Fecha de recepción: septiembre 24 de 2022 Fecha de aceptación: marzo 6 de 2023
ARTíCULO ORIGINAL https://dx.doi.org/10.14482/sun.39.03.345.916
Conductas del estilo de vida y su asociación con los síntomas de depresión en personas adultas mayores durante la pandemia por coronavirus
Lifestyle behaviors and their association with depression symptoms in older adults during Coronavirus pandemic
Claudia Jennifer Domínguez-Chávez1, Fabíola Cortez Rodríguez2, Ana Lourdes Medina Leal3, Myrna Luz Ruiz Salazar4
1 Doctora en Ciencias de Enfermería por la Universidad Autónoma de Nuevo León, México. Profesora investigadora de tiempo completo, Facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma de Baja California, México (https://ror.org/05xwcq167). Orcid: https://orcid.org/0000-0001-6230-8308. jennifer.dominguez@uabc.edu.mx
2 Maestra en Ciencias de la Salud por la Universidad Autónoma de Baja California, México. Profesora de tiempo completo, Facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma de Baja California (https://ror.org/05xwcq167). Orcid: https://orcid.org/0000-0002-2260-3721 fabiola.cortez@uabc.edu.mx
3 Maestra en Ciencias de la Salud por la Universidad Autónoma de Baja California, México. Facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma de Baja California (https://ror.org/05xwcq167). Orcid: https://orcid.org/0000-0002-2866-7005. lourdes.medina@uabc.edu.mx
4 Maestra en administración de recursos humanos cetys Universidad, México. Profesora de asignatura, Facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma de Baja California (https://ror.org/05xwcq167). Orcid: https://orcid.org/0009-0007-5012-3219. mlruiz@uabc.edu.mx
RESUMEN
Objetivo: Identificar la asociación entre las conductas del estilo de vida y síntomas de depresión en personas adultas mayores entre septiembre de 2021 y marzo de 2022 en Mexicali, Baja California (México).
Materiales y métodos: Diseño de tipo transversal. Participaron 103 personas adultas mayores seleccionadas por un muestreo no probabilístico. Se aplicaron instrumentos para evaluar síntomas de depresión, el estado nutricional, actividad física, consumo de tabaco, consumo de alcohol y la presencia de problemas para dormir. Para el análisis de datos se empleó estadística descriptiva e inferencial. Se construyó un modelo con las conductas del estilo de vida. La investigación se desarrolló con base en la reglamentación vigente.
Resultados: El 34 % presenta riesgo de desnutrición; 92.2 % tiene baja actividad física; 9.7 % consume tabaco; 15 % consume alcohol; 38.8 % reportó presentar problemas para dormir, y 31.1 % presentó síntomas de depresión. Respecto a las conductas del estilo de vida, se encontró que las personas adultas mayores con riesgo de malnutrición o malnutrición tienen 3.182 (p < .5) más riesgo de desarrollar síntomas de depresión en comparación con quienes tienen un estado de peso adecuado.
Conclusiones: El riesgo de malnutrición o malnutrición, así como el resto de conductas del estilo de vida, son factores modificables que pueden ser intervenidos por los profesionales de la salud a través de intervenciones multicomponentes, en las que se sumen esfuerzos para establecer programas de atención que apoyen a mejorar la salud física y mental de las personas adultas mayores.
Palabras clave: estilo de vida, personas mayores, síntomas depresivos.
ABSTRACT
Objetive: To identify the association between lifestyle behaviors and depressive symptoms in older adults between September 2021 and March 2022 in Mexicali, Baja California (Mexico).
Materials and methods: Transversal and inferential design. One hundred three older adults were selected using a non-probability sampling. Instruments were applied to assess symptoms of depression, nutritional status, physical activity, tobacco use, alcohol use, and sleep problems. Descriptive and inferential statistics were used for data analysis. A model was built with lifestyle behaviors. The research was developed based on the regulations in force.
Results: 34 % are at risk of malnutrition; 92.2 % have low physical activity; 9.7 % use tobacco; 15 % drink alcohol; 38.8 % reported having trouble sleeping, and 31.1 % identified symptoms of depression. The older adults at risk of malnutrition or malnutrition showed three times more chance (p < .5) of having depression symptoms compared with those with adequate weight status.
Conclusions: It is noteworthy that these lifestyle behaviors are modifiable factors that health professionals can intervene with through multicomponent interventions and join efforts to establish care programs that support the improving mental health of older adults.
Keywords: lifestyle, aged, depressive symptoms.
INTRODUCCIóN
La salud mental y física de las personas adultas mayores se ha afectado negativamente durante pandemia por coronavirus (1). El aislamiento social como medida preventiva para reducir el riesgo de infección por este virus ha generado cambios en las conductas relacionadas con el estilo de vida como en la alimentación, actividad física, consumo de alcohol y tabaco y el sueño (1-4).
Con relación a las conductas alimentarias, se ha identificado el incremento en el consumo de alimentos altos en calorías, antojos y snacks considerados como alimentos reconfortantes, lo que puede contribuir a modificar el estado nutricional (3). Las conductas sedentarias se incrementaron, con el consecuente decremento de la actividad física (1). En lo que respecta al consumo de alcohol, se ha identificado que durante la pandemia se incrementó y este se asocia con el aumento de síntomas relacionados con la salud mental (4). Para el caso del consumo de tabaco, aún existe un vacío en la información, que permita conocer el grado en el que esta conducta se ha modificado para la población de personas adultas mayores, por lo que necesario generar investigación al respecto. La pandemia también ha contribuido a modificar los patrones de sueño y descanso, lo cual genera problemas como el insomnio (2).
Estos cambios en las conductas podrían afectar la salud mental de las personas adultas mayores, e incrementar el riesgo para desarrollar sintomatología asociada a enfermedades como depresión (3-5). Especialmente entre las personas adultas mayores que durante la pandemia por Covid-19 vivían solas y tenían 70 años o más. Los estudios no son concluyentes respecto a la asociación del sexo con los síntomas de depresión durante la pandemia; no obstante, investigaciones realizadas en Canadá y Chile indican que las mujeres adultas mayores muestran prevalencias más altas en los síntomas de depresión y depresión mayor en comparación con los hombres mayores (6-8).
Es relevante hacer referencia a la escasa evidencia que existe en torno a la asociación de las conductas del estilo de vida antes mencionadas con los síntomas de depresión, aunado a que la información existente es inconsistente. Por tanto, es necesario desarrollar investigación considerando estas variables como predictoras de los síntomas de depresión, con la finalidad de aportar información al cuerpo de conocimientos que permita comprender cómo las conductas del estilo de vida podrían favorecer la manifestación de síntomas de depresión, y que de no atenderse oportunamente afectarían de mayor manera a las personas adultas mayores y conducir a estados de dependencia funcional. Por lo anterior, esta investigación tuvo como objetivo identificar la asociación entre las conductas del estilo de vida y síntomas de depresión en personas adultas mayores durante septiembre de 2021 y marzo de 2022 en Mexicali.
MATERIALES Y MéTODOS
El diseño de la investigación fue de tipo transversal, en una muestra de 103 personas adultas mayores residentes de Mexicali, seleccionadas a través de un muestreo no probabilístico. Se incluyeron personas adultas mayores de 60 años o más, sin diagnóstico clínico establecido de depresión.
Instrumentos
Las conductas del estilo de vida evaluadas fueron: a) conducta alimentaria/estilo de vida; b) actividad física; c) consumo de tabaco; d) consumo de alcohol y e) problemas para dormir. Para evaluar la conducta alimentaria, se determinó el estado nutricional, que fue evaluado a través de la Evaluación Breve Nutricional (Mini Nutritional Assessment [MNA]; este evalúa la existencia de cambios en el apetito, pérdida de peso, movilidad, presencia de enfermedades agudas o situaciones estresantes, el índice de masa corporal, independencia para vivir en domicilio, consumo de medicamentos, presencia de úlceras, número de comidas al día, frecuencia de consumo de lácteos, huevos o legumbres, proteína animal, frutas, verduras y agua, además de la percepción de su conducta alimentaria, percepción del estado de salud circunferencia braquial y de la pantorrilla. El estado nutricional se determina, acorde con el puntaje, en tres categorías: a) estado nutricional adecuado (24 a 30 puntos); b) riesgo de malnutrición (17 a 23.5); c) y malnutrición (<17). Para el proceso de análisis inferencial, esta variable se integró de manera dicotómica con las opciones "Estado nutricional adecuado" y "Riesgo de malnutrición / malnutrición".
Para evaluar la actividad física se aplicó el Cuestionario de Actividad Física para adultos mayores. Este cuestionario clasifica la actividad física como alta (>16.5 Mets), media (9.4 a 16.5 Mets) y baja (< 9.4 Mets). Para el análisis inferencial se consideró el puntaje total. El consumo de tabaco, alcohol y la presencia de problemas para dormir, fueron integrados en una cédula de datos sociodemográficos elaborada ex profeso por la investigadora principal. Las opciones de respuesta para estas tres variables fueron dicotómicas (0=No y 1=Sí). En esta cédula además se integraron variables como sexo, estado civil, servicios de salud, grado académico, diagnóstico de patologías (diabetes, hipertensión).
Los síntomas de depresión fueron evaluados con el Cuestionario para la Depresión del Estudio Nacional sobre Salud y Envejecimiento (ENASEM); este se encuentra integrado por 9 ítems que evalúan, a través de respuestas dicotómicas, la presencia o ausencia de síntomas de depresión con relación a los últimos siete días. Un puntaje mayor o igual a cinco sugiere la presencia de síntomas de depresión. Este cuenta con una adecuada confiabilidad y validez para identificar los síntomas de depresión en personas adultas mayores (9).
Procedimiento de recolección
Los datos fueron recolectados en comunidad, específicamente en un centro escolar para personas adultas mayores y en domicilios. Debido a que la investigación se realizó entre septiembre de 2021 y marzo de 2022, fue necesario establecer protocolos para reducir el riesgo de contagio por coronavirus. Las valoraciones se realizaron con previa cita para evitar aglomeraciones. Los integrantes del equipo de investigación a cargo de las valoraciones portaron en todo momento sus equipos de protección personal (cubrebocas y caretas) y se mantuvo una distancia de al menos 1.5 metros entre los integrantes de equipo de investigación y los participantes, al momento de aplicar la cédula de datos e instrumentos en papel, tratando de modular el tono de voz para favorecer la comunicación. Asimismo, se dispuso de alcohol gel y cubrebocas para proporcionar a los participantes que no contaran con uno o no se encontrara en adecuadas condiciones.
La aplicación de los instrumentos se realizó de manera individual, favoreciendo en todo momento la privacidad y confort de cada participante; para las personas evaluadas en el centro de escolar se asignó un aula amplia en la que solo se encontraban el participante y el evaluador, mientras que en los domicilios las valoraciones se realizaron en los espacios en que las personas referían sentirse más cómodas y con privacidad. Los instrumentos fueron aplicados en el siguiente orden: cedula de datos sociodemográficos, seguido del MNA, Cuestionario de Actividad Física para adultos mayores, y se finalizó con el Cuestionario para la Depresión del ENASEM.
Consideraciones éticas
Esta investigación se realizó acorde con la reglamentación para la investigación en materia de salud que se encuentra vigente en México. El proyecto de investigación fue aprobado por un Comité de ética en Investigación (Folio: CEI-FEMXL-UABC/12) de una institución universitaria en Baja California, México. Los participantes fueron informados acerca del propósito de la investigación, beneficios y posibilidad de retirarse de la misma en cualquier momento. Posterior a aclarar sus dudas, se procedió a la firma del consentimiento informado.
Plan de análisis
Para analizar los datos se utilizó el paquete estadístico Statistical Package for the Social Science (SPSS) versión 26.0 en español. Se empleó estadística descriptiva para analizar las características de la población, conductas del estilo de vida y prevalencia de los síntomas de depresión. Para identificar la asociación entre las conductas del estilo de vida y los síntomas de depresión se realizó una regresión logística binaria; el modelo integró siete variables independientes (sexo, edad, estado nutricional, actividad física, consumo de alcohol, consumo de tabaco y problemas para dormir de manera continua).
RESULTADOS
La muestra se integró mayormente por mujeres, con el 73.8 % (f=76). Se identificaron las siguientes características: el promedio de edad fue de 68.31 años (DE= 6.47); el grado de estudios que se presenta con mayor frecuencia es la primaria (28.2 %, f=29); el estado civil que predomino fue casada/casado (40 %; f=41); el 14.6 % (f=15) no cuenta con servicios de salud; 16.5 % (f=17) refirió contar con un diagnóstico de diabetes y el 44.7 % (f=46) de hipertensión arterial. La tabla 1 presenta el resto de las categorías para cada característica.
Conductas del estilo de vida
En cuanto al estado nutricional, se identificó que la mayoría de los participantes presentó un adecuado estado nutricional acorde con el MNA (65 %; f=67). Se encontró que la mayoría tiene una actividad física baja (< 9.4 Mets); el puntaje promedio fue de 2.03 Mets (DE= 1.88) Se identificó que el 9.7 % (f=10) consume tabaco, mientras el 15.5 % (f=16) consume alcohol. El 38.8 % (f=40) indicó tener problemas para dormir de manera continua; se reportó un promedio de 6.97 horas de sueño regular (DE=1.70). En la tabla 2 se presentan las categorías que integraron cada factor.
Síntomas de depresión
En cuanto los síntomas de depresión, se identificaron en el 31.1% (f=32) de las personas adultas mayores. De los síntomas de depresión el que se presentó con más frecuencia fue sentirse cansado, seguido de sueño intranquilo, sentirse triste y falta de energía, sentirse deprimido, sentir que todo lo que hacía era un esfuerzo, sentirse solo, no sentirse feliz y no sentir que disfrutaba la vida. En la tabla 3 se presentan las frecuencias para cada síntoma.
Asociación entre los factores del estilo de vida y los síntomas de depresión
El modelo completo con los siete predictores fue estadísticamente significativo, lo cual sugiere que logró distinguir entre los participantes que reportaron síntomas de depresión versus los que no (X2 [7,N =103] = 13.81, p < .05). El modelo en conjunto clasificó correctamente al 70.9 % de los casos. De las variables predictoras solo el estado nutricional mostró una contribución estadísticamente significativa, que indica que las personas adultas mayores con riesgo de malnutrición o malnutrición tienen tres veces más probabilidad de desarrollar síntomas de depresión (OR= 3.182 p < .05) en comparación con quienes presentan un estado nutricional adecuado. En la tabla 4 se presentan los resultados del resto de las variables que se integraron en el modelo.
DISCUSIóN
De las conductas del estilo de vida evaluadas en esta investigación, solamente el estado nutricional mostró asociarse de manera significativa con los síntomas de depresión. Para el caso de los participantes de este estudio, la probabilidad de presentar síntomas de depresión es mayor en quienes presentan riesgo de malnutrición o malnutrición en comparación con quienes tienen un estado de peso adecuado. Estos resultados son similares a los reportados previamente en otros estudios (10,11). Este dato tiene relevancia para la atención de las personas adultas mayores, pues tanto la depresión como la malnutrición pueden relacionarse con estados de fragilidad, situación que puede incrementar el riesgo de caídas, hospitalización y perdida de la independencia (12-14). Autores como Smoliner y colaboradores (11) reconocen que la relación entre los síntomas de depresión y el declive nutricional es compleja, puesto que no queda claro si la depresión es la causa o la consecuencia de este. Por tanto, se reconoce la necesidad de realizar las valoraciones no solamente de aspectos asociados al estado de peso, sino también los relacionados con la salud mental, sobre todo ante la cambiante dinámica en las conductas alimentarias y síntomas de depresión que se ha vivido a partir de la pandemia (3).
Pese a que en esta investigación la actividad física no se asoció significativamente con los síntomas de depresión, se identificó que la mayoría de los participantes tiene una baja actividad física, lo que puede atribuirse a las pautas preventivas establecidas para reducir el riesgo de contagios en personas adultas mayores, lo que condujo a mantener aislamientos prologados, en donde las actividades realizadas implicaban conductas sedentarias como ver la televisión, tejer, leer algún libro, entre otras. Existe evidencia que en contraste sugiere que las conductas sedentarias, tales como ver la televisión por más de dos horas, pueden asociarse con la presencia de síntomas de depresión (15-17), mientras que practicar actividad física al menos uno o más veces a la semana puede ser de utilidad para reducir estos síntomas (18-20).
En cuanto al consumo de alcohol y tabaco, tampoco no se asociaron significativamente con los síntomas de depresión. La prevalencia del consumo de alcohol y tabaco se presentó en menos de la mitad de las personas adultas mayores; en este sentido, es necesario considerar que la mayoría de las personas fueron mujeres en quienes socialmente es mal visto el consumo de alcohol y tabaco, por lo que suele negarse, sobre todo al ser mujeres mayores, en quienes se esperaría que tuvieran pautas de hábitos saludables. No obstante, es necesario seguir estudiando el impacto de estas conductas de consumo en este grupo etario, puesto que la evidencia sugiere que durante la pandemia el consumo de alcohol se incrementó en quienes tenían síntomas de depresión (4). A su vez, el incremento en el consumo de alcohol se asocia con que los síntomas de depresión persistan (21, 22). Para el caso del consumo de tabaco, la evidencia ha demostrado que la presencia de los síntomas de depresión tiene un efecto importante en el incremento del consumo y, a su vez, se incrementa acorde a la severidad de los síntomas de depresión (23,24).
Más de un tercio de los participantes refirieron presentar problemas para dormir, y no se encontró asociación con los síntomas de depresión. En contraste, Morin y colaboradores identificaron que durante la pandemia se presentó un incremento del riesgo de insomnio especialmente en personas que tuvieron Covid-19 y en quienes vivieron aislamientos prolongados, problemas financieros o que vivían solos o con más de cinco personas en un mismo espacio durante la pandemia (2). En esta muestra se identificó que las dificultades para dormir tienden a normalizarse y, por tanto, a no considerarse como un "problema", por lo que generalmente no se le da la importancia necesaria y, por ende, una atención oportuna. Se destaca que las dificultades para dormir fue uno de los síntomas de depresión con mayor prevalencia. Este dato es relevante, puesto que se ha identificado que los problemas para dormir pueden ser un síntoma prodrómico para la depresión (25), por lo que es común que se presente como un síntoma de esta. Esto hace necesario continuar estudiando esta variable y su asociación con los síntomas de depresión, considerando que puede ser una señal de alerta que tiende a omitirse por las personas adultas mayores.
Entre las limitaciones que presentó esta investigación se encontró el tamaño de la muestra y la dificultad para realizar la recolección de los datos en el contexto comunitario en la pandemia, puesto que fue necesario adaptar los espacios para la valoración en el centro escolar para personas adultas mayores, y de manera especial en los domicilios. Ello implicó un mayor tiempo para identificar el espacio en el que la persona mayor se sintiera más cómoda y segura, y que a la par permitiera cumplir con las medidas preventivas para Covid-19. Pese a que se contaba con todas las medidas de seguridad necesarias para proteger tanto a la persona adulta mayor como al equipo de investigación, se presentaron casos en las que las personas que previamente habían aceptado ser parte de la investigación cambiaron de opinión por el temor a enfermar; cabe destacar que la mayoría de estos casos eran personas mayores que vivían solas, con comorbilidades y que habían mantenido las pautas de aislamiento desde el inicio de la pandemia. En estos casos se resolvieron las dudas generales con respecto a su estado de salud y se otorgó información relacionada con las conductas alimentarias y síntomas de depresión.
El retorno a las actividades en el contexto comunitario, con un adecuado plan de logística para realizar las visitas en domicilios, representó una fortaleza para esta investigación, puesto que permitió identificar de manera subjetiva y objetiva la manera en la que las personas adultas mayores se encontraban vivenciando la pandemia y las necesidades de atención que surgieron ante el aislamiento total que se vivió en la mayor parte de los casos. Esta experiencia reforzó la imperante necesidad de renovar y fortificar las acciones y actividades de salud pública en el interior de las comunidades para prevenir riesgos y daños a la salud de las personas adultas mayores.
CONCLUSIóN
Esta investigación permitió identificar que el riesgo de malnutrición o malnutrición incrementa la probabilidad para desarrollar síntomas de depresión. Pese a que el resto de las conductas no fueron significativas, se encontró un alto porcentaje de participantes con baja actividad física, y si bien el resto de las conductas, como consumo de alcohol y tabaco, y las dificultades para conciliar el sueño se presentaron en al menos un tercio de la muestra, es importante reconocer que su identificación y atención oportuna es necesaria en el primer nivel de atención para prevenir riesgos a la salud de las personas adultas mayores.
Los síntomas de depresión se presentaron en más de un cuarto de los participantes. En este sentido, es destacable reconocer la necesidad de atender oportunamente los problemas asociados a la salud mental de las personas mayores, sobre todo tratando de comprender aquellos factores que podrían exacerbar su presencia, tal como lo es el caso del riesgo de malnutrición o malnutrición, como fue el caso de esta investigación.
Es de destacar que tanto el estado nutricional como el resto de las conductas del estilo de vida analizadas son factores modificables que pueden ser intervenidos por los profesionales de la salud a través de intervenciones multicomponentes, en las que se sumen esfuerzos para establecer programas de atención que apoyen a mejorar la salud física y mental de las personas adultas mayores, sobre todo ante la continua dinámica cambiante que ha experimentado la sociedad y los sistemas de salud ante la pandemia generada por el Covid-19.
Financiación: Esta investigación fue desarrollada con el financiamiento otorgado por PRODEP en la convocatoria de Apoyo para la Incorporación de NPTC (Folio: UABC-PTC-814).
Conflicto de intereses: Las autoras declaran no tener conflicto de intereses.
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