación es que no es necesario acudir al efecto sobre los ingresos para justificar la acción pública, ni invocar la presencia de externalidades que deban corregirse.
Este enfoque meramente individualista ha sido criticado por autores para quienes el bienestar no se deriva de condiciones subjetivas, sino de elementos objetivos que definen lo que es una buena vida. Para Sen (2009), el enfoque subjetivo que ha tomado fuerza es una extensión del cálculo utilitarista y, por lo tanto, su gran debilidad es que puede permitir —¿justificar?— las desigualdades sociales y perpetuarlas. Las personas que sufren privaciones se adaptan a ellas, las juzgan como normales y ajustan sus expectativas correspondientemente. Los proponentes de la aproximación subjetiva consideran que bajo el enfoque objetivo se corre el riesgo de justificar el paternalismo (Dolan & White, 2007), pues según ellos esto significa que el gobierno es el que sabe lo que es bueno para sus ciudadanos, independientemente de lo que estos expresen.
Dos objeciones a este útimo argumento. Primero, la idea del enfoque objetivo no impone un estilo de vida a los ciudadanos sino que enfatiza que la posibilidad de decidir libremente depende de la capacidad de los individuos para hacerlo. Una persona puede decidir tener un estilo de vida poco saludable aún cuando esté de acuerdo con la existencia de un sistema de salud adecuado e incluyente, por ejemplo. Segundo, los elementos que definen los criterios de decisión social están determinados por la legitimidad que estos ganan en un sistema democrático, luego no deben entenderse como imposiciones inconsultas a los ciudadanos sino como el resultado del ejercicio democrático (Sen, 2009, p.78).
- MÉTODOS Y DATOS
En este artículo se presentan los resultados de dos mediciones diferentes de bienestar evaluativo realizadas en el Área Metropolitana de Barranquilla (Colombia), en el periodo 2012-2013. Para cada una de ellas se exploraron sus determinantes, haciendo diferencia entre los factores personales, del hogar y del entorno. El estudio tiene por lo tanto tres aspectos que se deben tener en cuenta. Primero, que los resultados estadísticos no expresan una relación causal sino correlacional. Segundo, que al ser estático lo que se obtienen son las diferencias entre los promedios de las escalas de satisfacción para diferentes grupos, pero no el efecto que tendría para un individuo particular pasar de una situación a otra. Por ejemplo, la diferencia en bienestar subjetivo de dos individuos elegidos aleatoriamente cuyos ingresos difieren en $100 millones al año no es lo mismo que el bienestar que experimentaría alguien cuyos ingresos aumentaran en $100 millones. Tercero, que pueden haber características no observables, rasgos de la personalidad, invariantes en el tiempo y correlacionadas con las variables incluidas en la regresión, que ocasionen así problemas de endogeneidad (Ferrer-i-Carbonell & Frijters, 2004).
3.1. Metodología
El método básico utilizado en el artículo está representado por una ecuación de la forma:
Donde swi es una medida cardinal de bienestar y Xi el vector de variables explicativas. Si por el contrario se racionaliza la medida de bienestar como una variable latente donde lo que se observa son las categorías disponibles de acuerdo con el formato de pregunta utilizado, lo que tenemos es:
La ecuación 1 se estima por MCO, mientras que 2 con un probit o un probit ordenado. Trabajos recientes en economía usan el primer enfoque (Kahneman & Deaton, 2010) y (Sacks, Stevenson & Wolfers, 2010) cuando se usa la escala de Cantril y en el caso de la escala de satisfacción se usa alguno de los dos, sin que haya diferencias notables entre los resultados (Knight, Song & Gulatinaka, 2009).4
3.2. Datos
Se utilizaron dos encuestas independientes realizadas por entidades diferentes: 1) La primera ola de la encuesta de Bienestar Subjetivo, realizada por el Observatorio de Condiciones Socioeconómicas del Atlántico, OCSA, de la Universidad del Norte. 2) La encuesta de Percepción Ciudadana llevada a cabo por "Barranquilla Cómo Vamos" (BqCV).
- Encuesta OCSA. La población objetivo de esta encuesta son los hogares de ingresos bajos del Área Metropolitana de Barranquilla5. El marco muestral son los hogares relacionados en la base de datos del SISBEN III, el cual incluye a todos los hogares potencialmente beneficiarios de subsidios del Estado6. Se llevó a cabo un muestreo aleatorio simple para proporciones. El marco se dividió en tres estratos, usando los terciles resultantes del puntaje del SISBEN asignado a cada hogar para asegurar que la selección de la muestra estuviera balanceada entre niveles socioeconómicos. La muestra definitiva alcanzada fue de 668 hogares7. El levantamiento se hizo cara a cara, entre abril de 2012 y mayo de 2013. La pregunta utilizada para medir el bienestar subjetivo fue: "En general, ¿cuán satisfecho está este hogar con la forma en que vive en estos momentos? ". El encuestado seleccionaba una de las siguientes cuatro opciones: muy satisfecho, satisfecho, insatisfecho, muy insatisfecho. El vector de variables independientes para las regresiones usando esta base de datos son:
- Ling: logaritmo del ingreso per cápita del hogar.
- Ciudad: variable dummy que toma el valor de 1 si el encuestado considera que la ciudad ofrece oportunidades de desarrollo para él y los miembros de su hogar.
- Seguro: dummy que toma el valor de 1 si el encuestado se siente seguro en la ciudad.
- Confianza: dummy que toma el valor de 1 si el encuestado considera que se puede confiar en la mayoría de las personas de la comunidad.
- Min_serv_medico: distancia en minutos al centro de servicio médico más cercano.
- Min_escuela: distancia en minutos al centro educativo más cercano
- Edad: edad en años.
- Edad 2: edad al cuadrado.
- Male: dummy que toma el valor de 1 si el encuestado es de genero masculino.
- Pareja: dummy que toma el valor de 1 si el estado civil es unión libre o casado.
- Nivel_educ: variable ordinal que indica el máximo nivel educativo alcanzado.
- Religioso: dummy que toma el valor de 1 si algún miembro de hogar pertence a una organización religiosa.
- Posrel: esta variable es la diferencia entre la percepción del hogar sobre el estado de su situación económica en relación al año anterior y la percepción sobre el estado de la situación económica de la comunidad en relación al año anterior. Valores positivos (negativos) indican que el encuestado considera que la situación económica de su hogar ha mejorado más (menos) que la de su comunidad, en consecuencia percibe que su posición relativa ha mejorado (empeorado).
- Saludhog: es la proporción de miembros del hogar considerados con buen estado de salud.
- Encuesta BqCV: Es la encuesta de Percepción Ciudadana 2012 encomendada por la organización "Barranquilla Cómo Vamos". La población objetivo es la población mayor de 18 años. Usando un muestreo multietápico y estratificado se obtuvo una muestra representativa de 1,209 personas. El levantamiento se hizo cara a cara durante el mes de octubre de 2012. Para medir el bienestar subjetivo se usó una escalera de Cantril de 10 puntos, donde 0 representa la peor vida posible y 10 la mejor vida posible. El vector de variables independientes para las regresiones usando esta base de datos son:
- Ingreso: dummy que toma el valor de 1 si el individuo es de ingresos altos, es decir que reporta ingresos mensuales superior a $1 millón. El 65% de la muestra está por debajo de este valor.
- Adulto: dummy que toma el valor de 1 si el encuestado es mayor a 55 años.
- Graduado: dummy que toma el valor de 1 si el nivel de estudios es mayor al bachillerato.
- Mujer: 1 si es mujer.
- Religión: 1 si participa o ha participado en organizaciones religiosas.
- Niños: 1 si hay niños menores de 5 años en el hogar.
- Seguro: variable ordinal que recoge la percepción de seguridad del encuestado, donde 1 indica que no se siente nada seguro en la ciudad y 5 se siente muy seguro en la ciudad.
- Barrio: satisfacción con el barrio en el que vive, siendo 1 muy insatisfecho y 5 muy satisfecho.
- Vías: satisfacción con el estado de las vías del barrio, siendo 1 muy insatisfecho y 5 muy satisfecho.
- Alumbrado: satisfacción con el estado del alumbrado público, siendo 1 muy insatisfecho y 5 muy satisfecho.
- Parques: satisfacción con el estado de los parques, siendo 1 muy insatisfecho y 5 muy satisfecho.
- Esp. Público: satisfacción con el estado del espacio peatonal de las calles, siendo 1 muy insatisfecho y 5 muy satisfecho.
- O.Cultural: satisfacción con la oferta cultural de la ciudad, siendo 1 muy insatisfecho y 5 muy satisfecho.
- Sit.Económica: variable ordinal donde 1 indica que la situación económica del hogar ha mejorado mucho en el último año y 5 ha empeorado mucho.
- Salud: 1 si el encuestado considera que se le garantiza su atención en salud
- Retrasos: 1 si el hogar ha tenido dificultades económicas que haya dado lugar a retrasos en el pago de sus obligaciones
- Alimentación: 1 si algún miembro del hogar no consumió alguna de las tres comidas en la última semana debido a falta de dinero.
- Delito: dummy que toma el valor de 1 si el encuestado ha sido víctima de un delito.
- Fin_de: 1 si la encuesta fue realizada sábado o domingo.
- RESULTADOS Y DISCUSIÓN
4.1. Encuesta OCSA
Los cuadros 3 y 4 muestran los resultados para los ejercicios con la encuesta OCSA. Lo primero que hay que resaltar es que el ingreso guarda una relación positiva con la satisfacción. Es decir, los individuos más ricos dentro de un grupo particular reportan un mayor bienestar que los más pobres del mismo grupo.
La otra variable que sistemáticamente aparece como positiva y significativa es la ciudad, es decir que quienes consideran que la ciudad es un espacio que ofrece oportunidades de desarrollo personal y del hogar reportan también mayores niveles de bienestar. Este resultado es importante, pues resalta el hecho de que el bienestar de las personas no está determinado únicamente por sus logros materiales sino también por las condiciones que le ofrece el entorno para escoger diferentes caminos y/o estilos de vida (Kindon & Knight, 2006).
La variable confianza aparece como significativa en los modelos 3 y 4 de las regresiones MCO y probit. La confianza es un factor catalizador de la cooperación que facilita acuerdos de beneficio mutuo, es decir que construye capital social. La confianza a nivel de miembros de la comunidad posibilita un variado número de transacciones. Desde la perspectiva de la política pública, esto abre un espacio intersante de indagación. Dado que la confianza entre individuos de la comunidad se deriva de la interacción social de estos, entonces los procesos de decisión que involucran a la comunidad pueden aprovechar la confianza pre-existente, catalizarla o promoverla cuando está sea inexistente (Helliwell, 2006). En otras palabras, la confianza juega el doble papel de facilitar decisiones colectivas al tiempo que impacta el bienestar percibido.
La posición relativa se correlaciona positivamente con la satisfacción. Los individuos que consideran que su situación ha mejorado más que la de su comunidad tienden a manifestar un mayor grado de bienestar. En este caso, la lectura relevante para el gobierno local es el potencial detrimento que pueden sufrir miembros de la comunidad que no son beneficiados directamente por alguna política, luego la mejora de unos no equivale a un mayor bienestar general. Es importante notar que el detrimento acá no hace referencia a una acción del gobierno que directamente afecta negativamente a un segmento de la población, sino que este se deriva del malestar "mental" que ocasiona el sentirse en desventaja o excluido.
Las variables dicótomas de identificación de municipio señalan que, todo lo demás constante, los hogares encuestados de Puerto Colombia, Galapa y Malambo tienen un nivel promedio de satisfacción, SWB, inferior al de Barranquilla. En otras palabras, los hogares de Barranquilla y Soledad manifiestan un mayor grado de satisfacción que los de los otros municipios del Área Metropolitana.
4.2. Encuesta BqCV
El cuadro 5 presenta los resultados usando los datos de la encuesta de percepción ciudadana de BqCV. La columna 1 usa la muestra completa, mientras que la columna 2 solo la sub-muestra del grupo de bajos ingresos. Como se observa, los individuos de altos ingresos reportan un mayor bienestar. Se destaca también que la percepción de seguridad está asociada positivamente con el bienestar. Esto contrasta con la variable delito. Es decir que desde el punto de vista de política pública no es suficiente abordar el problema de la seguridad a partir de la victimización.
Sobre el estado de la infraestructura pública no hay asociación evidente, mientras que sí aparece como relevante la oferta cultural de la sociedad. Esto en línea con lo manifestado en la sección anterior en la que se enfatiza el papel de la ciudad como un espacio de desenvolvimiento determinante del bienestar de los individuos.
Las variables Sit.Económica, Alimentación y Retrasos están asociadas con el bienestar y todas ellas señalan que la experiencia de dificultades económicas es un factor importante en la disminución de la calidad de vida de las personas. Desde el punto de vista de la política pública aquí hay un espacio de acción importante, toda vez que los efectos negativos de los choques transitorios que enfrentan los hogares pueden ser disminuidos a través de una red de asistencia pública, evitando así que los hogares vulnerables caigan en una trampa de pobreza (Barret, Carter & Ikegami, 2008).
CONCLUSIONES
En este artículo se presentan los resultados de dos ejercicios de medición del bienestar subjetivo, entendido este como la evaluación de la vida, en el Área Metropolitana de Barranquilla llevados a cabo durante 2012. Se examinó su relación con factores personales, del hogar y del entorno. Además del ingreso, se encontró que la ciudad, como espacio de desarrollo personal y del hogar, es un factor importante, al igual que la experiencia de eventos económicos desfavorables. También se halló alguna evidencia de asociación entre la percepción de seguridad y la confianza en otros miembros de la comunidad.
Todo lo anterior indica que el ingreso no es la única variable que incide en el bienestar percibido por las personas, sino que este tiene un carácter multidimensional que puede ser tenido en cuenta por los hacedores de política pública. Sobre esto último, el artículo señala que el bienestar subjetivo puede ser un concepto útil para propósitos de política pública, pero también indica que esto debe ser acompañado de la discusión sobre los elementos normativos inherentes al concepto de bienestar utilizado. En otras palabras, la adopción de un criterio de bienestar por parte de las autoridades locales debe hacer explícito el carácter normativo de dicho criterio. Como ya señalamos aquí, el concepto de bienestar y felicidad no es único y las implicaciones que se derivan de cada conceptualización son sustanciales para el entendimiento de la intervención gubernamental.
Notas
1Una discusión detallada del tema excede el alcance de este artículo. El lector interesado puede referirse a la literatura citada
2Desde la perspectiva filosófica es la combinación del hedonismo con la idea aristotélica de Eudaimonia, la cual tiene una connotación de plenitud y de caracter moral. El término florecer ha sido utilizado para traduciones, aunque no es claro que abarque la totalidad del significado.
3Nos referimos al carácter subjetivo e individualista, lo que no es lo mismo que una adopción completa de los principios libertarios de predominancia de las libertades individuales, independientemente de las consecuencias.
4Las estimaciones se llevaron a cabo con el paquete STATA 11.
5Incluye los municipios de Soledad, Puerto Colombia, Galapa y Malambo.
6Sistema de Identificación de Potenciales Beneficiarios de Programas Sociales.
7Barranquilla: 347, Soledad: 150, Puerto Colombia: 61, Galapa: 60 y Malambo: 60.
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