ISSN 0123-417X |
Redes personales y dimensiones de apoyo en individuos desmovilizados del conflicto armado
Personal nets and support dimensions in people demobilized from the armed conflict
José Hernando Ávila-Toscano*
Universidad del Sinú (Colombia)
Camilo Madariaga Orozco**
Universidad del Norte (Colombia)
* Grupo de Investigación Ciencias Sociales y Humanidades, Coordinación de Investigaciones en Psicología. joseavila@unisinu.edu.co
Correspondencia: Carrera 1W Cl. 38 Juan XXIII, bloque 5, P2, Of. 03, Montería (Colombia)
** Grupo de Investigaciones en Desarrollo Humano (GIDHUM). Universidad del Norte. cmadaria@uninorte.edu.co
Correspondencia: Universidad del Norte, Km 5 vía a Puerto Colombia, A.A. 1569, Barranquilla (Colombia).
Resumen
El objetivo de este estudio fue identificar las características de las redes personales de un grupo de individuos desmovilizados del conflicto armado colombiano. Se evaluaron diez hombres mediante un diseño descriptivo transversal de enfoque cuantitativo con la aplicación del ASSIS para medir las redes y se identificaron seis dimensiones de apoyo social. Las redes personales se visualizaron con el programa Visone 2.3.5, y se detectó que la ayuda material es la dimensión de mayor satisfacción en la muestra. Sobresalen las redes pequeñas, conformadas por familiares y con buen nivel de intimidad personal.
Palabras clave: Redes personales, individuos desmovilizados, apoyo social, intimidad personal.
Abstract
The objective of this study was to identify the personal network characteristics of a group of individuals demobilized of the Colombian armed conflict. Ten men were evaluated using a descriptive cross-sectional design of a quantitative approach to the implementation of ASSIS identifying networks to measure six dimensions of social support. Personal networks were visualized with the program Visone 2.3.5 identifying that material assistance is the dimension of greater satisfaction in the sample program. Outstanding small networks, made up by relatives and with good level of personal privacy are also present.
Keywords: Personal networks, demobilized individuals, social support, personal privacy.
INTRODUCCIÓN
La comprensión de los fenómenos sociales y la determinación del impacto de los mismos sobre la vida de los grupos humanos es una de las tareas más importantes de diversas ciencias dedicadas al análisis de lo social, dentro de ellas la Psicología esta cada vez más interesada por los contextos aplicativos en el estudio del comportamiento. Dentro del interés por estudiar los fenómenos sociales necesariamente se incluye, como medida de base, el análisis de los individuos y su interacción cara a cara así como con diversos actores de tipo institucional político, económico, entre otros. Uno de los enfoques teóricos y metodológicos más sólidos para el desarrollo de esta clase de evaluación recae sobre las redes sociales, consideradas como un complejo sistema dinámico basado en las interacciones entre actores a partir de las cuales se construye apoyo social y ayuda mutua que surgen espontáneamente mediante iniciativas formales e informales (Abello & Madariaga, 1999) que permiten afrontar la incertidumbre y la adversidad.
Una modalidad de estudio de las redes consiste en la identificación de redes personales o egocéntricas a partir de las cuales se logra la comprensión de fenómenos sociales en los que se dan relaciones individuales e institucionales de forma simultánea (Molina, 2005), expresando intercambios sociales y culturales entre miembros de la misma familia o con las amistades, así como relaciones ordenadas en el marco institucional mediadas por el estatus, la clase social, la participación política o la actividad ocupacional.
El estudio de las redes personales se enfoca en las interacciones sociales de los individuos mediante el uso de técnicas específicas en las cuales el investigador obtiene una serie de datos relacionados con las características de los miembros de la red, tales como amigos, conocidos y familiares (McCarty, 2002). La información obtenida permite estudiar tópicos como la estructura de soporte social de la red, la dinámica de relaciones ante la adversidad o los desastres y otras formas de interacción en las que se manifiesta la ayuda.
De acuerdo con Requena (2001), el establecimiento de redes personales se ajusta a las afinidades de los individuos a partir de los cuales se construye la red (a quienes se les denomina ego), quienes se vinculan con otras personas en las que encuentran semejanza en materia de gustos, intereses y atributos individuales. De tal manera que, gracias a la mediación del intercambio, las personas establecen relaciones dentro de una organización social terciada por la densidad y las estructuras de apiñamiento que definen la forma de vinculación y de interacción de unos con otros; estas relaciones encuentran un objetivo final que está representado en el apoyo o soporte social que se obtiene de la red y que permite afrontar las necesidades al convertirse en una estrategia de inclusión, participación y superación de la pobreza (Abello & Madariaga, 1999; Palacio & Madariaga, 2006).
Las redes sociales y la red personal cobran un rol fundamental en los contextos de pobreza o vulnerabilidad social, ante los cuales surgen mecanismos de afrontamiento y protección para los integrantes, en especial para aquellos que son más frágiles o expuestos a las calamidades (Amar & Madariaga, 2008). Diversos autores resaltan a las redes como una fuente de apoyo social que permite el afrontamiento de las necesidades humanas, ya que es una estructura de soporte dirigida a la potencialización de recursos (Dabas, 1993, 2006), así como la participación social y la cooperación como estrategias para enfrentar la marginación y la pobreza (Montero, 2003; Navarro, 2004).
En los contextos de pobreza, las redes cobran un valor significativo por constituir una estructura que busca la superación de las adversidades. Diversas investigaciones han mostrado que los intercambios materiales y emocionales que se dan dentro de las redes permiten tener mayores herramientas personales y grupales para los retos cotidianos planteados por las carencias en materia de servicios, economía y educación; al parecer, en las redes los individuos cumplen una función social de peso en el ofrecimiento de apoyo que se basa en intercambios formados sobre una base de confianza e interacción humana recíproca (Samper, 2004). La literatura orientada al estudio del apoyo social manifiesta que el porcentaje más alto de la ayuda recibida proviene de la propia familia (Molina, 2005), lo cual demuestra la relevancia de esta estructura social en la estabilidad y mantenimiento del grupo. Así mismo, la investigación afirma que es frecuente encontrar dentro de las redes personales diversos tipos de ayuda o soporte (Molina, Ruiz & Teves, 2005) que son ofrecidos en función de ciertas características propias de la red, la afinidad y cercanía con los alteri o miembros de la red personal, el tamaño de la red, entre otras características.
En contextos mediados por el conflicto, las redes ocupan un lugar central al tratarse de organizaciones humanas que prestan cuidado, atención y apoyo, y propende por la inclusión al crear lazos identitarios y arraigo afectivo. Esta dinámica ocupa siempre un lugar privilegiado dentro de las estrategias humanas para la supervivencia y construcción de capital social en un contexto político y social determinado, que no puede ser omitido si se desea comprender la realidad que rodea a un grupo humano en un momento específico (Aguilar, 2005).
Numerosos estudios han abordado las redes de soporte o apoyo social de grupos humanos en condiciones vulnerables (Escudero & Madariaga, 2001; Herrero & Gracia, 2005; Palacio & Madariaga, 2006), desnudando las particularidades propias de la dinámica de interacción e intercambio de apoyo. Este estudio se centró en las redes personales de individuos que han salido del conflicto armado mediante la dejación de las armas, de manera que se contempla a este grupo humano como uno de lo actores más importantes de las nuevas dinámicas sociales impuestas por el orden sociopolítico afectado por los estragos de la guerra. El objetivo de este estudio fue identificar las características de las redes personales de individuos desmovilizados y las dimensiones de apoyo social de las mismas, con el fin de comprender la manera en que se están redefiniendo los procesos sociales a nivel de la interacción individuo-individuo en las comunidades que operan como receptoras de las personas que abandonan el conflicto armado. La literatura reporta investigaciones desarrolladas con poblaciones afectadas por la guerra o el conflicto (Aguilar, 2005) en las cuales las redes han sufrido modificaciones en la dinámica relacional, o bien se han convertido en una importante fuente de soporte y superación de la adversidad; esta propuesta constituyó un intento inicial por adentrarse en la realidad social del individuo desmovilizado, comprendiendo la dinámica propia de sus relaciones y los niveles de apoyo social presentes en las mismas.
MÉTODO
Tipo de estudio
La investigación formulada corresponde a un estudio descriptivo de corte transversal y enfoque cuantitativo. El manejo de la información se ajusta a las técnicas propias del Análisis de Redes Sociales (ARS) (Sanz Menéndez, 2003; Hawe, Webster & Shiell, 2004; Lozares, 2005), a partir del cual se tomó una muestra característica en la que se evaluaron las redes personales con sus respectivas dimensiones de apoyo.
Participantes
La muestra estuvo conformada por 10 individuos, todos hombres, debidamente reconocidos e identificados por los entes competentes como desmovilizados del conflicto armado en Colombia. Los participantes pertenecían a la zona del Alto Sinú cordobés, comprendida por los municipios de Tierralta y Valencia, los cuales constituyeron la zona de distensión del proceso de desmovilización desarrollado con las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Para la selección de los participantes se controló que su vinculación con la organización armada ilegal hubiera sido en condición de combatiente.
Instrumentos
La medición de las redes personales y las dimensiones de apoyo social de las mismas fue cumplida mediante la aplicación del Arizona Social Support Interview Schedule (ASSIS), creado por Barrera en 1980. El ASSIS es uno de los instrumentos mundialmente usados con alta efectividad en el estudio de las redes; consiste en un generador de nombres a partir del cual se construye la red de relaciones de los participantes. Para este estudio se aplicó con todos sus reactivos, a través de los cuales se miden 6 dimensiones de ayuda identificadas como Sentimientos personales, Ayuda material, Asistencia física, Concejo, Retroalimentación positiva e Interacción negativa (López, Álvarez, Lorence, Jiménez, Hidalgo & Sánchez, 2007). Así mismo, se calculó el nivel de satisfacción con cada dimensión de apoyo ofrecida por las redes.
Procedimiento
En primer lugar, se obtuvo el consentimiento de los participantes, quienes pese a ser una población de difícil acceso decidieron voluntariamente formar parte del estudio. Luego, se procedió a la aplicación del ASSIS en una matriz especial adaptada para la identificación de redes personales conservando todas las características generales del instrumento. La aplicación se desarrolló en una sesión de una hora con cada participante, evaluados por separado en sus domicilios, con el fin de generar mayor confianza y apertura para la entrega de los datos sociodemográficos y la información personal relacionada con sus redes.
Una vez obtenida la información, se procedió a calcular los estadísticos descriptivos de las redes personales con el SPSS 17.0 para Windows, mediante los cuales se establecieron las características demográficas de dichas redes estipulando su conformación, número de integrantes, género, frecuencia de los contactos, satisfacción con la ayuda recibida en cada una de las dimensiones de soporte, entre otros aspectos.
Posteriormente, con el programa Visone versión 2.3.5 se construyeron visualizaciones de las redes de los actores o Ego, como se le denomina a los personajes principales de la red. Estas visualizaciones no se centraron en la reproducción gráfica del entramado de relaciones como habitualmente se hace, sino que estuvieron focalizadas en el cálculo de la centralidad en un grafo con radios para determinar la entrada de ayuda o soporte identificada por los Ego en las diferentes dimensiones evaluadas.
RESULTADOS
La muestra estuvo conformada por 10 participantes que fueron seleccionados intencionalmente entre aquellos certificados como desmovilizados de las antiguas Autodefensas Unidas de Colombia. La totalidad de la muestra eran hombres, con un promedio de cuatro años de haberse desmovilizado, con edades comprendidas entre los 22 y 37 años; el rango de edad más frecuente fue de 20 a 25 años, con 6 participantes, seguido del rango de 30 a 35, con 3 participantes, y finalmente un individuo en el rango de 35 a 40 años.
En su totalidad, los participantes conviven en unión libre en relaciones establecidas después de la desmovilización, lo cual indica que se trata de núcleos conyugales jóvenes. Con respecto a la formación educativa, se identificó que 4 personas cuentan con educación bachiller incompleta, 5 personas completa, mientras que solo un individuo se encuentra cursando estudios de primaria. El nivel de formación de los participantes ha sido alcanzado tras la desmovilización, mediante de educación especial recibida a través de programas de reintegración a la vida civil. Finalmente, la totalidad de la muestra se dedica a oficios informales e independientes; en especial sobresalen como medios de manutención y productividad la carpintería, el arreglo de sistemas computacionales y el transporte informal.
Organización y estructura de las redes
Las redes evaluadas en esta investigación son de tipo personal, entre las cuales en general se suele medir las relaciones establecidas con un promedio de 20 individuos y un máximo de 45 (McCarty, 2002) considerados suficientes para expresar la dinámica de relaciones presentadas entre sus integrantes. En este estudio se identifican redes personales considerablemente pequeñas, con un número no superior a 13 miembros y un mínimo reportado de 8 integrantes o alteri. Esta tendencia a contar con redes reducidas en materia de miembros parece asociarse a la naturaleza de la muestra al estar conformada por individuos con tendencia a la desconfianza en el entorno y a proceder con cautela en materia de sus configuraciones personales y de su vida de relación. Una expresión delimitada de las redes evaluadas se encuentra en la tabla 1 en la que se describen las frecuencias absolutas para los indicadores de la red de cada ego.
En las 10 redes evaluadas se reporta una totalidad de 113 alteri constituidos en su mayoría por hombres (67,3%), lo que puede estar ligado a que todos los participantes son igualmente hombres, lo cual denota afinidad de género, situación que suele ser frecuente cuando se establecen relaciones sociales. Tales redes están conformadas en su mayoría por adultos jóvenes y sobresalen las edades comprendidas en la segunda década de vida; en estas redes, los alteri de mayor edad suelen ser familiares de los actores principales.
Estas redes están conformadas por personas con las cuales hay relaciones muy estrechas y, fundamentalmente, son los familiares las personas a quienes con mayor frecuencia se reporta como integrantes de las redes (38%) o como las personas a quienes más se expresa unión e intimidad y, por ende, de quienes se espera apoyo.
Las relaciones de amistad ocupan igualmente un rol relevante, e incluye dentro de la red tanto a los conocidos (27,43%) como a los buenos amigos (28,31%) como personas de confianza, resultados que son esperables para el estudio de una red personal. Por otra parte, contrario a los reportes ofrecidos por Palacio y Madariaga (2006) en estudios con individuos de redes que sobreviven en contextos de pobreza, las relaciones de compadrazgo son escasas y se reducen al 0,88% de los alteri. Idéntica situación sucede con la condición de desmovilizado, y es poco frecuente que dentro de las redes los alteri o individuos con quienes se establecen los vínculos sociales sean también desmovilizados (27% de los casos), resultado que llama la atención pues, a diferencia de otra redes de personas en condiciones vulnerables (Abello, Madariaga & Hoyos, 1996; Palacio & Madariaga, 2006) o igualdad poblacional (Hoyos, Abello & Madariaga, 1997), se mantiene la tendencia a establecer vínculos con los iguales entre quienes hay identificación por sus condiciones compartidas de adversidad y necesidades básicas y psicológicas.
En correspondencia con la conformación de la red por parte de la familia y amistades cercanas, se identifica que se trata de relaciones establecidas de toda la vida (30,08%) o entre 1 y 5 años (54,86%). Por su parte, se conserva con baja frecuencia las amistades establecidas dentro del grupo armado que solo se reporta para el 7,1% de los alteri, lo cual se asocia a la escasez de vínculos establecidos con otros desmovilizados.
La dispersión geográfica de las redes es reducida, y sobresalen las relaciones establecidas con individuos que residen en las proximidades de la vivienda de cada persona evaluada, o bien, se trata de sujetos que conviven con ellos en el mismo domicilio. En este caso se destaca la presencia de la cónyugue o compañera permanente, quien es reportada invariablemente como una figura depositaria de confianza altamente central en materia de apoyo. Son frecuentes las relaciones de vecinazgo, especialmente entre aquellos individuos que viven en la misma cuadra o calle a pocas casas de distancia, conformando en total las relaciones dadas en la misma comunidad el 70% de los lazos mientras que el restante 30% se establece con personas que residen en otros barrios. Esta proximidad geográfica se asocia a una frecuente comunicación entre los miembros de la red para quienes el contacto físico y verbal alcanza el 87,61% de los casos en diversas oportunidades al día, sobre todo con los familiares, mientras que con conocidos y buenos amigos los contactos suelen darse varias veces por semana.
La comunicación habitual y el acceso a los contactos repetidos operan como un vector de dinamización de la red en el cual los lazos sociales establecidos tienden a ser fuertes y estables y constituyen un garante de intimidad para los actores, quienes suelen mostrar precaución en la selección de sus amistades dadas las características especiales que les reviste ser desmovilizado.
Dimensiones de apoyo social de las redes
Las diferentes dimensiones de ayuda o soporte social fueron evaluadas mediante 6 subescalas específicas del ASSIS (figura 1). Los resultados obtenidos con la aplicación del instrumento indican que la dimensión de ayuda material es aquella en la cual se reporta un mayor índice de satisfacción frente a la ayuda recibida de los alteri o miembros de la red personal. Esta información reitera los hallazgos de otros estudios desarrollados con poblaciones similares (Palacio & Madariaga, 2006; Madariaga, Abello & Sierra; 2003), puesto que los favores sociales representan una importante forma de interacción para el ofrecimiento de soporte y afrontamiento de las necesidades; esta ayuda material se ve reflejada en el préstamo de dinero, herramientas, elementos para el trabajo, entre otros.
Es llamativo identificar que la mayoría de integrantes de la muestra indican satisfacción con la dimensión sentimientos privados, que se refiere a la comunicación de emociones y asuntos íntimos, ya que, regularmente, es una dimensión en la cual los individuos tienden a mostrar mayor reserva. Las transacciones simbólicas cobran entonces un rol representativo en las redes estudiadas, y el grado de intimidad generado por la red es juzgada como un elemento positivo, sobre todo si se considera que dichas expresiones de confianza son vividas con personas allegadas a quienes identifican como familiares y amigos.
La dimensión de soporte con menor índice de satisfacción es asistencia física, y se reporta como insatisfecha en 7 de los 10 integrantes de la muestra para quienes el soporte asistencial en el desarrollo de actividades que implican la fuerza física, el acompañamiento en el desarrollo de tareas cotidianas, entre otros, es percibida como reducido o escaso. Esta descripción se asocia primordialmente a la sensación de llevar el peso de sus hogares o de sus familias con el cumplimiento de sus obligaciones económicas, de manutención y sostenimiento, pues en su totalidad los participantes ofician como cabezas de hogar, tarea para la cual expresan deseos de ser objetos de mayor cooperación. Por su parte, las dimensiones de consejo y participación social muestran igualdad en materia del juicio de satisfacción e insatisfacción reportada por la muestra; los indicadores de participación se ven influenciados por la tendencia de los participantes al sedentarismo y al uso reducido de espacios de socialización diferentes a los contactos cotidianos en las relaciones vecinales, ya que son pocos los momentos empleados para el esparcimiento, la diversión y la relajación; por ende, se trata de redes basadas en la cooperación y ayuda en materia de bienes, servicios, acompañamiento personal y protección con una menor influencia de las vinculaciones tendientes a la búsqueda de expansión social como forma de soporte.
La retroalimentación positiva, por su parte, es identificada como un área que genera satisfacción, lo que indica una tendencia de las redes a ser expresivas en materia del reconocimiento de las acciones y esfuerzos de los participantes, empleando así estrategias comunicativas de refuerzo que se asocian a la frecuencia comunicacional expresada con anterioridad como habituales e intensas.
En su mayoría, los integrantes de la muestra manifiestan un bajo nivel de interacción negativa (figura 2), es decir, la tendencia a manifestar desacuerdos o diferencias con los miembros de la red. Regularmente, las diferencias reportadas se asocian con los alteri que son familiares, fundamentalmente con las parejas, situación que es esperable pues los conflictos y desacuerdos son naturales en las relaciones conyugales, entre tanto, con conocidos o amigos es menos acostumbrada la expresión de conflictos. Del mismo modo, se expresa una escasa tendencia a esperar tener dificultades con los miembros de la red lo que tiende a delimitar que los individuos seleccionados escogen sus redes con personas con las cuales hay mayor simpatía y aceptación.
En términos generales, si bien es cierto que hay reportes de insatisfacción en determinadas áreas de apoyo, la mayoría de los integrantes de la muestra expresan un índice general de satisfacción con sus redes y le otorgan especial valor a la intimidad establecida especialmente con sus familiares y cónyugue, así como el soporte instrumental que reciben.
En los grafos generados para identificar las fuentes del soporte (alteri que ofrecen apoyo) se puede identificar la naturaleza de las relaciones y las características sobresalientes de la red. Para este estudio se han generado diversos grafos por red; a continuación se visualizarán algunos de ellos en los que se ha dejado al ego como figura central, con el fin de identificar visualmente las entradas de soporte para las diversas dimensiones calculadas.
La figura 3 visualiza un grafo en el cual se incluyen las dimensiones de sentimientos privados y ayuda material; los datos visuales del grafo concuerdan con la descripción formulada mediante los descriptivos de cada dimensión estudiada. Se observa una mayor tendencia a la recepción de ayuda material representada en las aristas (flechas) que apuntan hacia el ego; entre tanto, las salidas del mismo implican la apertura hacia otros para comentar asuntos de carácter privado y personal con solo 5 grados de salida (outdegree) frente a los 10 de entrada (indegree) para ayuda material. Igualmente, dos de los alteri que ocupan el privilegio de ser receptores de la confianza e intimidad del ego son sus familiares.
En la figura 4a se identifica la estructura general de la red personal de un participante, quien aparece como el actor principal de la red al lado de su compañera sentimental. El alto nivel de conexiones se relaciona con la procedencia de las relaciones, pues los integrantes de su red son familiares o personas a los que reporta como conocidos de toda la vida al haber crecido juntos, incluso, con cuatro de ellos comparte la condición de desmovilizado.
La figura 4b por su parte, representa las dimensiones de asistencia física y retroalimentación positiva, lo que demarca una notoria diferencia con el grafo general. Se observa una mayor tendencia a la obtención de retroalimentación por parte de los alteri que son familiares así como aquellos conocidos desde hace tiempo. Así mismo, como se indicaba en la descripción de las dimensiones de apoyo, existe una baja tendencia a recibir asistencia física como medio de auxilio, y se antepone a esta el refuerzo comunicativo, la compañía social y la intimidad como se apreciaba en la figura 3.
DISCUSIÓN
Las redes sociales identificadas en este estudio se caracterizan por la tendencia a contar con una baja densidad; el número de integrantes identificado en las mismas no sobrepasa las trece personas y, en algunos casos, reportan redes personales con menos de diez integrantes. La baja densidad puede asociarse al reducido número de mujeres dentro de la red, pues se ha visto que las redes personales en las que existe un margen amplio de personas de género femenino suelen caracterizarse por una mayor tendencia al apoyo social y a los contactos personales (Molina, 2005). Así mismo, no existe un claro consenso acerca de la medida de una red personal aunque se considera que las redes personales amplias garantizan mayor posibilidad de acceso a la ayuda social, mientras que aquellas redes establecidas con relaciones reducidas, restrictivas e inclinadas a la escasa vinculación de nuevos contactos tienden a presentar debilidades en materia de acceso a la ayuda y el soporte social, situación presente entre los casos de las personas desmovilizadas estudiadas, entre quienes el soporte social es recibido mayormente por la familia y allegados a los que se conoce desde la niñez. El carácter restrictivo de las redes evaluadas puede estar directamente asociado a la naturaleza psicológica de la muestra al tratarse de individuos cuya adaptación al medio social y comunitario aún se encuentra en construcción, y es un proceso demorado y complejo a la luz de las convulsionadas experiencias sociales, económicas, políticas y de orden público vividas en Colombia. La tendencia a establecer relaciones personales con los miembros de la propia familia y con individuos conocidos prácticamente de toda la vida es también un indicador relevante de la configuración del mundo de vinculaciones del desmovilizado. Precisamente, la restricción de las redes se relaciona con una conformación convencionalista en la que los integrantes de mayor impacto son aquellos con los que existe una vinculación estrictamente familiarizada. La conformación de redes con un número mayoritario de familiares es una tendencia frecuente entre comunidades marginales (Palacio & Madariaga, 2006) y posibilita el fortalecimiento de los vínculos o lazos sociales (Granovetter, 2003), aunque a su vez restringe la posibilidad de acceso a nuevos contactos y la apertura para la confianza y la reciprocidad (Samper, 2004) con nuevos actores formales e informales. Es comprensible que sea la familia la principal depositaria de confianza y que en el caso de la muestra evaluada que sea la compañera sentimental o cónyuge la figura más destacada en este proceso; diversos estudios y artículos reportan la relevancia del estatus marital y el apoyo familiar en el bienestar individual, la calidad de vida y la satisfacción de los individuos (Rutledge, Matthews, Lui, Stone & Cauley, 2003; Cox, 2005).
Es probable que el nivel de intimidad reportado en las dimensiones de soporte por los participantes del estudio muestre relación con las características estructurales de las redes, en especial por la conformación en su mayoría de familiares y amistades cercanas, lo que muestra un sesgo de las relaciones hacia los lazos fuertes coincidiendo con los datos de otros estudios (Molina, Ruiz & Teves, 2005). Este tipo de estrechamiento social conlleva consigo componentes afectivos que pueden explicar la satisfacción reportada con la intimidad personal que se evaluó en las redes, esencialmente porque esta clase de relaciones se basan en el establecimiento de la confianza que suele ser más activa y frecuente cuando se trata de personas cercanas. Luna y Velasco (2005) han descrito que las relaciones basadas en los vínculos de amistad y el parentesco cumplen un importante papel en las redes complejas; ahora bien, la construcción de la confianza es un proceso extenso y demandante por lo que se corre el riesgo que la misma sea fácilmente traicionada (Luna & Velasco, 2005). Esto, a su vez, puede dar pie a la explicación de las redes cerradas en la muestra, las cuales muestran poca apertura al centrarse más en la confianza establecida con sus integrantes identificados como íntimos o confiables.
Contrario a la vinculación íntima establecida con la familia, en la muestra estudiada se identifica una menor tendencia al desarrollo de relaciones de compadrazgo al igual que al estrechamiento de relaciones entre individuos desmovilizados. Como se ha dicho, la red primordial la constituyen miembros de la propia familia y amistades cercanas mientras que las vinculaciones con personas que comparten la condición de excombatientes es considerablemente menor, lo que indica un alejamiento de los intereses compartidos por aquellos individuos en similares condiciones sociales. La baja conexidad entre desmovilizados es un llamativo fenómeno que difiere de los datos reportados en otros estudios con poblaciones que se desenvuelven en condiciones de pobreza (Palacio & Madariaga, 2006); sus intereses disímiles con los del grupo o la escasez de afinidad pueden ser elementos que definan dificultades para el estrechamiento social de lazos a partir de los cuales se construya una identificación como grupo; adolecer de este tipo de interacción podría implicar menores niveles de acceso a recursos, de integración, socialización, compañía y espacios para compartir experiencias o para asociarse en pro de la obtención de objetivos comunes y funcionales que faciliten su adaptación social. Esta información muestra a los individuos desmovilizados como un grupo altamente disperso, con una conexidad disminuida, en los que las posibilidades de acceso al apoyo social se restringe a sus redes personales, pues dejan de lado la posibilidad de asociarse como una red general, amplia, integrada y con finalidades comunes al compartir vivencias, intereses y necesidades.
Los datos obtenidos en esta investigación en relación con las dimensiones de soporte refuerzan la importancia del intercambio instrumental como mecanismo de superación de las necesidades, y la ayuda material es el área de mayor satisfacción identificada entre los individuos evaluados. Madariaga et al. (2003) reportan, en un resumen detallado de estudios desarrollados con las redes de comunidades vulnerables en el Caribe colombiano, un alto impacto de los intercambios de bienes y servicios, así como de elementos materiales que cumplen un rol central en la interacción de los individuos que residen en sectores desaventajados socialmente. Los resultados este estudio concuerdan con el acervo teórico y empírico construido en los últimos quince años en la investigación de las redes sociales de personas marginadas, y ofrecen un panorama general acerca de cómo las personas que retornan del conflicto armado a sus núcleos de socialización establecen relaciones y vinculaciones con los demás, lo cual denota que la conformación de redes requiere de mayor interés por parte de los agentes sociales e instituciones dedicadas al acompañamiento y reintegración de quienes deciden abandonar el uso de las armas. Sin duda que una de las principales fuentes de arraigo emocional y desprendimiento de los intereses bélicos radica en la estructuración de relaciones familiares y comunitarias estables, fructíferas y positivas que influyan en forma favorable en la resolución de conflictos y la superación de la pobreza.
Nuestro estudio permite tener una concepción más delimitada de la realidad social del desmovilizado en materia de construcción de conexidades humanas formales e informales. Sin embargo, se trata de un primer acercamiento a esta realidad que por su complejidad no deja de enfrentar problemas específicos. Precisamente, una de las principales limitaciones del estudio aquí planteado consiste en que se procedió a la toma de un muestreo tipo del cual se pudiera obtener la mayor información relacionada con las variables de estudio, pero la posibilidad de generalizar los hallazgos o de profundizar en resultados, como la importancia de la dimensión intimidadpersonal, entre otros datos, requiere de la realización de un muestreo más amplio para comprobar si esta tendencia se sostiene o si hay variaciones en función del aumento muestral. Por otra parte, la generación de un margen de nombres relativamente reducido en el estudio de las redes si bien obedece a las características personales y psicológicas de la muestra, también influye en la presentación de la información recogida que puede tener limitaciones en los datos; surge entonces la necesidad de dar continuidad al fenómeno de medición y caracterización de las redes de las personas desmovilizadas del conflicto armado, ampliar su comprensión y ser más inclusivos con variables como el bienestar, la calidad de vida y la misma cultura de la legalidad.
Por otra parte, los resultados de nuestro estudio muestran un panorama atractivo de los procesos de socialización de los individuos desmovilizados del conflicto armado. Una vez más la familia demuestra ser uno de los pilares de los procesos de arraigo afectivo y emocional de los individuos que afrontan condiciones de vulnerabilidad, a la vez que constituye una sobresaliente fuente de satisfacción, apoyo y acompañamiento socioafectivo para las personas. Caso diferente ocurre con los patrones comunitarios de interacción de los ex combatientes, entre quienes se presenta una baja tendencia a involucrarse abierta y funcionalmente con el nivel macrosocial, ampliando los contactos con terceros y disminuyendo la posibilidad de proyectar una imagen social mayormente funcional y ajustada a la estructura de la comunidad o medio social en el cual están incluidos. Estos hallazgos configuran una suerte de derrotero para la construcción de planes de intervención en las redes sociales a nivel familiar y comunitario de quienes han dejado las armas, mediante los cuales se promueva la generación de redes formales e informales que redunden en el desarrollo social de las personas que cumplen un proceso de reintegración.
Las intervenciones con personas desmovilizadas deben apuntar a la creación de nuevas redes de apoyo social o al fortalecimiento de las ya existentes con la intención de producir un aumento en la cantidad y calidad en los recursos de apoyo (Cox, 2005), ampliando con ello la posibilidad de afrontamiento ante las necesidades y la efectividad de la red en materia de supervivencia, estabilidad y calidad de vida para sus integrantes. Las intervenciones deben reconocer el importante rol que cumple la familia para las redes de los individuos evaluados. Esto plantea la necesidad de inspeccionar las fortalezas, capacidades y debilidades de las redes actualmente constituidas, de forma tal que los métodos que se empleen estén ajustados al servicio de un grupo vulnerable en medio de una familia y una comunidad necesitada de fuentes apoyo a través de las cuales se superen las barreras relacionadas con la provisión de cuidados, el acompañamiento social, la intimidad y el soporte en el desarrollo de tareas específicas.
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