Memorias. Revista Digital de Historia y Arqueología desde el Caribe

versión On-line ISSN 1794-8886
n.° VIII, enero-junio de 2008


"Cada uno sabe su secreto", una aproximación a la relación carnaval y homosexualidad

Por Danny González Cueto

La tarde del sábado 3 de noviembre de 2007, la sala de la Cinemateca del Caribe, en Barranquilla, estaba atestada. Rebosada en su capacidad normal, me hizo recordar los ríos de gente que se agolpan a lado y lado de la célebre calle 72, en el norte de esta ciudad caribeña, un jueves previo al Carnaval de Barranquilla, en las horas de la noche. Curiosamente aquellas personas estaban allí por los mismos motivos. Un jueves, que ya fue bautizado "jueves de carnaval", miles de personas se sitúan en esta vía para observar el desfile de los trasvestis, o travestidos, en el argot de la gente; en el de quienes desfilan, el "Carnaval Gay de Barranquilla". Si la ciudad tiene casi tres millones de habitantes, de los cuales el gobierno ha contado millón y medio, aproximadamente un 10% se ubica en esta arteria a lo largo de más de cinco kilómetros, subiendo, y después, por cinco más, bajando. Este desfile es tan importante como la "Batalla de Flores", en la que la reina "oficial" del Carnaval preside un grupo de carrozas, danzas, comparsas y disfraces, el día que comienza "todo", el sábado de Carnaval. Dos días antes, la ciudad está en estado de sitio, y no por una chica coronada como monarca de las festividades, sino por el fasto de los hombres-mujer o travestidos que recorren las calles mostrándose y, de paso, mostrando a aquellos que se ocultan, con hipocresía, detrás de la máscara social.

Esta tarde, sin embargo, los asistentes a la Cinemateca, acuden al estreno del documental de Gloria Triana, "Cada uno sabe su secreto", que profundiza, a través de la mirada de los protagonistas, en las facetas del Carnaval Gay de Barranquilla, por extensión, merecedor del tí tulo de "Obra maestra del patrimonio oral e inmaterial de la Humanidad". Entre el público, Jairo Polo, quien preside la Corporación Autónoma del Carnaval Gay, que durante años ha organizado el desfile, espera temeroso la respuesta del público. Antes de proyectarlo, Rito Alberto Torres, de Patrimonio Fílmico, da la palabra a Gloria Triana, quien pide un aplauso sonoro para Lino Fernando, el estilista quien pocos días antes ha muerto asesinado a causa de la sinrazón de un desconocido que le propinó varias cuchilladas en su apartamento en el norte de la ciudad, aparentemente por motivos pasionales. Para la historia queda su testimonio en este documental, que no puede olvidar a ese "artista" del glamour y de la sacrosanta institución del Reinado Nacional de la Belleza.

En las manos de Triana ha caído un ejemplar de "Al diablo la maldita primavera", la novela del escritor colombiano Alonso Sánchez Baute, la cual motiva la realización de este documental. En principio, Triana no da crédito a las historias de este libro, no puede creer el maravilloso mundo de fantasía que se mueve más allá de los linderos del universo "heterosexual", en el que hombres y mujeres se toman de la mano, se juran amor eterno, se casan y tienen hijos. Más allá, hombres con hombres se besan y viven juntos, hombres inconformes con su sexualidad se transforman en mujeres, mujeres seducen a mujeres, una especie de paraíso en el que los "invertidos" pueden recorrer calles y plazas en su imaginación, pero no en la realidad, porque la sociedad heterosexualizante coarta sus libertades y les obliga a vivir en la clandestinidad, con la complicidad de la penumbra, la prolongación del maquillaje hasta el amanecer, y al despuntar el alba, todo vuelve a ser tórrido y lleno del asco social.

Después de participar como asesora por la Fundación BAT, en los seminarios de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, dedicados a explorar las riquezas del Carnaval de Barranquilla, con ocasión del título otorgado por la UNESCO en 2003, en el que periodistas de toda Iberoamérica recorrieron las calles de "Curramba", como también le llaman a Barranquilla, en busca de historias, Triana descubre con asombro la interesante conexión con las historias de Sánchez Baute. No hay un mundo al que estamos acostumbrados, hay varios mundos. No hay un Carnaval, hay varios Carnavales. La diversidad cultural a la que está acostumbrada, y que ha descubierto en sus realizaciones a lo largo del país, cuando realizó, además, la serie Yuruparí, un nuevo mapa cultural contemporáneo, que levantó en la década de los años ochenta, ahora le habla de una diversidad social, no aceptada, no reconocida por los circuitos de poder, que banalizan su papel y los aíslan en ghettos: tercera edad, niños especiales, travestidos, trabajadoras sexuales, niños de la calle, etc. Triana se lanza entonces en busca del más perseguido, pero contradictoriamente, el sector más explotado por la sociedad heterosexual: el de los travestidos. No hay una sola cabeza desarreglada que no haya recibido el toque mágico de las tijeras y el cepillo del estilista gay. Desde las primerísimas primeras damas de la nación, del departamento, de la alcaldía, hasta las señoras de los clubes sociales y las humildes amas de casa, ninguna está exenta de haber recibido el trato del "joven manos de tijeras".

La rareza del personaje encarnado por Johnny Deep, en la cinta de Tim Burton, me recuerda el lenguaje erótico que despiertan los objetos de peluquería. Los códigos son distintos, y están llenos de riqueza conceptual. Para acercarse a esa realidad fantasmagórica, Triana convoca al antropólogo Jaime Olivares Guzmán, quien bajo el sugestivo título de "Águilas, congos y monocucos: fuerzas del goce, poder de voluntades", había rastreado las distintas maneras de vivir y gozar el Carnaval de Barranquilla. Con su apoyo en la investigación, Triana recorre historias de alegría y fantasía, pero también de dolor y sufrimiento. En cada Carnaval los travestidos sueñan con desfilar por calles amplias, mostrando su creatividad idílica, esa que se emparenta con Ava Gardner, Mae West, Ingrid Bergman, María Felix, entre muchas otras. La estructura del documental recorre esos caminos. Con los desfiles de fondo, con fotografías en la mano, en medio de tocados de plumas y lentejuelas, la cámara mira en el interior y vibra en el agite multitudinario de los trayectos carnavaleros. La mirada que no se cierne cuando los curiosos entran en la escena de los travestidos, la mirada pública que se queda en los desfiles, que no penetra en los trasfondos de color rosa.

El documental parte de la relación entre los travestidos y las raíces ancestrales del Carnaval de Barranquilla. Los hombres disfrazados de mujer, personificados por las míticas farotas de la región de la Depresión Momposina, tomadas como objeto de estudio plástico por el artista Alfonso Suárez, como los disfraces de viudas masculinas de Joselito Carnaval, una especie de entierro de la Sardina europeo, la muerte del Carnaval, el fin del ciclo, hasta los hombres-mujer de los congos. Pasa por sus historias de persecución, cuando ser "homosexual" era no sólo algo raro, sino un crimen tipificado por el Código de Policía. A este respecto las interesantes apreciaciones de escritores que ofrecen las historias contadas por sus amigos, testigos históricos de excepción, que de paso alimentan algunas de sus obras, como "Disfrázate como quieras", hasta el testimonio de Jairo Polo, una de las instituciones del Carnaval Gay, cuando en los años setenta le tocó vivir la persecución por salir a desfilar, así como las historias de Lino Fernando, el estilista que para vivir su sueño de reina carnavalera, convenció a la esposa del alcalde de la ciudad, para que dispusiera todo un dispositivo de seguridad que amparara su aparición pública. Los temas agudos pasan por el documental, la aceptación de las familias, el rechazo de los amigos, el amor no correspondido, la adopción de niños, historias de amor y soledad. Secretos tras el capuchón. Lo ha expresado con sutileza uno de los protagonistas, Álvaro de Jesús Gómez, van al desfile por diversas razones: por curiosidad, por identificación o por morbo. Cada cual escoge, cada uno sabe su secreto. Una nueva exploración a la relación entre carnaval y homosexualidad.

Ficha técnica

Cada uno sabe su secreto (Colombia - 2007), documental, 26 minutos. Dirección: Gloria Triana. Investigación y guión: Jaime Olivares.

Intérpretes: Jairo Polo, Lino Fernando, Álvaro de Jesús Gómez, Alexander Leyva, Hugo Arenas, Julio Cesar Palacio, Eusebio Luis Castro, Edwin Gómez, Emmanuel Morales, comunidad de Barranquilla, músicos y actores del carnaval.

Producción: Gloria Triana y Producciones El Sur Ltda.

Fotografía y montaje: María Esperanza Palau.


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