versión On-line ISSN 1794-8886 |
Bananas
Peter Chapman
En torno a la década de los años 60 del siglo XIX un joven ingeniero norteamericano llamado Minor Keith, destinó sus energías a la labor de construir los primeros ferrocarriles en América Central, en concreto en Costa Rica. Al desarrollar su labor intuyó la inmensa oportunidad que las selvas de este pedazo de América le ofrecían para establecer un imperio comercial y así surgió la United Fruit Company, que comenzó al lado de la línea del ferrocarril y se convirtió en un poder mundial.
La compañía construyó un imperio a partir de las bananas y como bien nos cuenta el autor del libro Peter Chapman, se la conoció bajo muchos nombres: la frutera, el Yunai, el Pulpo o sencillamente la Compañía. Entre sus prácticas mercantiles, además de su éxito capitalista, se destacó por llevar a cabo prácticas económicas de dudosa legalidad que sometía a la competencia, esquilmaba a los pequeños gobiernos de América Central y explotaba indiscriminadamente a sus trabajadores. De ahí nació la expresión República Bananera que dura hasta nuestros días y que se asocia a la idea de resaltar las deficientes gestiones políticas y económicas de un país, con el ingrediente generalizado de la corrupción y de la dependencia de alguna fuerza externa, y desde luego la connotación de una alta carga despectiva con la que se denominó a una gran parte de los países de la gran cuenca del Caribe.
A través del libro se sugiere que esta gran empresa pionera de la importación masiva sentó el precedente para la codicia institucionalizada de las multinacionales de hoy en día, que dejaron de lado toda ética, en pos del lucro y la acumulación de capital, violando sistemáticamente legislaciones y derechos en países con institucionalidad débil. Interesante y valioso trabajo que nos hace reflexionar sobre el mundo actual y sobre el pasado siglo, y la expansión norteamericana en la región del Caribe, ya que la vida de la multinacional acabó en el 1975 con el suicidio en Manhattan de Eli Black el hombre que regía los destinos de United Brands una enorme corporación que cinco años antes había apropiado de la UFC.
La United dividió el mundo Caribe en dos zonas. Una, la de los países en donde se instalaban las plantaciones; y otra, la de los que ofrecían la mano de obra. Grosso modo los primeros fueron los países de los litorales continentales y los segundos las Antillas grandes y pequeñas tierras herederas de las antiguas plantaciones esclavistas del azúcar y el tabaco. Motivo de fuertes flujos migratorios que oscurecieron racialmente los litorales del Caribe centroamericano.
A lo largo del trabajo Peter Chapman nos reconstruye las acciones de la Compañía en golpes de Estado y presiones a los gobiernos de Honduras, Guatemala, El Salvador, Panamá, Costa Rica y Colombia. También la valiosa actividad de la misma en la II Guerra Mundial e incluso la participación en la fallida invasión de Cuba en Bahía Cochinos. Todo un itinerario increíble de intervenciones políticas que en más de una ocasión llegó a incomodar al departamento de Estado. El general una radiografía de la Geopolítica del imperio y sus corporaciones en la región.
Quisiera comentar que la UFC también tuvo un fuerte protagonismo en esta parte del Caribe y que en el litoral colombiano hubo un enclave de la compañía que se hizo famoso en la historia por la mención que Gabriel García Márquez hizo en Cien años de soledad de la masacre que a finales 1928 el ejército colombiano, por orden del gobierno central, llevó a cabo en la población de Ciénaga en el departamento del Magdalena
A raíz de la novela se organizó una discusión sobre el alcance de la dicha matanza, llegando a sostener la historiografía más conservadora que todo fue un exageración de literatura y la prensa ideologizada de la época y que los muertos no fueron más de una docena, sostenido por historiadores de reconocido prestigio. Ahora, en esta historia que nos presenta Peter Chapman reconstruida desde fuentes de información anglosajonas, tenemos la certeza de lo involucrada que estuvo la compañía y de cómo influyó en el desenlace final de la huelga que de todas formas había tomado un carácter violento con la quema de algunas instalaciones de la UFC. El miedo a la revolución bolchevique justificó la intervención y no hubo medias tintas.
A pesar de ser una época de bonanza y prosperidad en el mercado bananero y la economía en general, los trabajadores realizaban su labor en unas condiciones poco dignas. La compañía desestimó todas las peticiones de los trabajadores y consideró que todo era fruto de instigaciones políticas de comunistas y anarquistas solicitando al gobierno que el ejército ocupara la zona bananera. En la noche del día 6 de diciembre en la plaza de la localidad de Ciénaga hubo una gran concentración de trabajadores para manifestar sus reivindicaciones laborales. Las tropas instalaron ametralladoras en las azoteas de varios edificios y según un telegrama enviado al Secretario de Estado del gobierno del presidente Calvin Coolidge, Frank Kellogg se decía que los militares tenían órdenes de sus altos mandos de no ahorrar munición al enfrentar a los obreros. Se abrió fuego y en una primera información se habló de cincuenta muertos. Más tarde la propia embajada de los Estados Unidos corrigió la cifra y habló de quinientos a seiscientos muertos. Sólo un soldado fue asesinado. Por último un despacho de la embajada dirigido al secretario de Estado a mediado de enero de 1929 reportaba que el número de huelguistas asesinados por el ejército colombiano excedía el millar y este último conteo provenía de la UFC (pag.104). Muchos responsables, pocas responsabilidades y total impunidad. Así podría quedar zanjada la discusión historiográfica a cerca del número de obreros masacrados.
Para concluir, el autor Peter Chapman en la actualidad escribe para Financial Time y fue durante años corresponsal en América Central y México para Latin American Letters, The Guardians y BBC. El libro tiene un ritmo rápido, está muy bien documentado y como dijo Publishers Weekly en su reseña crítica es un relato impactante y aleccionador sobre las perversidades que puedan surgir de las corporaciones superpoderosas y la globalización sin límite.
Antonino Vidal Ortega
Universidad del Norte
Memorias |