Psicología desde el Caribe

ISSN 0123-417X
e ISSN 2011-7485
n.° XXI, enero-junio de 2008
Fecha de recepción: 2 de marzo de 2008
Fecha de aceptación: 30 de abril de 2008


Vivencia de bienestar social de profesionales acompañantes de procesos de integración social en la ciudad de Barranquilla

 

Jean David Polo*, María Amarís** y Alberto De Castro***

* Psicólogo y Magister en Psicología, Universidad del Norte. Docente catedrático, Departamento de Psicología Universidad del Norte y docente Facultad de Psicología Universidad Simón Bolívar. pjean@uninorte.edu.co, jeandavidp@yahoo.com

** Psicóloga y Magíster en Desarrollo Social, Universidad del Norte. Magister en Ciencias de la educación con énfasis en Ciencias Sociales, Universidad XII. Candidata a Doctor, Universidad del Norte. Profesora Departamento de Psicología, Universidad del Norte. mamaris@uninorte.edu.co

*** Psicólogo, Universidad del Norte. Master of Psychology, University of Dallas. Candidato a Ph.D., Saybrook Institute. Profesor Departamento de Psicología, Universidad del Norte. amdecast@uninorte.edu.co


Resumen

Este artículo presenta los resultados de una investigación que se hizo sobre Bienestar Social y cuyo eje principal fue recoger el estado y la vivencia de bienestar en los profesionales que acompañan las condiciones de integración social de las personas involucradas en estos procesos.

Se tomaron como referentes el discurso vivido y el contexto de los participantes en la investigación según la experiencia directa y subjetiva de estas personas en su mundo de la vida, para desde allí comprender su realidad.

Palabras claves: Bienestar social, mundo de la vida, investigación cualitativa y entrevista en profundidad.


Abstract

In this article, it is offered the main results about social well-being that were found in a research focuses on lived experiences about this concept. The population studied were the professionals who support and direct the process of social integration of people who are in this condicition. In this sense, the researchers emphazised the participants'discourse and context, focusing on their lived experiences in the world. From that point, the researchrs tried to comprehend the participants' reality.

Key words: Social well-being, life-world, qualitative research.


INTRODUCCIÓN

"Sí él se relaciona con su
actividad como con una
actividad no libre, se
está relacionando con ella
como con una actividad al
servicio del otro, bajo las
órdenes, la compulsión y el
yugo de otro."

(Karl Marx en Manuscritos)

Los procesos de reparación, reconstrucción del proyecto de vida y de las redes sociales que se han gestado en los programas del Estado y de la Sociedad Civil han impulsado una dinámica que no solo afecta a los principales beneficiarios de estos procesos, sino también a aquellas personas que desde los ámbitos profesional y laboral contribuyen a estos procesos.

Los profesionales, en especial los de las Ciencias Humanas, somos humanos ante todo y por esta particularidad en nuestro Mundo de la Vida nos vinculamos fácilmente a las personas con quienes trabajamos puesto que las aquejan fuertes dolores emocionales. Pero parece ser que poco o nada nos preguntamos por el impacto que con diversas manifestaciones se da en nuestra vida, en las relaciones con los otros, en la capacidad de sentir la pertenencia a un grupo con una retroalimentación positiva.

El acompañamiento de la integración social es un proceso de doble vía porque necesita a una persona (en nuestro caso, un profesiona) que lo guía y orienta) pero también, ella misma es la persona que reconoce e identifica la experiencia intersubjetiva de quien está frente a él sufriendo.

Ahora bien si vamos a hablar de integración social es pertinente aclarar el término. Según Martín Hopenhayn (1998), en integración social confluyen varios fenómenos:

participación progresiva de la población económicamente activa en empleos modernos, más productivos y con salarios cada vez mejores; acceso a mayor educación y por tanto a mayores posibilidades de movilidad socio-ocupacional a futuro; un poder de consumo, cada vez más difundido, lo que implica acceso a una gama crecientemente diversificada de bienes y servicios; mejor inserción territorial, vale decir, acceso a vivienda y hábitat de mejor calidad y asentamientos más conectados con la infraestructura moderna; y acceso institucionalizado a servicios de salud y seguridad social (p. 13).

Ahora bien, los procesos de integración social implican un acercamiento afectivo con las personas a ellos vinculadas; sin embargo, al mirarlo en profundidad esta aproximación condiciona el alcance de la intervención.

En el transcurso de la investigación se hizo explícita la necesidad de un enfoque que al dar cuenta del sujeto y de su medio social, respetara sus valores, maneras y formas de manejar la vida, y que también le permitiera encontrarse con otros en el mundo; de este modo se construyó un enfoque psicosocial. Cuando hablamos de lo psicosocial (San Juan, 1996) nos referimos a un enfoque multidimensional, donde las intervenciones que se realizan se hacen a partir de las perspectivas personales incluyendo lo que el medio, grupo y personas significativas le dan a la vida, de tal forma, que se encuentra un sujeto activo, actor social y, por ende, constructor de su mundo. Profundizando aún más, nos dicen Blanco y Valera (2007):

Parece claro que no podemos hablar de intervención sin tomar en consideración a las personas implicadas en ella como beneficiarios. Además de parecer una obviedad, estas personas son un supuesto imprescindible como protagonistas en cualquier programa de intervención. Interesa subrayar desde el principio que ese protagonismo no los convierte en meros receptores de las indicaciones procedentes de los expertos, ni los reduce a simples participantes en las actividades que requiera el programa, sino que pide de ellos el papel de «actores» (p. 6)

Esta puntualización de lo psicosocial, que ha sido un enfoque inclusivo, nos permite no solamente dar cuenta de los fenómenos que ha vislumbrado esta investigación sino que también, nos da cuenta de la comprensión de la realidad del fenómeno que es mostrada en las investigaciones citadas en el texto.

Desde la Ciencia Social es imperativo reconocer cómo los profesionales que trabajan con las personas en circunstancias de integración social están viviendo su situación actual y hacia dónde se orientan. Luego, nosotros hemos tomado el concepto de vivencia como la forma en la que los seres humanos "se proyectan en el mundo"; de esta manera, sus vivencias y experiencias significativas conducen a la forma de relación con ellos y con el mundo.En este punto cabría conceptualizar lo que para nosotros es una vivencia, en un primer momento desde Luckman (1996):

Para el análisis de la constitución del sentido en la acción, los núcleos temáticos elaborados por la conciencia mediante síntesis pasivas son de particular trascendencia. Son la base de toda la constitución del sentido. En una primera aproximación los podemos llamar vivencias (Erlebnisse). No obstante la definición parece demasiado angosta, de modo que debemos ampliarla. Ninguna vivencia contiene solamente el núcleo actual vivenciado a través de las distintas fases, sino también el pasado (como perteneciente a él) justamente comprendido, al que pertenece (aunque con cierto límite variable) hasta que se produce una ruptura donde la vivencia siguiente ya no puede considerarse como incluida. La vivencia contiene además, tal como queremos entender aquí el concepto, no sólo la presencia del tema, sino los elementos relevantes que a él se le «apresentan» (p. 34).

En este sentido, las vivencias son dinámicas, son activas y están en medio de lo que hacemos; así podemos tener vivencias significativas que, de algún modo, permiten construirnos como persona.

Pero estas vivencias se singularizaron a partir de la experiencia intersubjetiva, es decir, desde la experiencia de relación con los otros lo que supone preguntarnos si nos sentimos bien en un determinado contexto y realidad social, al indagarnos puntualmente por el bienestar social.

El bienestar social es un "concepto que incorpora ideas de equidad y justicia distributiva, planteando que no se puede medir el estado de las riquezas de un país sin tener en cuenta las desviaciones típicas de los datos, es decir, de la distribución" (Casas, 1994). De igual manera, podemos decir que "el bienestar social se refiere al orden social para promover las satisfacciones de las necesidades individuales que son compartidas, así como las necesidades pluripersonales" (Casas, 1994). De esta manera, cuando el bienestar social se vivencia, las personas sienten equidad, pero en las víctimas de la guerra esto no podría presentarse por las condiciones en que viven.

METODOLOGÍA

De acuerdo con sus fines, esta investigación enmarca en la fenomenología-hermenéutica con la cual buscamos acercarnos a la experiencia de las personas, tal como ésta se presenta en la vida cotidiana de los profesionales (Spinelli, 2000; McCall, 1983; Ihde, 1986 y Hornstein, 1988). Tomamos los aportes de la fenomenología (Husserl, 1995 y Schütz, 1993) que en palabras del mismo Husserl el ideal es "volver a las cosas mismas".

Conforme con lo planteado por Amedeo Giorgi (2003), como metodología de orden descriptivo, obtenemos con ella la más precisa y detallada descripción de las vivencias humanas, así como la aprehensión de su sentido totalizante.

De igual manera, tal metodología descriptiva está fundamentada y contextualizada en el proceso de la hermenéutica que representan autores como Martín Heidegger (1995), Hannah Arendt (1995), Hubert Dreyfus (1996) y Hans-Georg Gadamer (1991). Ellos sostienen que toda descripción es ya una interpretación, por lo cual el proceso mismo de la hermenéutica permite ir-y-venir, es decir, validar y valorar el proceso. Partimos de una descripción, que en la medida de las posibilidades trata de ser fiel a la persona-en-relación, y luego miramos las implicaciones y lo que significan para la otra persona, proceso que se valida con ella misma. Martínez (2002: 130) nos indica que "el método hermenéutico-dialéctico está concebido y diseñado especialmente para el descubrimiento, la comprensión y la explicación de las estructuras o sistemas dinámicos que se dan en los seres humanos o en la organización y dinámica de grupos de personas, étnicos o sociales"; para los observadores esto significa tener presente siempre los propios prejuicios, preconcepciones, limitaciones y aquello que forma parte de las construcciones propias de los individuos, y que de modo preciso o indirectamente, se observan plasmadas en la descripción fenomenológica realizada para acercarnos a la experiencia en disertación. Por lo anterior, al seguir las sendas que han recorrido los investigadores desde la hermenéutica, es un imperativo depurar toda la interpretación efectuada mediante el diálogo abierto entre los actores de la investigación (Aantoos, 1984). Esto implica tanto a investigadores como a los co-investigadores, puesto que en el encuentro realizado entre las personas que realizamos la investigación se reconoce la influencia de la intencionalidad propia del proceso comprensivo de la vivencia escrutada. Las personas en la investigación tienen una participación activa, pues se puede validar el encuentro de las intencionalidades para recrear si existe la experiencia comprensiva.

En consecuencia, es pertinente asegurar que la propuesta esté inmersa en los estudios cualitativos de caso (Sandoval, 2002) para lo cual utilizaremos como fuente primaria de acercamiento a la realidad la entrevista individual en profundidad. "Este es el instrumento preferido y —diríamos— básico de la investigación enfocada desde la teoría fundada, junto con el de las historias de vida. Por lo general, su empleo implica la realización de varias sesiones con la misma persona. Comenzamos con una primera entrevista de carácter muy abierto, que parte de una pregunta generadora, amplia, para no sesgar un primer relato, que servirá de base para la profundización ulterior. En tal sentido, consideramos que la propia estructura con que la persona entrevistada presenta su relato, es portadora en ella misma de ciertos significados que no deben alterarse con una directividad muy alta, particularmente, lo repetimos, al comienzo del proceso". (Sandoval, 2002: 145). Buscamos comprender la experiencia de la persona, reconociéndola como constructora de su historia, inmersa en un contexto con el cual interacciona y se construye, por lo cual es vital para la ciencia reconocer su ser-en-el-mundo (Von Eckarstberg, 1986). Por esto, iniciamos con una entrevista abierta, donde se le permite al profesional expresar libremente sus sentimientos, emociones y vivencias en medio del fenómeno que buscamos comprender; profundizamos en función de reconocer aquellas particularidades que caractericen a este grupo de personas. Luego de esta entrevista, analizaremos en función de unidades de sentido, dadas por la vivencia intersubjetiva manifiesta en el proceso de la entrevista.

PROCEDIMIENTO

■ Etapa inicial

Clarificación de los presupuestos o prejuicios de los investigadores ante el tema de investigación: "Es así como nuestros prejuicios [...] anticipan en cierta medida el significado de las cosas, [...]. Ellos nos permiten estar orientados familiarmente en el mundo en el cual hemos crecido. No se trata de un mundo extraño, esto es, de un objeto. Se trata de un mundo común en el que nos moveremos por referencia a un sentido, al sentido que funda la comunidad en cuanto recibe la palabra de las tradiciones." (Contreras, 2002: 18). De esta manera, sabemos y reconocemos cómo se da nuestra comprensión de la realidad, dejamos claro qué pensamos, sentimos y percibimos del fenómeno que nos encontraremos.

Elaboración de la descripción protocolar (descripción inicial de la experiencia por escrito, preferiblemente): "El fin de este paso es producir una descripción fenomenológica con las siguientes características:

  1. Refleja el fenómeno o la realidad así como se presentó.
  2. Es lo más completa posible y no omite nada que pudiera tener alguna relevancia, aunque en este momento no lo parezca: aún no es el momento de juzgar el valor o el significado de las cosas; que aparezcan, hasta donde sea posible, todos los elementos, partes, detalles o matices de las cosas; a veces resulta que un detalle será después la clave para descifrar y comprender toda la estructura.
  3. No contiene elementos 'proyectados' por el observador: ideas suyas, teorías 'consagradas', prejuicios propios o hipótesis 'plausibles'.
  4. Recoje el fenómeno descrito en su contexto natural, en su situación peculiar y en el mundo propio en que se presenta. Las grabaciones de audio y de video, por su gran riqueza de información, podrán formar parte importante de la descripción fenomenológica.
  5. La descripción aparece realizada con una verdadera 'ingenuidad disciplinaria'" (Martínez, 2002: 175).

Re-definición de las preguntas orientadoras iniciales: En este ítem, partiendo de lo encontrado en las personas entrevistadas, replanteamos, reestructuramos e incluso cambiamos las preguntas, de tal forma que podamos mejorar la calidad del acercamiento a la vivencia subjetiva.

■ Segunda etapa

Familiarización (lectura y re-lectura para la comprensión del sentido de totalidad): "Tal meditación requiere una revisión lenta del protocolo para percatarse de cuándo se da una transición del significado, cuándo hay un cambio de intención del sujeto en estudio." (Martínez, 2002: 177; Giorgi, 1985 y Giorgi, 2003). De esta forma, reconocemos las relaciones existentes de las partes del discurso y de este mismo con el todo.

Demarcación de la experiencia (texto) en unidades de sentido: tomando la narrativa de las personas, en esta fase buscamos construirlas en categorías, de acuerdo con la vivencia directa de la persona (Garza, 2004). Estas categorías serán la base para el análisis posterior.

Tematización de las unidades de sentido en subcategorías y categorías a la luz de las vivencias, la intencionalidad y el afrontamiento (Garza, 2004 y Kockelmans, 1987). Una vez reconocidas las unidades de sentido, partiendo de las vivencias subjetivas, procedemos a descomponer en temas todos los que encontramos en las unidades de sentido.

Transformación (en lenguaje psicológico) de las unidades de Sentido categorizadas - tematizadas a la luz de las vivencias, la intencionalidad y el afrontamiento: "la intencionalidad (...) es la ahondada consciencia de uno mismo, es el medio que tenemos de poner en acción la significación sorprendida de la consciencia" (May, 1990: 187-188). Es en esta fase donde se le dan categorías psicológicas a las vivencias; se trata de convertir en lenguaje lego lo expresado por las personas.

- Análisis de las propias reacciones o prejuicios (ante cada Unidad de Sentido transformada): en esta condición buscamos reconocer qué hay del investigador en lo dicho por el co-investigador (Pérez, 1995); es decir, reconocemos cuánto de lo nuestro se entrelaza con lo planteado por la persona que está con nosotros en la investigación.

- Re-análisis de cada transformación de las unidades de sentido categorizadas - tematizadas: revaluamos aquellas transformaciones de sentido que hicimos y a partir de la relación entre las diferentes partes del todo revisamos las relaciones que existen entre ellas mismas.

- Realización del cuadro de análisis de cada entrevista: este cuadro nos ayuda a sistematizar de mejor manera la entrevista.

- La idea de mostrar el cuadro de análisis de esta forma (poniendo de primero la categoría y de tercero, las unidades de sentido) es presentar en aras de la practicidad, las unidades de sentido exactamente al lado de las transformaciones y reacciones de los investigadores (Giorgi, 1970; Von Eckartsberg, 1971; Giorgi, 1983; Giorgi, 1985 y Giorgi, 2003), para que los observadores y los mismos investigadores tengamos la información y el análisis de las experiencias del co-investigador de manera integrada y/o no dispersa.

Luego de hacer todo este ejercicio, mostramos el cuadro de la siguiente forma:

Re-definición de las preguntas orientadoras y delimitación de los temas a indagar en la próxima entrevista: una vez hemos ha estructurado el cuadro, empezamos a elaborar la siguiente entrevista (Bonilla & Rodríguez, 1997), comenzando con lo que no quedó claro en el primer encuentro, de tal manera que desde allí podamos profundizar en la vivencia de los individuos.

 Tercera etapa

Resultados: integración de la experiencia o elaboración de la estructura situada de sentido a la luz de las vivencias, la intencionalidad y el afrontamiento (Spiegelberg, 1972). Integramos en un todo el proceso que hemos venido construyendo con la persona, de tal forma que se reconozca la intencionalidad en su vivencia para finalmente reconocer los elementos constitutivos y, en lo posible, la experiencia directa de los sujetos.

Retroalimentación - Re-definición de la estructura situada. Tan pronto hayamos recorrido este camino, mostramos al co-investigador los resultados obtenidos, y recibimos las posibles aclaraciones acerca de puntos oscuros (Giorgi, 2003). Si existen cambios por las apreciaciones de la persona, las podemos hacer en el marco de referencia.

Como este estudio implica dos (2) casos para entrevistar, existe una cuarta etapa.

 Cuarta etapa

Convergencias - divergencias: al analizar varias vivencias es importante reconocer dónde se encuentran, y también la identificación de los puntos de desencuentro (Dahlberg, Drew & Nystrom, 2002), de tal manera que estos nos permite una comprensión más amplia del fenómeno estudiado.

Estructura general de sentido: en esta fase reconocemos cómo se da a nivel general el sentido (Colaizzi, 1969), es decir, las relaciones existentes entre los encuentros y desencuentros de los co-investigadores.

Conclusiones: Es el espacio donde se debate lo existente en el marco de referencia contra lo encontrado en la investigación; es donde se da la discusión con otras investigaciones (Churchill, 2000a; Churchill & Richer, 2000 y Churchill, 2000), con otras perspectivas que permitan enriquecer el cuerpo de conocimiento existente de esta temática.

RESULTADOS

En las dos co-investigadoras se observó (De Castro, Amarís & Polo, 2008), en diferente medida, situaciones conflictivas en sus relaciones personales, con sus compañeros de trabajo, con la familia y con sus grupos de pares. Estos conflictos nos indican que está afectado el bienestar social.

Lo primero que vamos a señalar, es la diferencia en las relaciones con sus amistades, pues mientras una de ellas conserva amistades de personas externas a la institución donde trabaja, por el contrario, la otra siente que su vida es absorbida por la corporación con la cual está trabajando.

Fanny aun cuenta con la capacidad de encontrarse con sus amigos y grupos de pares; siente pertenencia y está estableciendo lazos sociales, en este caso con su endogrupo filial, pues para ella es importante seguir relacionada con las personas que han sido significativas en su vida. Es un buen indicador, pues el hecho es que ella no ha convertido el trabajo en el único lugar donde encuentra amigos, pero por las situaciones de la exigencia laboral, no ve ni se reúne con sus amigos con la misma frecuencia con que lo hacía antes:

[Pues la frecuencia. Antes nos veíamos más, ya ahora de pronto no tanto. Antes de pronto compartíamos, eh... más tiempo en rumba, en ir a comer, en ir a cine, pues ya ahora mismo pues no es el caso, ¿no?... De pronto nos vemos una o dos veces al mes o cosas así por el estilo... muy poco. Y pues en relación con el trabajo... no... siempre que igual, siempre ha sido así].

Esta parte nos permite ver el hecho de que, si bien no tiene relaciones de confianza con sus compañeros en el centro, y esto sigue siendo una constante en todas las entrevistas, sí tiene personas que ella considera amigos lejos del ambiente del centro de atención.

En contraparte, Karen, se siente sola y aislada con una fuerte angustia de soledad; ella se siente lejos de las demás personas y que no tiene amigos. Karen nos habla del resultado de su soledad como una experiencia emocional dolorosa por no poder estar con amigos o personas que ella considera significativas, tanto por el qué dirán como por el hecho de no tener el espacio de tiempo para departir en un grupo social. De modo similar, se siente (a causa de las condiciones en el trabajo) que no tiene amigos, es decir, una vez más desprendida; esta situación de grupos de amigos, conlleva a que se sienta más sola y abatida:

[Sí. En este momento, créeme que más he sentido que mi círculo de amigos como que se ha..., se ha... ¿qué te digo?, minimizado mucho. Por lo menos, he perdido el contacto con muchos. eh. me he alejado mucho de las reuniones sociales, de todo tipo de eventos, eh... A veces no sé si es por el tiempo... (...), porque hasta el mismo tipo de situaciones que he vivido, incertidumbre, me han creado desconfianza ¿ya? en contar mis cosas, (...)].

Este es un indicador preocupante porque denota, tanto la soledad que ella ha mencionado varias veces en las entrevistas como el hecho de no ver una salida a su situación.

Luego podemos dar cuenta que en el caso de las relaciones estables y confiables, relaciones de amistad, con la familia y con los compañeros de trabajo, se pueden apreciar visibles diferencias. Fanny siente que tiene un grupo de amigos con los cuales, aunque pocas veces, se reúne, comparte y se divierte; cosa similar ocurre con la familia, pues nos habla del domingo como el momento de compartir con ella. Por otra parte, Karen nos muestra tanto sus sentimientos de lejanía con la familia, como por no tener amigos con quienes compartir y tener momentos de relajamiento. Ambas convergen en que la mayoría de sus compañeros de trabajo no les ofrecen garantías para establecer algo más que una relación estrictamente laboral, dados los constantes chismes y comentarios que se dan al interior de las fundaciones.

DISCUSIÓN

Puntualizamos que nos hemos referido al bienestar social como "la valoración que hacemos de las circunstancias y el funcionamiento dentro de la sociedad" (Keyes, 1998, p. 122). Por lo tanto, en las experiencias que han vivenciado las co-investigadoras hemos visto cómo están las relaciones interpersonales condicionadas por las estructuras sociales.

En la investigación que realizamos (De Castro, Amarís & Polo, 2008), encontramos que el bienestar social es afectado por dos situaciones básicas: la primera, la relación de interacciones que existen entre los compañeros de trabajo; y la segunda, según nuestras co-investigadoras porque las relaciones entre los profesionales en estas instituciones son tensas y problemáticas por las amplias jornadas de trabajo y por las exigencias del mismo.

En este sentido, iniciaremos con la integración social, que desde Keyes (1998) es la valoración de las relaciones que establecemos socialmente. Las co-investigadoras nos plantean problemáticas en esta área, pues las relaciones que se establecen con los beneficiarios o participantes de estos procesos, están siempre condicionadas por los problemas de seguridad y de confianza que se tienen con las respectivas poblaciones con las que ellas trabajan. En últimas, sienten que con los beneficiarios de los proyectos no se pueden establecer relaciones profundas de amistad. Como ya se ha mencionado anteriormente, sienten que las relaciones con los compañeros de trabajo son tensas, y es poco lo que realmente se puede hacer mientras existan las condiciones actuales. De igual modo, se ha vislumbrado el hecho de que es muy importante tener amigos fuera del lugar de trabajo, pues como expresa Shamai (2005), es un indicador preocupante cuando no se tienen amigos fuera del lugar de trabajo.

Otro aspecto que se evidenció fue la aceptación social. Sobre este particular, Díaz (2007) nos señala:

Desde el punto de vista del bienestar y de la salud, la integración no es más que el punto de partida. Es imprescindible estar y sentir la pertenencia a un grupo, a una comunidad, pero es necesario que dicha pertenencia disfrute, al menos, de dos cualidades: confianza, aceptación, y actitudes positivas hacia los otros (atribución de honestidad, bondad, amabilidad, capacidad), y aceptación de los aspectos positivos y negativos de nuestra propia vida (p.56).

Pudimos observar que en la co-investigadora número 1 hay en estos momentos un alto nivel de aceptación social, puede establecer vínculos con personas externas a la institución y, desde su vivencia, confía en la bondad y generosidad de la gente. De este modo, se puede vislumbrar que independientemente de los problemas que se presenten en las vidas de quienes atienden, hay todavía de posibilidad de establecer de relaciones confiables y saludables.

En la co-investigadora número 2 hay, en estos momentos, situaciones que le producen miedo. Entendemos aquí por miedo (Lira, 1991) lo siguiente:

El miedo se genera en la subjetividad de sujetos concretos, y como tal es una experiencia privada y socialmente invisible. Sin embargo, cuando miles de sujetos son amenazados simultáneamente dentro de un determinado régimen político, la amenaza y el miedo caracterizan las relaciones sociales, incidiendo sobre la conciencia y la conducta de los sujetos (p.5).

En la co-investigadora número 2, existen ya las bases experienciales de un miedo, pues como muestra una de las entrevistas (a partir de la discusión con uno de los participantes) le teme a posibles situaciones que vayan contra su vida y la de sus familiares, lo que hace más difícil poder confiar en la gente.

En cuanto a la contribución social, Díaz (2007) la define como la capacidad de aportar al lugar y a las condiciones sociales en las que vivimos. Las co-investigadoras se vivencian a sí mismas realizando un gran aporte a nivel social, pues desde su perspectiva están ayudando a transformar situaciones muy difíciles y que, en muchas ocasiones, las personas del común dan por perdidas.

Sobre la actualización social (Díaz, 2007), que se define como la confianza en nuestra sociedad y, por ende, en las instituciones del Estado, vemos que existe poca confianza en lo que éstas puedan realizar. Para las co-investigadoras (en especial para la co-investigadora número 1) la mayoría de las instituciones del Estado "juegan un papel" delante de la fundación y otro muy distinto frente a los jóvenes que hacen parte de la institución, por lo cual se sienten frustradas.

La coherencia social (Díaz, 2007) es definida como la capacidad de comprender las reglas que rigen y manejan nuestra sociedad; en ese sentido, nuestras co-investigadoras ven con cierta desconfianza las actuaciones de las instituciones del Estado. No ven a un Estado completamente pendiente de las necesidades de los beneficiarios y de participar en los programas, sino a un Estado que trata de justificar gastos en función de datos exclusivamente económicos y que, en últimas, no brinda toda la cobertura que a nivel cualitativo podrían tener estas personas.

De esta manera podemos concluir que desde nuestra investigación (De Castro, Amarís & Polo, 2008), en las Administradoras de Riesgos Profesionales (ARP) se deben tomar medidas particulares para este tipo de población, tales como espacios catárticos y contribuciones a los procesos de talento humano de estas entidades para evitar roces constantes entre los empleados. De igual modo, queremos llamar la atención a las fundaciones y corporaciones para que no vuelquen toda su atención hacia afuera, sino que miren hacia dentro de sus propias organizaciones.


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