Memorias. Revista Digital de Historia y Arqueología desde el Caribe

versión On-line ISSN 1794-8886
n.° VIII, enero-junio de 2008


¿Tiene o no Barranquilla un centro histórico y que hacemos entonces con él?

Por Adrián Vergara*

[ravergara@uninorte.edu.co]

* Profesor del Departamento de Historia y Ciencias Sociales de la Universidad del Norte. Líder del Grupo de Investigación en Arqueología, Historia y Estudios Urbanos del Caribe Colombiano de la misma institución.


La implicación de la pregunta y de sus respuestas posibles es determinante para el futuro desarollo de la ciudad.

No tener un centro histórico no significa no tener historia ni edificaciones representativas, ni un área de inicio de la ciudad. No tener un centro histórico significa que el área antigua, quizás aquella fundacional o de asentamiento de sus primeros pobladores no esta cargada de un significado especial respecto al resto de la ciudad, no es entendida en su sentido histórico, identitario y aglutinador de la cultura de la ciudad.

Es en este sentido que el centro de Barranquilla no es un centro histórico sino un centro viejo con funciones comerciales de bajo rango, con una gran cantidad de edificaciones derruidas o desocupadas y que antes fueron grandes casonas o edificios comerciales y de oficinas, con el hacinamiento de numerosas familias en estas edificaciones, con una gran cantidad de población degradada socialmente y con altos grados de exclusión social y con graves problemas de drogadicción, prostitución, robo y demás.

Barranquilla tiene un centro histórico que no es reconocido como tal, que fue abandonado durante décadas, que perdió gran parte de sus edificaciones antiguas y representativas y en donde vive y trabaja un gran número de población en condiciones paupérrimas.

A esto se suma una situación ambiental extremadamente riesgosa por la ubicación en el centro de numerosas actividades contaminantes y en parte incluso prohibidas en el área

¿Se puede entonces lograr una recuperación del centro histórico de Barranquilla: a espaldas de su gente?

En Barranquilla, capital del departamento del Atlántico, una de las grandes ciudades colombianas, con una población cercana a los 1.200.000 habitantes1 , se vive una situación de extrema gravedad en su centro / centro histórico. Durante décadas se abandonó a su suerte, llegando a un estado muy alto de degradación social y de fragmentación espacial, manteniendo sin embargo su funcionalidad y vocación comercial, hoy principalmente servida por comerciantes informales y ambulantes quienes abastecen no solo a la ciudad misma sino incluso a municipios aledaños.

Sin embargo, en el centro, un área con muchas edificaciones con valor patrimonial histórico, arquitectónico y cultural se vive hoy en día un momento crucial: después de casi 50 años desde el primer plan de ordenamiento para el centro de la ciudad, de muchas iniciativas privadas y oficiales con relativo éxito puntual, se siente de nuevo en la ciudad un interés por recuperar, renovar, revitalizar, reestructurar su centro.

Las acciones desde las diferentes entidades son muchas y muy valiosas: TRANSMETRO, ejecuta las obras para el primer sistema integrado de transporte masivo en la ciudad, enfrentando una de sus situaciones más caóticas con un énfasis importante en toda el área céntrica; La TRIPLE A, ejecuta obras de recuperación de los caños, muy contaminados y que han sido convertidos en vertederos de las aguas servidas de la ciudad, cursos de agua que desembocan en el río Magdalena sobre los cuales se fue cerrando la ciudad y que ahora constituyen su problema ambiental más fuerte; El PARQUE CULTURAL DEL CARIBE, proyecto de la gobernación y la nación busca generar un espacio cultural importante en donde el centro recupere su centralidad cultural. Esta instalado ya allí el museo del caribe con importantes muestras de la cultura, la historia y la identidad de toda la región caribe colombiana, en un área que incluye un espacio público abierto el cual entrará a funcionar en diciembre del presente año. En la segunda fase incluirá el museo de arte moderno y la cinemateca distrital; así mismo la GOBERNACIÓN DEL ATLÁNTICO ha avanzado en la renovación de la edificación de la Biblioteca Departamental Meira del Mar y en la recuperación de la antigua gobernación donde se impulsará la casa museo el Caribe somos todos. Entre las dos edificaciones separadas por aproximadamente 300 metros se planea generar un corredor cultural con librerías, espacios lúdicos, casetas de servicios y bancas que embellecerán el lugar y le darán al centro un espacio cultural más para el esparcimiento y el disfrute; EDUBAR, Empresa de Desarrollo Urbano de Barranquilla en conexión con la ALCALDÍA de BARRANQUILLA entregará en diciembre la primera etapa de una serie de obras de rehabilitación del centro que han cambiado ya la imagen deteriorada del Paseo Bolívar y ha hecho importantes avances en obras de gran envergadura como la avenida del río y la ampliación de la carrera 50; además se encuentran las acciones lideradas por la CAMARA DE COMERCIO DE BARRANQUILLA y por la empresa privada en general, que han logrado proyectar acciones urbanísticas importantes de construcción de centros comerciales de alto rango y de parque comerciales e industriales portuarios que complementarán la oferta existente en otras partes e la ciudad.

El gran ausente dentro de todo este bomm es el tema de lo social. La gente se pregunta ¿y nosotros que? Donde se van a reubicar alrededor de 12.000 vendedores ambulantes que se apiñan en las calles del mercado y del centro en general? Quien va asumir los costos de la reubicación? Quien asegura que la problemática de la informalidad no se le traslada simplemente a otro sitio de la ciudad? Como hacer para que el centro renovado, revitalizado, reestructurado no pierda la centralidad funcional de comercio y con ello siga siendo la base del sustento de miles de familias que trabajan allí.

Como lograr que el centro pueda ser saneado urbanísticamente, que siga siendo un espacio de trabajo y de sustento pero en condiciones dignas, ambientalmente sano, que brinde espacios tranquilos, sombreados y de esparcimiento, que se reduzca el caos y la contaminación vehicular, que tanto el patrimonio arquitectónico, histórico, cultural sea reconocido y apropiado por los usuarios del centro y por el mayor número de habitantes de la ciudad, es decir que el centro sea realmente más democrático y abierto para todos, con responsabilidades y derechos, son las preguntas que quedan en el aire y nadie responde.

La problemática del centro histórico de Barranquilla se inscribe dentro de la situación de otras ciudades latinoamericanas y colombianas que tanto a nivel de planeación y ordenamiento urbano, de políticas de desarrollo humano y calidad de vida y de mitigación de la contaminación medioambiental están enfrentando grandes retos: cómo lograr una renovación, recuperación, revitalización y reestructuración de sus centros históricos dentro de un contexto de globalización e internacionalización que les exige además proyectarse hacia el futuro aumentando sus fortalezas estratégicas y reduciendo al máximo sus desventajas comparativas.

Dicha problemática puede ser analizada desde una perspectiva que considera que buena parte de los procesos que suceden en la ciudad ocurren con mayor intensidad en el centro histórico siendo dicha intensidad su especificidad, pero también puede ser vista desde la perspectiva de que los centros históricos constituyen una unidad que en sí misma puede o debe ser vista en su propio contexto característico. En ambos casos, sin embargo, las soluciones deben revestir soluciones diseñadas para problemas particulares.

Desde la academia queremos aportar como ente importante en la construcción de ciudad, nuestra visión generando precisamente espacios de discusión y de encuentro en el que las instituciones no solo reflexionen sobre sus acciones sino que aprendan a valorar el trabajo de las otras y la necesidad de integrar todas las opciones dentro de una visión integral de ciudad.

Y dicha visión de ciudad no puede existir sin tener el plano de lo social presente, sin saber como promover la participación abierta de los habitantes, sin saber como manejar los conflictos de intereses y sin generar espacios de consenso entre los diferentes actores. Queremos y necesitamos aprender de las experiencias de otras ciudades al respecto, para transmitir dichas opciones a las entidades con las que hemos logrado generar una ventana de comunicación y con todos los interesados en general para aprovechar este momento oportuno en que confluye el interés hacia el centro / centro histórico y en que además se han elegido dos administraciones, distrital y departamental que han señalado en sus programas de gobierno un interés particular por iniciar o fomentar las acciones para recuperar, renovar, revitalizar el centro con un sentido social.

El centro histórico de Barranquilla puede considerarse dentro de la categoría de aquellas ciudades en donde partes considerables o grandes áreas del centro histórico se encuentran en un estado de deterioro extremo, fuertemente degradadas y presentan al mismo tiempo una muy alta segregación funcional y sobre todo social.

En otras ciudades los centros históricos se encuentran en un proceso continuo de degradación y renovación o también ambos procesos se presentan simultáneamente a diferentes velocidades y con mayor o menor grado de intensidad. Por ejemplo, La Habana / Cuba, Recife / Brasil, Bogotá / Colombia, Lima / Perú, Salvador de Bahía / Brasil.

Además existen ciudades en donde los centros históricos poseen una buena estructura física, renovada o acondicionada funcionalmente, especialmente gracias a una ola de renovación iniciada en el marco de la celebración de los "500 años del Descubrimiento de América", en 1992. Por ejemplo, Cartagena de Indias / Colombia, Quito / Ecuador, San Juan / Puerto Rico, Santo Domingo / República Dominicana.

Los centros históricos representan un factor de identidad e imagen de una ciudad, en un doble papel de reconocimiento "hacia fuera", por la imagen que transmite de sí misma, como "hacia adentro", por la identificación que cada habitante tiene de esta. Pero, los centros históricos también pierden su valor simbólico y representativo debido al desinterés y desidia de las administraciones urbanas, a la falta de planeación y también obviamente debido al decaimiento de la ciudad misma por razones macro estructurales.

En el marco de los dos talleres internacionales sobre renovación de centros históricos realizados por la Universidad del Norte en 2006 y 2007 se ha logrado crear un espacio de discusión que resulta muy importante para la interacción institucional y para el intercambio de experiencias a nivel nacional e internacional. Los objetivos de los dos Talleres Internacionales: ha sido alimentar la discusión académica sobre la temática de los centros históricos, intercambiar experiencias internacionales sobre estrategias de la renovación de centros históricos, generar nuevos conocimientos científicos y aportar a la discusión sobre los conceptos de la renovación de centros históricos contextualizando a la ciudad de Barranquilla.

Consideramos que debemos seguir uniendo esfuerzos, apoyando iniciativas y generando espacios de interacción para que la ciudad de Barranquilla se apropie realmente de su centro histórico y pueda decir en pleno: Si, si tenemos un centro histórico y lo queremos. Un centro histórico representativo, emprendedor y atractivo desde lo económico, recuperado arquitectónicamente pero sobre todo vital desde lo social.

Noviembre de 2007.


1 DANE, Censo 2005.


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