Memorias. Revista Digital de Historia y Arqueología desde el Caribe

versión On-line ISSN 1794-8886
n.° VIII, enero-junio de 2008
Texto recibido: 08/08/07; Aprobación: 15/10/07


Caribe Brasil: una relación en debate

Olga Cabrera

Ph. D. Universidad de La Habana. Profesora Titular de la Universidad Federal de Goiás. Directora del Centro de Estudos do Caribe no Brasil, Goiania, Brasil. [ocabrera@fchf.ufg.br]


Resumen

La falta de vínculos entre los estudios de Brasil y el Caribe está enmarcada en la permanencia de los paradigmas nacionales y las relaciones entre los estados. Algunos conceptos comprensivos han sido utilizados para relacionar estos complejos espacios empíricos. Algunos enfatizan los procesos culturales, middle pasaje o cross cultural y la poética de la relación; otros proyectan relacionar el espacio, superando la visión geopolítica reducida al Mar Caribe, colocando el énfasis en el protagonismo de los afro-descendientes. En esa dirección podemos localizar las propuestas de Atlántico Negro y Conexiones AfroAtlánticas las cuales consideran la inclusión del Brasil.

Palabras claves: Caribe, Brasil, cultura, afro-descendiente.


Abstract

The lack of ties between Brazil and the Caribbean studies is part of the permanence of national paradigms and the relationship between the states. Some understanding concepts have been used to link these complex empirical spaces. Some emphasize the cultural processes, "middle passage" or cross cultural and poetic of the relationship, while others are planning to link space, surpassing the geopolitical vision reduced to the Caribbean Sea, by placing the emphasis on the role of Afro-descendents. In this direction we can locate the proposals of the Atlantic Black and AfroAtlantic Connections which consider the inclusion of Brazil.

Keywords: Caribbean, Brazil, culture, afro-descendant.


Introducción

El tema de las relaciones entre Brasil y el Caribe está directamente entrelazado a mis experiencias de vida y quizás sea mejor explicar como llegué a la utilización del sustantivo Caribe Brasil creado por el modernista brasileño Oswald de Andrade, allá por la tercera década del siglo XX. Cuando obtuve mi cátedra en la Universidad Federal de Goiás, pensé retomar mis investigaciones sobre Cuba, pero a las dificultades generadas por la distancia se aunaban las limitaciones de estos estudios en Brasil, además del criterio extendido de que investigaciones internacionales apenas serían posibles en grandes ciudades como Río y São Paulo. Pero aún en ellas, descontada la literatura ideológica de defensa de la Revolución Cubana, el Caribe incluida Cuba, integraba Centro América (tal como aparece en la política exterior brasileña) y era mejor conocida por sus playas y sus paraísos fiscales. Por la década de los 80, una profesora de la Universidad Fluminense de Niteroi, Río de Janeiro, Zilá Bernd, había iniciado sus primeros trabajos sobre la literatura del Caribe francófono, de cuya iniciativa ha nacido un interesante grupo vinculado al Centro de Estudios del Caribe en Brasil (CECAB). Éste, fue fundado por mí conjuntamente con dos o tres entusiastas colaboradores en el año 1999. El CECAB se proyectó desde los primeros momentos como centro de investigación centrado en los simposios internacionales (el V se efectuará en Salvador, Bahía en setiembre-octubre de 2008) y en la realización de una revista, la Revista Brasileira do Caribe (el número 15 está siendo editado). A diferencia de la Asociación Nacional de Pesquisadores e Historiadores de América Latina y el Caribe (ANPHLAC), fundada 5 años antes que el Centro, éste se proyectaba internacionalmente en la discusión, el debate y las relaciones con los especialistas mediante los cuales vislumbramos la superación del vacío en estos estudios. Además, el nacimiento de MERCOSUR había inclinado a los asociados de ANPHLAC hacía las temáticas que comprendían los países vecinos del sur, haciendo de los estudios del Caribe algo menos que la nota al pie de que hablaba Trouillot para referirse a Haití.

La geopolítica y el Caribe

La mayor dificultad en la relación Caribe Brasil procede de criterios académicos fuertemente enraizados en la geografía. Estados Unidos fue la primera potencia que englobó a toda esta región en base a la geopolítica, partiendo de una definición cuestionable o al menos ambigua. A finales del siglo XIX el sustantivo Caribe sirvió a Estados Unidos para definir espacios estratégicos de interés para la potencia entonces emergente que ultrapasaran los tradicionales límites coloniales de las West Indies, de las Antillas españolas, de las francesas y de las holandesas. Acababa de mostrar su hegemonía después del conflicto con Inglaterra y la definición se ajustaba, como otras creadas durante su ya larga historia expansionista, a las ambiciones sobre las islas y los enclaves coloniales de Inglaterra y Francia en el continente, es decir el Gran Caribe o Cuenca del Caribe. Retomar el nombre de los indios más belicosos y agresivos que estaban alcanzando el dominio de las Islas a la llegada de los españoles, significaba aludir a la idea de una otra unidad anterior al de las "viejas" potencias que esperaba desplazar, como prácticamente, de una u otra forma lo logró poco después, con su triunfo sobre España en su intervención en la guerra de Cuba (1898).

Simultáneamente y vinculado a la geopolítica, aunque también a la presencia de los negros en la región, el Caribe fue analizado como el lugar del atraso, la frontera de la civilización, tal cual fue definido por Van Lyer (1971). No apenas autores procedentes de las metrópolis o ligados a ellas formularon estas interpretaciones. Las islas españolas, con una mayor población blanca, prefirieron autodefinirse hasta época reciente como naciones latinoamericanas.

En algunos países latinoamericanos del continente con minorías negras, las interpretaciones basadas en las visiones jerárquicas sobre la inferioridad del negro, mostraban el polo negativo y renuente al cambio de éste, analizándolo como un freno a las potencialidades para el desarrollo de las naciones. El teórico marxista Mariátegui ejemplifica este contraste, mostrando la incapacidad cultural de las culturas negras peruanas en contraste con la proclividad de las culturas indígenas en el movimiento hacia la modernidad. El Caribe colombiano fue también por mucho tiempo percibido como la región del atraso (Ver: Arocha, 2004: 159-178) y su reconocimiento como Caribe se vincula ora a los vínculos tradicionales con la región del Mar Caribe, ora a la presencia de las culturas negras. México presenta un movimiento académico que insistió en la búsqueda de la identidad caribeña (por lo menos para el territorio de la costa Atlántica ) también destacada como región de atraso .Sin duda, los vínculos de México con el Caribe en las publicaciones sobre el tema, tienen más visibilidad que la presencia afro en la actualidad mexicana, aunque en los últimos años ha habido estudios interesantes sobre las culturas negras en la historia mexicana.. En otros países centroamericanos la costa caribeña es resaltada por su valor turístico mientras se oscurece la presencia de pueblos formados por las migraciones procedentes del Caribe de lengua inglesa. Un caso sintomático es el de Costa Rica, según revelan su literatura y algunos trabajos sobre educación. Ver las obras de Anacristina Rossi (2002), Quince Duncan (1973), Tatiana Lobo.(1996), Lady Melendez Rodríguez(2006) y Marlene Marty (2006).

La transnacionalidad en las teorías y en los movimientos negros

Una cuestión que es reafirmada por diversos autores es el carácter transnacional de las culturas negras. Desde principios del siglo XX, las migraciones caribeñas extendieron a los centros metropolitanos las problemáticas lingüísticas, culturales, así como las de la raza y el racismo. Ese carácter mantiene su continuidad como revela la lectura de la producción intelectual de caribeños en Canadá y Estados Unidos. Las obras de haitianos en Canadá (mencionemos como ejemplo más destacado en su virulencia a LAFERRIÈRE (1985, 1993, 1998,1999, 2000) son ilustrativas en este sentido.

En las pequeñas islas del Caribe, cuya población era mayoritariamente negra, la intelectualidad creó movimientos sociales y políticos transnacionales reivindicatorios de la cultura, la historia y la civilización negras. En las décadas del veinte y treinta del pasado siglo, el garveyismo primero y la negritud después nacieron en torno a una idea panafricana que envolvió las islas y también algunos espacios continentales metropolitanos.

Algunos teóricos han resaltado ese carácter que rebasa las fronteras nacionales en sus interpretaciones. Alejo Carpentier, más conocido como novelista, posee un ensayo notable, La música en Cuba. La obra trasciende el espacio empírico cubano en las continuas conexiones que realiza el autor con expresiones musicales brasileñas, colombianas, mexicanas y otras. No es difícil coincidir con el autor cuando argumenta que es imposible conocer la música cubana sin penetrar en las matrices comunes que están presentes en otras manifestaciones musicales nacionales. Su teoría de que fue el sistema musical binario congo, el que se encuentra en la base de las ricas y variadas melodías cubanas no ha sido superada.

Algunos conceptos comprensivos han sido utilizados para relacionar este complejo espacio empírico. Algunos enfatizan los procesos culturales: pasaje del medio (the middle pasage) de Wilson Harris y también del mismo autor, entrecruzamiento cultural (cross cultural) y la poética de la relación, Edouard Glissant; otros proyectan relacionar el espacio, superando la visión geo política mediante la relación con el protagonismo de los afro-descendientes: Atlántico negro (Paul Gilroy), conexiones afro atlánticas (Thornton). En unas y otras interpretaciones teóricas Brasil y el Caribe tienen que marchar juntos.

Caribe/Brasil

Sin duda, los factores que han ido ampliando la visión geográfica del Caribe, fundamentalmente están relacionados a la incorporación del papel de las culturas negras en los procesos de formación nacional, social y cultural de algunos países. Los estudios caribeños en Brasil pueden ser enriquecidos con el estudio de temas brasileños así como cualquier especialista de la región caribeña encontraría en la experiencia brasileña una ampliación de su perspectiva teórica. Sin embargo, a pesar de Brasil poseer los más fuertes y dinámicos movimientos negros aún no se ha aproximado a la búsqueda de sus conexiones históricas y culturales con el Caribe. Desde luego, que los estudios del Caribe no son sólo los estudios de la diáspora, aunque éstos integran una buena parte, pero quiero reafirmar que para Brasil éstos son imprescindibles y no se trata apenas de la valorización de las culturas negras. Hay algo más importante: poder contar con la perspectiva de lo ocurrido en el Caribe a partir de los procesos interculturales entre los inmigrantes forzados (el inmigrante desnudo, al decir de Glissant) y las inmigraciones europeas y otras. También para Brasil interesa profundizar en esa perspectiva: Cómo fueron los procesos de etnias y culturas africanas iguales en espacios geográficos, linguísticos y colonizadores diferentes?. Bosi cita de la obra de Silvio Romero Cantos populares do Brasil una letra y ritmo que recuerda también una música de juego infantil de Cuba:

Em Brasil: Amanhã é domingo/Pé de cachimbo/Galo monteiro/Pisou na areia1... Em Cuba: Mañana es domingo/Casó la gata/con Juan Pirindingo... Podríamos encontrar y citar más ejemplos extraídos de las investigaciones junto a algunas comunidades negras en Goiás pero, apenas queremos despertar la curiosidad por estas proximidades que afloran y que ni el tiempo ni la distancia han podido borrar. Por qué, podríamos preguntarnos, un ritmo como el reggae, es asumido como un himno popular en Sào Luís de Maranhão.

Sin duda, a pesar de la urgencia de acercamiento, por lo menos epistemológica, entre Brasil y el Caribe, aún éste no se ha producido. Puede afirmarse que las contrucciones teóricas, aún las que procuran resgatar en Brasil la historia oculta de sus culturas confinadas, continuan teniendo por base el estado nacional. Cuales son los acontecimientos que explican esto?

Brasil, después de fortalecer sus fronteras exteriores, debido a su dimensión continental sus elites políticas se dedicaron a obtener la unidad de su inmenso territorio, es decir el dominio de sus fronteras internas. En esa perpectiva tienen que ser analizadas tanto la "Marcha para el Oeste" (llamada a los campesinos del Sudeste para ocupar las tierras "deshabitadas" del Estado de Goiás) del gobierno Getulio Vargas, cuanto la fundación de Brasília. Pero esta inmensa tarea conllevó una mirada interna que provocó en los académicos brasileños el interés sobre su propia historia. Esta situación condujo al fortalecimiento y valorización de las contrucciones discursivas de las identidades nacional y regionales. Si bien, desde siglos anteriores hubo relaciones de Brasil con el Caribe por la mayor proximidad a Europa en las rutas Atlánticas, y la común procedencia étnica y cultural de sus esclavos. Además, las potencias coloniales que ocuparon una u otra región de Brasil siempre procedieron de sus entrepuestos del Caribe y . ellas viníeron con esclavos, y cuando se marcharon al Caribe, llevaron con ellos a muchos de sus colaboradores y familias constituidas en Brasil y, por supuesto, a los esclavos. Las relaciones no terminaron por ahí, aún cuando hay un gran silencio sobre estos aspectos, también a Brasil vinieron miles de inmigrantes, sobre todo del Caribe anglófono (barbadenses, principalmente) y también haitianos. Uma novela de gran circulación en Brasil Maid Maria relata las dificultades y peripecias de los inmigrantes alemanes y otros europeos en la región de Rondonia, pero no aborda la situación de los inmigrantes del Caribe que perdieron sus vidas en la construcción del llamado tren de la muerte.

Otro problema que incide en el distanciamiento de las historias caribeñas y la brasileña está relacionado a la construcción de la nación en esta última y a la intencional exclusión del negro de la misma. Las elites intelectuales blancas brasileñas, las primeras que estudiaron los temas negros, se decidieron por mostrar los vínculos de éste con África, como una forma de definir estas poblaciones fuera de la identidad nacional. Estas interpretaciones no pueden ser comprendidas sin la intervención del concepto raza y de las diferencias regionales que ocurrieron en el país. Las elites intelectuales del nordeste, en franca situación de desigualdad económica con el Sur y el Sudeste, receptoras de las inmigraciones europeas, fueron compelidas, por el peso demográfico del negro en la región a identificarlo como objeto, intentando minimizar su participação en la identidad regional. Los caminos encontrados en la construcción de la identidad transitaron por la constitución del negro brasileño como irreductible africano, ese otro objeto, extraño y no sujeto y, por supuesto, inferior de los estudios antropológicos. Silvio Romero, nacido en Sergipe, fue el primero en afirmar: "tenemos a África en nuestras cocinas". (Apud GOIS DANTAS, 1988). Mas tarde, ya en el siglo XX, Arthur Ramos en la década del 30, va continuar desarrollando esta visión teórica que marcará los estudios y penetrará, de alguna manera, algunas prácticas culturales nordestinas.

En los primeros años del siglo XX, los pocos intelectuales negros da Bahía continuarán sustentando esos mismos principios teóricos de permanencia y reproducción de la cultura africana (PIERSON, 1971: 261). Mientras tanto, fuera de Bahía, fue sustentada otra interpretación, la del sincretismo, que iba ganando fuerza en el ambiente intelectual favorable a las reformas nacionales del gobierno de Getulio Vargas. Casa Grande e Zenzala de Gilberto Freyre, fue la obra paradigmática en este sentido.

Sin duda la obra de Freyre aparece en el contexto de reafirmación de la unidad nacional tal como se expresa en los ensayos de los médicos sanitarios que enfrentan el discurso determinista de las zonas de atraso y van a la eliminación de las epidemias endémicas, en las creaciones musicales de un Villalobos que recupera y transforma las armonías del pueblo que vivía en esas regiones hasta entonces fuera del control del Estado nacional, en la resurrección de Jeca Tatu2 del paulistano Monteiro Lobato y en el rechazo nacionalista al racismo científico de Alberto Torres y Manuel Bonfim. Y sobre todo, se integra al proyecto unificador del Presidente Getulio Vargas con la ampliación de la frontera agrícola hasta regiones entonces al margen del Estado Nacional. Casa Grande, según Skidmore "fue escrita —y recibida— más como manifiesto que como trabajo académico bien argumentado" La política del gobierno Vargas de subsidio a las escuelas de samba de Río de Janeiro y a los desfiles de carnaval fue el corolario del sincretismo racial y las relaciones raciales armónicas.

En 1950 cuando la ONU eligió Brasil como ejemplo de relaciones raciales armónicas, el país no pudo cumplir con las expectativas de paraíso racial, en todo el país existían evidentes muestras de la discriminación. Algunos intelectuales criticaron el mito, entre ellos Florestan Fernandes quien mostró que la nación sincrética encubría los determinismos sobre los que se apoya la discriminación racial.

Con la Constitución de 1988 ganó fuerza la idea de sustituir el projeto nacional que idealizaba una nação brasileña homogénea étnica y culturalmente por una unidad nacional a partir de la diversidad cultural .Mientras tanto, la similaridad de esta conquista con otros casos en el Caribe tampoco ha provocado el acercamiento más que necesario de relacionar la historia brasileña a la colombiana.

Los estudios históricos, antropológicos, sociológicos y literarios de los más destacados intelectuales caribeños aluden a estos lazos con Brasil. Pero en los movimientos negros brasileños la extendida visión de que la cultura auténtica negra es una reproducción de la africana tiene aún mucha fuerza. Así, expresiones culturales como la umbanda puede ser reconocida por algunos como distorsión o por lo menos inauténtica. Cierto que aquí también existen algunos problemas que inciden en esa interpretación como fue el apoyo de Vargas a esta manifestación religiosa como expresión nacional, confrontándola al candomblé. La creación del Centro de Estudios del Caribe en Brasil, el único centro de estudios caribeños en Brasil, ha intentado salir de las visiones que han invisiblizado también en Brasil estos estudios y desestimado las discusiones en torno a los procesos interculturales para descubrir el papel del negro en ellos. La insistencia en el estudio del proceso, en el dinamismo del venir a ser de la cultura y no en el resultado acabado y estático, permitiría entrever las múltiples facetas de una historia inacabada y que aún espera para ser escrita.

Brasil es también Caribe no apenas porque fue uno de los espacios privilegiados de.la diáspora africana, sino también por la perspectiva que ofrece el estudio de los similares o disímiles procesos en los cuales idénticas etnias y culturas africanas participaron.


1 BOSI, Alfredo. Dialética da colonizacão. SP: Compañía das Letras, 2005.

2 Jeca Tatu es el personaje campesino ignorante que desde entonces pasa a ser reconocido que es posible su incorporación al desarrollo y la modernización.


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