ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN / RESEARCH ARTICLE

Institutional factors as determinants of subnational economic growth in Ecuador

Factores institucionales como determinantes del crecimiento económico subnacional en Ecuador

Fatores institucionais como determinantes do crescimento econômico subnacional no Equador

Diego Danny Ontaneda Jiménez
diego.ontanedaj@ucuenca.edu.ec Universidad de Cuenca, Ecuador

Luis Rodrigo Mendieta Muñoz
rodrigo.mendieta@ucuenca.edu.ec Universidad de Cuenca, Ecuador


Resumen: Ecuador es un país en desarrollo con grandes heterogeneidades económicas a nivel regional. El objetivo del estudio es analizar la importancia de la calidad institucional como determinante del ingreso per cápita subnacional. Se ha demostrado el efecto positivo de las instituciones en el crecimiento económico a nivel nacional. Sin embargo, los estudios que analizan las instituciones como determinantes de crecimiento regional para países en vías de desarrollo aún son escasos. Se utiliza encuestas del Latinobarómetro 2007-2018 para obtener información de la percepción de la calidad institucional y se sigue la metodología de los Indicadores de Gobernanza Mundial del Banco Mundial para analizar tres dimensiones de gobernanza: voz y rendición de cuentas, efectividad del gobierno y estado de derecho. El análisis empírico se lleva a cabo a partir de un modelo de regresión de datos de panel y ejercicios contrafactuales. Los resultados señalan que la mejora de la calidad institucional se asocia con incrementos en el nivel de renta regional, después de controlar por factores como el capital humano, infraestructura y stock de capital. Aunque, el análisis revela que las instituciones solo explican una parte moderada de las diferencias regionales del ingreso per cápita. Desde el punto de vista de política, el análisis sugiere la necesidad de considerar el fortalecimiento de la calidad institucional como una estrategia que puede complementar y potenciar los efectos de otros instrumentos que busquen promover el crecimiento económico regional.

Palabras clave: heterogeneidades económicas, regional, calidad institucional, ingreso per cápita, Ecuador.


Abstract: Ecuador is a developing country with great economic heterogeneity at the regional level. The objective of the study is to analyze the importance of institutional quality as determinants of subnational per capita income in Ecuador. Te positive effect of institutions on economic growth at the national level has been demonstrated. However, studies that analyze institutions as determinants of regional growth for developing countries are still scarce. Te study uses the Latinobarómetro surveys for 2007-2018 to obtain information on the perception of institutional quality and follows the methodology of the World Governance Indicators of the World Bank to analyze three dimensions of governance: voice and accountability, effectiveness of the government and rule of law. Te empirical analysis is done with a panel data regression model and counterfactual exercises. Te results indicate that the improvement of institutional quality is associated with increases in the regional income level, after controlling for factors such as human capital, infrastructure and capital stock. However, the analysis reveals that institutions only explain a moderate part of the regional differences in per capita income. From a policy point of view, the analysis suggests the need to consider strengthening institutional quality as a strategy that can complement and enhance the effects of other instruments that seek to promote regional economic growth.

Keywords: economic heterogeneity, regional, institutional quality, per capita income, Ecuador.


Resumo: O Equador é um país em desenvolvimento com grande heterogeneidade econômica em nível regional. O objetivo do estudo é analisar a importância da qualidade institucional como determinante da renda per capita subnacional. O efeito positivo das instituições sobre o crescimento econômico em nível nacional foi demonstrado. No entanto, estudos que analisam as instituições como determinantes do crescimento regional para os países em desenvolvimento ainda são escassos. As pesquisas do Latinobarômetro 2007-2018 são usadas para obter informações sobre a percepção da qualidade institucional e a metodologia dos Indicadores de Governança Mundial do Banco Mundial é seguida para analisar três dimensões da governança: voz e responsabilidade, eficácia do governo e estado de direito. A análise empírica é realizada a partir de um modelo de regressão de dados em painel e exercícios contrafactuais. Os resultados indicam que a melhoria da qualidade institucional está associada a aumentos no nível de renda regional, controlados por fatores como capital humano, infraestrutura e estoque de capital. No entanto, a análise revela que as instituições explicam apenas uma parte moderada das diferenças regionais de renda per capita. Do ponto de vista da política, a análise sugere a necessidade de considerar o fortalecimento da qualidade institucional como uma estratégia que pode complementar e potencializar os efeitos de outros instrumentos que buscam promover o crescimento econômico regional.

Palavras-chave: heterogeneidades econômicas, regional, qualidade institucional, ingresso per capita, Equador.


1. Introducción

Un crecimiento económico sostenido y elevado constituye el objetivo principal de todas las naciones. Diversos estudios han señalado a América Latina como una de las regiones con los peores resultados económicos, dominada por episodios que han terminado en crisis y prolongados periodos de lento crecimiento (De Gregorio, 2008; Cavallo y Powell, 2018). Varios factores económicos y no económicos pueden explicar este desempeño. El modelo de crecimiento neoclásico destaca la acumulación de capital como el principal factor para explicar los niveles de ingreso per cápita. Sin embargo, los intentos de probar empíricamente el modelo neoclásico dieron como resultado conclusiones ambiguas, lo que condujo a una revisión del concepto de factores de producción para incluir el capital humano y el desarrollo de modelos de crecimiento endógeno para incorporar el nivel de tecnología y la innovación.

En este contexto, el papel de las instituciones, entendido como las reglas de juego en las que se desenvuelve la sociedad (North, 1990), ha sido reconocido en los últimos años. Los estudios pioneros de Douglas North señalan que países que atraviesan por procesos históricos similares, que mantienen diferencias institucionales, pueden tener resultados económicos diferentes (North y Tomas, 1973; North, 1990). Diversos estudios empíricos han reconocido que los resultados económicos son frecuentemente consecuencia de factores institucionales más que de factores económicos (North, 1990;Knack y Keefer, 1995; Hall y Jones, 1999; Acemoglu et al., 2001; Djankov et al., 2002; Rodrik et al., 2004). A la par, se ha dado atención a una forma particular de institución, la gobernanza, entendido como una pauta de cómo los estados y otras entidades públicas deberían gobernar y ser gobernados, incluyendo un conjunto de principios normativos a los que deberían adherirse, como la transparencia, la rendición de cuentas, la inclusión, la eficacia y la imparcialidad (Rothstein y Teorell, 2015). En términos generales, se sostienen que los países con instituciones débiles sufren de problemas como la corrupción, la captación de rentas, y problemas de información. Estas situaciones pueden producir, a su vez, diversas deficiencias que afectan la capacidad de los gobiernos para diseñar políticas y suministrar bienes públicos (Rodríguez-Pose y Garcilazo, 2015). El manejo de los recursos públicos para promover el desarrollo requiere de personal hábil y bien capacitado, que trabaja en un entorno institucional con un sistema de incentivos que reduce el fraude y promueve la eficiencia de costos (Rajkumar y Swaroop, 2008). Este interés por analizar el rol de la gobernanza ha ido en línea con un creciente cuerpo de literatura empírica que relaciona indicadores de gobernanza con resultados de crecimiento. Estos estudios han analizado los efectos de la gobernanza sobre variables relacionadas con el desempeño económico y determinan que las fallas institucionales pueden tener importantes repercusiones sobre la inversión privada (Mauro, 1995), el flujo de Inversión Extranjera Directa (Wei, 2000), el comercio internacional (Lambsdorff, 1999) o la calidad y los retornos de los proyectos de inversión pública (Tanzi y Davoodi, 1997; Rajkumar y Swaroop, 2008; Morozumi et al., 2014; Rodríguez - Pose y Garcilazo, 2015; Crescenzi et al., 2016).

En el caso de Ecuador[1] pocos autores han analizado los determinantes de las diferencias de ingreso a nivel subnacional. Los estudios coinciden en que la economía regional en Ecuador se caracteriza por una marcada heterogeneidad (Mendieta Muñoz y Pontarollo, 2015; Szeles y Muñoz, 2016; Pontarollo, Mendieta y Ontaneda, 2019; Quintana-Romero et al., 2019; Ontaneda, 2020). La distribución de la renta per cápita es desigualdad en el espacio, el crecimiento económico no está igualmente distribuido entre las regiones y los territorios con mejor desempeño están ubicados cerca de territorios ya desarrollados (Mendieta Muñoz y Pontarollo, 2015). Los estudios muestran una economía regional altamente polarizada; de 24 provincias ecuatorianas, 3 (Pichincha, Guayas y Azuay) tienen una mejor posición relativa en comparación con las otras provincias. La evidencia también sugiere un lento proceso de convergencia regional del nivel de renta y productividad (Mendieta Muñoz y Pontarollo, 2016; Quintana-Romero et al., 2019) y la existencia de un proceso de convergencia negativa en el que los territorios más desarrollados estarían convergiendo al nivel de los menos desarrollados (Szeles y Muñoz, 2016). Se trata de un problema sustancial puesto que esta situación puede inhibir el crecimiento económico balanceado en un país que ya se caracteriza por una marcada heterogeneidad económica subnacional (Mendieta Muñoz y Pontarollo, 2015; Pontarollo, Mendieta y Ontaneda, 2019).

En este sentido, las diferencias regionales en el desempeño pueden estar explicadas por discrepancias en la calidad de los gobiernos regionales. Los estudios de Gani (2011), Lee y Kim (2009), Valeriani y Peluso (2011) y Nawaz (2015) confirman la importancia de la calidad institucional en el desempeño económico de los países en desarrollo. No obstante, estos estudios son llevados a cabo a nivel nacional, sin enfocarse en cómo la calidad de las instituciones determina el desempeño económico de las regiones, en un país en desarrollo como Ecuador. Lo que se constituye en objetivo del presente estudio.

A pesar del creciente interés en el papel de la gobernanza, existe todavía poca evidencia empírica acerca de cómo la calidad de las instituciones afecta el desempeño económico en países latinoamericanos. Aún menos es conocido acerca de qué dimensiones específicas de la gobernanza afectan el crecimiento económico. Con el fin de medir la calidad del gobierno se recurre a las encuestas del Latinobarómetro para el periodo 2007-2018, y se sigue la metodología propuesta por los Indicadores Mundiales de Gobernanza (WGI, por sus siglas en inglés) desarrollados por Kaufmann et al. (2010) para el Banco Mundial. Así, se aborda una limitación de la literatura empírica sobre la gobernanza y el crecimiento económico. Primero, se determina cuál es el impacto de la calidad institucional en el ingreso per cápita regional. Segundo, se intenta categorizar qué tipo de instituciones de gobernanza son más importantes en determinar el desempeño económico.

2. Literatura de referencia: instituciones como determinantes del crecimiento económico

De acuerdo con Acemoglu (2009) y North (1990), si bien las diferencias tecnológicas y de capital físico y capital humano describen fuentes potenciales de crecimiento económico, estos factores son causas inmediatas del crecimiento. Los modelos de crecimiento existentes han señalado causas aproximadas de crecimiento, pero no han identificado los determinantes subyacentes que conllevan a que los países inviertan lo suficiente en tecnología, capital físico, y capital humano (Acemoglu, 2009). Como parte de la búsqueda de determinantes fundamentales del crecimiento económico, ha surgido una nueva corriente de literatura, denominada la nueva economía institucional, que procede principalmente del trabajo de North (1990). La nueva economía institucional intenta extender las corrientes principales enfocándose en el papel de las instituciones para explicar el crecimiento económico a largo plazo de los países (Zhuang et al., 2010). La idea básica de los estudios que analizan el impacto de la calidad de las instituciones sobre el crecimiento económico es que los países con mejores instituciones y derechos de propiedad invierten más en capital físico y humano, y utilizan estos factores de forma más eficiente, lo que les permite obtener un mayor nivel de ingreso (Acemoglu et al., 2001). Siguiendo este razonamiento, se considera que las instituciones pueden actuar sobre la actividad económica a través de varios canales (Acemoglu, 2003): (1) disminuyendo las asimetrías de información al canalizar información sobre las condiciones del mercado; (2) reduciendo el riesgo al garantizar la observancia de los derechos de propiedad y un grado de igualdad de oportunidades y; (3) restringiendo las acciones de los grupos de poder para que no pueden expropiar los ingresos o crear condiciones desiguales.

Diversos estudios empíricos han determinado que las instituciones son cruciales para el crecimiento económico Acemoglu et al., (2001) y Rodrik et al., (2004), para la inversión Knack y Keefer (1995) y Mauro (1995), así como, la calidad de los bienes públicos o privados Djankov et al. (2002). Aunque, la mayor parte de la literatura reconoce la importancia de las instituciones en la determinación del crecimiento económico, esta perspectiva no es universalmente aceptada. Glaeser et al. (2004) cuestionan los estudios sobre el papel de las instituciones, particularmente las aportaciones de Acemoglu et al. (2001) y Rodrik et al. (2004), y señalan que las institucionales no representan determinantes primordiales, y enfatizan el papel del capital humano como un determinante más persistente del crecimiento económico.

En términos generales, la literatura identifica dos tipos de instituciones. El primer grupo sostiene que el factor clave para el crecimiento económico son las instituciones políticas que promueven el buen funcionamiento del gobierno. El segundo grupo sostiene que las instituciones económicas, que protegen la ejecución de contratos y derechos de propiedad, son las principales determinantes del desempeño económico. Relacionada al primer grupo de instituciones se encuentra la gobernanza. La gobernanza es un concepto amplio y aún no existe un consenso sólido en torno a una definición única. El Instituto de Investigación del Banco Mundial ha propuesto una de las definiciones más utilizadas de gobernanza y hace referencia a (Kaufmann et al., 2010): las tradiciones e instituciones por las cuales se ejerce la autoridad en un país. La mayoría de las evaluaciones sobre gobernanza se han centrado en principios de administración estandarizados que se encuentran como fundamentales para el desarrollo de una administración pública efectiva, entre los cuales se identifican como esenciales (Mimicopoulos et al., 2007): eficiencia, transparencia y participación.

2.1.Gobernanza y crecimiento económico

Ligada a la literatura sobre instituciones se encuentra la gobernanza. Es propicio señalar que el concepto de gobernanza tiene un carácter multidimensional y como ha sido mencionado, su medición genera una fuerte debate, por lo que cabe dejar claro tanto las fortalezas como las limitaciones de las medidas de gobernanza a ser utilizadas. La gobernanza es un concepto muy amplio y aún no existe un consenso sólido en torno a una definición única de gobernanza o calidad institucional (Kaufmann et al., 2010). En términos generales, la mayoría de las evaluaciones sobre gobernanza se han centrado en principios de administración estandarizados que se encuentran como fundamentales para el desarrollo de una administración pública efectiva, entre los cuales se identifican como esenciales (Mimicopoulos et al., 2007): eficiencia, transparencia y participación. De forma amplia, la eficiencia hace referencia a la asignación del gasto público y las instituciones del gobierno y su capacidad para administrar la economía e implementar las políticas de manera estable y predecible.

La eficiencia también se refiere a la correcta priorización de los servicios gubernamentales para que se correspondan con las necesidades de los ciudadanos. La transparencia es la disponibilidad y claridad de la información proporcionada al público en general sobre la actividad del gobierno. La transparencia está relacionada con la rendición de cuentas, la cual se refiere al establecimiento de criterios para evaluar el desempeño de las instituciones del sector público (Mimicopoulos et al., 2007). Finalmente, la participación se refiere a las acciones del sector público orientadas a la promulgación de leyes que fortalecen la libertad y la pluralidad de los medios de comunicación, el estableciendo de organismos electorales independientes y el fomentando de la participación del público en la toma de decisiones sobre los planes y presupuestos del gobierno (Mimicopoulos et al., 2007).

El Instituto de Investigación del Banco Mundial ha propuesto una de las definiciones de gobernanza más comúnmente utilizadas en el campo empírico y hace referencia a Kaufmann et al. (2010): las tradiciones e instituciones por las cuales se ejerce la autoridad en un país. Se establece seis indicadores de gobernanza mundial (WGI) dirigidos a capturar cómo los gobiernos se eligen, monitorean y reemplazan, la capacidad del gobierno para formular e implementar efectivamente políticas sólidas; y el respeto de los ciudadanos y del Estado por las instituciones que los gobiernan.

Los indicadores son, siguiendo a Kaufmann et al., (2010): 1) efectividad del gobierno, representa las percepciones sobre la calidad de los servicios públicos, de la administración pública, y la formulación y ejecución de las políticas; 2) calidad regulatoria, que mide la percepción de la habilidad del gobierno para formular e implementar políticas sólidas y regulaciones que promueven el desarrollo del sector privado; 3) voz y rendición de cuentas, captura la percepción de la libertad de expresión y el grado en el cual los ciudadanos son capaces de participar en la elección de sus gobernantes; 4) estabilidad política y ausencia de violencia, considera la probabilidad de que el gobierno sea desestabilizado por medios inconstitucionales o violentos; 5) estado de derecho, representa el grado de cumplimiento de las reglas de la sociedad, el cumplimiento de los contratos, los derechos de propiedad, y la calidad de la policía y tribunales; y, 6) control de corrupción, representa la percepción del grado en que el poder público se ejerce para el beneficio privado, y la captura del estado por parte de élites e intereses privados. En este sentido, una mayor calidad de la gobernanza hace referencia a una mayor percepción respecto al cumplimiento de estas dimensiones.

Cabe señalar que estas medidas de gobernanza han sido sujetas a diferentes críticas. Como señala Kaufmann et al. (2007), deb ido a la naturaleza intrínsecamente inobservable de la gobernanza, cualquier medida empírica de gobernanza solo será una aproximación imperfecta de las dimensiones más amplias de gobernanza que refleja. Entre las principales críticas se destacan que los WGI son medidas muy generales, caracterizadas por ser resultados ex post, y es muy probable que se encuentren sobre influenciados por el desempeño económico reciente (Glaeser et al., 2004), y que están construidas a partir de percepciones que no están libres de sesgos políticos o ideológicos (Savoia y Sen, 2012). La principal ventaja de estos indicadores es que cubren una definición amplia de instituciones (Kaufmann et al., 2007).

La gobernanza promueve el crecimiento porque garantiza una gestión eficiente por parte del sector público y un marco de política predecible que son fundamentales para la eficiencia de los mercados (Banco Mundial, 1992). Se distinguen los siguientes canales a través de los cuales la gobernanza puede afectar la actividad económica (Banco Mundial, 2004): (1) mejora el desempeño burocrático y la previsibilidad, reduciendo la incertidumbre y los costos de hacer negocios; (2) contribuye a la entrega efectiva de bienes públicos que son necesarios para la productividad de las empresas; y (3) reduce el alcance de la formulación de políticas gubernamentales arbitrarias.

Un importante cuerpo de literatura ha analizado la relación entre medidas de calidad burocrática, control de corrupción, protección de los derechos de propiedad y otras variables institucionales, y el crecimiento económico. Dentro de la primera línea de investigación se encuentran estudios que, a partir de diferentes indicadores, confirman que las instituciones tienen un impacto positivo en el desempeño de las economías, o reconocen las especificidades sobre el efecto que las instituciones tienen en el crecimiento económico, donde el signo y la fuerza de este impacto puede variar según el grado de desarrollo de las economías. Dentro del primer grupo de estudios que tienden a encontrar relaciones positivas entre la calidad de la gobernanza y el desempeño económico están los trabajos de Evans y Rauch (1999) que determinan que las burocracias estatales caracterizadas por el reclutamiento meritocrático se asocian con una mayor tasa de crecimiento, Rivera-Batiz (2002) que identifica la gobernanza como un importante determinante de la productividad, Gani (2011) que muestra que la estabilidad política y la efectividad del gobierno están correlacionadas positivamente con el crecimiento económico para países en vías de desarrollo.

Dentro del segundo grupo se encuentra un reducido conjunto de estudios (Lee y Kim, 2009; Eicher y Leukert, 2009; Valeriani y Peluso, 2011; Nawaz et al., 2014; Nawaz, 2015; Siyakiya, 2017) que han examinado empíricamente el efecto de la calidad institucional para países que se encuentran en diferentes etapas de desarrollo. En general estos estudios concuerdan en que el impacto de las instituciones en el crecimiento económico depende de su etapa de desarrollo. No obstante, no se puede observar un consenso en los resultados encontrados por estos estudios. Valeriani y Peluso (2011), Nawaz et al., (2014), Nawaz (2015); Siyakiya (2017) concluyen que el impacto de la calidad de las instituciones en el desempeño económico es mayor en los países desarrollados que en los países en vías de desarrollo. En particular, Nawaz et al., (2014) y Nawaz (2015) determinan que el impacto positivo sobre el crecimiento económico de la mejora del control de la corrupción, la calidad burocrática, la ley y orden y la rendición de cuentas democrática es mayor en los países de ingreso alto que en los países de ingreso bajo.

Los autores explican estos resultados a partir de dos argumentos básicos: (1) el marco institucional en los países pobres podría estar poco desarrollado, lo que puede socavar la eficacia de las instituciones, y; (2) la causalidad entre la calidad institucional y el crecimiento económico también pueden explicar los diferentes impactos de las instituciones en los países desarrollados y en desarrollo. Por otro lado, Lee y Kim (2009) y Eicher y Leukert (2009) determinan que la magnitud del impacto es mayor en los países en vías de desarrollo, lo que respalda la hipótesis de que en las etapas iniciales de desarrollo, factores básicos como las instituciones o la educación inicial son particularmente importantes, mientras que en el caso de países desarrollados, otro tipo de instituciones (como las instituciones de protección de los derechos de propiedad intelectual) y factores como la educación superior pueden ser más importantes.

Una segunda línea de investigación revierte la dirección de la causalidad entre las instituciones y el desempeño económico. Por ejemplo, Goldsmith (2007:165) sostiene que "una mayor transparencia, responsabilidad y participación son a menudo un resultado, en lugar de una causa directa del desarrollo". Esto se puede justificar de varias formas: (1) la posibilidad de que las instituciones requieran mayor capital humano y financiero para funcionar adecuadamente; (2) una mejor gobernanza es a menudo una exigencia de clase media educada, y esta es frecuentemente uno de los resultados de una economía de alto crecimiento; y, (3) a medida que la economía se desarrolla, probablemente los grupos de presión pueden acordar que las instituciones competentes servirían mejor a sus necesidades. Chong y Calderon (2000) muestran evidencia empírica a favor de esta hipótesis; determinan que, para los países pobres, la causalidad va desde las instituciones hacia el crecimiento, pero para una muestra de países desarrollados se observa la reversión de la dirección de la relación.

Una tercera línea de investigación sugiere que las deficiencias institucionales, como la corrupción, pueden tener un efecto positivo en el desempeño económico (Nye, 1967 y Khan, 1996). Por ejemplo, los sobornos podrían ser compatibles con el crecimiento económico si permiten pasar por alto trámites burocráticos que frenan las transacciones, o la corrupción podría trabajar para "engrasar las ruedas" de las sociedades mal gobernadas al facilitar la provisión básica de bienes públicos (Khan y Sundaram, 2000). En esta línea se encuentran Leff (1964), Leys (1965) y Huntington (2006) en su hipótesis de "engrasar las ruedas" que plantean que bajo regulaciones rígidas y una burocracia ineficiente, la corrupción puede fomentar el crecimiento económico al aumentar la eficiencia del mercado. Frente a este punto de vista se encuentra el principal enfoque de "arena en las ruedas" que considera que la corrupción actúa como un impuesto ilegal que distorsiona la competencia e incentiva el comportamiento no productivo. De esta forma, se distinguen estudios empíricos que han mostrado efectos negativos de la corrupción sobre la inversión y el crecimiento económico (Mauro, 1995); sobre la productividad y la volatilidad de la inversión pública (Tanzi y Davoodi, 1997; Grigoli y Mills, 2014) y estudios que sugieren que la corrupción puede promover el crecimiento económico cuando la libertad económica es limitada, pero los beneficios de la corrupción pueden disminuir a medida que aumenta la libertad económica (Méndez y Sepúlveda, 2006; Heckelman y Powell, 2010; Swaleheen, 2011).

A partir de esta revisión de literatura se pueden señalar los siguientes puntos: (1) la literatura proporciona evidencia de que la calidad institucional juega un papel importante en el desempeño económico de los países; (2) se establece la existencia de heterogeneidad en los impactos de las instituciones, los efectos de la calidad institucional pueden depender del nivel de desarrollo económico de los países; (3) un vínculo causal de dos vías entre las instituciones y el crecimiento económico también es reconocido en la literatura, y; (4) a pesar del consenso de que las buenas instituciones promueven el desempeño económico, aún persisten debates teóricos sobre la relación entre la gobernanza y el crecimiento económico, particularmente cuando se analizan países en desarrollo.

Es propicio señalar que, debido a la naturaleza intrínsecamente inobservable de las instituciones, las medidas institucionales han sido sujetas a diferentes críticas. Los indicadores institucionales están construidos a partir de medidas subjetivas o percepciones, obtenidas mediante encuestas y evaluaciones de expertos, por lo que representan una síntesis de opiniones de diversos agentes. Las principales críticas se refieren al hecho de que se tratan de medidas generales que pueden estar influenciadas por el desempeño económico reciente (Glaeser et al., 2004), y que este tipo de indicadores están construidos a partir de percepciones que no están libres de sesgos políticos o ideológicos (Savoia y Sen, 2012).

3. Datos

El principal problema que enfrenta el análisis empírico es la disponibilidad de información de la calidad de las instituciones a nivel regional. Los datos son obtenidos de Latinobarómetro, y se considera el periodo correspondiente a 2007-2018. Se sigue la metodología de WGI[2] y se analizan tres dimensiones para las cuales se dispone de información[3] : voz y rendición de cuentas, efectividad del gobierno y estado de derecho. La dimensión de voz y rendición de cuentas se mide a partir de los indicadores de satisfacción de la democracia y confianza en el congreso. La dimensión de efectividad del gobierno se mide a partir del indicador de confianza en el gobierno, y estado de derecho se analiza a partir de los indicadores de confianza en el poder judicial y confianza en la policía[4]. Cada ítem fue calificado en una escala con 4 posibles respuestas, a saber; (i) mucha confianza, ii) algo de confianza, iii) poca confianza y, iv) nada de confianza. El indicador se definió de tal forma que valores elevados representan mayores niveles de confianza, y se estandarizó, siendo 1 el valor máximo del índice y 0 el nivel más bajo[5].

Para calcular los indicadores regionales, se agregan las respuestas individuales proporcionadas en cada una de las encuestas. Aunque, la desagregación subnacional reduce considerablemente el número de observaciones disponibles, en todos los casos, las variables calculadas se basan en 30 observaciones o más. La división subnacional analizada responde básicamente a la disponibilidad de información. El análisis está construido sobre el supuesto de que las percepciones individuales de los encuestados reflejan principalmente la situación de la gobernanza en su región de residencia. las regiones consideradas se presentan en el anexo 2. Las unidades temporales muestran el promedio de datos anuales para cada indicador para los siguientes periodos: 2007-2008, 2009-2010, 2011-2013, 2015-2016, 2017-2018. Este ajuste de la frecuencia temporal permite obtener cinco observaciones temporales y tiene la ventaja de que minimiza los efectos asociados a los ciclos económicos.

4. Medición y comparación de la situación de la gobernanza en ecuador y américa latina

Los datos de los indicadores permiten evaluar la situación de la gobernanza en Ecuador y compararla con la de otros países. Las figuras 1a, 1b, 1c y 1d; presentan los indicadores de gobernanza para las dimensiones de voz y rendición de cuentas, efectividad del gobierno, estado de derecho y control de corrupción para América Latina en los años 2007 y 2018. En el caso de Ecuador se observa una mejora en todos los indicadores, a excepción de la confianza en el gobierno que disminuye para el 2018. Esto está en contraposición con lo observado en países como Venezuela, Brasil, Perú y Argentina que muestran un claro deterioro en la situación de la gobernanza. Cabe señalar que el porcentaje de personas que responden haber sido víctima de delito o han sabido de actos de corrupción ha disminuido para la región de América Latina. Aunque el desempeño de los países ha cambiado considerablemente durante el periodo de análisis, la calidad de la gobernanza en Ecuador es menor que en países como Uruguay, Chile y Costa Rica. Comparado con el caso de Honduras, El Salvador y Brasil, la percepción de la gobernanza en Ecuador es mejor en la mayoría de los casos.

Tomando como referencia el año 2018, Ecuador obtiene una puntuación promedio de 2.3 en el indicador de satisfacción con la democracia y de 1.99 en el indicador de confianza en el congreso, lo cual se encuentra por arriba del promedio de 2.07 y de 1.84 respectivamente de la región. Esto ubica al país en un buen desempeño con respecto a la dimensión de voz y rendición de cuentas. En cuanto a la efectividad del gobierno, el país se encuentra por arriba del promedio de la región; en 2018, Ecuador registra 2.01 puntos en el indicador de confianza en el gobierno, siendo superado únicamente por Uruguay, Paraguay, Panamá, Costa Rica y Bolivia. La percepción sobre el buen funcionamiento del Estado de derecho en los países latinoamericanos también ha sido una preocupación. De acuerdo con los datos de Latinobarómetro, el país obtiene una puntuación de 1.96 en el indicador de confianza en el poder judicial, lo cual se encuentra cerca del promedio de 1.94 de la región, siendo superado por Paraguay, Panamá, Perú, Bolivia y Uruguay. Algo semejante se observa en el indicador de confianza en la policía y el porcentaje de personas víctimas de delito, donde el país reporta un valor de 2.48 y 0.23, respectivamente, que ubica al país en el promedio regional. Finalmente, en 2016 el índice de percepción de la corrupción para Ecuador indica que cerca del 10% de las personas han sabido de actos de corrupción, lo que se encuentra por debajo del promedio regional de 18.9%, ubicando al país en el nivel de Perú, Paraguay y Panamá

5. Calidad del gobierno en ecuador

5.1. Análisis econométrico

El modelo estándar de regresión de datos de panel se define de la siguiente forma:

yit = β + x'itj + 7ii + eit i = 1, ...,N; t = 1,...,T [Ec. 1]

Donde el subíndice i es la región y t el periodo de tiempo._y¿í es el logaritmo del Valor Agregado Bruto (VAB) no petrolero per cápita y x^es un vector de características propias de cada economía, donde se incluye la calidad institucional. Como controles adicionales se incluyen una medida de capital humano (medido por la proporción de personas con educación secundaria o superior), infraestructura (aproximada por la proporción de viviendas que obtienen agua por la red pública) y de stock de capital (aproximado por los activos fijos o propiedades, planta y equipo usados por las empresas en la producción). Además,M¿ son los efectos no observados específicos de cada economía que reflejan diferencias en el nivel inicial de eficiencia entre las economías. y es un vector de parámetros que tienen que ser estimados y miden la relación entre la producción per cápita y sus determinantes. ε es un término de error i.i.d. distribuido. La hipótesis que se analiza es que la gobernanza es necesaria para que las regiones promuevan el crecimiento económico. Para determinar si este es el caso, el parámetro que mide la relación entre la calidad del gobierno y crecimiento provincial debe ser positivo. Las especificaciones de la ecuación (1) son lineales y asumen restricciones de homogeneidad en los parámetros para todas las regiones analizadas.

Los datos de panel permiten considerar tanto la variabilidad temporal como transversal de las observaciones. Esto aporta capacidad extra al análisis, al permitir tomar en cuenta la posible heterogeneidad individual entre las economías y al tratarse de observaciones de las mismas unidades a lo largo del tiempo, contempla la dinámica de cambio. Estadísticamente se debe validar la elección del modelo propuesto para el análisis econométrico. Se verifica la conveniencia de utilizar un estimador de efectos fijos a través de la prueba de Hausman. Su hipótesis nula supone la validez de un modelo de efectos aleatorios frente a un modelo de efectos fijos. Si la hipótesis nula es rechazada, se valida la estimación mediante el estimador de efectos fijos. Todas las regresiones se estiman utilizando errores estándar agrupados a nivel de región debido a que se espera correlación dentro del clúster de los residuos y de los regresores[6]. Adicionalmente, las estimaciones se obtienen ponderando las observaciones por el tamaño de la población regional.

El análisis econométrico se complementa con un ejercicio contrafactual que permite determinar los cambios en el ingreso per cápita atribuibles al incremento de la calidad institucional. Se toma como referencia las provincias de Bolívar, Morona Santiago y Orellana por presentar un bajo desempeño en cuanto a ingreso y percepción de la calidad institucional. El análisis consiste en suponer que el indicador de gobernanza se equipara al máximo de la muestra. La diferencia entre el ingreso per cápita contrafactual y el observado se considera como el cambio en el nivel de renta atribuible a la mejora de la gobernanza.

Cabe señalar algunas limitaciones del enfoque metodológico utilizado en la investigación. Primero, las especificaciones omiten variables de control consideradas como determinantes del crecimiento económico, lo que responde a la inexistencia de información. Esta omisión podría introducir sesgos en la estimación en el caso de que estas variables relevantes omitidas estén relacionadas con las variables de interés (ver anexo 3). Segundo, la endogeneidad de las instituciones ha sido una de las principales preocupaciones de los análisis empíricos en esta área. La calidad de la gobernanza y el crecimiento económico podrían determinarse simultáneamente, dando lugar a un problema de endogeneidad. La literatura empírica de estudios a nivel nacional ha tratado el problema de endogeneidad a través del método de variables instrumentales empleando instrumentos como la tasa de mortalidad de los asentamientos coloniales (Acemoglu et al., 2001), la fracción de la población que habla inglés o idiomas europeos, y latitud (Hall y Jones, 1999). Otra forma de abordar la endogeneidad que ha sido empleada por la literatura empírica más reciente es un análisis de panel dinámico a través del Método Generalizado de Momentos. No obstante, estas metodologías son válidas con base en muestras grandes, donde la dimensión transversal supera considerablemente las unidades temporales, lo cual es difícil de contemplar en la investigación aplicada. Por esto, la investigación analiza la relación entre la calidad institucional y el crecimiento económico desde el punto de vista descriptivo. Los resultados no se pueden interpretar como una relación causal entre los factores analizados y los hallazgos del estudio deben analizarse considerando estas limitaciones.

6. Resultados econométricos

La tabla 1 muestra la estadística descriptiva. Tal como ha sido reconocido por literatura previa, el análisis de la estadística descriptiva muestra que hay grandes diferencias en el ingreso per cápita entre las regiones. El ratio del ingreso per cápita en la región más rica en relación con la región más pobre es de 4,10. De forma similar, el análisis revela que hay importantes diferencias en la calidad institucional entre regiones. El ratio en indicador en la región mejor puntuada en relación a la menos puntuada es de 2.43 para la satisfacción de la democracia, 4.38 para la confianza en el congreso, 2.38 para la confianza en el gobierno, 5.55 para la confianza en el poder judicial y 3.28 para la confianza en la policía. Los patrones de desigualdad entre regiones también son interesantes para otras variables. La tabla 1 muestra las grandes diferencias en la incidencia de personas con educación secundaria o superior. De igual forma, hay una variación sustancial entre regiones en cuanto a la dotación de infraestructura pública y capital con el que cuentan las empresas para la producción.

La figura 2 muestra la correlación entre la percepción de la calidad institucional y el ingreso per cápita regional. La relación entre los indicadores institucionales y el ingreso per cápita es fuertemente positiva, excepto para la variable confianza en el gobierno. Así, el análisis indica que una elevada calidad institucional está positivamente relacionada con un nivel elevado de ingreso.

La tabla 2 presenta los resultados de las regresiones univariantes del ingreso per cápita regional y los determinantes analizados. Estas regresiones permiten analizar la importancia de cada determinante cuando

cada variable no compite con ningún otro regresor. La tabla reporta el r2dentro regiones y entre regiones. La tabla muestra que las variables institucionales representan una parte sustancial de la variación dentro de las regiones, pero explican una parte pequeña o nula de la variación entre regiones. La primera columna muestra que el índice de calidad institucional de satisfacción con la democracia explica 20.7% de la variación entre regiones, pero el índice explica 0.9% de la variación entre regiones del ingreso per cápita. Aunque, algunos de los componentes individuales de la gobernanza, como la confianza en el poder judicial y confianza en la policía (dimensión de estado de derecho) llegan a explicar hasta el 44% de la variación dentro de las regiones,ninguna de las variables institucionales explica más del 12% de la variación entre regiones del ingreso per cápita. Otras variables explican una parte importante de la variación entre regiones. El capital humano explica el 64,1% de la variación de ingreso entre las regiones, y 76.2% de la variación de ingreso entre regiones. Esto concuerda con estudios previos que analizan el grado en que las diferencias de ingreso regional se explican por diferencias en cuanto a la educación como Gennaioli, La Porta, Lopez-de-Silanes, y Shleifer (2013). La infraestructura pública explica el 46,3% y 70,3% de la variación dentro y entre regiones, respectivamente. De igual forma, el capital que disponen las empresas para producir representan una parte sustancial de la variación tanto dentro como entre regiones.

Las tablas 3a, 3b, 4, 5a y 5b muestran los resultados de las regresiones multivariantes a nivel regional. Las tablas de resultados tienen la misma estructura. Para robustecer los resultados, los controles fueron agregados, uno a la vez, de tal forma que en la columna cuatro se presentan los resultados finales. Las tablas 3a y 3b presentan las regresiones del ingreso per cápita sobre los indicadores institucionales de voz y rendición de cuentas siguiendo el modelo de la ecuación (1). La prueba de Hausman confirma que el estimador de efectos fijos es el más adecuado frente al estimador de efectos aleatorios. Cabe mencionar, que en todas las especificaciones los efectos fijos son estadísticamente significativos, lo que indica la existencia de diferencias iniciales de eficiencia entre las provincias.

El capital humano y el stock de capital son estadísticamente significativos al explicar las diferencias regionales del ingreso per cápita, mientras que la infraestructura no tiene significancia. Aunque los coeficientes estimados para los factores institucionales caen cuando se incluyen los controles, estas variables son estadísticamente significativas con un coeficiente positivo en cada especificación. La especificación final que combina instituciones, capital humano, infraestructura y stock de capital en una regresión, muestran un coeficiente de 0.286 para la satisfacción con la democracia y de 0.233 para la confianza en el congreso. En conjunto el modelo explica el 74,2% de la varianza del ingreso regional. Las tablas 3a y 3b también corrobora resultados conocidos en la literatura; el análisis muestra que incrementos en el capital humano incrementan el ingreso regional. Las estimaciones indican que el stock de capital con el que cuentan las empresas aumentan la producción per cápita regional.

La tabla 4 presenta los resultados correspondientes para la dimensión de efectividad del gobierno. La columna 4 de la tabla muestra un coeficiente para el indicador confianza en el gobierno positivo y estadísticamente significativo, pero ligeramente más bajo que lo encontrado para las variables institucionales de las tablas 3a y 3b. Cuando se incluyen los proxis para capital humano, infraestructura y stock de capital en una misma especificación, se encuentra que los resultados son robustos y significativos. La infraestructura es insignificante, mientras que el capital humano y el stock de capital son altamente significativos e incrementan el poder explicativo del modelo considerablemente. En conjunto, el modelo explica el 74.9% de la variación de ingreso dentro de las regiones y 78.8% de la variación de ingreso entre regiones.

Las tablas 5a y 5b presenta los resultados correspondientes para la dimensión de estado de derecho. Los resultados son similares a lo observado previamente. Las instituciones tienen un efecto positivo, estadísticamente significativo para explicar las variaciones regionales en el ingreso per cápita, después de controlar por diferencias en capital humano, infraestructura y stock de capital. Combinando las variables institucionales con los controles adicionales en una especificación, se determina que los indicadores de estado de derecho presentan coeficientes bastante similares; la confianza en el poder judicial tiene un coeficiente de 0.212 y la confianza en la policía de 0.194, lo que es señal de robustez en los resultados. La última columna de las tablas 5a y 5b muestra que el r2dentro y entre, si se incluyen todas las variables, es de 0.775 y 0.741, respectivamente.

En términos generales, los resultados indican que aumentos en la percepción de la calidad institucional se asocia con incrementos en el ingreso regional per cápita, una vez que se controla por el efecto del capital humano, infraestructura y stock de capital. Los resultados son robustos y significativos en la mayoría de especificaciones utilizadas, y los coeficientes parecen aproximarse a la misma magnitud entre los diferentes modelos. El modelo también corrobora el impacto positivo del capital humano y stock de capital indicado por la literatura.

Cabe mencionar el bajo poder explicativo de las instituciones de las variaciones del ingreso per cápita regional. Los resultados indican que las instituciones explican una parte importante de la variación dentro de las regiones, pero una parte reducida de la variación entre regiones. En contraste el capital humano y el stock de capital de las empresas explican una fracción importante de la variación tanto entre como dentro de las regiones. La falta de poder explicativo de las instituciones puede responder a la limitada disponibilidad de información a nivel regional o debido a que las instituciones pueden ser importantes para explicar las diferencias nacionales, pero no diferencias regionales en el nivel de ingreso per cápita (Gennaioli et al., 2013).

6.1. Ejercicio contrafactual[7]

Este ejercicio se realiza con el objetivo de ilustrar cómo los factores institucionales pueden significar incrementos mesurables en el nivel de renta regional. El ejercicio contrafactual consiste en cuantificar los efectos de cambios en la calidad institucional en el ingreso per cápita regional, manteniendo los otros factores constantes. El análisis se realiza para las provincias de Bolívar, Orellana y Morona Santiago, las cuales se caracterizan por presentar bajos niveles en la percepción de calidad institucional y renta. El ejercicio contrafactual se calcula a partir de las estimaciones del modelo de panel de efectos fijos de la ecuación (1). Se asume que los indicadores institucionales incrementan de tal forma que se equiparan al valor máximo observado en la muestra. La diferencia entre el ingreso contrafactual y el ingreso observado es el aumento atribuible a la mejora de la calidad institucional.

El análisis se presenta en las tablas 6, 7 y 8. Las tablas están estructuradas de la siguiente manera: la columna 1 presenta los valores observados de las variables en el último periodo de estudio; la columna 2 el ingreso per cápita observado; la columna 3 presenta el indicador de calidad institucional tomado como referencia; la columna 4 muestra el ingreso per cápita estimado a partir del indicador de referencia; la columna 5 reporta el efecto directo atribuible a la mejora de la calidad institucional, esto es, la diferencia entre la columna 4 y 2, y; la columna 6 presenta el efecto expresado como porcentaje del valor observado.

La tabla 6 muestra el efecto del incremento de la percepción de la calidad institucional de la dimensión voz y rendición de cuentas. El panel superior presenta el análisis contrafactual para el indicador de satisfacción con la democracia y el panel inferior para el indicador de confianza en el congreso. Los efectos son calculados sustituyendo el indicador de referencia en la estimación de la ecuación 1 que asocia los indicadores de voz y rendición de cuentas y el ingreso per cápita (Tablas 3a y 3b). El ejercicio indica que la equiparación de la calidad institucional hasta alcanzar el nivel máximo de la muestra genera un efecto positivo en el ingreso per cápita en todas las provincias analizadas. Cuando la calidad institucional se mide a través del indicador de satisfacción con la democracia, el ingreso adicional en Bolívar, Orellana y Morona Santiago es de 12.53%, 8.90% y 8.58%, respectivamente. En el caso del indicador de confianza en el congreso el ingreso adicional en Bolívar, Orellana y Morona Santiago es de 12.53%, 8.90% y 8.58% respectivamente.

La tabla 7 contiene los efectos del incremento de la calidad institucional relacionados con la dimensión de efectividad del gobierno. Los efectos son estimados al sustituir los indicadores institucionales de referencia en la estimación de la ecuación 1 presentada en la tabla 4. La tabla indica que el ingreso per cápita adicional como resultado del incremento de la calidad institucional hasta alcanzar el máximo de la muestra es de 3.46%, 4.85% y 5.16% para Bolívar, Orellana y Morona Santiago.

Finalmente, la tabla 8 muestra los efectos de equiparar la calidad institucional relacionada con la dimensión de estado de derecho. Los resultados son semejantes a los presentados previamente. La tabla muestra que el ingreso per cápita adicional atribuible a mejorar la calidad institucional medida por la confianza en el poder judicial es de 8.61%, 7.96% y 2.13% para Bolívar, Orellana y Morona Santiago respectivamente. Un resultado similar se observa para el caso de la calidad institucional medida a través de la confianza de la policía.

El ejercicio contrafactual señala que la mejora de la calidad institucional tiene un impacto sobre el ingreso per cápita regional, una vez que se controla por otros determinantes del crecimiento económico. El análisis también releva que los indicadores institucionales tienen efectos considerables, con un cierto grado de diferenciación entre dimensiones.

7. Conclusiones

El estudio analiza la importancia de factores institucionales en la determinación del ingreso per cápita regional en Ecuador. Se recurre a las encuestas del Latinobarómetro 2007-2018 para obtener información de la percepción de la calidad institucional a nivel regional. Siguiendo la metodología de los WGI se analizan tres dimensiones de gobernanza para los que se dispone de información: voz y rendición de cuentas, efectividad del gobierno y estado de derecho. Estas dimensiones se miden a partir de los indicadores de satisfacción con la democracia, confianza en el congreso, confianza en el gobierno, confianza en el poder judicial y confianza en la policía.

Contrario a lo observado en países latinoamericanos como Venezuela, Brasil, Perú y Argentina, el país registra una mejora en la percepción de la calidad de la gobernanza durante el periodo de estudio, a excepción de la efectividad del gobierno. Si se compara al país con la región de América Latina, se observa que se ubica por arriba del promedio en los indicadores de voz y rendición de cuentas, y efectividad de gobierno, mientras que obtiene un desempeño promedio en cuanto a los indicadores de estado de derecho.

El análisis empírico llevado a cabo a partir de un modelo de regresión de datos de panel con efectos fijos señala que la mejora de la calidad institucional se asocia con incrementos en el ingreso regional per cápita, después de controlar por el efecto del capital humano, infraestructura y stock de capital. Los resultados son robustos entre las diferentes especificaciones utilizadas. Los ejercicios contrafactuales también muestran que la mejora de la calidad institucional tiene efectos sustanciales en el ingreso per cápita de las provincias consideradas. No obstante, el análisis revela que las instituciones solo explican una parte moderada de las diferencias regionales del ingreso per cápita, y que el capital humano y el capital de las empresas tiene un mayor poder explicativo de las variaciones de ingreso provincial. Esto concuerda con Gennaioli et al. (2013) que encuentra que las instituciones tienen poco poder explicativo de las variaciones de ingreso a nivel regional, y apoya lo señalado por Glaeser et al. (2004) en el sentido de que factores como el capital humano pueden representar determinantes más primordiales del crecimiento económico que las instituciones. También, se debe tener en cuenta que estos resultados pueden responder a que los indicadores institucionales están construidos a partir de medidas subjetivas o percepciones que pueden estar influenciadas por el desempeño económico reciente (Glaeser et al., 2004), y que no están libres de sesgos políticos o ideológicos (Savoia y Sen, 2012).

Los resultados del artículo tienen implicaciones para los hacedores de política. Los hacedores deben considerar las mensurables consecuencias del deterioro de las instituciones en la economía regional. Es necesario tener en cuenta el fortalecimiento de la calidad institucional como una estrategia que puede complementar y potenciar los efectos de otros instrumentos que busquen promover el crecimiento regional, como la mejora de la educación, el incremento del capital productivo empresarial e infraestructura pública.

Finalmente, se mencionan algunas líneas de investigación futura derivadas de las limitaciones del estudio. Se considera relevante: a) complementar el análisis considerando indicadores institucionales alternativos, como el uso de medias objetivas de instituciones, como lo sugiere (Glaeser et al., 2004); b) contemplar la importancia de las instituciones en impulsar o dificultar el impacto de otras políticas , como el efecto de la inversión pública (Rodríguez-Pose y Garcilazo, 2015) ; c) considerar la posibilidad de relaciones no lineales entre la calidad institucional y el crecimiento económico; d) debido a la posible casualidad inversa entre el ingreso y la calidad institucional, no se puede interpretar los coeficientes como impactos causales de la gobernanza sobre el ingreso regional, por esto, es necesario robustecer las estimaciones econométricas abordando los posibles problemas de endogeneidad mediante el uso de los instrumentos adecuados y técnicas alternativas; e) se considera fundamental considerar el análisis de la relación entre la calidad institucional y otros determinantes del crecimiento económico, como el capital humano.


Anexos


Notas

[1] Con una superficie de 283,500 kilómetros cuadrados, la República de Ecuador está dividida en 4 regiones naturales, amazónica, costa, sierra e insular, 24 provincias, 221 cantones (municipios) y 1,228 parroquias. La provincia es la división política-administrativa de primer nivel en Ecuador. En el estudio se utiliza indistintamente los términos provincia y región.

[2] Ver WGI (2020).

[3] Lamentablemente las encuestas de Latinobarómetro no disponen de información suficiente para construir los indicadores de las dimensiones de estabilidad política y ausencia de violencia y control de la corrupción.

[4] En el anexo 1 se presentan las preguntas aplicadas en cada uno de los indicadores

[5] La estandarización se realizó con la siguiente fórmula: indicador estandarizado = '"1Γ'"Donde min y max representan el valormínino (1) y máximo (4) respectivamente.

[6] Las estimaciones también se obtuvieron con errores estándar robustos a heterecedasticidad de Huber-White, las cuales fueron en todas las especificaciones menores en magnitud a los errores estándar que ajustan la correlación intragrupal.

[7] Este análisis sigue al ejercicio propuesto por Porras y Jaramillo (2014).


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