Artículo de investigación

Maltrato en el noviazgo y estilos de amor en alumnos de secundaria, bachillerato y licenciatura

Dating abuse and love styles in junior high school, high school and undergraduate students

Francisco Javier Robles Ojeda
https://orcid.org/0000-0002-1743-3836

Iris Xóchitl Galicia Moyeda
https://orcid.org/0000-0002-8287-710X

Alejandra Sánchez Velasco
Facultad de Estudios Superiores Iztacala, UNAM (México)
https://orcid.org/0000-0002-5977-8963

Erika Wendy Nuñez Luquin
https://orcid.org/0000-0002-7670-4085
Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica Iztapalapa II (México).

Correspondencia: solucion20@hotmail.com


Resumen

Algunos estudios señalan la relevancia de investigar acerca del maltrato en las relaciones amorosas durante la adolescencia, lo cual solo ha empezado a investigarse de manera reciente, en comparación con el maltrato en el matrimonio. El objetivo del presente estudio es identificar como se presenta el maltrato en la pareja y los estilos de amor en estudiantes de tres niveles de escolaridad que corresponden a distintas etapas de la adolescencia y juventud temprana. Se trabajó con una muestra de 291 estudiantes, de los cuales 107 eran estudiantes de secundaria, 60 de bachillerato y 123 de licenciatura, a quienes se les aplicó la Escala de Actitudes Amorosas (EAA) (Hendrick & Hendrick, 1986) y el Cuestionario de Maltrato en el Noviazgo (Osorio , 2014). Los resultados muestran bajos niveles de maltrato en el noviazgo, los cuales tienden a incrementarse en el bachillerato, así como un predominio de los estilos de amor Ágape, Eros y Storge en los tres niveles educativos investigados. Asimismo, resalta que, de manera general, la presencia de los estilos de amor Manía, Ágape y Ludus facilitan la presencia de maltrato en las relaciones amorosas en los adolescentes de los niveles escolares del presente estudio.

Palabras claves: adolescencia, enamoramiento, estilos amorosos, noviazgo, violencia.


Abstract

Some studies point to the relevance of investigating abuse in romantic relationships during adolescence, which has only begun to be investigated recently, compared to abuse in marriage. The objective of this study is to identify how mistreatment is presented in the couple and love styles in students of three levels of sch00ling that correspond to different stages of adolescence and early youth. We worked with a sample of 291 students, of which 107 were high schoolstudents, 60 high schoolstudents and 123 high schoolstudents, to whom the Love Attitudes Scale (EAA) (Hendrick and Hendrick, 1986) and the Questionnaire were applied of dating abuse (Osorio , 2014). Results show low levels of courtship abuse, which tend to increase in high sch00l, as well as a predominance of the love styles of Agape, Eros and Storge in the three educational levels investigated. It also emphasizes that, in a general way, the presence of love styles Manía, Ágape and Ludus facilitate the presence of mistreatment in love relationships in adolescents of the schoollevels of the present study.

Keywords : adolescence, infatuation, love styles, courtship, violence.


Introducción

El maltrato1 en las relaciones de pareja es una problemática que sigue vigente en la actualidad; de acuerdo con el INEGI (2017), en la ciudad de México, un estimado del 53 % de las mujeres mayores de 15 años que han tenido alguna relación formal de pareja han recibido algún tipo de maltrato, ya sea de su pareja actual o de una anterior. A pesar de que a nivel mundial y nacional se han realizado diferentes encuestas para identificar la presencia de violencia en parejas formales, ya sea en matrimonio o unión libre, el maltrato en las relaciones de noviazgo ha recibido menor atención (Redondo, Inglés y García, 2017). Se ha señalado al estudio de Makeapeace en 1981 como el estudio pionero de este tema (Flores y Barreto, 2018), en el que se acuñó la acepción inglesa dating violencia, la cual es definida por la Public Health Agency of Canada como "cualquier ataque intencional físico, sexual o psicológico, de un miembro de la pareja contra otro, incluyendo relaciones esporádicas o noviazgos más duradero" (Ruiz, 2017, p. 2). En México, de acuerdo con un estudio realizado por el Instituto Mexiquense de la Juventud (2013), nueve de cada diez mujeres en México de entre 12 y 19 años han recibido algún tipo de agresión en sus relaciones de noviazgo.

Otro aspecto que ha empezado a ser considerado es la inclusión de los hombres como receptores de la violencia, ya que en general los estudios se han centrado en la violencia que reciben las mujeres (Celis y Rojas, 2015). Esto es relevante sobre todo en las relaciones de noviazgo, en las que algunas investigaciones han encontrado porcentajes similares entre hombres y mujeres con respecto a quien ejerce la violencia física (Rey-Ancona, 2015), e incluso otras reportan una mayor incidencia por parte de las mujeres (Rubio, López, Carrasco y Amor, 2017), a diferencia de las relaciones amorosas en las que la pareja vive en un mismo hogar, respecto a las cuales, de manera general, se reporta un mayor porcentaje de violencia ejercida por parte de los hombres hacia las mujeres. Autores como Rojas-Solís (2013) señalan la necesidad de seguir investigando al respecto, ya que estos estudios emergentes han mostrado inconsistencias acerca de quienes ejercen mayor maltrato físico, además de haber un escaso número de investigaciones que incluyan otros tipos de maltrato, como el sexual y económico. Es importante mencionar que se ha señalado que la bidireccionalidad de la violencia entre hombres y mujeres en el noviazgo no es sinónimo de simetría en los efectos que tienen las conductas de maltrato, ya que las mujeres son quienes siguen presentando efectos más graves que los hombres al estar o haber estado en relaciones violentas de pareja (Celis y Rojas, 2015; Cortés-Ayala et al., 2015).

Con respecto acerca de la incidencia del maltrato por edad, Redondo, Inglés y García (2017) señalan que los mayores puntajes se presentan en la parte final de la adolescencia, lo que correspondería a la mayoría de estudiantes que están finalizando el bachillerato o iniciando sus estudios universitarios. Esto coincide con lo encontrado por Cortés-Ayala et al. (2015) en estudiantes de bachillerato y universidad, donde los mayores puntajes de maltrato se presentaron en los universitarios. Estos mismos autores mencionan la importancia de identificar de manera temprana el maltrato en las relaciones de noviazgo, ya que su presencia en niveles escolares preuniversitarios es un factor de riesgo para sufrir violencia posteriormente. En contraste, en un estudio de Rubio et al. , (2017) se muestran puntajes ligeramente superiores de violencia en adolescentes a comparación de jóvenes adultos.

Entre las principales modalidades de maltrato destacan el de tipo psicológico, que se refiere al acto u omisión que realiza un integrante de la pareja y que produce un daño en el ámbito emocional; físico, que implica cualquier acción no accidental que causa alguna lesión física; económico, que se refiere a cualquier acto u omisión con el fin de controlar, limitar o privar los recursos económicos de la pareja; y sexual, que se presenta al ejercer presión sobre la pareja para realizar de manera forzada actos de índole sexual (Alegría y Rodríguez, 2015; Valenzuela y Vega, 2015).

Con relación al concepto de amor, en psicología ha sido abordado por diversas perspectivas, entre las que destaca la teoría propuesta por John Lee en la década de 1970, en la cual se proponen tres estilos de amor primarios: Eros, Storge y Manía, y tres secundarfos: Manía, Pragma y Ágape (Graham, 2012). Con respecto a los estilos de amor primarios, el estilo Eros es aquel que privilegia los aspectos románticos, físicos, sexuales y pasfonales. El Ludus se caracteriza por querer disfrutar la relación por pura diversión, como si fuera 'un juego' y sin la intención de compromiso a mediano o largo plazo. El estifo Storge está basado en elementos de la amistad como el compañerismo y la confianza y el deseo de que la relación se conserve a largo plazo. Por otra parte, en los estilos de amor secundarios, el estilo Pragma (combinación de Storge y Ludus) tiene como eje central la evaluación racional acerca de determinados aspectos de las potenciales parejas (por ejemplo, edad, escolaridad, religión o clase social) con el fin de decidir si se desea o no iniciar y mantener una relación. El estilo Manía (combinación de Ludus y Eros) se caracteriza por considerar a la pareja como un objeto o posesión, lo que conlleva una alta presencia de celos y necesidad de demostraciones de amor. Finalmente, en el estilo Ágape (combinación de Eros y Storge), la característica esencial es el altruismo, en el que incluso, en formas extremas se deja en un segundo plano el bienestar propio por privilegiar el de la pareja (Brenlla, Brizzio y Carreras, 2004).

En relación con los cambios en los estilos de amor a través del ciclo de vida, Graham (2012) señala que la mayoría de las investigaciones han encontrado que el amor pasional se presenta más en edades tempranas —como la adolescencia—, tendiendo a disminuir posteriormente, mientras que aumentan estilos de amor más asociados a vínculos de tipo compasivo o amistoso. Otros autores han encontrado que no solo el amor pasional disminuye, sino también el amor compasivo o amistoso (Hatfield et al., en Graham, 2012). En general, la mayoría de los estudios señalan que, a diferencia de la adolescencia, en poblaciones de adultos jóvenes, sobre todo en el caso de las mujeres, además de aspectos pasionales, se va incorporando el interés hacia formas de amor relacionados con el apoyo, el compromiso y el compañerismo. Al respecto, Rocha, Avendaño, Barrios y Polo (2017) encontraron en una muestra de universitarios que existía una preferencia hacia los estilos de amor Eros, Ágape y Storge, lo que hacía que sus relaciones de pareja se caracterizaran por ser pasionales, comprometidas y emocionalmente íntimas. Por su parte, Rodríguez, García y Porcel (2017) en un estudio realizado con estudiantes universitarios encontraron preferencia por un amor de estilo Ágape, es decir, altruista y abnegado y dejando en un plano secundario a aspectos pasionales característicos del estilo Eros. En otra investigación con universitarios (Caro, 2015) se encontró que los hombres prefieren un estilo Ludus para sus relaciones más tempranas y en la etapa de juventud y adultez van modificando sus preferencias hacia estilos de amor Pragma y Storge, mientras que las mujeres se muestran estables en su predilección hacia estilos de amor Eros y Ágape.

Con respecto a la relación entre los estilos de amor planteados por Lee y el maltrato en la pareja, así como otros aspectos disfuncionales en la pareja, se han encontrado correlaciones entre el estilo Ludus y violencia en la pareja en muestras de adolescentes (Caycedo et al., 2007; Galicia, Sánchez y Robles, 2013) y jóvenes adultos (Gabonal y Vizcarra, 2017). El estilo Manía ha presentado relación en adolescentes con violencia en la pareja (Caycedo et al. , 2007), con dependencia emocional (Aiquipa, 2015) y con estrategias disfuncionales de afrontamiento (Salcedo, Rivera y García, 2017). El estilo Ágape ha presentado relación con violencia en la pareja en muestras de adolescentes (Caycedo et al. , 2007; Galicia, Sánchez y Robles, 2013).

Identificar cómo se presenta el maltrato en la pareja y los estilos de amor en diferentes niveles de escolaridad que corresponden a distintas etapas de la adolescencia ayuda a la comprensión de las relaciones amorosas de los adolescentes escolarizados.

A partir de lo mencionado anteriormente, los objetivos de este estudio son los siguientes: a) identificar la existencia de diferencias de los estilos de amor y maltrato en el noviazgo entre tres niveles educativos (secundaria, bachillerato y licenciatura), así como la diferencia en dichos niveles de acuerdo con el sexo de los participantes (hombres y mujeres); y b) identificar las correlaciones existentes entre los estilos de amor y maltrato en el noviazgo en los niveles educativos de secundaria, bachillerato y licenciatura de manera general y en dichos niveles de acuerdo al sexo de los participantes.

Método

Participantes

La muestra estuvo conformada por 29I participantes, de los cuales 157 eran mujeres y 134 hombres, los cuales estaban inscritos en tres niveles educativos: I07 estudiaban en el nivel secundario (con una media de edad de 14.6 años), 60 en bachillerato (con media de edad de 16.9 años) y 123 en nivel licenciatura (con media de edad de 19.o años). Todos los participantes estudiaban en escuelas públicas en la zona metropolitana del Valle de México. El muestreo fue de tipo no probabilístico intencional. El diseño de investigación fue no experimental, de tipo transversal comparativo y correlacional.

Instrumentos

Cuestionario de Maltrato en el Noviazgo (Osorio, 2014). Conformado por 61 afirmaciones, las cuales indagan acerca de la presencia de cuatro tipos de maltrato en el noviazgo (psicológico, económico, sexual y físico) y sobre algunos aspectos de influencia sociocultural que facilitan el maltrato en el noviazgo. Las afirmaciones están estructuradas a partir de una escala tipo Likert con cinco posibilidades de respuesta (1= Nunca; 2= Alguna vez; 3= Varias veces; 4= Muchas veces; 5= Siempre). A mayor puntaje obtenido, mayor será el maltrato en la relación de noviazgo.

Escala de Actitudes Amorosas (Hendrick y Hendrick, 1986). Explora los seis estilos de amor propuestos por Lee: Eros, Ludus, Storge, Pragma, Manía y Ágape. El instrumento se conforma por 42 reactivos, donde el participante debe marcar una opción en una escala que va del I ("completamente de acuerdo") hasta el 5 ("completamente en desacuerdo"). Entre mayor sea el puntaje elegido, mayor será la valoración hacia un estilo de amor al cual esté asociado el reactivo.

Procedimiento

Se contactó con los responsables académico-administrativos de cada institución educativa en donde se realizó esta investigación y se les informó el objetivo de esta. Posteriormente, se explicó a los estudiantes las características generales de la investigación y se les invitó a participar voluntariamente, indicándoles que la información proporcionada era confidencial y que ningún dato que pudiera identificarles sería revelado en algún momento de la investigación, desde la recopilación de datos hasta la publicación final de la investigación, en concordancia con los aspectos éticos señalados para la realización de investigaciones en el campo de la psicología. Los instrumentos se aplicaron de manera grupal en una sesión de aproximadamente una hora.

Análisis de datos

Para analizar las diferencias entre los niveles escolares para los estilos de amor y maltrato en el noviazgo se realizaron análisis de varianza (ANOVA) y post hoc con la prueba Tukey. Para las diferencias entre sexo se realizaron análisis estadísticos con la prueba t de Student, y para los análisis correlacionales se aplicó la prueba de correlación bivariada con el coeficiente r de Pearson con el software estadístico SPSS versión 25. Además, con la finalidad de estimar la magnitud de las diferencias entre sexos se incluye el índice d de Cohen.

Resultados

Comparación de los puntajes de Maltrato en el Noviazgo

Los puntajes promedio de maltrato oscilaron entre 1.14 y 1.5 (correspondiente a estar entre 'nunca' y 'alguna vez' haber experimentado violencia). Los puntajes promedio más altos se encontraron en los estudiantes de bachillerato en todos los tipos de maltrato evaluados en esta investigación. Un análisis ANOVA reveló diferencias únicamente en el maltrato de tipo psicológico (ver tabla 1).

Con el fin de identificar en qué grupos específicos se presentaron diferencias estadísticas se realizó la prueba Tukey post hoc, la cual mostró que las diferencias se encuentran entre el grupo de licenciatura y bachillerato (p= .040).

Tomando en cuenta el sexo de los participantes, un análisis con la prueba t de Student mostró diferencias estadísticamente significativas solo en el maltrato de tipo físico. Los hombres reportaron recibir más maltrato físico que las mujeres. A través de la prueba d Cohen2 se identifica un tamaño del efecto pequeño (ver tabla 2).

Al analizar si existían diferencias en los tipos de maltrato entre los niveles de escolaridad de manera separada para hombres y mujeres, se encontró, a través de la prueba ANOVA, solamente diferencias significativas en las mujeres, las cuales se presentaron en todos los tipos de maltrato, a excepción del físico (ver tabla 3).

Posteriormente se realizó la prueba Tukey post hoc para identificar en qué grupos específicos se presentaron diferencias estadísticas. En el maltrato psicológico, se encuentran entre el grupo de licenciatura y bachillerato (p= .036); para el tipo de maltrato económico, entre bachillerato y secundaria (p= .006) y entre bachillerato y licenciatura (p= .013); y para el maltrato de tipo sexual, entre los grupos de bachillerato y secundaria (p= .043) y entre bachillerato y licenciatura (p= .017).

Comparación de los puntajes de Estilos de Amor

Los resultados muestran que los tres estilos de amor con puntajes más altos en nivel secundaria son el Storge, en primer lugar, seguido del Eros y el Ágape; mientras que en bachillerato y licenciatura en primer lugar se encuentra el Eros, seguido del Storge y Ágape. Para analizar la existencia de diferencias significativas entre los niveles de escolaridad, se procedió a realizar una prueba ANOVA de manera separada para hombres y mujeres, en las que se encontraron diferencias significativas en los estilos de amor Eros, Ludus y Storge tanto en secundaria como en bachillerato y licenciatura (ver tabla 4).

Para identificar en qué grupos se presentaron diferencias estadísticas se realizó la prueba Tukey post hoc. Las diferencias para el estilo de amor Eros se encontraron entre el grupo de licenciatura y secundaria (p= .001); para el estilo Ludus, entre los estudiantes de licenciatura y los de bachillerato (p= .034); y para el estilo Storge, entre los grupos de licenciatura y secundaria (p= .030) y los de licenciatura y bachillerato (p= .021).

En función del sexo, los resultados indican que los tres principales estilos de amor en los hombres son el Storge el Ágape y el Eros, mientras que en las mujeres son los estilos Eros, Storge y Pragma. Con respecto a las diferencias estadísticas, a partir de la prueba t de Student, se identificaron diferencias estadísticamente significativas a favor de los hombres en los estilos de amor Ludus, Storge, Manía y Ágape. A través de la prueba d Cohen se identifica un tamaño del efecto pequeño para las diferencias de los estilos de amor Storge y Manía y un efecto moderado para los estilos Ludus y Ágape (ver tabla 5).

En cuanto a los estilos de amor en los diferentes niveles escolares en función del sexo, en nivel secundaria, los tres estilos con mayor puntaje son, en primer lugar, el Ágape, el Storge y Eros, mientras que en las mujeres son el Storge, el Eros y el Pragma; en tanto que en bachillerato y licenciatura, los hombres son el estilo Eros, Ágape y Storge, y las mujeres el Eros, el Storge y Pragma (ver tabla 6).

Al realizar un análisis estadístico con la prueba ANOVA, solo se encontraron diferencias estadísticas en el grupo de las mujeres, en los estilos de amor Eros y Storge. Para identificar en qué grupos específicos se presentaron estas diferencias, se realizó la prueba Tukey post hoc. Las diferencias para el estilo de amor Eros se encuentran entre el grupo de mujeres de licenciatura y secundaria (p= .028) y el grupo de mujeres de licenciatura y bachillerato (p= .033); y para el estilo Storge, entre los grupos de mujeres de licenciatura y secundaria (p= .019).

Correlación de los puntajes de Maltrato en el Noviazgo con Estilos de Amor

Tomando en cuenta a la muestra total, los resultados destacan correlaciones estadísticamente significativas entre los estilos de amor Ludus, Manía y Ágape con todos los tipos de maltrato. Por su parte, el estilo de amor Pragma solo tuvo correlación con el tipo de maltrato económico (ver tabla 7).

En cuanto al nivel educativo, en los alumnos de secundaria destaca el estilo Manía, que correlacionó con todos los tipos de maltrato. En tanto que el estilo de amor Ludus correlacionó con el maltrato psicológico y económico, y el estilo de amor Pragma con el maltrato económico. En el nivel de bachillerato se encontraron escasas correlaciones, solo del maltrato psicológico con los estilos de amor Ludus y Ágape. Por último, en el nivel licenciatura destaca la existencia de correlaciones estadísticas entre los estilos de amor Ludus, Manía y Ágape con todos los tipos de maltrato (ver tabla 8).

Los resultados en las correlaciones por nivel educativo de acuerdo con el sexo, fueron similares a las correlaciones presentadas en la muestra total en los niveles de secundaria y bachillerato. La principal diferencia fue que, en el nivel de secundaria, la correlación entre el estilo Manía y los tipos de maltrato se presenta solamente en el grupo de las mujeres. En el nivel universitario se identificaron un mayor número de diferencias al realizar esta separación por sexo, ya que la correlación del estilo de amor Ágape con los tipos de maltrato —a excepción del económico— se presenta exclusivamente en el grupo de mujeres; además, en este mismo grupo aparece una correlación negativa entre el estilo Eros y todos los tipos de maltrato —a excepción del económico. En el caso de los hombres universitarios, se presenta una correlación entre el estilo Storge y todos los tipos de maltrato (ver tabla 9).

Discusión

Maltrato en el Noviazgo

Los resultados acerca del maltrato en las relaciones amorosas muestran que en todos los niveles escolares se reportan niveles bajos, aun así, destaca que el de tipo psicológico es el que presenta mayor puntaje con respecto a los otros tipos de maltrato. Esto coincide con la literatura especializada, la cual señala la violencia emocional o psicológica como la de mayor presencia en las relaciones de pareja (Alegría y Rodríguez, 2015; INEGI, 2017; Valenzuela y Vega, 2015)

En función solamente del sexo, en todos los tipos de maltrato existe una ligera diferencia a favor de los hombres, aunque solamente en la violencia física esta diferencia es estadísticamente significativa. Esto implica una mayor presencia de violencia hacia ellos, lo cual concuerda con una gran parte de las investigaciones acerca de la violencia en relaciones de noviazgo, las cuales han encontrado presencia de violencia similares entre hombres y mujeres, o incluso una mayor presencia de violencia ejercida por parte de las mujeres hacia los hombres (Rey-Ancona, 2015; Rubio et al., 2017).

Con respecto al análisis de cada nivel escolar en función del sexo, destaca que tanto en el grupo de las mujeres como en el de los hombres se presentaron diferencias en el maltrato de tipo psicológico, económico y sexual, presentándose un mayor puntaje en el nivel bachillerato. Esto coincide con los estudios que señalan que en la etapa inicial de la adolescencia se presentan niveles menores de violencia, los cuales se van incrementando conforme avanza esta etapa —en la que se encuentran la mayoría de los alumnos de bachillerato— y estabilizándose e incluso disminuyendo al entrar a la etapa adulta (Cortés-Ayala et al., 2015; Redondo et al. , 2017).

Otro aspecto interesante es que en el nivel de bachillerato son las mujeres quienes presentan mayores puntajes reportados de maltrato, cuestión que no se presenta en ningún caso de los otros dos niveles escolares de este estudio. Una posible explicación de estos resultados podría estar vinculado a que, a diferencia del nivel secundario, en el que la mayoría de los estudiantes se encuentran al inicio de la adolescencia, en el bachillerato la mayor parte de los estudiantes ya han tenido experiencias previas a nivel sexual y romántico y es más fácil que se establezcan roles tradicionales de pareja en los que se reproducen conductas acerca de lo que se espera que hagan mujeres y hombres (Instituto Nacional de las Mujeres, 2007). Por otra parte, en un estudio realizado con estudiantes de bachillerato (García, De la Rosa y Castillo, 2012) se menciona que los hombres se remiten a relacionar la violencia en el noviazgo solamente con aspectos físicos, mientras que las mujeres amplían esta relación a aspectos psicológicos y emocionales, cuestión que puede influir en las diferencias encontradas en este estudio entre hombres y mujeres en este mismo nivel educativo.

Estilos de Amor

Los resultados muestran que los estudiantes de secundaria de esta investigación se identifican, en primer lugar, con el estilo de amor Storge, y posteriormente con el Eros y el Ágape. Esta misma combinación se presenta en los estudiantes de bachillerato, pero presentando como preferencia principal el estilo Eros sobre el Storge y el Ágape, lo cual concuerda con lo encontrado por Rocha, Avendaño, Barrios y Polo (2017) y por Galicia, Sánchez y Robles (2013) en estudiantes universitarios. Esto muestra que a los participantes de esta investigación les atraen las relaciones románticas caracterizadas por el apoyo y compañerismo (Storge), las basadas en aspectos románticos, sexuales y pasionales (Eros) y el altruismo y sacrificio por la pareja (Ágape). Esto puede ser explicado por la alta idealización romántica en la etapa inicial de la adolescencia, en la que apenas van apareciendo de manera incipiente aspectos de índole sexual, los cuales se incrementan en edades posteriores (Carrizo, 20II).

Los análisis estadísticos señalaron diferencias en los estilos de amor Eros, Ludus y Storge, en los que destaca que conforme aumenta el nivel de escolaridad hay una tendencia al alza del estilo Eros y una tendencia a la baja del estilo Storge. Esto significa que conforme los estudiantes tienen mayor edad y pertenecen a un nivel de escolaridad más alto van dándole mayor importancia a aspectos románticos y sexuales-pasionales en sus relaciones románticas, dejando en segundo plano a aspectos basados en la amistad, los cuales eran los principalmente privilegiados durante el nivel secundario, al inicio de la adolescencia. Esto contrasta con lo señalado en un metaanálisis realizado por Graham (2012) y en una investigación de Rodríguez, García y Porcel con universitarios (2017), en la que se encontró una disminución en la preferencia por estilo de amor Eros conforme aumentaba la edad de los sujetos investigados. En el caso del estilo Ludus, hay un aumento en el nivel bachillerato, el cual decae en la muestra de estudiantes universitarios. Esto indicaría que es en el nivel bachillerato, en el que las relaciones amorosas de los participantes se basan en el disfrute momentáneo sin intenciones de un compromiso a largo plazo. Estos resultados pueden explicarse debido a que en la parte inicial de la adolescencia, en la que se sitúan la mayor parte de los estudiantes de secundaria, es común la presencia de 'enamoramientos platónicos' —que no necesariamente culminan en una relación de noviazgo—, los cuales se caracterizan más por idealizaciones de belleza, menor compromiso y menos elementos sexuales que enamoramientos en edades más avanzadas, los cuales van adoptando aspectos menos idealizados y va apareciendo mayor interés por el disfrute y el placer (Carrizo, 2011).

Con respecto a las preferencias por sexo, los resultados muestran que las relaciones amorosas de los hombres y las mujeres adoptan un estilo romántico basado en el compañerismo y apoyo (Storge) y la pasión sexual y el romanticismo (Eros). En el caso de los hombres, un tercer tipo de amor preferente es el basado en el altruismo y sacrificio (Ágape), lo cual es diferente en las mujeres, quienes se inclinan por relaciones basadas en decisiones racionales (Pragma). Estos resultados encontrados en los participantes de secundaria, bachillerato y licenciatura coinciden parcialmente con otros estudios realizados con poblaciones de universitarios, en los que el estilo Eros también fue uno de los de mayor importancia para hombres y mujeres (Rocha, Avendaño, Barrios y Polo, 2017) y el Storge para hombres (Caro, 2015; Rocha et al., 2017), pero difiere en cuanto al estilo Pragma, que no ha sido identificado como preferente para las mujeres, sino en los hombres universitarios, en especial en sus relaciones románticas con expectativa de matrimonio (Caro y Monreal, 2017).

Otro aspecto que se observa son algunos cambios en el orden de los estilos de amor preferidos en el nivel secundaria con respecto al nivel de bachillerato y universidad. En el caso de los hombres, en el nivel de secundaria hay una tendencia mayor a relaciones amorosas caracterizadas primordialmente por el altruismo y sacrificio (Ágape), seguidas en un segundo y tercer plano por el compañerismo y apoyo (Storge) y la pasión (Eros). Aunque estos elementos siguen presentes en los niveles educativos subsiguientes, los aspectos pasionales pasan a un primer plano de preferencia.

En el caso del grupo de mujeres, en el nivel de secundaria se muestra una preferencia por las relaciones amorosas caracterizadas primordialmente por el altruismo (Ágape), seguidas en un segundo y tercer plano por la racionalidad (Pragma) y la pasión (Storge). Al igual que en los hombres, en los niveles educativos subsiguientes, los aspectos pasionales pasan a un primer lugar de preferencia. Algunos autores (Cantera, Estébanez y Vázquez, 2009; Castro, 2004) han señalado que el aumento de la importancia del estilo Eros conforme avanza la edad está relacionado con la evolución que se tiene acerca del amor, ya que es común que en el nivel de secundaria, donde la mayoría de los estudiantes se encuentran al inicio de la adolescencia, se asocien aspectos de una amistad ideal a las relaciones románticas; un ejemplo de esto es lo señalado por Gutiérrez (2018) en una investigación con estudiantes de secundaria, en la que se hacía referencia a un 'super-amigo-novio', caracterizado por estas cualidades afectivas de amistad, las cuales son más valoradas que las de tipo pasional y sexual. Esta actitud hacia el amor pasional se daría con mayor énfasis, en el caso de las mujeres, debido a que socialmente es percibido de manera negativa que expresen de manera explícita un gusto por aspectos sexuales a edades muy tempranas como en las que se encuentran las estudiantes de secundaria.

Con respecto a la presencia del estilo Pragma en mujeres, existe una coincidencia con los estudios pioneros realizados por Hendrick y Hendrick (1986), en los que también se encontró una preferencia presentada por las mujeres hacia este estilo de amor, en comparación de los hombres, en los que no se presentaba esto. Desde una perspectiva evolucionista, esto puede ser explicado por la tendencia de las mujeres a ser más selectivas con sus parejas, debido a que tanto biológica como culturalmente son ellas quienes invierten más tiempo en la relación de pareja (Fisher, 2004). Otra posible explicación es el incipiente cambio de visión acerca del amor en las nuevas generaciones. De acuerdo con Rodríguez (2017), en la actualidad, el ideal de las relaciones románticas incluiría no solo aspectos pasionales, sino también daría cabida a los racionales al momento de decidir tener una relación romántica.

Correlación entre Estilos de Amor y Maltrato de Noviazgo

A partir de los resultados encontrados se destaca las correlaciones significativas y positivas entre todos los tipos de maltrato y los estilos de amor Manía -donde se ve a la pareja como objeto y posesión-, Ludus -donde se privilegia la diversión y no se busca un compromiso a largo plazo-, y Ágape —en el que la relación se basa en el apoyo y sacrificio por la pareja—; es decir, que al presentarse una mayor preferencia de esos estilos en las relaciones amorosas aumenta —aunque en poca proporción, pero de manera significativa— la presencia de maltrato. Es importante señalar la relación existente entre los estilos Manía y Ágape con aspectos inherentes al ideal del amor romántico en las sociedades occidentales que facilitarían la presencia de conductas de maltrato en una relación de pareja (Bosch, 2007). Por ejemplo, en el caso del estilo Manía, la idea acerca de considerar a la pareja como un objeto o propiedad del cual se puede hacer uso, o en el caso del estilo Ágape, en el que la creencia acerca de que cuando el amor es 'verdadero' debe ser abnegado, sacrificado y capaz de aguantar cualquier adversidad. En tanto que con el estilo Ludus se puede inferir que, al caracterizarse por la ausencia de compromiso por la relación de pareja, también se presentaría una escasa empatía hacia la otra persona, factor que ha sido señalado como un facilitador de maltrato en las relaciones de pareja (Rubio, Carrasco, Amor y López, 2015).

En cuanto a las correlaciones por nivel escolar, los resultados de los participantes que cursaban educación secundaria muestran una correlación positiva y significativa entre el estilo de amor Manía y todos los tipos de maltrato. También se encontraron correlaciones entre el estilo de amor Ludus y el maltrato psicológico y económico, y entre el estilo de amor Pragma y el maltrato económico. En el nivel de bachillerato, se encontraron correlaciones positivas y significativas entre los estilos de amor Ludus y Ágape con el maltrato psicológico, es decir, a mayor presencia de cualquiera de estos dos estilos de amor se presenta un aumento en el maltrato de tipo psicológico. Finalmente, en el grupo de licenciatura se encontraron correlaciones estadísticas positivas entre los estilos de amor Ludus, Manía y Ágape con todos los tipos de maltrato, lo que significa que a una mayor presencia de alguno de estos tres estilos de amor hay mayor presencia de maltrato. En síntesis, se puede destacar que los estilos de amor Ludus, Mania y Ágape son los que muestran mayor relación con el maltrato en la pareja, en alguna de sus modalidades.

Los resultados con respecto al estilo Ludus y Manía apoyarían lo encontrado en otros estudios en los que también se ha identificado una relación de dichos estilos con aspectos negativos en la relación de pareja. Por ejemplo, García, Fuentes y Sánchez (2016) encontraron en una muestra de adultos jóvenes, de entre 23 y 40 años, una relación entre el estilo de amor Ludus con estilos de confrontación de sumisión y retirada, lo que propicia una relación disfuncional e insatisfactoria en la pareja. Por su parte, Salcedo et al. (2017) en una muestra de hombres y mujeres de entre 20 y 60 años identificaron una relación entre el estilo Manía con la presencia de codependencia en la relación de pareja.

Con relación al análisis de nivel escolaridad, diferenciado por sexo, destacan algunos aspectos diferentes con respecto al análisis de la muestra conjunta en los resultados encontrados en el nivel universitario. En el caso de las mujeres, la presencia de un estilo de amor tradicional, en el que ellas privilegian los deseos de sus parejas sobre los propios, es un factor para que se presente maltrato, en contraste con la presencia de un estilo de amor pasional y romántico, que disminuye la presencia de dicho maltrato. Esto reflejaría que el maltrato en las relaciones se facilitaría en aquellas mujeres que se adhieren a una concepción más tradicional del amor, en el que se promueve que deban ser abnegadas en sus relaciones románticas, sacrificarse y soportar todo 'en nombre del amor', en contraste con las jóvenes que se alejan de este patrón de idealización del amor o dependencia y más centradas en el disfrute romántico-pasional en las relaciones románticas (García, Hernández y Monter, 2019). En el caso de los hombres universitarios de esta muestra, alejarse del estereotipo del hombre 'rudo' y asumir un estilo basado en el apoyo y compañerismo también facilita la presencia de maltrato. Esto podría ser explicado también por la expectativa social tradicional acerca de lo que se cree que es valorado en un hombre en una relación de pareja; por ejemplo, en una investigación con jóvenes que estaban por entrar a la universidad refieren que, a pesar de que la mayoría de las mujeres muestran una preferencia por hombres tiernos y cariñosos, existe todavía un porcentaje significativo de chicas que les atraen que ellos sean fuertes, viriles y agresivos, lo que propiciaría conflictos en las parejas al no poseer dichas cualidades (Moncada, Monroy y De la Rosa, 2015).

Conclusiones

A partir de los hallazgos encontrados en esta investigación es posible plantear las siguientes conclusiones:

1. En la muestra general, los niveles de maltrato son similares en los tres niveles de escolaridad, a excepción del maltrato psicológico, que presenta sus niveles más bajos en los niveles escolares de secundaria y licenciatura —donde inicia y termina la adolescencia—, a diferencia del nivel bachillerato, donde se presentan los niveles más altos. En el caso exclusivo de las mujeres, se identificaron puntajes más altos en el nivel de bachillerato para todos los tipos de maltrato, a excepción del físico.

2. En general, no se encuentran diferencias entre la violencia recibida que reportan hombres y mujeres en sus relaciones de pareja, a excepción del maltrato físico, aspecto en el que los hombres reportan mayor violencia. Un aspecto para investigar, derivado de estos hallazgos, sería profundizar en el impacto real que tiene dicha violencia, la cual se ha señalado es diferente para hombres y mujeres.

3. En los tres niveles de escolaridad se identifican estilos de amor similares, caracterizados principalmente por los estilos Ágape, Eros y Storge. Conforme más es alto el nivel de escolaridad —y, por ende, mayor edad de los participantes— decrementa el estilo Ágape e incrementa el Eros. En el caso exclusivo del grupo mujeres, destaca que el estilo Pragma se encuentra entre los tres estilos prevalentes, en lugar del Ágape.

4. Se identifica que al presentarse los estilos Manía, Ágape y Ludus se facilita la presencia de maltrato en todos sus tipos. En el caso de los niveles de secundaria destacan los estilos Manía y Ludus y en licenciatura Manía, Ludus y Ágape como facilitadores de maltrato.

A partir de estas conclusiones, se evidencia la necesidad de implementar programas en las escuelas que contemplen los temas de maltrato y relaciones románticas. Aunado a esto, sería importante retomar la investigación de los estilos de amor identificados con mayor presencia en los estudiantes de esta investigación (Eros, Manía y Ágape) con otras conductas importantes en la relación de pareja, como la presencia de dependencia y control o la ausencia de empatía y compromiso hacia la pareja, las cuales van más allá del propósito de esta investigación pero que ayudarían a comprender de manera más amplia el rol que juegan los estilos de amor en el fenómeno del maltrato en las relaciones de pareja. Abordar estos aspectos relacionados con el amor es de esencial importancia, ya que la mayoría de ellos omiten o solo lo retoman de manera superficial en programas preventivos de maltrato en el noviazgo de adolescentes escolarizados, e incorporar esta perspectiva a los espacios educativos facilitaría la reflexión acerca de la manera en que los adolescentes van construyendo su propio estilo de amar y cómo van desarrollando conductas que favorecen la presencia de maltrato en sus relaciones amorosas.


Notas

1 De acuerdo con Planned Parenth00d Federation of America (2005), los términos "maltrato" o "violencia" en la pareja se refieren a un mismo fenómeno y se pueden usar como sinónimos. Para efectos de este trabajo se utilizará de manera indistinta estos dos términos.

2 La d de Cohen permite identificar el tamaño del efecto en las diferencias estadísticamente significativas. De acuerdo con este autor, un tamaño hasta .02 se considera "pequeño', un tamaño entre .03 y .05 'mediano' y de ,06 o más, 'alto'.


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