http://dx.doi.org/10.14482/memor.40.069.44
El turismo como propuesta patrimonial: de los museos arqueológicos a las nuevas alternativas lúdicas en la actual provincia de Guanentá (Santander, Colombia)*
Tourism as a patrimonial proposal: from the archaeological museums to the new ludic alternatives in the current province of Guanentá (Santander, Colombia)
O turismo como proposta patrimonial: dos museus arqueológicos às novas alternativas lúdicas na província atual de Guanentá (Santander, Colômbia)
*El artículo es resultado del proyecto de tesis doctoral titulado Historia de la provincia de Guane del Nuevo Reino de Granada: discursos de la conquista, formación y subsunción provincial, 1540-1700, financiado por Colciencias en el marco de la Convocatoria 757 Doctorados Nacionales 2016.
Álvaro Acevedo Tarazona. Historiador, especialista en Filosofía, magíster en Historia, doctor en Historia y posdoctorado en Ciencias de la Educación. Actualmente es Profesor titular de la Universidad Industrial de Santander y director del Grupo de Investigación Políticas, Sociabilidades y Representaciones Histórico-Educativas (Psorhe). Orcid orcid.org/0000-0002-3563-9213 Correo: acetara@uis.edu.co
María Consuelo Moreno González. Licenciada en Idiomas, especialista en Docencia Universitaria, especialista en Técnicas y Métodos de Investigación y magíster en Estudios Semiológicos. Actualmente es candidata a doctora en Historia de la Universidad Industrial de Santander y miembro del Grupo de Investigación Políticas, Sociabilidades y Representaciones Histórico-Educativas (Psorhe). Orcid orcid.org/0000-0003-2072-931X Correo: maria.moreno17@correo.uis.edu.co
Citar como: Acevedo, A. & Moreno, M. (2020). El turismo como propuesta patrimonial: de los museos arqueológicos a las nuevas REVISTA DIGITAL DE HISTORIA Y ARQUEOLOGÍA DESDE EL CARIBE COLOMBIANO alternativas lúdicas en la actual provincia de Guanentá Año 16, n.° 40, enero - abril de 2020 (Santander, Colombia). Memorias: Revista Digital de Historia y ISSN 1794-8886 Arqueología desde el Caribe colombiano (enero - abril), 62-83
Fecha de recepción: julio 27 de 2019
Fecha de aceptación: octubre 4 de 2019
Resumen
A partir de conceptos como patrimonio, turismo y santandereanidad, este artículo propone un viaje al pasado de la actual provincia santandereana de Guanentá (Colombia) buscando entender las características culturales de las gentes de la provincia de Guane del Nuevo Reino de Granada, conquistada por Martín Galeano en 1540. Los hallazgos arqueológicos, ahora conservados en museos, han permitido a esta región vincularse a una nueva propuesta turística que reconoce la importancia del patrimonio guane, el cual debe mantenerse a través de una alternativa lúdica como son los "parques de la memoria". Las crónicas de la época, el análisis de hallazgos arqueológicos y otros legados culturales han fortalecido la identidad del santandereano de hoy, que a su vez, valora aún más los bienes patrimoniales existentes en sitios funerarios, observables especialmente en la zona de la Mesa de los Santos.
Palabras clave: Historia, museos, Nuevo Reino de Granada, patrimonio.
Abstract
Based on concepts such as heritage, tourism and santandereanidad, this article proposes a trip to the past of the current province of Guanentá in Santander (Colombia), to understand the cultural characteristics of the people of the province of Guane of the Nuevo Reino de Granada, conquered by Martín Galeano in 1540. The archaeological finds now preserved in museums have allowed this region to link to a new tourist proposal that recognizes the importance of the Guane heritage that must be maintained through a playful alternative such as the "memory parks". The chronicles of the time, the analysis of archaeological finds and other cultural legacies have strengthened the identity of today's Santandereano, which in turn, values even more the existing heritage assets in funerary sites, especially observable in the area of the Mesa de los Santos. Keywords: History, Museums, New Kingdom of Granada, Heritage.
Keywords: History, Museums, New Kingdom of Granada, Heritage.
Resumo
Com base em conceitos como patrimônio, turismo e santandereanidad, este artigo propõe uma viagem ao passado da atual província de Guanentá em Santander (Colômbia), para entender as características culturais do povo da província de Guane do Nuevo Reino de Granada, conquistada por Martín Galeano em 1540. Os achados arqueológicos agora preservados em museus permitiram que essa região se vinculasse a uma nova proposta turística que reconheça a importância do patrimônio guane que deve ser mantido por uma alternativa lúdica como os "parques da memória". As crônicas da época, a análise de achados arqueológicos e outros legados culturais fortaleceram a identidade do Santandereano atual, que, por sua vez, valoriza ainda mais os bens patrimoniais existentes em locais funerários, especialmente observáveis na área da Mesa de los Santos.
Palavras chave: História, Museus, Novo Reino de Granada, Património.
Introducción
La actual promoción turística del departamento de Santander ha permitido a los turistas nacionales y extranjeros llegar a la provincia 1 de Guanentá (Martínez, 2003), una de las seis existentes en la región santandereana, ubicada al noroccidente de Colombia. Uno de los principales atractivos turísticos es la visita al corregimiento de Guane en el municipio de Barichara. El recorrido a pie se hace durante una hora desde Barichara por el Camino de Lengerke, calzada construida por un alemán llegado al Estado Soberano de Santander en el siglo XIX; estos caminos fueron hechos, presumiblemente, sobre la base de senderos indianos, a su vez fundamentados en atajos prehispánicos (Ortiz, 2008).
Se trata de un viaje al pasado representado en un paisaje natural de aproximadamente cinco kilómetros, en los cuales es posible apreciar formaciones geológicas y biodiversidad sobreviviente a la descrita en 1526 por el primer cronista oficial de Indias, Gonzalo Fernández de Oviedo, y particularmente de la provincia de Guane, expuesta por Basilio Vicente de Oviedo en su obra Cualidades y riquezas del Nuevo Reino de Granada (1763), donde se reporta la existencia de osos hormigueros, búhos, murciélagos, culebras, escorpiones, cangrejos y sapos, así como de hierbas tipo llantén, árboles de guayacán y borrachero, piñas y guayabos entre otros frutos, y cultivos de fique y algodón.
El espacio descrito por Oviedo da muestra de la transformación territorial ocurrida en el siglo XVI tras la llegada de los españoles al actual departamento de Santander, Colombia. En este lugar se desarrolló la cultura guane que dejó en sus petroglifos, tejidos y cerámica un legado que recién se ha empezado a valorar y descubrir para turistas nacionales y extranjeros. Materiales como cestos, mantas y algunas momias se encuentran expuestos en diferentes museos de la región santandereana dando muestra de la importancia de la comunidad guane en la economía prehispánica y después como grupo encomendado tras la conquista española.
Precisamente, en tres apartados relacionados con el patrimonio, los museos y el legado guane, en este artículo se propone descubrir una nueva alternativa turística, que permite conocer el inventario del patrimonio guane existente en sitios para la conservación de artefactos indígenas y su posible inserción en los "parques de la memoria", una propuesta lúdica novedosa en la cual el turista interactúa con el pasado, mientras que los santandereanos fortalecen su identidad y reconocimiento como herederos de una etnia desaparecida en el momento mismo de la conquista española. En un primer apartado se presentará una reflexión teórica acerca de los conceptos de turismo, santandereanidad y patrimonio, términos que se constituyen en el eje fundamental del texto y de su misma estructura argumentativa. En un segundo apartado se describirán los bienes patrimoniales existentes en la provincia de Guanentá, destinados a la conservación y conocimiento de turistas en museos, y en algunos sitios creados para la cultura y el turismo responsable. Los museos existentes en el departamento de Santander han permitido recuperar algunos materiales líticos, textiles y cerámicos legados por los guane, y cuyo valor está en mora de ser reconocido por los mismos santandereanos. En un tercer apartado se presentan ciertas tradiciones guanes aún vigentes en el departamento de Santander, y que se constituyen en las primeras referencias identitarias de los santandereanos teniendo en cuenta que fueron descritos en las crónicas de Indias.
Para alcanzar estos propósitos se recurrió a la lectura y análisis de documentación y crónicas de la época, así como del análisis de hallazgos arqueológicos, de legados fonéticos guane y de los bienes patrimoniales todavía presentes en sitios funerarios. Al ser confrontadas estas impresiones arqueológicas y las crónicas con recientes análisis historiográficos y etnográficos, se ha podido conocer un poco más acerca de la cultura guane y su proceso de civilización y desaparición tras la conquista española.
Turismo: una alternativa patrimonial para conservar lo aún existente
Según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (DRAE) el patrimonio se refiere al "conjunto de los bienes propios, antes espiritualizados y hoy capitalizados…" (DRAE, 2001), y dentro de los tipos de patrimonio se encuentra el cultural, es decir, el que está relacionado con las costumbres, tradiciones y reliquias utilizadas y conservadas por diferentes grupos étnicos y/o indígenas.
Sitios como las Cuevas del Indio y del Guerrero en la Mesa de los Santos se convierten para la provincia de Guanentá en parada turística obligatoria en el departamento de Santander; en sitios para rememorar el pasado y recordar que parte del ser santandereano deriva del grupo Guane, cuyas tradiciones, legados y evidencias arqueológicas lleva a un reencuentro con el pasado, y desde donde hace un par de décadas, se ha tratado de fortalecer la identidad santandereana. Las expediciones arqueológicas y el interés turístico han permitido que los gobiernos departamentales volteen su mirada hacia la necesidad de fomentar la santandereanidad a partir de la constitución de centros turísticos como el Parque Nacional del Chicamocha (Panachi), creado como un sitio para el goce y disfrute familiar, con el propósito ser un "parque de la memoria".
En la actualidad se podría hablar de un momento para el espacio regional santandereano a partir de la pauta cultural que permite resignificar dicho departamento, y que ha significado un importante repunte a su industria turística desde la inauguración de Panachi en el año 2006. En este campo, la provincia de Guanentá no ha sido la excepción, no obstante que su enfoque ha sido más hacia el turismo de aventura que hacia el ámbito cultural.
Desde esta perspectiva, los diferentes gobiernos nacionales, regionales y locales han construido monumentos históricos adaptados a paisajes culturales, sitios arqueológicos y conjuntos arquitectónicos. En consecuencia, el patrimonio o capital cultural guane puede apreciarse hoy día en los museos o in situ, especialmente en la zona turística de la Mesa de los Santos, una meseta de 466 kilómetros cuadrados (Cabrera Ortiz, 1958, p. 3), donde además de visitar un mercado típicamente campesino, gozar de un campamento al aire libre o contemplar paisajes del cañón del Chicamocha desde los Miradores de la Mesa, es posible recorrer, como lo enuncian Martínez y Botiva (2004):
Huellas de antiguas zonas de cultivo, lugares de vivienda, caminos, sitios sagrados, enterramientos y tumbas, herramientas y monumentos en piedra, restos humanos y animales, piezas de oro y cerámica, textiles, arte rupestre, etc., [que] constituyen lo que hoy reconocemos como parte de nuestro patrimonio cultural (p. 8).
Es decir, nos proponemos relevar tanto la variabilidad histórica de las identificaciones indígenas como la mirada antropológica sobre el Estado (Abercrombie, 1991; López Caballero, 2017). De hecho, las nociones de etnicidad resultan problemáticas para entender las culturas politizadas que han ido fraguando los movimientos indígenas de Latinoamérica, puesto que tales conceptos hacen mayor énfasis en el sentido de grupo o los límites étnicos que en el proceso de identificación múltiple y contradictorio. Esto ha sido aprovechado por los actores políticos para enfrentar sus necesidades organizativas y sus propias subjetividades; en ocasiones, por ejemplo, las retóricas indígenas aparecen como esencialistas, porque promueven prácticas nativas pensadas como si estuvieran contenidas dentro de marcos culturales estables y limitados (Rapapport, 2007). En consecuencia, nuestro enfoque cuestiona el pensamiento que asocia irrestrictamente la alteridad cultural con orígenes prehispánicos y cualidades esenciales inmutables, su supeditación a condiciones de etnogénesis y re-etnificación en la era del multiculturalismo neoliberal.
Por tanto, existe la posibilidad de realizar el recorrido patrimonial en el municipio de Los Santos a partir de las zonas de potencial arqueológico guane como Los Teres, Llanadas o Garbanzal. También es posible visitar sitios sagrados funerarios de enterramiento vertical con entradas por la escarpa de la meseta y salidas con vista al cañón del Chicamocha, e incluso hallar restos humanos, de animales, piezas de cerámica y textiles en las cuevas de El Indio, Regadero, El Pozo y La Loma; aunque la mayoría de estos elementos ya se encuentran en los museos guane o en manos de coleccionistas privados. Sin embargo, es importante advertir el inminente peligro que a este patrimonio representan los guaqueros 2, personas cuya práctica diaria deteriora estos sitios arqueológicos desde que llegaron los españoles, y que incluso obligaron a la Corona a frenar tal actividad profanadora y delincuencial emitiendo cédulas "…para que no se consienta que indios anden a buscar hoyos y sepulturas…" (Friede, 1976, p.16).
Asimismo, es posible arriesgarse a interpretar el arte rupestre guane expuesto en pictogramas o imágenes pintadas y petroglifos o imágenes talladas en las veredas de Las Tejedoras, La Purnia, Potrero, La Custodia, Diamante, La Piedra del Indio y Las Gachas, aunque este patrimonio también está en vía de desaparecer debido a factores ambientales, condiciones sísmicas particulares de la meseta, pero principalmente por el creciente urbanismo y las actividades agropecuarias. Este legado se conoció en tiempos de poblamiento de la provincia de Guane:
13 años después de sucedido el vencimiento del cacique Chanchón por el conquistador Martín Galeano, o lo que equivale a decir pacificada la tribu Guane esta se desplegó hacia el norte, pasando por Mesa de Jéridas donde dejó sus jeroglíficos, Guatiguará, Palogordo, Mesa de Ruitoque, Barbosa y Vado-Hondo, con el carácter de tribu refugiada; por esto decimos que en el año de 1562, los indios guanes en refugio, pero capitaneados por la erguida contextura de Pedro Ardila, mecido al rumor del Suárez procedían por la orilla derecha del tortuoso Saravita (hoy corregimiento de Guane), al oeste de Barichara; ambulaban por las quebradas afluentes del Río de Oro, ya en este año, en convivencia honrada con la encomienda de Ortún Velasco, de quien se decía que "era noble desde sus kepez hasta sus botas", integrada por chitareros, con la de cusamanes, de la quebrada Angulo, colmada de numerosas cataratas y la de los Yariguies, oriundos de las quebradas Ramos, Payoa, Pujamanes y Río Sogamoso… 3.
En aras de un turismo responsable y sostenible, preocupado no solo del disfrute de los recursos naturales y culturales visitados sino de promover su protección y conservación para generaciones futuras, es necesario instaurar políticas con las que valore el patrimonio histórico y cultural legado desde las provincias de Santander, y que se ha transmitido de generación en generación hasta la fecha, para el logro de reconocer la riqueza natural del paisaje y la geografía regional. También urge la valoración justa de los guane y estimar correctamente su arte, cultura y economía, que son una herencia transmitida por la memoria y que no es otra cosa que el patrimonio cultural del departamento de Santander. Precisamente, desde estas premisas ingresan los conceptos de turismo, santandereanidad y patrimonio como formas para conocer y valorar lo aún existente en la actual provincia de Guanentá.
Desde el gobierno departamental se han hecho esfuerzos por incrementar el turismo en Santander, entre ellos la creación de la Ruta Comunera, Panachi y el Ecoparque Cerro del Santísimo. Pero más allá de los intereses solo turísticos ha existido una preocupación latente hacia la conservación del patrimonio aunado al incremento de la identidad santandereana, más conocida como santandereanidad. Este concepto propuesto desde la Escuela de Historia de la Universidad Industrial de Santander a partir de una serie de investigaciones realizadas por el historiador Armando Martínez Garnica llevan a consolidar el "ser santandereano" como forma identitaria, lo cual también conlleva a un fomento del turismo en el departamento (Guerrero y Pérez, 2005). El concepto de santandereanidad y su fortalecimiento con el turismo convierten al patrimonio en una conmemoración del ser santandereano (Giedelmann y Rueda, 2013) y en Patrimonio Cultural de la Humanidad (Oviedo, 2014).
Las manifestaciones culturales materiales e inmateriales legadas por los guane y la creación de nuevos espacios de identidad cultural como Panachi y la renovación de museos arqueológicos en el Área Metropolitana de Bucaramanga y en la zona de la provincia de Guanentá son una muestra de esa preocupación que va más allá de "las actividades que realizan las personas durante sus viajes y estancias en lugares distintos a su entorno habitual durante un período de tiempo inferior a un año, con fines de ocio, negocios u otros" que es de acuerdo con su organización mundial a lo que se refiere el turismo (World Tourism Organization, 1995, p. 10). En las últimas décadas se ha incrementado la necesidad de viajar y conocer, y la influencia de la internet y las redes sociales ha sido importante en este anhelo de recorrer nuevos espacios y explorar zonas desconocidas o de redescubrir sitios que permitan reconocer la procedencia de la humanidad.
En la provincia de Guanentá se ha dispuesto una oferta turística basada especialmente en los deportes de aventura; no obstante, desde los años setenta los esfuerzos de algunos sacerdotes aunado al descubrimiento de cuevas con petroglifos y pictogramas atribuidos a los guane, ha llevado a que desde comienzos del siglo XXI la mirada enfoque el turismo cultural. Es esta actividad la que a través de la historia y el arte expuestos en museos y monumentos, además de la fonética, las costumbres, la gastronomía, la música y la religión, permite no solo conocer la etnia guane, sino, especialmente el desarrollo local y regional con la creación de hostales, restaurantes y el servicio de guías turísticos, que invitan a los turistas a cuevas y miradores desde donde pueden observar las formas geométricas legadas por los indígenas.
Por tanto, el turismo cultural estará ligado al patrimonio y, en este caso particular, a la santandereanidad, considerando:
La cultura es el tema base que es transversal a todas las actividades del ser humano, es en el territorio donde estas toman lugar y es esta conjunción la que nos lleva a comprender el patrimonio cultural inmueble como el contenedor de la memoria de las acciones directas de los seres humanos sobre el territorio (Pabón Castro, 2012, p. 76).
De esta manera, la Gobernación de Santander ha reconocido en los dieciocho municipios integrantes de la provincia de Guanentá un potencial cultural, turístico e identitario que se ha reflejado desde el año 2004 en los Planes de Ordenamiento Territorial (POT), al establecer pautas para fortalecer los tres elementos mencionados anteriormente. Previamente, la Ley 9/1989 fijó la importancia de "la preservación de las obras de interés público y de los elementos históricos, culturales, religiosos, recreativos y artísticos" (Congreso de Colombia, 1989). Estas normatividades son las que han fomentado la creación de sitios conmemorativos como Panachi, concebido con el propósito de perpetuar la memoria de los héroes de la gesta comunera y como patrimonio intencionado para mantener presente y vivo en la conciencia el sentimiento de santandereanidad que reidentifique y apropie la memoria histórica de sus pobladores. Otros ejemplos de esos atractivos turísticos que se encuentran en el departamento de Santander son la Alameda de Girón, el Parque del Tabaco en Piedecuesta, el Museo Militar "Batalla de Palonegro" y varios museos guane, prototipos de la unión entre la cultura, el patrimonio y la historia con el propósito de incrementar la oferta turística en el departamento y fortalecer el imaginario colectivo de la santandereanidad.
Museos: guardas de la tradición y la cultura guane
Durante el periodo indiano (Martínez, Acevedo, Vanegas y Zapata, 2016; Levene, 1973 y Justiniano, 2016) comprendido entre 1540 y 1689, Guane era conocido como el pueblo de Móncora y en el siglo XIX fue elevado a la categoría de municipio hasta 1888 cuando, en un proceso conflictivo, las autoridades de Barichara lograron su anexión como corregimiento (Martínez, 1999). Retomando el recorrido propuesto, después de llegar a Guane desde Barichara, se puede acceder al Museo Paleontológico y Arqueológico de Guane, ubicado en el centro del poblado y cuya fachada empedrada evoca las construcciones indianas. El museo fue fundado por el sacerdote Isaías Ardila hacia 1970, quien sin respaldo documental, afirmaba que los indios guane heredaron sus cacicazgos por línea matriarcal, realizaban ceremonias en las que acostumbraban a ofrendar maíz y oro al cacique de forma similar a los muiscas, con quienes les asoció lingüísticamente (Ardila, 1978). A pesar del paso del tiempo, hoy se puede describir el actual corregimiento de Guane de manera similar al relato hecho en 1978 por el párroco Isaías Ardila Díaz, en su libro El pueblo de los Guanes:
Guane está situado en una pequeña meseta, de unos setecientos metros de largo de sur a norte y de trescientos cincuenta de ancho de oriente a occidente, junto a las colinas que miran hacia la profunda hoya del Suárez, que corre serpenteando por entre fieros peñascos y en un lecho de enormes piedras, testigos mudos de las grandes convulsiones geológicas de tiempos prehistóricos y de las avenidas terribles del río, cuando en el invierno se enloquece, arrastrando rocas y árboles, dejando escuchar sus roncos bramidos en el caserío de Guane. La población tiene cuatro carreras de sur a norte y ocho calles en dirección contraria, con cien edificaciones de una sola planta, casi todas sencillas, rodeando el hermoso templo parroquial, pétrea concreción de la fe de nuestros mayores y monumento de arte colonial [...]. Como edificios públicos, pertenecientes al Estado, pueden enumerarse: la Inspección y el Cuartel de Policía, un Puesto de Salud muy bien acondicionado, el matadero, una fama para venta de carnes y una concentración escolar [...] Nota sobresaliente de Guane es su clima ideal, totalmente seco y muy sano, con una temperatura media de 25 grados, suavizado por las frescas y acariciadoras brisas de la hoya del río Suárez [...] Guane tiene hoy seis veredas rurales: Chuagüete, Coratá, Lubiguara y Guanentá, antiguas agrupaciones o pueblos indígenas (Ardila, 1978, pp. 14-15).
Centrando la atención en el principal atractivo turístico de Guane, es decir, en el Museo Paleontológico y Arqueológico, el visitante podrá admirar piezas indígenas coleccionadas por Ardila durante su ejercicio parroquial, consistentes en material lítico, cerámico y óseo, así como fragmentos de mantas, agujas y volantes de huso, hallados en los cercanos municipios de Villanueva y Los Santos. Finalmente, se puede acceder a la Sala de Exposición, en la que son exhibidos fósiles prehistóricos hallados en los alrededores del corregimiento, que dan fe de que durante el periodo cretácico inferior, es decir, hace 150 millones de años, este territorio estaba cubierto por agua marina, cuyas profundidades rondaban entre los 200 y los 1000 metros (Ayus, 2014). Entre los fósiles hallados se encuentran cefalópodos, conocidos como amonitas, los cuales se extinguieron junto con los dinosaurios hace aproximadamente 65 millones de años.
Después de Barichara, declarado como el "pueblo más bello de Colombia" desde 1975 y tras su reconocimiento como Monumento Nacional, la oferta turística promociona la ciudad de San Gil como un destino en auge, especialmente para los aficionados a la práctica de deportes extremos en los ríos Suárez —anteriormente llamado Sivarita— y Fonce, conocido en tiempos indianos como Mochuelo. No obstante, y ante el auge del turismo cultural se han complementado estas actividades deportivas, con la visita al Museo Arqueológico y Antropológico Guane ubicado en San Gil, en el que se puede apreciar y aprender sobre el tejido guane, pues desde 1529, cuando Antonio de Lebrija llegó hasta un río en límites con la provincia de Guane, que redenominó con su apellido, resaltó el talento textil de esos indios: "Afirmaban haber á las vertientes/De las sierras que lejos parecían/Crecidas poblaciones, cuyas gentes/De telas de algodones se vestían" (Castellanos, 2005, p. 455). Este museo es apoyado estatalmente por el Ministerio de Cultura de Colombia, la Universidad Nacional de Colombia y el Instituto de Cultura y Turismo de San Gil, y cuenta con la colaboración de patrocinadores de la conservación del patrimonio cultural en la provincia de Guanentá.
SProsiguiendo con el recorrido, el turista de la actual provincia de Guanentá puede incluir la visita al ya mencionado Parque Nacional del Chicamocha (Panachi), patrimonio geológico (Colegial, Pisciotti y Uribe, 2002, p. 122) del cañón del Chicamocha que cuenta con más de 108.000 hectáreas y 2000 metros de profundidad, paisaje que se puede admirar desde un teleférico de 6300 kilómetros que pasa por tres pisos térmicos, cruza el cañón desde el parque en el municipio de Aratoca hasta la zona llamada Mesa de los Santos. El nombre de esta región se origina en el río Chicamocha (Lugo, 1619), que nace en el departamento de Boyacá y se une al río Suárez para formar el río Sogamoso. Panachi está ubicado en la vía Bucaramanga-San Gil a 40 kilómetros del corregimiento de Guane y fue construido sobre el cañón del Chicamocha. Este recorrido por el parque finaliza con la visita al Museo Guane Panachi, que exhibe en su mayoría, piezas cerámicas atribuidas a la comunidad Guane, procedentes de hallazgos arqueológicos en zonas de Oiba —en tiempos indianos llamada Poima 4 (Pita, 2013; Moncayo, 1983)—, Charalá, vocablo hispanizado de la voz indígena Chalalá (Moncayo, 1983; Pita, 2013) y la Mesa de los Santos.
Pero la preocupación por conservar los elementos líticos y textiles guane no se ha quedado en la provincia de Guanentá. En la capital del departamento de Santander, Bucaramanga, los turistas también pueden visitar museos arqueológicos con una gran variedad de elementos legados por los guane. Precisamente en el Área Metropolitana de Bucaramanga se encuentra el Museo Arqueológico Regional Guane, situado en la ciudad de Floridablanca, y sin lugar a dudas es el que exhibe los mayores hallazgos guane en la región; en su haber cuenta con cerca de 800 piezas entre cerámicas, textiles y artefactos en madera, así como objetos líticos y óseos. De igual manera, en Bucaramanga se cuenta con exposiciones de piezas guane en el Museo Arqueológico del Gran Santander en la Universidad Industrial de Santander (UIS) y en Salas Guane de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB), en la Universidad de Santander (UDES) y en la Universidad Santo Tomás (USTA). Esta última institución referenciada cuenta con una colección arqueológica guane denominada Fray Alonso Ortiz Galeano, quien era sobrino de Martín Galeano. Por último, en cuanto a museos guane, se destaca la Sala Guane en el Museo Casa de Bolívar de la Academia de Historia de Santander y filial de la Academia Colombiana de Historia. Dicha casa, declarada Monumento Nacional en 1999, expone gran parte de las investigaciones antropológicas, arqueológicas e históricas sobre los guane.
La Academia de Historia de Santander también ha promovido la publicación de diferentes estudios sobre la cultura guane en su Revista Estudio. Vale recordar que se han publicado hallazgos arqueológicos y estudios antropológicos de los guane desde 1922 cuando fray Francisco Mora Díaz divulgó sus investigaciones en la Revista Estudio; posteriormente, Horacio Rodríguez Plata y Martín Carvajal, de manera separada, mostraron sus avances en la misma publicación. Fue en 1941 cuando se da a conocer el informe del alemán Schottelius, comisionado por el Gobierno colombiano para realizar una valoración arqueológica del material hallado en la Mesa de los Santos; de igual manera, Miguel Such Martin en 1945 publicó su hallazgo de una necrópolis en Guapotá. En ese mismo año fue aceptada una pequeña reseña a cargo de Edith Jiménez en el Boletín de Arqueología. Entre las décadas de los setenta y ochenta se destacaron los trabajos de Donald Sutherland en San Gil, Barichara, Jordán, Curití, Pinchote y Charalá; de Gilberto Cadavid y Jorge Morales en Los Santos, así como los análisis de momias guane realizados por Gonzalo Correal e Iván Flórez, también aparecen en esta época los análisis de textiles realizados por Cardale. Entre 1990 y 1991 se presentaron las investigaciones de Roberto Lleras y Arturo Vargas en Palogordo y de José Vicente Rodríguez en estudios arqueobiológicos de osamenta guane. Solo hasta el año 2010 se vuelve a publicar alguna investigación sobre los guane, esta vez a cargo de Alejandro Navas Corona con sus obras Los guane y el arte rupestre xerirense y Entre rostros y tumbas; para finalizar con los estudios arqueológicos realizados por el profesor de la Universidad Industrial de Santander, Leonardo Moreno González, entre 2012 y 2013. Estos estudios, además de mostrar los avances investigativos de antropólogos y arqueólogos, han permitido constatar la importancia de los textiles para la cultura guane, los cuales, junto con la cerámica se han constituido en un importante patrimonio conservado en los muesos anteriormente referenciados.
Entre las principales atracciones de los museos guane sobresalen las piezas textiles analizadas por antropólogos en la década de los ochenta, entre ellos, Marianne Cardale de Schrimpff, quien en su informe de 1987 destaca la variedad de diseños y la estética en la confección de mantas guane; así como también la técnica artística al combinar hilo de algodón y fique en la elaboración de mochilas, y con cabello humano para la elaboración de gorros (Cardale de Schrimpff, 1987). Estos estudios permiten afirmar que a la llegada de los españoles, los llamados indios guane no estaban desnudos ni portaban "guayucos" o "taparrabos" como popularmente se homogeniza para los indios americanos, sino que individuos masculinos vestían mantas de algodón anudadas al hombro, ceñidas por una faja y cubiertas con una capa también de algodón, mientras las mujeres usaban una manta de una sola pieza. En la cabeza portaban gorros, no tocados de plumas, y usaban el cabello largo tanto hombres como mujeres; es más, un primer castigo que aplicaron los españoles a los indios consistió en cortarles el cabello: "Comúnmente ellos [los indios] y ellas se precian mucho del cabello y lo traen ellas más largo hasta media espalda" (Fernández de Oviedo, 1526, f. 18v).
Retomando el tema del talento textil guane, este tuvo tanto reconocimiento entre los españoles encomenderos del Nuevo Reino de Granada, que aceptaron tejidos, particularmente mantas, como tributo en especie o incluso también como diezmo 5. Las mantas guane no fueron la excepción como se lee en el informe de visita del oidor Tomás López a la provincia: "Oiba 20 mantas […]; Chalalá 23 mantas […]; Xérira 23 mantas" 6. La pieza textil guane más antigua hallada hasta el momento es una muestra tejida en tela blanca, catalogada Beta-28745 (nro. G-231), encontrada en la cueva El Conde (Mesa de los Santos); mediante la técnica Carbono 14 se dató con fecha de factura hacia el año 1450 d. C. con un rango de error de setenta años hacia atrás o hacia adelante, y se encuentra exhibida en la Sala Guane del Museo Casa de Bolívar en Bucaramanga.
En cuanto a accesorios corporales, los llamados guane usaban cuentas de hueso, conchas y piedras, algunos de los cuales son expuestos actualmente en los nueve museos y salas mencionadas. De acuerdo con los hallazgos arqueológicos evidenciados en el departamento de Santander, el uso de este tipo de accesorios corporales fue más común que los adornos en oro, a pesar de contar con capitales auríferos en límites de la provincia y en el denominado Río de Oro como lo refiere el cronista Castellanos en su narración sobre el descubrimiento de la provincia de Guane, realizado por el alemán Ambrosio Alfinger en el marco de un contrato con la Corona de Castilla para conquistar y poblar 7 en tierras de las Indias:
Por una y otra parte discurriendo camina sin
cesar el Marcio Coro,
los confines de Guane descubriendo, provincia
de grandísimo decoro
por ásperos caminos descendiendo a lo
que llaman hoy Río del Oro do lúcidas
puntas de sus minas
exceden en quilates las más finas (Castellanos, 2005, p. 207).
Además de lo anterior, es inevitable que el visitante de los museos guane no observe las momias allí exhibidas, ya sea por su vestuario, por los residuos de cabello o por su postura corporal, teniendo en cuenta que de acuerdo con mediciones de fémures hallados en la cueva El Indio o El Guerrero, los guane tenían una altura promedio de 1,75 centímetros los hombres y 1,57 centímetros las mujeres (Navas y Acevedo, 2010). Así mismo, en estas momias se pueden observar las técnicas de deformación craneal que se practicaban en tiempos prehispánicos. A través de un cráneo hallado en la vereda El Pozo de la Mesa de los Santos, un grupo interdisciplinario constituido por técnicos forenses, odontólogos y antropólogos liderado por Alejandro Navas (Navas y Acevedo, 2010), ha logrado reconstruir el rostro de un indio guane. Curiosamente esta recreación del rostro corresponde con las descripciones de los cronistas de la época de la conquista: "Tienen disposición y gallardía; y es gente blanca, limpia, curiosa, los rostros aguileños y facciones de linda y agraciada compostura" (Castellanos, 2005, p. 317).
Entendiendo en esa época por un indio "dispuesto", aquel de buena estatura, se deduce que los españoles observaron que los mencionados guane eran altos en comparación con otros conjuntos de indios que habían sido ya conquistados como los caribes, los incas, los náhuatl y/o los toltecas en otros reinos; o los tayronas, chimilas, muiscas y muzos en el Nuevo Reino. Además de altos, los conquistadores describen a los guane como indios "gallardos", adjetivo "que se aplica a las personas de hermosa presencia, esbeltas, erguidas y de movimientos ágiles y graciosos" (Moliner, 2007, p. 1425). En síntesis, los españoles se refieren a un indio diferente en las Indias y más bien de similar apariencia física a la de los castellanos, aunque con toques particulares propios de su raza como la nariz aguileña.
Sin embargo, no solo el aspecto físico guane atrae a los españoles. La facilidad de los guanes para comunicarse, así como las tradiciones culinarias a partir de ingredientes exóticos como las hormigas culonas, y las artesanías hechas con fique se mencionan en las crónicas de Castellanos, Pedro Simón y Fernández de Piedrahita. Estas tradiciones han perdurado y en la actualidad, son consideradas como patrimonio cultural que se evidencia en los poblados de la provincia de Guanentá como se describe a continuación.
Legado guane: lenguaje y tradiciones persistentes en Santander
A pesar de que como se lee en Castellanos, al parecer los llamados guane adoptaron rápida y calificadamente la lengua castellana impuesta por los conquistadores de la provincia en 1540, cuestión confirmada también por los cronistas Pedro Simón 8 y Lucas Fernández de Piedrahita 9, en detrimento de su propia lengua, solo se sabe de un sacerdote nacido en la provincia que conoció el lenguaje de los llamados guane, aunque se ignora si plasmó por escrito su saber lingüístico en dicha lengua: "el cura doctrinero Alonzo Ortiz Galeano, que había actuado desde 1603, "porque era muy conocedor del lenguaje de los indios" a cuyo aprendizaje dedicaba no pocas horas, enseñando el español al mismo tiempo" 10. Entre los principales legados de los habitantes originarios de la actual provincia de Guanentá se cuentan los toponímicos o nombres de lugares, que muy posiblemente se tomaron de la lengua guane, de la cual se desconoce su gramática. Por efectos de la hispanización, esos términos derivaron en las voces actuales de ciudades y lugares de Santander que el turista de la actual provincia de Guanentá, escuchará frecuentemente. Entre las voces guane que aún se conservan están: Aratoca (municipio de Santander), Bucaramanga (capital del departamento de Santander), Bucarica (barrio de Bucaramanga), Barichara (municipio de Santander), Chocoa (vereda del municipio de Girón), Cuchicute (vereda del municipio de San Gil), Curití (municipio de Santander), Guane (corregimiento de Barichara), Guanentá (provincia de Santander), Guatiguará (vereda del municipio de Piedecuesta), Lubigara (vereda del municipio de Barichara), Macaregua (corregimiento de San Gil), Poasaque (vereda del municipio de Oiba), Ruitoque (meseta ubicada en la vía a Piedecuesta), Sube (municipio de Santander), Ture (quebrada), Umpalá (corregimiento de Piedecuesta), Zapamanga (barrio de Floridablanca) o Zapatoca (municipio de Santander) (Pita, 2013).
De igual forma, en la provincia de Guanentá se encuentran algunas tradiciones culinarias heredadas de actividades cotidianas vividas en la provincia de Guane entre 1540, año de designación provincial y 1853, cuando se eliminó a Guane del listado de provincias neogranadinas. Entre estos legados se encuentra el consumo de "hormigas santandereanas" u "hormigas culonas", de nombre científico Atta laeviagata (Granados, Acevedo y Guzmán, 2013, p. 69), tradición de consumo prehispánico mencionado por Castellanos en una de sus elegías:
Buscaron, pues allí mantenimiento; pero nunca se pudo hallar grano, sino tortas algunas de casabe con hormigas aladas amasadas, que solas o tostadas asimismo, suelen comedlas en algunas partes, y al tiempo del tostarlas en sus tiestos huelen como quesillos asaderos (Castellanos, 2005, p. 375).
Otro alimento a señalar como legado, que muy seguramente acompañará el plato típico santandereano del cabro con pepitoria, son las arepas santandereanas, comestible hecho de maíz, producto indígena mencionado desde tiempos del descubrimiento como "pan de indios" 11 (Fernández de Oviedo, 2007, p. 264). Para el postre se oferta el bocadillo veleño, cuyo origen se remonta a la elaboración de conservas de guayaba (Fernández de Oviedo, 1526, f. XXXV), fruta consumida inicialmente por los indios en su estado natural. Finalmente, entre las bebidas heredadas de los habitantes originarios se destaca la chicha, que es una bebida fermentada de maíz o de fruta:
Digo que toman el grano del mahiz según la cantidad que quieren hacer la chicha/y pónenlo en remojo/y está allí hasta que comienza a brotar y se hincha/y hacen unos cogollicos por aquella parte/que el grano estuvo pegado en la mazorca que se crio/y del que está allí sazonado cuezenlo en agua/y después que ha dado ciertos hervores/sacan la caldera/o la olla en que se cuece/del fuego/y reposase/y aquel día no está para beber, pero el segundo se comienza a asentar y a beber/y el tercero esta bueno/porque esta de todo punto asentado/y el cuarto día muy mejor/y pasado el quinto día se comienza a asedar/y el sexto/y el séptimo no está para beber y desta causa siempre hacen la cantidad que baste hasta que se dañe (Fernández de Oviedo, 1526, f. XVI).
Los rituales de cocción y consumo en las versiones de chicha de maíz y chicha de corozo continúan hasta nuestros días en el ahora departamento de Santander. También se ofrece el guarapo, que es una bebida fermentada de caña o piña, y el masato, que es un líquido fermentado cuyo ingrediente principal es el arroz, cereal proveniente de España (Friede, 1976). Estos refrescos al igual que el pulque, bebida fermentada del agave, en Nueva España12 "eran bebidas de gusto general y de consumo popular y, en principio […] debían quedar sujetas al mismo control de la Iglesia" (Corcuera de Macera, 1991, p. 111). Sin embargo, con el tiempo fue cada vez más difícil para la Iglesia y para las autoridades locales en las Indias, controlar su consumo hasta la embriaguez, especialmente en ocasiones festivas institucionalizadas como ferias y celebraciones religiosas. Por consiguiente, esta usanza empezó a cuestionarse e incluso a prohibirse por su asociación con el ocio y con comportamientos indígenas inadecuados e inaceptables en la sociedad indiana en provincias como la de Guane: "para precaver las ruinas que amenazan a este lugar con motivo de la libertad con que se han insolentado los Yndios de Guane, queriendo pasarlo aquí toda la semana, bebiendo y escandalizando el lugar…" 12.
Finalmente, en la provincia de Guanentá se pueden adquirir artesanías, principalmente aquellas hechas en fique, que intentan de alguna manera "mantener viva la tradición textil heredada de la cultura indígena Guane, a través del hilado y tejido del fique" (Ecofibras, 2018), en la forma de mochilas, bolsos, zapatos, alpargates y accesorios corporales. Estas tradiciones forman parte del legado guane, un patrimonio material tangible que debe ser estudiado y conservado, disfrutado y preservado, pues a partir de su existencia debe crearse una consciencia colectiva que permita su rescate y goce desde el turismo sostenible, sin olvidar que este proceso recíproco entre el turista y el patrimonio debe fortalecer el conocimiento del pasado para valorarlo en el presente y preservarlo para el futuro.
Conclusiones
A partir de esa búsqueda del origen del ser santandereanos, los historiadores y antropólogos han tropezado con la riqueza cultural, étnica y tradicional de los guanes. Un pueblo que recién se está re-conociendo a través de las crónicas legadas por Castellanos, Pedro Simón y Fernández de Piedrahita, y cuyos testimonios han quedado plasmados en textiles, objetos líticos, herramientas y momias expuestas en diferentes museos, y también en espacios abiertos como la Mesa de los Santos, sitio de especial riqueza pictográfica. No obstante, esta riqueza está en mora de ser valorada, rescatada, conservada y conocida al público. Actualmente desde la Escuela de Historia de la Universidad Industrial de Santander se preparan algunos estudios sobre la etnia guane, su proceso de poblamiento, conquista y desaparición con base en fuente primaria y en las crónicas de Indias. Otra alternativa para conocer la historia de los guane es el turismo; una ruta al territorio guane en el Nuevo Reino de Granada a partir de la actual provincia de Guanentá es un pretexto para que colombianos y extranjeros puedan conocer el legado y las tradiciones que aún perduran en el departamento de Santander.
Por supuesto, es más que valioso el interés, a veces sin apoyo gubernamental, de diferentes instituciones por conservar la historia a través de elementos preservados en museos, pero la labor por crear un turismo sostenible es una tarea que recién está iniciando. El patrimonio cultural guane debe ser investigado, conocido y difundido como un elemento frágil y está en las manos de los santandereanos, su apropiación de manera consciente y el aprovechamiento de los sitios existentes como los museos y salas guane como espacios para el goce respetuoso y didáctico con el único propósito de conocer el pasado y reafirmar nuestro presente. A partir de este reconocimiento identitario de los santandereanos se podrá también reconocer lo plural que habitó en las sociedades prehispánicas, en el caso del departamento de Santander, en los guanes, cuya identidad ha permitido hoy reconocerse como diferentes.
Pie de página
1. En el siglo XVI las huestes castellanas que llegaron a las Indias Occidentales trajeron consigo el legado lingüístico medieval de provincia para nombrar a grupos de gentes (indios) de lengua, creencias, costumbres y organización diferentes a sus conquistadores, que eran incorporados a la Corona de Castilla. Luego, con la Paz de Westfalia en 1648, se priorizó en el campo semántico de provincia el significado territorial, luego de la delimitación precisa expresada en los acuerdos entre España y las provincias holandesas, entre los Habsburgo y los Borbones, entre los poderes imperiales del papado y los otomanos, y en general, ante la necesidad de la época de un nuevo orden al respecto con fronteras bien definidas para el espacio germánico, que hasta entonces estaba en cabeza de una autoridad soberana sobre vasallos libres y que para 1648 solo era legítima y suprema si contaba con un territorio delimitado.
2. Delincuentes dedicados al saqueo de tumbas, generalmente en busca de oro.
3. Archivo Histórico de la Provincia de San Luis Bertrán de Colombia (APSLB). Fondo Enrique Báez. Libro Parroquias de Santander, tomo XVI, ff. 112-113.
4. Voz guane hispanizada.
5. Archivo General de Indias (AGI). Fondo Santafé, tomo 321, legajo nro. 151, f. 11r.
6. Archivo General de la Nación (AGN). Sección Colonia. Fondo Visitas a Santander, legajo nro. 2, doc. 5-12.
7. AGI. Fondo Panamá, tomo 234, libro 3, f. 97.
8. "[…] que en dos o tres meses pueden salir tan ladinas y hablarla [la lengua castellana] con tanta propiedad como un hijo de un mercader de Toledo" (Simón, 1891, p. 336).
9. "…y tienen [los guane] dos calidades, que singularmente los diferencian de las otras naciones del Nuevo Reino. La primera, exceder las mujeres en belleza, blancura y disposición a las demás, que se han visto; y la segunda, acomodarse con tanta facilidad al idioma Español, que son las que más clara, y perfectamente lo hablan, en que las imitan los varones…" (Fernández de Piedrahita, 1688, p. 253).
10. APSLB. Fondo Enrique Báez. Libro Parroquias de Santander, tomo XV, f. 114.
11. La manera del pan de los indios [...] en parte de la Tierra-Firme [...] es aqueste pan que llaman mahiz". 12 AGI. Fondo Patronato, legajo 182, f. 21r.
12. AGN. Fondo Caciques e Indios, legajo 33, f. 97r.
Referencias
Fuente primaria
Archivo General de Indias (AGI). Fondo Patronato, Panamá y Fondo Santafé.
Archivo General de la Nación (AGN). Fondo Caciques e Indios y Fondo Visitas a Santander.
Archivo Histórico de la Provincia de San Luis Bertrán de Colombia. Fondo Enrique Báez. Parroquias de Santander.
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