Memorias.Revista digital de historia y arqueologia desde el caribe colombiano

ISSN 1794-8886
N.° 18, Diciembre 2012


ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN / RESEARCH ARTICLE

Ordenamiento territorial, desarrollo social y construcción de patrimonio en el Suroccidente de Barranquilla. Caso: barrio Los Ángeles

Spatial planning, social development and construction of patrimony in the southwest of Barranquilla. Case: Los Angeles neighborhood

José Luis De Arco Ballesteros1
Ricardo Adrián Vergara Durán2


Resumen

El artículo presenta la situación actual del ordenamiento territorial del barrio Los Ángeles del Suroccidente de Barranquilla, a partir de la percepción de sus habitantes, con el fin de conocer si esta situación posibilita su desarrollo social y satisface la dimensión sociocultural. Se orientó bajo un tipo de investigación cuantitativa con diseño descriptivo, que permitió analizar de manera conjunta las variables educación, salud, seguridad, ambiente, ámbito sociocultural del desarrollo, equipamiento urbano y planeación del territorio.

Se identificó un nivel de percepción que cuestiona la ausencia de un proceso institucional de planificación del territorio, el cual ha configurado esquemas de segregación y poca participación ciudadana, afectando variables asociadas al desarrollo social, limitando la capacidad de la comunidad para construir y transformar su entorno en aras de su propio patrimonio sociocultural.

Palabras clave: Ordenamiento Territorial, Desarrollo social y patrimonio.


Abstract

The article presents the current situation of land code in the southwestern Los Angeles neighborhood in Barranquilla, from the perception of its inhabitants, in order to know if this situation allows its social development and satisfies the socio-cultural dimension. It was guided under a quantitative research with a descriptive design that let analyze in a conjunctive way the next variables: education, health, security, environment socio-cultural development, urban infrastructure and land planning.

The level of perception identified questions the absence of an institutional process of land planning, which has set up segregation schemes and low citizen participation, affecting variables related to social development, limiting the ability of the community to build and transform its environment for the sake of its own cultural heritage.

Keywords: Land Use Planning, Social Development and Heritage


Introducción

El presente artículo es una producción derivada del trabajo de investigación denominado "El ordenamiento territorial en función del desarrollo social en el Suroccidente de Barranquilla. Caso: barrio Los Angeles'", con el cual se pone de manifiesto que las falencias en planificación urbana y las carencias en aspectos sociales, económicos, biofísicos y político administrativos de comunidades en situación de pobreza hacen necesario gestar políticas estatales que operen en función de un uso adecuado del suelo urbano y que se traduzcan en procesos de planificación orientados al mejoramiento de las condiciones de vida de los habitantes del territorio nacional mediante acciones urgentes de intervención3, tal como lo han acotado las investigaciones de Massiris (1999), Rodríguez, Espinoza y Wilk (2002), Trujillo (2007), Borja (1996) y Herrera (2006).

Actualmente persisten problemáticas asociadas a la incorrecta planificación del territorio4 y a la inapropiada interrelación estructural y funcional del suelo urbano5. Así mismo, es una constante observar el deterioro de las vías, la indebida expansión urbana, la falta de actuaciones urbanísticas integrales y la ausencia de una plena administración del territorio en diversos escenarios de la geografía internacional y nacional. Esta situación suele acompañarse de condicionantes del desarrollo social como los procesos no planeados de transformación urbana que a su vez generan formas particulares de crear y vivir el espacio habitacional, de establecer dinámicas de sociabilidad y de construir identidades por parte de los mismos pobladores a partir de la interacción que tienen con su entorno6.

Al considerar las anteriores problemáticas de incidencia en el desarrollo social, se presentan en el artículo algunos hallazgos relacionados con las condiciones dadas por el ordenamiento territorial y el desarrollo social en el Suroccidente de Barranquilla, tomando como ejemplo el barrio Los Ángeles.

La perspectiva del desarrollo social asumida es no convencional, pues en el análisis se privilegian indicadores que evalúan el grado de felicidad de los individuos, como por ejemplo; su tiempo libre, sus posibilidades de recreación, su acceso a bienes y valores culturales, entre otros, que en definitiva conforman la dimensión sociocultural del desarrollo social y conducen a la ampliación del bienestar7. Tradicionalmente estos indicadores han sido poco explorados como directriz metodológica para conceptualizar y abordar la problemática en torno al desarrollo social. Así, la relación ordenamiento territorial-desarrollo social con énfasis en la dimensión sociocultural, aparece como una herramienta pertinente para introducir nuevas perspectivas de análisis e intervención sobre el desarrollo.

Los postulados teóricos que se asumen son de Massiris (1995), Amar (2004), Max-Neef (1998), Sen (2000), García Canclini (1995) y Vergara (2009). Para ellos el ser humano es un sujeto activo que incide en la construcción de su propio desarrollo, el cual es producto de la interrelación de sí mismo, con otros sujetos y el entorno. La disposición de un territorio puede contribuir a la ampliación de sus libertades y por ende, a su desarrollo integral en sus dimensiones espiritual, social, cultural y demás. Además, de esta interrelación surge la construcción de patrimonio, el cual requiere de las capacidades y potencial creativo de las personas.

Aspectos teórico-conceptuales

El análisis sistémico del ordenamiento territorial es una perspectiva actual soportada en las concepciones teóricas de Ángel Massiris. La perspectiva de este autor es relevante ya que su trabajo resalta la pertinencia de la planeación urbana y la planificación del desarrollo orientadas a lograr un desarrollo social y ambiental sostenible y regionalmente equilibrado.

Así pues, los planes de ordenamiento territorial (P.O.T) no deberían ser manejados como uno más de tantos planes que existen en el país de Colombia8.

La dimensión sociocultural del desarrollo social de la que habla Massiris implica dimensiones materiales, espirituales, ambientales y espaciales. En tal sentido, el concepto de calidad de vida medido desde de la satisfacción de necesidades materiales, a través de indicadores externos a la persona (calidad de vivienda, acceso a servicios, ingresos, etc.), le brinda un lugar protagónico al concepto de bienestar humano; el cual es medido desde indicadores que evalúan el grado de felicidad de los humanos (su tiempo libre, sus oportunidades de recreación, acceso a la cultura y otros), sin dejar completamente de lado algunos indicadores materiales9.

En la misma línea, es importante relacionar el postulado teórico del desarrollo social, propuesto por Amar, Abello y Tirado, quienes exponen una concepción centrada en la superación de la esfera eminentemente biológica para trascender hacia la realización del potencial social y cultural de la persona humana. En esta perspectiva, el ser humano en su proceso de desarrollo entabla una relación tripartita: consigo mismo, con sus semejantes y con su ambiente en una búsqueda constante de su bienestar10.

Sumado a esto, el desarrollo a escala humana propuesto por Max-Neef resalta la importancia de indicadores del crecimiento cualitativo de las personas. El autor resalta que el proceso de desarrollo con mejores condiciones es aquel que logra enaltecer más la calidad de vida de las personas y crea opciones para que los seres humanos logren satisfacer de manera óptima sus necesidades esenciales. La calidad de vida se logra en virtud del reconocimiento de las necesidades existenciales de ser, tener, hacer y las necesidades axiológicas de subsistencia, protección, afecto, entendimiento, participación, ocio, creación, identidad y libertad, mediante unos satisfactores sinérgicos para cada una de ellas11.

La presente investigación le da importancia a la cultura, puesto que ella tiene como escenario el territorio y se concreta en el patrimonio. Este último elemento es esencial en el desarrollo social porque influye en el progreso equilibrado social y material de las personas y puede incluir aspectos como la movilidad, el espacio público, la arquitectura, la educación, la imagen que se tenga de los lugares y la historia. Por tanto, un patrimonio es cultural si se refiere a las costumbres y usos de la comunidad y su importancia está dada en el reconocimiento de sus gentes12.

El patrimonio cultural es entonces el conjunto de bienes y manifestaciones culturales materiales e inmateriales, construidos permanentemente por las comunidades en un territorio y en medio de sus interacciones sociales, estableciendo valores que crean lazos de pertenencia, identidad y memoria para la colectividad. Este patrimonio es obtenido desde el momento mismo en que se nace y se reciben de manera no optativa palabras, significados, lugares de habitación y de relación social, así como instituciones, tradiciones y demás. Toda esta herencia va determinando la forma de relacionarse con el entorno y con la sociedad13.

Así pues, el patrimonio no es solo un acto de memoria, ya que incluye otros elementos identitarios y culturales; así, tampoco puede reducirse a lo económico. Ha de entenderse desde la ocupación y transformación del territorio, de su historia, tradiciones y creencias. En definitiva, el patrimonio es de elaboración cotidiana y se da en medio de la apropiación y uso de los espacios14.

De conformidad con lo expresado por el Ministerio del Medio Ambiente a través de la Oficina Asesora de ordenamiento Ambiental en el establecimiento de lineamientos para la Política Nacional de Ordenamiento Ambiental del Territorio en 1998, se asume que el territorio, en aras de los procesos de desarrollo, se constituye en el espacio físico y ambiental en el cual adquieren forma, se dinamizan y se integran dichos procesos. En consecuencia, el territorio debe ser capaz de integrar y estructurar los objetivos y políticas públicas, así como las acciones y gestión que sobre él ejerciten la sociedad y el sector económico.

Sumado a lo anterior, la Constitución Política de 1991 entiende el proceso de ordenamiento territorial como una política de Estado y una herramienta de planificación. Sin embargo, en un país como Colombia la labor del ordenar el territorio no es nada fácil, sobre todo si se tiene en cuenta que en la conceptualización en torno al territorio se han plasmado un conjunto de vínculos de dominio, de poder, de pertenencia o de apropiación entre una parte o la totalidad del espacio geográfico y un sujeto especifico, bien sea individual o colectivo15.

Según el postulado de Carlos Bernal el ordenamiento territorial es una herramienta capaz de potenciar y orientar los procesos "normales" que se desarrollan espontáneamente por la misma dinámica del paisaje, con sus unidades biofísicas y socioculturales en el marco de un ideal esperado. Los actores juegan un rol esencial en tal ordenación, por cuanto ejercen cierto poder sobre diversos espacios de la geografía nacional e inclusive en muchos casos llegan a ejecutar un ordenamiento territorial basado en sus intereses y en contravía al ordenamiento propuesto por el Estado16.

Así las cosas, el ordenamiento territorial debería pasar de una consideración de simple complemento de políticas de desarrollo económico a una perspectiva de planificación y de valores que conceda un lugar protagónico a una visión integral, centrada en lo humano, de carácter prospectivo, coordinado, democrático y flexible, en el que las políticas económicas se unen a los principios de ambiente sostenible, equilibrio regional, bienestar social y armonía, principalmente con los programas de gobierno y los planes de desarrollo17. Estas consideraciones de alguna manera pueden ilustrase con ejemplos tales como las políticas de ordenamiento de algunos países latinoamericanos como Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Honduras y El Salvador, que han buscado, sin tratarse de una panacea, enmendar los problemas asociados al uso y ocupación indebida y desequilibrada del territorio y el uso irracional de los recursos naturales18.

Según la Guía Simplificada para la elaboración del Plan de ordenamiento territorial Municipal del Instituto Geográfico Agustín Codazzi, un plan de ordenamiento territorial acorde con los ideales de desarrollo debe evidenciar una multidimensionalidad derivada de los distintos elementos que incluya el ordenamiento en sus diversas escalas, entendiendo así que debe ser sistémico e incluir componentes administrativos, biofísicos, sociales, culturales, económicos y funcionales de manera integral19. Justamente, sobre este último aspecto, el DNP expresó la pertinencia de la puesta en marcha de los planes de ordenamiento territorial, especialmente desde estrategias que prioricen el patrimonio cultural y la infraestructura20.

En suma, las categorías espaciales de ordenamiento urbano son quizás de los elementos que más resaltan la importancia del ordenamiento territorial en los asuntos del desarrollo; por ejemplo, el espacio público urbano, entendido como el conjunto de inmuebles públicos y de elementos arquitectónicos y naturales de los inmuebles privados, que por su naturaleza, su uso o afectación, puedan destinarse a la satisfacción de necesidades urbanas colectivas que superen los límites de los intereses individuales de los habitantes. De él hacen parte las áreas requeridas para la circulación, tanto peatonal como vehicular, las áreas para la recreación pública, activa o pasiva, para la seguridad y tranquilidad ciudadana, las franjas de retiro de las edificaciones sobre las vías, fuentes de agua, parques, plazas, zonas verdes y similares, entre otras de interés en materia de suministro de servicios públicos básicos, amueblamiento urbano, conservación y preservación cultural y natural, en definitiva zonas para el uso o el disfrute colectivo21.

Como se ha visto, el desarrollo social no puede ser abordado aisladamente; pues desde un enfoque integral debe ser estudiado en su relación armónica con conceptos como ordenamiento territorial y patrimonio. Entonces, a partir de los referentes anteriores y la necesidad de generar un conocimiento científico pertinente y relevante que dé cuenta de la dimensión sociocultural del desarrollo en un lugar específico y que sirva de base para la construcción de un nuevo estilo de planificación del mismo, se formuló la siguiente pregunta problema: ¿La situación actual del ordenamiento territorial del barrio Los Ángeles del Suroccidente de Barranquilla posibilita el desarrollo social de sus habitantes y satisface la dimensión sociocultural que dicho Desarrollo social debe implicar?

La anterior pregunta problema se resolvió a través del análisis de la percepción de los mismos habitantes del barrio Los Ángeles.

Contexto de la investigación

El barrio Los Ángeles se ubica al Sur-occidente de Barranquilla entre los barrios Los Olivos II por el Noreste y "La Urbanización Bernardo Hoyos" por el Sur-este; como casi todos los barrios de la ciudad sus manzanas tienen una conformación reticular generada por el cruce ortogonal de sus calles y carreras; sus límites están comprendidos entre la calle 112E y la calle 114, y de la carrera 14 hasta la carrera 20. La formación de Los Ángeles es relativamente nueva, puesto que se empezó a gestar por continuas invasiones desde finales de la década de los años 90. La mayoría de sus vías no se encuentran pavimentadas, están conformadas sobre terreno natural y sin ningún tipo de nivelación; por esto no existe un buen drenaje de las aguas de escorrentía o lluvias y en la temporada invernal se generan zonas en las que se estancan. Esta condición no permite la circulación de vehículos mecánicos.

Las viviendas están construidas con materiales resistentes como ladrillo, bloques, láminas de eternit, entre otros, algunas tienen fachadas exteriores con acabados tipo pañete y pintura; sin embargo, no cuentan con senderos o aceras peatonales como tampoco con bordillos. La mayoría de estos hogares cuenta con los servicios públicos de agua, energía, alcantarillado, gas y en menor proporción líneas telefónicas; no obstante, una pequeña parte del sector accede ilegalmente a servicios como el del agua y el de luz eléctrica, cabe anotar que el servicio de aseo es asumido por la empresa Triple A o por los mismos habitantes del sector; al respecto se evidencia falta de cultura ciudadana en relación a las buenas prácticas y manejos adecuados de los residuos sólidos. De acuerdo con esto y por las realidades socioeconómicas de sus habitantes, el barrio Los Ángeles está catalogado como estrato 1.

La investigación se realizó con el objetivo de describir la situación actual del ordenamiento territorial del barrio Los Ángeles del Suroccidente de Barranquilla a partir de la percepción de sus habitantes con el fin de conocer si esta situación posibilita su desarrollo social22 y satisface la dimensión sociocultural. Para ello fue necesario caracterizar tres aspectos:

Primero, la situación actual del desarrollo social desde las variables educación, salud, seguridad y ambiente. Segundo; la dimensión sociocultural del desarrollo, tomando en cuenta sus posibilidades de acceso y frecuencia de participación en escenarios socioculturales.

El tercer aspecto fue, el ordenamiento territorial del barrio desde la percepción de los habitantes del sector, considerando el equipamiento urbano y la planeación del territorio; se revisaron las condiciones de este ordenamiento para conocer si dentro de ellas se favorecía la satisfacción de la dimensión sociocultural del desarrollo. Finalmente, se analizó las variables equipamiento urbano y la planeación del territorio junto a las variables educación, salud, seguridad, ambiente y ámbito sociocultural del desarrollo, con el propósito de conocer si dadas las condiciones de ordenamiento territorial en el barrio se favorecía el desarrollo social y la satisfacción de la dimensión sociocultural de los sujetos del estudio.

Metodológicamente la investigación que dio lugar al presente artículo se enmarca en el tipo de investigación cuantitativa. El diseño fue de carácter descriptivo. La muestra poblacional fue de 104 sujetos 35 hombres (33,7%) y 69 mujeres (66,3%)- que fueron seleccionados a través de un muestreo no probabilístico intencional bajo la modalidad bola de nieve.

Para la recolección de los datos fue necesario recurrir a las técnicas de observación y de encuesta. La primera se enfocó sobre las características físicas y de ordenamiento territorial del barrio. Esta decisión fue pertinente por la naturaleza misma de la investigación y debido a que el aspecto social iba a ser estudiado a través de un instrumento de encuesta. Así pues, se emplearon fichas de registro y material fotográfico, los cuales permitieron la visualización verbal de las características físicas del barrio23.

La segunda técnica que se empleó para conocer percepciones, expectativas e información que permitieran dar respuesta a los objetivos del trabajo de investigación. Entonces se elaboró un cuestionario de 46 preguntas que evaluó las variables: desarrollo social y ordenamiento territorial y de una manera más explícita las variables pobreza subjetiva, educación, salud, seguridad, ambiente, ámbito sociocultural del desarrollo, equipamiento urbano del barrio y planeación del territorio, cada una de ellas conformó un total de 97 ítems y 5 preguntas de caracterización socio demográfica y datos de identificación.

El ordenamiento territorial en función del desarrollo social24

De conformidad con el objetivo de la investigación se encontró que la mayoría de personas manifestaron que viven en un inmueble propio (69,2%), pero se encuentran medianamente satisfechas con sus condiciones de habitabilidad (x =3,13). Además, expresaron poca satisfacción con el barrio como opción para vivir (x=2,37), al tiempo que expusieron su inconformismo con la contribución de él a su desarrollo y calidad de vida (57,7%).

La mayoría de los niños, las niñas y los adolescentes entre 5 y 17 años del sector se encuentra estudiando (78,8%), pero lo hace fuera del barrio (57,7%), pues según sus padres es medianamente posible acceder a la educación en el sector (x=2,77). Así pues, la mayoría opinó que este servicio en el barrio no se ofrece con calidad ni contribuye a su calidad de vida ni a la de su familia (54,8%).

Sobre el acceso a salud, los encuestados lo consideraron medianamente posible (x=2,77), sin embargo, más de la mitad de ellos estuvo de acuerdo con que se realizan actividades de promoción de la salud en el sector (54,8%); pero éstas nunca se encaminan ni al control, ni al saneamiento ambiental (60,6%). En este sentido, recalcaron que el servicio no es ofrecido con calidad y no hay contribución a su calidad de vida ni a la de su familia (64,5%).

La mayor parte de los encuestados se siente insegura en el barrio (74%), considerando que los problemas más graves para la seguridad del sector son los atracos (36,5%) y el tráfico de drogas (35,6%). Con relación a la percepción de su contorno vital, los pobladores creyeron posible el hecho de ser víctimas de un desastre natural (63,5%), principalmente de una inundación (96,2%), pero en posiciones casi paralelas una proporción significativa manifestó sentirse feliz de vivir en el barrio (51%) y otra deseos de cambiarse (49%). La generalidad de los datos permitió identificar insatisfacción y desagrado con el ambiente físico del sector (75%), evidenciando además un nivel medio de sentido de pertenencia hacia él (56,7%).

En relación a si las condiciones del ordenamiento territorial del barrio favorecían la satisfacción de la dimensión sociocultural del desarrollo, se encontró que el 98,1% de los encuestados manifestó que carece de suficientes escenarios para la recreación y el disfrute colectivo, situación que los ha llevado a improvisar en espacios como las calles, terrazas y lotes sin construcción escenarios para el ocio y la recreación; estos escenarios, según su percepción contribuyen medianamente a su calidad de vida familiar y personal (x= 2,88). De hecho un 54,8% de los sujetos del estudio recalcó la imposibilidad de practicar algún tipo de deporte en el barrio y un 39,4 % la imposibilidad de montar en bicicleta, cifra a la que se suma el porcentaje de quienes consideraron poco posible la práctica de esta última actividad recreativa (26,9%).

En lo que respecta al acceso a escenarios socioculturales, se preguntó a los encuestados por sus posibilidades al interior del barrio para participar en la realización de talleres comunitarios, en actividades del salón comunal, actividades artísticas, festivales, fiestas patronales y en el carnaval. La obtención de un promedio en las respuestas de 2,27, permitió afirmar que para esta comunidad es poco posible el acceso a tales espacios. Este dato se asocia de forma lógica con la información obtenida a la hora de cuestionar a los sujetos por la frecuencia de participación en escenarios recreativos y socioculturales en el barrio, pues se obtuvo un promedio de 1,73 en sus respuestas, indicando que casi nunca realizan actividades de esta naturaleza. Los resultados revelaron que la actividad en la que moderadamente se da mayor frecuencia de participación es el carnaval (x= 2,64).

Por otra parte, pudo establecerse que en relación al equipamiento urbano los pobladores se encuentran insatisfechos (x= 1,32); perciben que el estado de las vías (x= 4,88), el alumbrado público (x= 4,82), andenes y separadores (x= 4,63), parques y zonas verdes (x= 4,88), son de mucha importancia y consideran que el aspecto prioritario que debe mejorarse en el barrio es el estado de las vías (64,4%). Frente al acceso a servicios públicos, los sujetos manifestaron no tener acceso al servicio de internet (75%) y adicional a ello, una mediana satisfacción con la calidad de los demás servicios por los que se les cuestionó: energía, acueducto, alcantarillado, aseo y recolección de basuras (x= 2,95); (Me= 3,0) y (Mo= 3,14).

Con relación al transporte, la percepción de los sujetos evidenció que en el barrio Los Ángeles este acceso solo es posible con la aproximación a la avenida circunvalar o al barrio vecino de los Olivos, razón por la cual 95,2 % de los habitantes encuestados resaltaron la imposibilidad de acceder a este servicio.

Sobre la planeación del territorio desde la óptica de los habitantes encuestados, pudo conocerse que la mayoría no sabe, ni ha escuchado acerca de los planes de ordenamiento territorial (84,6%); desconoce cómo se ordenó territorialmente su barrio (95,2%) y califica el desarrollo urbanístico en los últimos años como deficiente (56,7%) o inexistente (34,6%). En términos generales los sujetos consideraron que el desarrollo urbanístico del barrio Los Ángeles durante los últimos años lo han liderado los propios habitantes (58,7%) y que esté contribuye poco a su desarrollo personal y social (x= 2,5 y Me= 3,0). Frente a esto se pudo observar que la percepción sobre la forma cómo se ha desarrollado urbanísticamente el barrio se relaciona con la valoración que hacen de este desarrollo. Así, quienes lo perciben como deficiente son quienes piensan que el desarrollo urbanístico lo han liderado los propios habitantes o el gobierno local.

Es importante señalar que la mayor parte de los encuestados (48,1%) mencionó que nunca ha participado en la planeación del territorio del barrio. En relación a esto último, se encontró que el nivel de participación en la planeación se corresponde con la valoración que hacen de la contribución del ordenamiento territorial a su desarrollo personal y social; es decir, las personas que consideraron que se les tomaba en cuenta en el proceso de planeación, afirman también que este aspecto sí contribuye a su desarrollo, mientras que quienes nunca han participado valoran poco tal contribución.

Ordenamiento territorial, desarrollo social y construcción de patrimonio

Los sujetos del estudio han manifestado una relación económica, social, ecológica y cultural con un sector de la ciudad delimitado geográfica y simbólicamente, esto es: el barrio Los Ángeles. En este apartado se reconoce la complejidad de los elementos que han contribuido al desarrollo de los habitantes del citado barrio y sin desconocer el objetivo de la investigación que motivó este escrito, es decir, la realización de una descripción de la situación actual del ordenamiento territorial del barrio Los Ángeles en el Suroccidente de la ciudad, a partir de la percepción de sus habitantes para así conocer si posibilita el desarrollo social y satisface la dimensión sociocultural, se hará especial énfasis en aquellos elementos de mayor incidencia en la construcción de la idea de patrimonio.

En el barrio Los Ángeles los sujetos encuestados expresaron estar medianamente satisfechos con las condiciones de habitabilidad de sus viviendas y poco satisfechos con el barrio como opción para vivir, llama la atención que en un estudio sobre habitabilidad en viviendas de bajo costo en Bogotá, tanto en barrios de origen normal como de origen clandestino los niveles de satisfacción son igual de bajos; esto en parte se asocia con las inadecuadas condiciones que proveen estos inmuebles respecto a sus necesidades y a la imposibilidad de establecer una relación con la ciudad y con la zona propiamente dicha donde se localiza el barrio en el que viven25.

En relación a lo encontrado en educación, la información guarda una particular correspondencia con los datos de la encuesta Barranquilla cómo vamos de 2011, pues ésta mostró que la satisfacción con el servicio, con respecto al dato de 2010 (83%), se redujo a un 64%, principalmente porque algunos encuestados consideraron que la educación ofertada en el Suroccidente es de mala calidad, falta mayor compromiso de los docentes y porque según ellos ha disminuido el nivel académico en las instituciones educativas26.

Con respecto al servicio de salud, la opinión de los sujetos encuestados indicó la ausencia de su contribución a su calidad de vida y a la de sus familias, y coincidió con los resultados de la investigación de Ramos y Moreno, quienes identificaron entre sus encuestados que la máxima aspiración de éstos es llevar una vida digna, en la que se exige un servicio de salud con altos estándares de calidad, mayor posibilidad de acceso a educación para su familia, así como el acceso a vivienda y servicios públicos27. De forma similar, el Informe de calidad de vida en Barranquilla 2010 contempló que la ciudad alcanzó cobertura total en salud (régimen subsidiado, régimen contributivo y régimen especial), pero definió claramente que el reto del Distrito es que los usuarios puedan gozar efectivamente del servicio y que éste sea ofrecido con calidad. En este punto debe anotarse que la encuesta Barranquilla cómo vamos de 2011 encontró que la satisfacción fue de 64% y de 61% para quienes la asumieron como un derecho garantizado28.

De otra parte, la problemática del saneamiento ocupa un lugar importante al estar relacionada directamente con la salud de los seres humanos. El informe de 2011 sobre Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo-PNUD-"Sostenibilidad y equidad: un mejor futuro para todos" ha evidenciado que casi la mitad de las personas que viven en los países en desarrollo no logran acceder a servicios de saneamiento29. De ahí la necesidad de expandir estas posibilidades para mejorar directamente la salud, indirectamente la productividad y contribuir a la dignidad humana, al respeto, a la seguridad física, pero sobre todo a elevar más la calidad de vida de las personas a través de la satisfacción de sus necesidades existenciales y axiológicas30.

Sobre el asunto de seguridad es oportuno traer a colación la analogía del presente estudio con la encuesta de percepción Barranquilla cómo vamos de 2011, debido a que en esta última solo un 36% de los habitantes del Suroccidente manifestó sentirse seguro en su barrio, reconociendo que los problemas más graves con respecto a la seguridad de su sector son los atracos y el tráfico de drogas. Además consideraron que las acciones más importantes para mejorar la seguridad son: incrementar el número de policías y mejorar la capacidad de reacción de las autoridades. No obstante a todo ello y en una connotación más holística, el 74% de los encuestados del Suroccidente expresaron satisfacción con el distrito de Barranquilla como opción para vivir31.

Ahora bien, en lo que respecta a la posibilidad de acceder a escenarios socioculturales, el estudio indicó que para los sujetos solo es medianamente posible participar del Carnaval; pues la frecuencia de participación en actividades como talleres comunitarios, fiestas patronales y demás, es mínima. En un estudio similar, Ramos y Moreno, al investigar sobre pobreza e institucionalidad en Barranquilla, encontraron que las personas en situación de pobreza participan poco en organizaciones sociales y las que lo hacen, optan principalmente por celebraciones religiosas o eventos culturales y deportivos.32

Las investigaciones de García Canclini destacan que la planificación a nivel macro, la estandarización inmobiliaria y vial, y en general el desarrollo homogéneo introducido por el capitalismo, han consolidado en las ciudades núcleos de unificación, sin embrago, en Colombia, la desurbanización sigue siendo evidente, hechos como la disminución del uso recreativo de los espacios públicos, ya sea por inseguridad, por la falta de tales espacios o por la generación de una cultura domiciliaria llevada a los hogares a través de medios como la radio, la televisión o la internet, dan cuenta de esto. Así pues, la segregación y la inseguridad han hecho que comportamientos tradicionales como ir a cine, al teatro y a espectáculos deportivos, sean relegados y reduzcan el espacio de gestación del desarrollo social en su dimensión sociocultural33.

En complemento, Acevedo y Vergara definen el desarrollo social como un proceso de aprovechamiento y valoración de las singularidades culturales e identitarias de un grupo social, en el que el patrimonio resulta un elemento fundamental. El valor de este último no solo debe entenderse en función de lo material sino también de las costumbres y usos que ostente y reconozca la comunidad34. Del presente estudio, cabe anotar que aunque los actores expusieron sus limitaciones materiales en lo que tiene que ver con la presencia de la dimensión sociocultural en el equipamiento urbano del barrio, su construcción de la idea de patrimonio ha trascendido a partir de sus hábitos, prácticas y muestras de creatividad, incluso desde la improvisación del espacio público para la recreación y actividades culturales en las que la explotación del suelo y del espacio público termina siendo un área residual35.

La valoración patrimonial también debe estar basada en los reconocimientos que una sociedad pueda hacer de su capacidad creativa y transformadora en aras de su propio desarrollo36. Esta afirmación puede relacionarse con la situación del barrio Los Ángeles, en donde la ausencia de la dimensión sociocultural en el equipamiento urbano no ha sido óbice para el desarrollo de la comunidad, pues no ha sido pensada aisladamente y de acuerdo con su propia percepción, los habitantes sienten que dadas las condiciones del barrio, el nivel de desarrollo y de calidad de vida suyo y de sus familias es Medio.

La capacidad creativa y transformadora de la que se habló anteriormente, pone de manifiesto que el patrimonio se crea diariamente a través de la apropiación y uso de los espacios; no puede haber desarrollo social y económico si no se privilegia por parte del grupo social un reconocimiento de su identidad cultural, de sus valores patrimoniales y de las particularidades de su territorio. La forma en que la valoración patrimonial se asuma, se maneje y sea apropiada por la comunidad es la que determinará cuánto provecho suministra a su desarrollo social37.

Los aspectos urbanos de tipo material y de oferta locativa a nivel cultural también resultan importantes para la población y por ende siempre son ponderados por ella, verbigracia los sujetos del presente estudio, al exponer la poca accesibilidad y participación en recreación y escenarios socioculturales en el barrio. Otro ejemplo es el ofrecido por la encuesta de percepción Barranquilla cómo vamos 2011, pues expone que solo un 15% de los habitantes del Suroccidente de la ciudad está satisfecho con los parques, zonas verdes públicas y áreas deportivas que sus barrios les proveen. Una cifra mayor, representada en un 47%, evidenció satisfacción con la oferta cultural y recreativa que facilita la ciudad, lo que quiere decir que la percepción varía al pasar de la dimensión espacial de la localidad a la dimensión espacial de la ciudad38.

Los trabajos de Mirta Buelvas también han recalcado la insuficiencia de espacios públicos para desarrollar el pluralismo cultural en Barranquilla. La autora reconoce que una de las ideas que ha de contemplarse en los procesos de ordenamiento territorial urbano es la de resignificar la planeación a partir de espacios democráticos que favorezcan los encuentros de tipo cultural y permitan a los habitantes de la ciudad crear códigos sin tensión cultural, que estimulen el sentido de pertenencia y que eviten la deshumanización del espacio39.

Por consiguiente, las nuevas planeaciones urbanas deben hacerse desde la generación de espacios para el desarrollo sociocultural que mejoren la calidad de vida de sus moradores y eviten el aislamiento entre los barrios, máxime si se toma en cuenta que desde el siglo XVII el desarrollo urbano en Barranquilla ha estado ligado a la falta de planificación del desarrollo territorial y social, así como a la presencia de invasiones, loteos y un crecimiento predio a predio que finalmente ha representado un 52.72% del área total urbanizada de la ciudad40.

Si bien es cierto que alrededor de equipamiento urbano y planeación del territorio la investigación en Los Ángeles evidenció insatisfacción, principalmente con los servicios públicos y el estado de las vías, la encuesta Barranquilla cómo vamos 2011 determinó un 53% de satisfacción con el alumbrado público y un 54% con el estado de las vías en los barrios del Suroccidente. Sin embargo, los resultados de 2010 en esta localidad indicaron que solo había un 25% de cobertura en el servicio de internet, coincidiendo con los datos del presente estudio y poniendo de manifiesto un serio problema de conectividad. De este último servicio, la encuesta de 2011 no arroja información sobre cobertura en el Suroccidente, pero reporta un 80% de satisfacción con su prestación41.

Uno de los aspectos que Acevedo y Vergara recalcan como parte del patrimonio y del progreso balanceado que en el ámbito social y material pueda experimentar una comunidad es el de la movilidad42. Pero, en materia de transporte público es clara la limitante del estado de las vías en el barrio Los Ángeles. En este orden de ideas, Barranquilla cómo vamos de 2011 logró identificar que entre los habitantes del Suroccidente de la ciudad los principales motivos de insatisfacción con el transporte público están dados por el sobrecupo y por la falta de cobertura como en el presente caso43.

De acuerdo con Ceballos44 y Zulaica y Celemín45 la baja provisión de un equipamiento urbano y la falta de interés por lograr la cualificación socio-espacial del territorio urbano, originan problemáticas asociadas a la conexión y movilidad de los residentes con el resto de la ciudad y concomitante a esto se generan niveles de insatisfacción entre los habitantes por la poca atención a sus necesidades básicas de dotación de equipamiento con implicaciones negativas en las condiciones de vida digna.

No obstante a lo discutido, es necesario tomar en cuenta la forma clandestina como se construyó el barrio Los Ángeles, que poblado desde la invasión del espacio público, generó un uso del suelo mediado por la informalidad y por dinámicas de construcción que no proyectaron su crecimiento actual, ni velaron por la dotación de condiciones de habitabilidad que promovieran la calidad de vida de sus pobladores. Por consiguiente, puede decirse que esta zona de la ciudad debe gran parte de sus problemas al proceso de urbanización no planeado y al agravante de los asentamientos en áreas de riesgo y sin ningún tipo de adecuación ambiental que ha experimentado46.

Sobre lo anterior, Hernández afirma que las estructuras locales de participación se construyen en los barrios a partir de organizaciones impulsadas por los habitantes, quienes generan redes de solidaridad contra la exclusión social y crea un capital social local e identitario que les permite hallar, por su propia cuenta, lugares de pertenencia y espacios que dan sentido a su existencia47. Sin embargo, de acuerdo con la encuesta de percepción Barranquilla cómo vamos 2011, el 98% de los barranquilleros del Suroccidente no pertenece a grupos u organizaciones comunitarias, principalmente por falta de información al respecto48. Sumando a esto, Ramos y Moreno, al estudiar la participación de los pobres de Barranquilla en organizaciones sociales, hallaron que ella es escasa. El 80% de las personas que encuestaron desconoce que existen mecanismos constitucionales que ofrecen posibilidades de participación49. Por este motivo no es extraña la poca intervención en los procesos de planeación del territorio por parte de los sujetos encuestados en el presente estudio.

Sin duda alguna el tema de la participación ciudadana en la formulación de los planes de ordenamiento territorial es importante. Según Bernal, Colombia no posee un criterio claro dentro de su ordenamiento jurídico que dé cuenta de la relevancia de esta participación, de ahí que en múltiples ocasiones este proceso se reduzca a un ejercicio meramente informativo que soslaya la idea de planeación participativa y con ella los intereses, necesidades, prioridades y criterios de los actores de las entidades territoriales y da lugar al estancamiento de los procesos de ordenamiento territorial y a la limitación del desarrollo integral del territorio, es decir, a un desarrollo centrado en las personas y en los pueblos50.

Conclusiones

El significado del desarrollo social y de la calidad de vida en poblaciones como la de este estudio trasciende del plano de los derechos de propiedad sobre un inmueble y del mejoramiento de la situación económica, a uno con mejores condiciones físicas y ambientales para las viviendas y para su entorno como parte estructural del contexto urbano y del patrimonio social, más aún cuando el ingreso familiar no logra suplir las cuestionables condiciones de vida e insatisfacción generadas por las condiciones de habitabilidad.

En la población del barrio Los Ángeles existe conciencia de la importancia de la educación en niños y jóvenes, así como de la salud y de su contribución al desarrollo social de la comunidad. La población es enfática al enfocarse en buscar, por ejemplo, otras opciones médicas y ofertas educativas con mayor expectativa de calidad y contribución a la calidad de vida que las que el sector medianamente les puede proveer. Por lo tanto, el Distrito debe continuar trabajando para que dichos servicios sean fortalecidos en lo que respecta a acceso, calidad, control y saneamiento ambiental y así poder hablar de una significativa contribución a la calidad de vida de poblaciones segregadas como la del barrio Los Ángeles.

En barrios como Los Ángeles y podría afirmarse que en general en Barranquilla, la variable seguridad tiene relación con la imagen que se tenga del contorno y por tanto de la valoración de éste como patrimonio. Los atracos y el tráfico de drogas continúan generando inseguridad y siguen siendo los problemas más graves en esta materia.

En lo relativo al contorno vital, el tema de los arroyos e inundaciones en Barranquilla sigue siendo causa de preocupación entre sus habitantes, principalmente porque la ciudad continúa en mora de vías internas y de evacuación que permitan la movilización fluida de la población, así como de sistemas de alerta contra inundaciones y de acciones y estudios que permitan establecer estrategias de prevención. Lo anterior se afirma, al tener en cuenta que el contorno de vida de las personas es importante para su desarrollo y para establecer lazos de pertenencia y valoración patrimonial.

Las insuficientes posibilidades de recreación y de oportunidades para acceder a escenarios socioculturales en el barrio Los Ángeles han ido consolidando unas características específicas en la dimensión sociocultural del desarrollo de sus habitantes, que aunadas a la falta de un equipamiento urbano que estimule tal dimensión, los ha conducido a improvisar otros espacios y a evaluar en un nivel medio su desarrollo y calidad vida. Puede decirse entonces, que en el Suroccidente de Barranquilla la dotación en infraestructura para favorecer la dimensión sociocultural del desarrollo sigue siendo una tarea pendiente por parte del gobierno distrital. Sin embargo, la obtención de la valoración en nivel medio del desarrollo y de la calidad de vida, puede estar asociada a las capacidades creativas y transformadoras de la misma población, que en aras de promover su propio desarrollo y de la búsqueda permanente del perfeccionamiento de sus potencialidades, ha ido asumiendo, manejando y apropiando su propia idea de patrimonio.

La formulación de los planes de ordenamiento territorial debe darse desde la determinación de criterios claros a nivel de ordenamiento jurídico que garanticen una planeación más participativa, menos informativa y que sea capaz de involucrar las capacidades organizativas a nivel comunitario y estimular la participación política en la construcción de contextos y por ende de patrimonio. Cabe anotar que la poca participación en los procesos de planeación del territorio por parte de los sujetos encuestados, se da muchas veces por desconocimiento de los mecanismos que constitucionalmente les otorga la posibilidad de hacerlo en aras de sus propios derechos, así como por la poca capacidad organizativa que a nivel comunitario se da en una ciudad como Barranquilla.

A la hora de caracterizar el ordenamiento territorial de un barrio o de una zona en particular como la de esta investigación no bastan las observaciones o estudios meramente geotécnicos; pues si bien es de común conocimiento que en el Suroccidente de Barranquilla existen asentamientos en áreas de riesgo y sin ningún tipo de adecuación ambiental. Entonces, no es menos importante escuchar a los afectados, quienes deben gran parte de sus problemas al proceso de urbanización no planeado que han experimentado, el cual ha causado, desde luego, un uso del suelo mediado por la informalidad y por dinámicas de construcción que no proyectaron el crecimiento actual del barrio ni lo visionaron como parte de un patrimonio con injerencia futura en la calidad de vida y desarrollo social de sus pobladores.

Lo anterior ocurre cuando en la práctica el territorio no es visto como un aparato integrador y estructurante de los Planes de Desarrollo, de las políticas públicas, ni mucho menos de las acciones producidas por la gestión que sobre él debe ejercer el gobierno, la sociedad y el sector económico, principalmente si se entiende que su elaboración tiene una connotación socio-histórica, en la que las interacciones sociales redundan en diversas formas de uso, ocupación, apropiación y distribución del espacio y que muchas veces, al no manejarse de forma planificada pueden configurar notables índices de segregación y exclusión.


Notas

1 Licenciado en Ciencias Sociales y Filosofía Universidad Simón Bolívar; Abogado Universidad del Atlántico. Magister en Desarrollo Social de la Universidad del Norte y docente activo del Distrito de Barranquilla. dearcoba@gmail.com.

2 Antropólogo de la Universidad Nacional de Colombia, Dr. en Geografía Urbana de la Universidad Philipps de Marburg, Alemania. Actualmente profesor asociado del Departamento de Arquitectura, Urbanismo y Diseño y coordinador de la Maestría en Urbanismo y Desarrollo Territorial de la Universidad del Norte en Barranquilla, Colombia. ravergara@uninorte.edu.co

3 Olga Ceballos. Política habitacional y calidad de la vivienda. Reflexiones sobre la habitabilidad de la vivienda de bajo costo en Bogotá. En: Bitácora. Vol. 10, n°1. Bogotá, 2006.

4 Danilo Saravia. El sureste de Nicaragua, una experiencia de ordenamiento ambiental del territorio. Noviembre. Managua, 1994.

5 Javier Quitian. Ordenamiento territorial en el departamento del Atlántico: estado del arte. En: Arquitectura ciudad y entorno. Vol. 7, n°3, P. 243-258, 2008 -Junio. http://upcommons.upc.edu/revistes/bitstream/2099/5656/1/14_JAVIER-QUITIAN.pdf (consultado 22/09/2011).

6 Ricardo Adrián Vergara. Centros Históricos: el patrimonio como herramienta del desarrollo social. En: Memorias Revista digital de historia y arqueología desde el Cribe. Vol. 6, n°11. Barranquilla, 2009.

7 Ángel Massiris. Políticas latinoamericanas de ordenamiento territorial: realidad y desafíos. Editorial Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Tunja, 2006.

8 Ibídem

9 Ibídem

10 José Amar, Raimundo Abello y Diana Tirado. Desarrollo infantil y construcción del mundo social. Ediciones Uninorte. Barranquilla, 2004.

11 Manfred Max-Neef. Desarrollo a escala humana. Icaria editorial, S.A. Barcelona, 1998.

12 Christian Acevedo y Ricardo Adrián Vergara. Primera aproximación a la conexión teórica entre los conceptos de patrimonio, desarrollo social, centro histórico, teoría de sistemas y cartografía cultural. Memorias Revista digital de historia y arqueología desde el Cribe. Vol.6, n°11. Barranquilla, 2009.

13 Ministerio de cultura. Manual para inventario de bienes culturales inmuebles. Autor. Bogotá, 2005.

14 Ricardo Adrián Vergara. Centros Históricos...Op.Cit

15 Gustavo Montañés. Introducción: Razón y pasión del espacio y el territorio. En: Espacio y territorio: Razón, pasión e imaginarios. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, 2001. P. 42-45.

16 Carlos Bernal. Otra mirada al ordenamiento territorial. Banco de la Republica, Biblioteca Luis Ángel Arango. 2004. http://www.lablaa.org/blaavirtual/letra-o/orden1/orden1.htm. 10 de octubre de 2005 (consultado 10/01/2011).

17 Alberto Gutiérrez y Liliana Sánchez. Planeación para el desarrollo del territorio: perspectiva contemporánea. Editorial Universidad de Antioquia. Medellín, 2009.

18 Danilo Saravia. El sureste... Op. Cit.

19 Instituto Geográfico Agustín Codazzi. Guía Simplificada para la elaboración del Plan de ordenamiento territorial Municipal. Autor. Bogotá, 1998.

20 Departamento Nacional de Planeación, DNP. La importancia del Ordenamiento territorial en la integración, competitividad y desarrollo. Autor. 2001. http://www.dnp.gov.co/archivos/documentos/DDTS_Ordenamiento_Desarrollo_Territorial/3c13_Doc_41.pdf (consultado 5/10/2011) y Ordenamiento territorial. 2007. http://www.dnp.gov.co/paginas_detalle.aspx?idp=401 (consultado 5/06/2011).

21 Véase Ley 9 de 1989, artículo 5.

22 Es necesario aclarar que la variable desarrollo social fue delimitada y estudiada teniendo en cuenta variables de indicación tales como: educación, salud, seguridad, ambiente y ámbito sociocultural del desarrollo.

23 Piergiorgio Corbetta. Metodología y técnicas de investigación social. McGraw-Hill. Madrid, 2003.

24 Para efectos del análisis estadístico de los datos, en este apartado se utilizarán las medidas de tendencia central Media, Mediana y Moda representadas con los siguientes signos: x (Media), Me (Mediana) y Mo (Moda). Cabe anotar que la información arrojada por la encuesta fue analizada con el Paquete Estadístico para las Ciencias Sociales (SPSS).

25 Olga Ceballos. La cualificación de la periferia urbana y el espacio público. En: Territorios. Vol. 18, n°19. Bogotá, 2008.

26 Barranquilla cómo vamos. Encuesta de percepción Barranquilla cómo vamos, 2011. http://www.barranquillacomovamos.org/bcv/ (consultado 1/04/2012)

27 José Luis Ramos y José Moreno. Pobreza e institucionalidad: El rol del Estado y las aspiraciones de los pobres de Barranquilla (Colombia). En: Investigación y Desarrollo. Vol.15, n°1. Barranquilla, 2007.

28 Barranquilla cómo vamos. Encuesta de.. .Op. Cit.

29 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Informe sobre Desarrollo Humano 2011. Sostenibilidad y equidad: Un mejor futuro para todos. PNUD. Nueva York, 2011.

30 Manfred Max-Neef. Desarrollo a escala...Op. Cit.

31 Barranquilla cómo vamos. Encuesta de.. .Op. Cit.

32 José Luis Ramos y José Moreno. Pobreza e institucionalidad.Op. Cit.

33 Néstor García Canclini. Consumidores y ciudadanos. Conflictos multiculturales de la globalización. Editorial Grijalbo. México, 1995.

34 Christian Acevedo y Ricardo Adrián Vergara. Primera aproximación.Op. Cit.

35 Olga Ceballos. La cualificación...Op. Cit.

36 Ricardo Adrián Vergara. Centros Históricos.. .Op. Cit.

37 Ibídem

38 Barranquilla cómo vamos. Encuesta de.. .Op. Cit.

39 Mirta Buelvas. Encuentros y desencuentros en Barranquilla. En: Lecturas urbanas. Observatorio del Caribe Colombiano, Universidad del Atlántico. Bogotá, 2003. P. 59-77.

40 Porfirio Ospino. El desarrollo urbano de Barranquilla y su dinámica regional 1777-1993. En: Barranquilla: Lecturas urbanas. Observatorio del Caribe Colombiano, Universidad del Atlántico. Bogotá, P. 3-44.

41 Barranquilla cómo vamos. Encuesta de.. .Op. Cit.

42 Christian Acevedo y Ricardo Adrián Vergara. Primera aproximación.. .Op. Cit.

43 Barranquilla cómo vamos. Encuesta de.. .Op. Cit.

44 Olga Ceballos. Política habitacional.. .Op. Cit.

45 Laura Zulaica y Juan Pablo Celemín. Análisis territorial de las condiciones de habitabilidad en el periurbano de la ciudad de Mar de Plata (Argentina), a partir de la construcción de un índice y de la aplicación de métodos de asociación espacial. En: Revista de Geografía Norte Grande. Vol.41. Santiago, 2008.

46 José Guardo. La problemática geotécnica del Suroccidente de Barranquilla. En: Revista ingeniería y desarrollo. Vol.8. Barranquilla, 2000.

47 María Hernández. La pobreza urbana, organizaciones de barrio y las redes de solidaridad locales. En: Fermentum, revista venezolana de sociología y antropología. Vol. 16, n°45. Mérida, 2006.

48 Barranquilla cómo vamos. Encuesta de.Op. Cit.

49 José Luis Ramos y José Moreno. Pobreza e institucionalidad.Op. Cit.

50 Carlos Bernal. Otra mirada.Op. Cit.


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