ISSN Electronico 1794-8886 |
Reseñas
John Gledhill
La cara oculta de la inseguridad en México. México, Paidós, 2017.
Efraín Quiñones León
Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales, Universidad Veracruzana
Dentro de la amplia y muy variada producción editorial acerca de la violencia, la inseguridad y los desafíos que enfrentan las instituciones de seguridad y de justicia en México, se suma recientemente a este catálogo un nuevo libro sobre esta temática. Planteado en principio como un diagnóstico de las condiciones de inseguridad en Brasil y México, La cara oculta de la inseguridad en México (Paidós, 2017) reúne algunos de los aspectos más relevantes de semejante ejercicio.
Este libro, publicado originalmente en inglés en el 2015 bajo el sello editorial Zed Books, y titulado The new war on the poor, lo tradujo al castellano la editorial Bellaterra en el 2016. Ambas ediciones integran las reflexiones en torno a las condiciones que se constituyen en el fermento de la actual crisis de inseguridad y violencia en Brasil y México. El profesor Gledhill enfoca su análisis en las condiciones de pobreza en ambos contextos, al tiempo que ilustra las maneras en que los pobres viven en el peor de los mundos posibles frente a las políticas de seguridad pública del Estado y la violencia desatada por poderes fácticos.
El profesor británico John Gledhill sintetiza en esta investigación sus principales hallazgos para el caso mexicano, en el que encuentra una constante dentro del contexto de violencia incremental que ha padecido México en los últimos cuarenta años. En efecto, con base en la revisión y el análisis de documentos y entrevistas, así como en un intenso trabajo de campo en varios estados del país, el profesor Gle-dhill encuentra que uno de los principales ejes de la violencia criminal proviene de la relación entre agentes privados y estatales cuyo fin es beneficiarse mediante la obtención de ganancias extraordinarias en la explotación despiadada de los recursos naturales y un caudal de pobreza que afecta a millones de mexicanos.
En un lenguaje directo, el profesor Gledhill, de la Universidad de Manchester, Inglaterra, aborda las condiciones del paramilitarismo en Michoacán, el fenómeno de la guerrilla en Guerrero durante la década de los setenta del siglo pasado, así como la insurgencia zapatista en el sureño estado de Chiapas a partir del conflicto armado suscitado en 1994. Como antropólogo, Gledhill ha realizado trabajo de campo en diferentes momentos y en varias de las entidades sobre las cuales se reflexiona en el presente libro, de manera que tiene una experiencia directa sobre los fenómenos (narra, por ejemplo, cómo conoció la delicada situación de la inseguridad en Michoacán una vez le apuntaron con una pistola en la sien), lo cual se enriquece con el material bibliográfico, documental y periodístico utilizado en el estudio.
En cuatro capítulos La cara oculta de la inseguridad en México discurre por una serie de temas que van desde lo que el autor denomina "los procesos de 'segurización'" en los actuales modelos de desarrollo, y el "combate" a las redes delictivas vinculadas al narcotráfico, hasta el análisis de las economías ilegales, las transformaciones del Estado, las políticas de contrainsurgencia, el paramilitarismo y las distintas formas de defensa comunitarias frente a los embates de la violencia criminal. Particular interés se observa en el análisis de los megaproyectos trasnacionales de extracción de minerales y la vulnerabilidad que esto genera en las poblaciones que defienden los recursos naturales. Los gobiernos, por su parte, dicen combatir los problemas de inseguridad, aunque a menudo tienden a agravarlos. El profesor Gledhill considera que estas políticas de "segurización" están de forma deliberada orientadas no solo a combatir la violencia, sino, sobre todo, a intervenir en los conflictos sociales derivados del modelo extractivista del capitalismo global actual en favor de los grandes corporativos empresariales trasnacionales.
En el primer capítulo descuellan los principales temas y conceptos que a lo largo del texto se abordan. Así, se reflexiona sobre la relación entre las políticas de desarrollo neoliberales, la pobreza generada y las desigualdades en el ingreso que impiden la movilidad social. Esto no solo trae como consecuencia fenómenos como la precarización del trabajo, sino, además, que las circunstancias de seguridad social se deterioren con impactos negativos en la salud, la educación y en las condiciones de la vivienda. De esta forma, el modelo de "seguridad humana" postulado por organismos internacionales se ve amenazado no solo por estas condiciones del capitalismo global actual, también por la violencia y la inseguridad que se ejerce desde los Estados y las redes criminales privadas, así como desde las público-privadas.
En los capítulos centrales se abordan los problemas de la inseguridad y la violencia en los estados de Chiapas, Guerrero y Michoacán. En el marco de las actuales transformaciones del sistema de justicia penal en México, cobra especial relevancia el hecho que se pretenda que la ciudadanía pueda confiar en un modelo de impartición de justicia, cuando las instituciones estatales han dado ostensibles muestras de que operan bajo otros códigos que acentúan las diferencias entre los individuos. En los tres casos estudiados se proporcionan evidencias que permiten sostener los argumentos principales del libro; esto es, cómo el florecimiento de las economías ilegales (no solo el narcotráfico, sino también el secuestro, la extorsión y el tráfico de migrantes, entre otros) es difícil entenderlo sin algún grado de connivencia de las autoridades encargadas de combatir los delitos y, al mismo tiempo, como parte de los intereses geoestratégicos del Gobierno norteamericano.
En particular, el capítulo dos se enfoca en dilucidar las consecuencias políticas y sociales de las guerras de contrainsurgencia aplicadas en los estados de Guerrero y Chiapas. En el caso del Guerrero, se abre un amplio abanico histórico que rememora la lucha guerrillera de Lucio Cabañas, hasta los actuales conflictos que tuvieron como resultado la masacre de estudiantes de la escuela normal rural Isidro Burgos en la localidad de Ayotzinapa. En el caso de Chiapas se describen los efectos del paramilitarismo como mecanismo para contrarrestar el avance del movimiento de resistencia generado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). En ambos casos coinciden las políticas de exterminio (Acteal es para Chiapas lo que Ayotzinapa es para Guerrero), el control geoestratégico por los recursos y la seguridad de los Estados Unidos, y el clima de violencia atizado por autoridades que se muestran omisas, cómplices o débiles frente a las redes criminales que operan en esa vasta región de México.
El tercer capítulo está dedicado enteramente al caso michoacano. En este se in-cursiona en el análisis de las organizaciones del narcotráfico, los desafíos que su combate han significado para el Estado y el surgimiento de las autodefensas como respuesta de la ciudadanía para ofrecer seguridad a la población, dadas las condiciones de violencia que resultan de la inacción de los distintos niveles de gobierno y de la operación de los cárteles de la droga en la zona. Sin embargo, el estado de descomposición que se vive en esta región se labró poco a poco, de modo que, con frecuencia, resultaron beneficiados de las economías ilegales tanto funcionarios del Estado como líderes de los aparatos corporativos que obtenían rentas de sus actividades criminales.
"Cómo lograr la seguridad humana: las contradicciones de la intervención represiva", constituye el último capítulo del libro. En este el autor apunta algunas de las consecuencias que el análisis de los casos estudiados ofrece. En este sentido, se insiste en que las políticas de ajuste neoliberal tuvieron un impacto brutal en la economía rural y campesina que, a su vez, motivó la emigración casi masiva de la población del campo a las ciudades y hacia los Estados Unidos. De forma paradójica, fueron las economías ilegales (resultado de las actividades del narcotráfico) las que detuvieron de cierta forma la deserción masiva de la población campesina, mientras se desplegaban proyectos neoextractivistas para la explotación salvaje de los recursos naturales de esta región de México. En palabras del profesor Gledhill:
Mi propia investigación respalda firmemente la afirmación del informe de la WOLA de que los residentes de Chiapas consideran que el interés conjunto del Gobierno estadounidense y las autoridades mexicanas de potenciar la seguridad regional está relacionado con los proyectos latifundistas, mineros y energéticos, proyectos sobre los que no se consulta a nadie y sobre los que apenas se da información a la opinión pública. (p. 194)
El libro que nos ofrece el profesor Gledhill no solo es interesante por los comentarios que hasta ahora hemos esgrimido sobre sus contenidos principales, sino también porque, además, se construye desde una perspectiva que explora los intersticios en que se fraguan las relaciones entre el poder local, los grupos económicos y políticos, así como las fuerzas del orden y los diversos movimientos sociales de resistencia.
Cabe apuntar, por último, que el texto contribuye a la comparación de realidades disímiles en el contexto de América Latina, con base en el modelo de la experiencia mexicana y los derroteros por los que atraviesa una sociedad agobiada por la inseguridad y la violencia sistémicas. Muestra, de manera cruda, las falencias de un sistema de justicia inoperante, y coloca en el centro de nuestra atención los afanes del moderno capitalismo depredador bajo los intereses geopolíticos norteamericanos.
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