ISSN Electronico 2011-7485 ISSN Impreso 0123-417X Volumen 31, n.°2, Mayo - Agosto 2014 Fecha de recepción: 13 de Febrero de 2014 Fecha de aceptación: 18 de Junio de 2014 DOI: http://dx.doi.org/10.14482/psdc.31.2.6127 |
Influencia del clima familiar en el proceso de adaptación social del adolescente
Influence of family environment in the adolescent's social adaptation process
Julio César Verdugo Lucero, M. S.* José Arguelles Barajas* Jorge Guzmán Muñiz* Claudia Márquez González* Roberto Montes Delgado* Isaac Uribe Alvarado*
* Universidad de Colima, Colima (México).
Correspondencia: Universidad de Colima, Facultad de Psicología. Avenida Universidad n.° 333 col. Las víboras. c. p. 28047. Colima, Colima (México) jverdugo@ucol.mx
Resumen
El propósito de la investigación es conocer la relación del clima familiar con el proceso de adaptación social de adolescentes (hombres y mujeres), estudiantes de bachillerato con edades entre los 15 y 19 años (media = 17 y de =1). La muestra fue de 146 participantes; 82 mujeres (56%) y 64 hombres (44%), el 100% de los cuales pertenece a familias nucleares. Para recabar los datos se utilizaron el cuestionario "Como es tu familia / su familia" y la escala de adaptación social (sass). Los resultados indican que a mayor cohesión en el funcionamiento familiar, el adolescente mostrará mayor capacidad de adaptación social. De acuerdo al género del adolescente se observa que en el caso de los hombres, el factor cohesión familiar mantiene una relación más fuerte con la variable adaptación social (r = .71, r2 = .51) en comparación con la correlación que presentan las mujeres (r = .56, r2 = .31). Lo anterior se explica desde el rol fundamental que la familia ocupa en nuestra cultura como pilar en la formación integral de los hijos y la educación de género que se les da según el sexo.
Palabras clave: Adolescencia, clima familiar, adaptación social, familia, género.
Abstract
The purpose of the research was to determine the relationship between the family environment and the social adjustment process in adolescents. Participants were 146 high school students, 82 men (56%) and 64 women (44%), aged between 15 and 19 years (Mam=17 y DE=1), 100% in nuclear families. The instruments used were the questionnaire "How is your Family" (who and paho, 1996) and the "Social Adjustment Scale-SASS" (Bobes, 1999). The results indícate that the greater cohesion in family functioning, the greater social resilience in adolescents. However, this association appears more strongly in men (r = .71, r2 = .51) than in women (r = .56, r2 = .31). The results are explained on the fundamental role that the family plays in our culture as a pillar in the overall education of children, and the gender role assigned by sex.
Keywords: adolescence, family environment, social adaptation, family, gender.
INTRODUCCIÓN
Para definir la etapa de la adolescencia es importante tomar como referencia el papel de la cultura en la determinación de las características y los roles que los adolescentes mostrarán en el contexto social. Al respecto, autores como Havighurts (1962) han señalado que la adolescencia difiere de una sociedad a otra, y de una clase social a otra dentro de una misma sociedad. Esto significa que la adolescencia se construye en la sociedad. En esta misma línea, Conger y Petersen (1984) afirman que "la adolescencia comienza en la biología y termina en la cultura" (p. 92), es decir, la adolescencia es más que los eventos y procesos de la pubertad.
Para algunos autores esta etapa representa una época difícil y complicada (Hidalgo & Júdez, 2007), quizá sea por los cambios drásticos que se viven, que de acuerdo con Rodrigo et al. (2004) provocan ambivalencias y contradicciones en el proceso de búsqueda del equilibrio consigo mismo y con la sociedad a la que el adolescente desea incorporarse.
Para Erikson (1968) la principal tarea evolutiva en la adolescencia es resolver el conflicto o crisis de la identidad versus la confusión de la identidad. En esta construcción de la identidad, la persona organiza sus habilidades, necesidades y deseos para adaptarlos a las exigencias de la sociedad.
Respecto a la adaptación, Del Bosque y Aragón (2008) señalan que la meta de este proceso en la adolescencia consiste en lograr un ajuste entre las características personales y las demandas del entorno en el que se interactúa; es decir, lograr un "acuerdo armónico entre ellos mismos y su medio ambiente" (p. 289).
En el estudio del proceso de adaptación social se reconoce la importancia de analizar la influencia de los principales contextos en los que se desarrollan los adolescentes, tales como la familia, la escuela y los pares. Con relación a la familia, diversos autores (Pons & Berjano, 1997; Caricote, 2008; Galicia, Sánchez & Robles, 2009; Vargas, 2009; Pulido, et al., 2013) señalan que los padres y madres de familia son una de las fuerzas más poderosas que facilitan o dificultan el desarrollo de competencias de adaptación social de los adolescentes. Aceptan, además, que la familia representa la principal institución social de formación para los hijos y es la responsable de que se desarrollen exitosamente en lo afectivo, sexual, intelectual y social.
Palacios y Palacios (2002) explican que la familia ocupa un lugar privilegiado como agente socializador primario y vive una de sus principales crisis cuando los hijos llegan a la adolescencia y confrontan fuertemente la congruencia y solidez de la forma como se ejerce la autoridad en la crianza.
Para Estévez et al. (2008), la familia es una institución social que representa el eje central durante la vida de las personas. Para el adolescente es el principal agente socializador del cual aprehende los valores, creencias, normas y formas de conducta apropiadas para la sociedad a la que pertenece. Al respecto, Magagnin (1998, cfr. Nunes et al., 2012) indica que para cubrir su función de agente socializador, la familia debe estar atenta para facilitar las interacciones de sus integrantes dentro de los ambientes sociales en los que se inserten.
Aunque algunos investigadores (Donas, 2001) han señalado que la familia ha perdido gran parte de su influencia respecto a la transmisión o imposición de valores, otros autores (Chen & Kaplan, 2001) reconocen la función paterna como un predictor importante, en diversos aspectos, del desarrollo de los hijos; así mismo, identifican variables familiares, como la dinámica y estructura familiar (Oliva, 2006), la comunicación y expresión de afectividad (Barrera, 2010), que pueden influir en el proceso de adaptación de los hijos; a los que se suman factores externos como la pobreza y la exclusión social (Alcalde & Pavéz, 2013), que dificultan un proceso equilibrado y justo de adaptación social.
Márquez et al. (2007) afirman que los ambientes de crianza en la adolescencia son una influencia capital en el funcionamiento adaptativo, el desarrollo psicológico saludable y el éxito en la escuela, así como en desenlaces psicopatológicos como el uso y abuso de drogas, la conducta agresiva y los problemas de ansiedad. Por su parte, Moreno et al. (2009) evidencian que la interacción negativa entre padres e hijos afecta a otros niveles de relación social en los adolescentes, por ejemplo, con sus pares o con figuras de autoridad formal como los profesores. Así mismo, Magagnin (1998, cfr. Nunes et al., 2012), ha referido que las conductas desadaptativas de los adolescentes se asocian a un clima familiar negativo caracterizado por la presencia de frecuentes conflictos, la existencia de problemas de comunicación entre padres e hijos, así como a la carencia de cohesión afectiva y apoyo parental. De igual manera, Kashani (1994, cfr. Martínez et al., 2008) señala que la carencia de apoyo parental representa un importante factor de riesgo asociado con el desarrollo de problemas de conducta. En esta misma línea, Valdés, Carlos y Torres (2012) evidencian la importancia que ejercen diferentes variables vinculadas al contexto familiar (la situación socioeconómica, el ajuste familiar, el nivel de convivencia y conflicto) en la conducta violenta de los adolescentes en entornos escolares.
Por otro lado, diversos autores (Parra & Oliva, 2002; Bernedo et al., 2007; Moreno et al., 2009; Omar et al., 2010; Reina, Oliva & Parra, 2010; Povedanoet al., 2011; Aragón & Bosques, 2012; Jaramillo, Pérez & González, 2013) resaltan la importancia de la comunicación asertiva, la negociación del conflicto, considerar las necesidades de los hijos en la normativa de la familia, entre otros aspectos, como formas de influencia familiar sobre la conducta social que ayudan a los hijos en su proceso de adaptación en otros entornos.
Con los antecedentes previos, queda claro que la percepción de los adolescentes respecto al funcionamiento familiar (clima familiar) es fundamental para la comprensión de su funcionamiento y ajuste en la sociedad. En este sentido, el objetivo de este estudio fue analizar la relación entre clima familiar y adaptación social de los adolescentes.
MÉTODO Participantes
Se realizó un muestreo intencional conformado por 146 adolescentes estudiantes de bachillerato en instituciones públicas, con edades entre los 15 y los 19 años (media = 17 y de = 1); de los cuales 56% (n = 82) son mujeres y 44% (n = 64) hombres; el 100% pertenece a familias nucleares. Como criterios de inclusión se tomó en cuenta que fuesen estudiantes de primer semestre, debido al cambio significativo que presentan al pasar de secundaria al nivel educativo de bachillerato, lo que origina un proceso de adaptación escolar, además de que según estadísticas oficiales, el primer semestre de bachillerato presenta altos índices de bajo rendimiento escolar, falta de motivación hacia el estudio, violencia escolar e inasistencias por parte de los alumnos, entre otros aspectos.
Instrumentos
Para medir el clima familiar se utilizó el cuestionario "Cómo es tu familia / su familia" (ops y oms, 1996), que ha sido aplicado en estudios previos relacionados con la identificación de factores de riesgo y protección asociados al consumo de drogas (Cid-Monckton & Pedráo, 2011). El cuestionario consta de 146 ítems agrupados en 30 secciones, las cuales miden la adaptabilidad de la familia, así como la vulnerabilidad de esta ante las crisis normativas y no normativas. En nuestro estudio, la puntuación del factor cohesión se obtuvo promediando los 8 ítems de la sección 9, titulada "¿Cómo funciona su familia?", que cuenta con opciones de respuesta tipo Likert (nunca, muy rara vez, algunas veces, con frecuencia y casi siempre).
Para el factor estrategias de aprontamiento se promediaron los 8 ítems de la sección 10, titulada "¿Cómo afronta su familia sus problemas o dificultades?", con alternativas de respuesta tipo Likert idénticas a la sección 9. La medición de la relación con mamá y papá se obtuvo de las secciones 12 y 13, respectivamente, las cuales tienen 4 afirmaciones. El factor tiempo en familia se calculó con los 5 ítems de la sección 14; en este caso el escalamiento tipo Likert cambia a totalmente falso, casi falso, ni falso ni cierto, casi cierto y totalmente cierto. Por último, en la media para el factor satisfacción con aspectos de la vida se consideraron los 8 ítems de la sección 17, en la cual se indaga cuán satisfecha o insatisfecha se encuentra la persona con relación a ella misma, a sus amigos y al barrio donde vive.
Los datos sobre adaptabilidad social del adolescente se obtuvieron mediante la escala autoaplicada de adaptación social (Social Adaptation Self-evaluation Scale, sass) de Bosc, Dubini y Polin (1997, versión española de Bobes et al., 1999). Este instrumento ha sido usado en estudios clínicos para valorar la conducta o el ajuste social en pacientes adictos a sustancias psicoactivas (Sánchez et al., 2010). El sass es un inventario formado por 18 preguntas tipo Likert, a las que el adolescente debe responder de acuerdo con su manera de pensar y de actuar, evaluando el grado de adaptación en el aspecto personal, familiar, escolar y social. La escala original de 21 reactivos se adaptó a 18, debido a que los reactivos relacionados con el ámbito laboral no se consideraron para este estudio. El Alfa de Cronbach obtenido fue de 0.82.
Procedimiento
Primero se integró un equipo de aplicadores, a los cuales se les capacitó en el uso y requisitos de los instrumentos, así como en los aspectos teóricos necesarios para aclarar dudas a los participantes. Segundo, para contactar a los participantes se hizo una gestión con directivos de bachillerato universitario para facilitar la comunicación con la muestra; se les presentó un documento para informarlos sobre la investigación a realizar, el objetivo y el desarrollo de la misma. Tercero, una vez cubierto este paso, se les comunicó a los participantes el estudio y su objetivo; se hizo especial énfasis en que su colaboración fuese voluntaria. Así mismo, se les aclaró que su identidad sería protegida y sus datos, manejados confidencialmente. Todo ello con la intención de que la participación fuese basada en su consentimiento informado. También se acordó con ellos una fecha de aplicación. Cuarto, llegada la fecha para la aplicación de los instrumentos, se hizo de manera grupal, en una sola sesión y autoadministrada, es decir, se entregó el cuestionario y los adolescentes respondieron cada ítem siguiendo las instrucciones de los aplicadores.
Análisis estadísticos
Para el análisis de datos se utilizó el paquete estadístico para las ciencias sociales spss versión 17 para Windows. La fuerza de la relación entre el clima familiar y la adaptación social se obtuvo mediante el coeficiente de correlación Rho de Spearman.
RESULTADOS
Respecto al climafamiliar, tanto hombres como mujeres presentan promedios altos (cercanos a 4) en lo referente a la "cohesión", la "satisfacción con aspectos de la vida" y la "relación con la mamá" (figura 1). Así mismo, hombres y mujeres mantienen una mejor relación con la madre. En cuanto al padre se refiere, la relación es mejor con los hijos varones.
En la figura 2 se representa la distribución de los puntajes obtenidos en la variable adaptación social (Media 3.12 y de = .37), en la que valores cercanos a 1 indican una pobre funcionalidad en el ámbito social y, por el contrario, los valores cercanos a 4, una buena funcionalidad. La asimetría de la distribución (ligeramente negativa) indica que la mayoría de los adolescentes tiene puntuaciones de adaptación social iguales o superiores al promedio de 3.12. Únicamente el 8% de los adolescentes obtiene puntuaciones de 2.5 o menos, lo que nos indica una baja funcionalidad.
Las puntuaciones promedio obtenidas en la escala de adaptación social fueron de 3.16 (de = .39) para las mujeres y de 3.08 (de = .35) para hombres. En ambos casos estos valores se pueden considerar altos de acuerdo con el rango de respuestas de 1 a 4. En la tabla 1 se observa que todos los factores de la escala de clima familiar se correlacionan de manera positiva con Adaptación social. La cohesión familiar y el tiempo en familia son los que presentan una relación entre moderada y fuerte con dicha variable.
Existe una clara relación positiva entre las puntuaciones obtenidas en adaptaáón social y cohesión (figura 2), esta última explica en un 39% (r2) el comportamiento de la variable adaptación social. Así mismo, pasar mayor tiempo en familia favorece a la adaptación del adolescente.
Cohesión familiar
Al realizar la correlación entre las variables del estudio, de acuerdo con el sexo del adolescente (tabla 2), se observa que en el caso de los hombres el factor cohesiónfamiliar mantiene una relación más fuerte con la variable adaptaáón social (r = .71, r2 = .51), en comparación con la correlación que presentan las mujeres (r = .56, r2 = .31). Por otra parte, lafunáonalidad social y la relaáón con elpadre están más relacionadas en el caso de las mujeres, no obstante, los hombres indican tener una relación más estrecha con el padre (figura 1). De igual forma, el factor tiempo en familia se asocia más a los puntajes de adaptación social obtenidos por las mujeres.
DISCUSIÓN
El propósito de la investigación fue conocer la relación del clima familiar con el proceso de adaptación social de adolescentes (hombres y mujeres) estudiantes de bachillerato con edades entre los 15 y los 19 años, integrantes de familias nucleares.
Los resultados encontrados confirman el papel clave de la familia en el proceso de ajuste y adaptación de los adolescentes a las demandas diversas que su entorno les exige, protegiéndolos de influencias como los medios de comunicación, que promueven estilos de vida poco saludables integralmente, disfrazados de éxito y aceptación a ciertos grupos sociales, lo que conlleva riesgos en la adaptación del adolescente (Pons & Berjano, 1997; Palacios & Palacios, 2002; Caricote, 2008; Estévez et al., 2008; Galicia et al., 2009; Vargas, 2009).
Por otro lado, el desempleo y los altos costos de la vida moderna provocan que tanto el padre como la madre trabajen arduamente para ofrecerles una mejor condición de vida a sus hijos. Infortunadamente, al pasar una gran parte del tiempo fuera de casa, se genera una desatención natural hacia los hijos que en la etapa de la adolescencia puede traer consecuencias lamentables, ya que los jóvenes, en esta etapa de su proceso de socialización, pueden encontrar comprensión y refugio en algunos grupos de riesgo con conductas antisociales y hasta ilegales.
Al respecto, en el presente estudio se encontró que tanto los adolescentes hombres como las mujeres salen positivamente evaluados en el clima familiar e informan que su mejor relación es con la figura materna, lo que coincide con lo planteado por distintos investigadores que reconocen en la familia a una institución social que representa el eje central durante la vida de las personas y que para el adolescente es el principal agente socializador del cual aprehende los valores, creencias, normas y formas de conducta apropiadas para ajustarse a la sociedad a la que pertenece (Bernedo et al., 2007; Estévez et al., 2008; Omar et al., 2010; Povedano et al., 2011).
En adaptación social los adolescentes mostraron que en su mayoría se ajustan con éxito a las exigencias que tanto la familia como el medio social les plantean, y no existe problema para cumplir con las normas sociales. Únicamente un porcentaje mínimo se encuentra con baja funcionalidad en estas áreas (Palacios & Palacios, 2002; Oliva, 2006; Hidalgo & Júdez, 2007; Márquez et al., 2007).
Asociado a las capacidades de adaptación social, los adolescentes valoran como muy importante dentro del clima familiar la dimensión de cohesión familiar, y de acuerdo al sexo del adolescente se observa que en el caso de los hombres esta mantiene una relación más fuerte con la variable adaptación social, en comparación con la correlación que presentan las mujeres. Esto puede interpretarse como mayor flexibilidad de adaptación en las mujeres en sus procesos de ajuste, mientras que los hombres dependerán más de la calidad de la cohesión familiar para lograrla.
Lo anterior, Parra y Oliva (2002) lo explican resaltando que por mucho que la adolescencia y sus ajustes sean difíciles, los jóvenes se forman una imagen de la dinámica familiar menos dramática y aseguran no tener grandes conflictos con sus progenitores. Los autores también indican importantes diferencias de género, pues las chicas presentan mayor frecuencia de comunicación, menor tasa de conflictos con sus progenitores y menor autonomía para decidir sobre diferentes aspectos, en comparación con los chicos.
Resulta relevante indicar que el pasar mayor tiempo en familia se convierte en una condición que puede favorecer las capacidades de adaptación social de los adolescentes, situación ya tratada por Moreno et al. (2009) cuando examinaron el papel de la familia en las capacidades de ajuste y adaptación de los adolescentes en entornos escolares ante figuras de autoridad y la conducta violenta.
En conclusión, los resultados sugieren la importancia del papel que juega el clima familiar en las facilidades u obstáculos de adaptación que tendrá el adolescente en su entorno social. Sin embargo, es necesario considerar estudios más amplios que incluyan otras condiciones que afectan esta problemática, como por ejemplo, entornos culturales, tipos de familia, nivel educativo de los padres, relaciones del adolescente con pares, así como el trabajo, entre muchos otros aspectos.
Concretamente para el caso del presente estudio, cabe reconocer algunas limitaciones que servirán de guía para posteriores estudios. En primer lugar, al ser una muestra no probabilística, la principal limitación que representa es la imposibilidad de generalización de los resultados, por lo que se circunscriben a la muestra con la que se realizó el estudio. Por otra parte y considerando que en la actualidad cada vez hay más familias monoparentales o reconstituidas, valdría la pena, en subsecuentes investigaciones, incluir como parte de la muestra adolescentes provenientes de diversas estructuras familiares. Otra limitación es que el estudio sólo se basa en las respuestas de los adolescentes, por lo que en lo sucesivo sería conveniente incluir a los padres de familia como parte de la muestra, así se podría conocer la percepción que cada una de las partes involucradas tiene respecto al constructo estudiado y, con ello, tener una mayor comprensión del mismo. Existen otras variables, por ejemplo el nivel socioeconómico de la familia, que quizá de manera directa no explican el proceso de adaptación social de los adolescentes, sin embargo, pueden, de manera indirecta, estar afectando este proceso. Por otro lado, habría que considerar variables mediadoras o moderadoras de la relación entre las variables del clima familiar y la adaptación social.
Finalmente, se recomienda en posteriores estudios sobre el tema diversificar la muestra con adolescentes de diferentes entornos sociales y culturales, así como la alternativa de construir instrumentos de medición de estas variables que sean validados y confiables en muestras que se ajusten al perfil sociodemográfico pertinente.
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