ISSN Electronico 1794-8886 Volumen 21, Septiembre - Diciembre 2013 |
Arquitectura e imaginarios urbanos en las Sabanas del Sur de Bolivar, 1948 - 1968 (actual Departamento de Sucre)1
Architecture and urban imaginary in the Savannas of Southern Bolivar, 1948 - 1968 (current Department of Sucre)
Pedro Arturo Martinez Osorio2
Resumen
El presente artículo, analiza la manera particular como se construye la idea de una arquitectura moderna en el contexto de las Sabanas del Sur de Bolivar lo que se conoce actualmente como el departamento de Sucre. Se examinan los distintos imaginarios urbanos identificados, la ciudad y región de prosperidad y progreso contrapuesta a una provincia marginal olvidada por una administración que no atendía sus necesidades. Estas diferentes formas de aprehender el mundo, confluyen en un objetivo, el deseo de transformar la ciudad, ligado al interés por una autonomía regional, motivo de la creación del departamento de Sucre.
Palabras Claves: Arquitectura moderna, Imaginarios Urbanos, Progreso, Sabanas Sur de Bolivar, Departamento de Sucre.
Abstract
The present article, analyzes the particular way like constructs the idea of a modern architecture in the context of the Sabanas del sur de Bolivar what is known nowadays as the department of Sucre. There are examined the different urban imaginary ones identified, the city and region ofprosperity and progress opposed to a marginal province forgotten by an administration that was not attending to his needs. The two different ways of apprehending the world, come together in an aim, the desire to transform the city, linked to the interest for a regional autonomy, motive of the creation of the department of Sucre.
Keywords: Modern architecture, Urban Imaginary, Progress, Plains at the South of Bolivar, Sucre department.
Introducción
La investigación de la que se desprende la presente reflexión, se enmarca geograficamente en las llamadas Sabanas del sur de Bolívar, limitada cronologicamente entre los años 1948 hasta 19683, periodo en donde se consolidan en las estructuras urbanas de las ciudades de ese contexto geográfico, ideas de un progreso regional, de la mano de un desarrollo urbano y arquitectónico con una influencia fuerte del llamado movimiento moderno, el cual se desarrollaba con fuerza en el resto del mundo occidental, e influenciaba y transformaba también la imagen de las principales ciudades capitales de Colombia4; un periodo en el cual la arquitectura objeto de este estudio hace parte, como pieza clave en la gestión y transformación de las ciudades que pasan precisamente en ese momento, de ser pueblos con muchos rasgos del entorno rural, a convertirse en lo que se conoce hoy en día como la imagen moderna de cada una de ellas.
En el presente texto, se presenta la primera parte del estudio realizado, delimitada entre los años 1948 - 1968, en la cual se plantea la presencia en los imaginarios de la época, en primera instancia, una idea de progreso y desarrollo agenciado por las élites empresariales de la región, y por otra, contrastada fuertemente con un imaginario de región marginal y olvidada, desarrollado sobre todo por sectores populares en busca de una autonomía regional, como solución a los múltiples problemas y necesidades de unos asentamientos urbanos en expansión y crecimiento.
Se recoge también en este escrito la relación entre el pensamiento de una arquitectura moderna en la región de Sabanas del sur de Bolívar, y el imaginario de un progreso y desarrollo regional, sobre todo gestionado a través del pensamiento e influencias de las élites sociales de las ciudades de Sincelejo y Corozal en la segunda mitad del siglo XX, notándose la manera como los intereses de grupos humanos y las ideologías que los motivan, transforman las estructuras urbanas, haciendo de la ciudad un escenario dinámico de interacción social. Tesis que se piensa, entra en debate con la historiografía de la arquitectura en Colombia, siguiendo la propuesta que hace Hugo Mondragón cuando habla de la arquitectura moderna en Colombia, como un fenómeno históricamente motivado, original, particular y general al mismo tiempo5, quien hace una lectura del fenómeno de la arquitectura moderna, desde una postura crítica, en el sentido que éste es posible interpretarlo como un conjunto de experiencias heterogéneas con origenes diversos.
La metodología de corte cualitativo que se utiliza para el desarrollo del trabajo, recurre a dos tipos de instrumentos para la recolección de la información, por una parte la revisión documental, realizada a publicaciones impresas de la época, entre las que se revisaron los periódicos El Anunciador, La Lucha, El Ideal, El Cenit, El Faro, El Universal, y las revistas Programa de las festividades del 20 de Enero, revista Club campestre de Sincelejo, 40 años de vida y de Historia 1962 - 2002, entre los años 1939 y 1969, con las cuales se construyeron las categorías de análisis y se estableció la hipótesis de partida; también se utilizó el recurso oral para precisar temas y triangular información, realizando entrevistas en profundidad a personajes claves de la época. Con los datos recolectados se establece un discurso enfocado desde los planteamientos teoricos de autores como Jorge Orlando Melo y Sergio Paolo Solano, que le dan fuerza al analisis que se realizó de los datos encontrados, sobre todo para establecer relaciones con pensamientos y discursos presentes a mediados del siglo XX en Colombia y la región Caribe colombiana.
Arquitectura e imaginarios urbanos en las Sabanas del Sur de Bolívar, 1948 - 1968
A partir de 1948, desde la noticia de la presentación ante el Congreso Nacional, del proyecto de ley que proponía la división del departamento de Bolívar, para crear el departamento de Córdoba, se consolida en el imaginario social de los municipios al sur de Bolívar, las llamadas Sabanas del sur de Bolivar, la idea de una autonomía regional y la creación de un departamento propio, Estas ideas separatistas se viven con intensidad, especialmente en 2 de sus cabeceras municipales, Corozal y Sincelejo6, teniendo como antecedente la creación del departamento de Sincelejo en el año de 1908, hecho que fue algo efímero por su corta duración, de tan sólo 2 años.
Corozal y Sincelejo, en la segunda mitad de la década de los 40 las podemos encontrar con una creciente actividad comercial, especialmente Sincelejo, por sus rutas y conexiones comerciales con distintos puntos del país, principalmente hacia el norte con Barranquilla, y hacia el interior del país con Medellín; y además por pensarse en cierta medida, Sincelejo como una ciudad más abierta, lo que dió paso a las inmigraciones de sirios, libaneses y palestinos, o los llamados turcos, quienes llegaron al país aproximadamente entre los años 1880 y 1930, generando un gran dinamismo en la región.
Sincelejo estaba posicionada en la región de Sabanas al sur de Bolívar, destacándose principalmente por su actividad comercial y ganadera, con muchas limitaciones para consolidarse como ciudad industrial, a diferencia de otras grandes ciudades de la región como Barranquilla7, debido entre otros aspectos a la falta de un acueducto en funcionamiento, hecho que no había impedido a Sincelejo una incipiente prosperidad comercial, en la cual se habían construido el prestigio y fortuna de algunos importantes personajes de comienzos del siglo XX, como lo fue Arturo García uno de los empresarios destacados de la época, fundador entre otros negocios del Banco Nacional de Sabanas, el cual pasaría en el año de 1944 a ser parte del Banco Comercial Antioqueño.
Corozal y Sincelejo8, ciudades muy cercanas en cierta medida disputaban la hegemonía política y económica de la región Sabanas del Sur de Bolívar. La importancia de Sincelejo con respecto a Corozal, fue adquirida paulatinamente desde diferentes acciones desarrolladas a finales del siglo XIX, tales como la apertura del camino a Tolú, y su relación con la factoría de tabaco del Carmen, y con otras poblaciones vecinas como Colosó y Ovejas, de las cuales servía Sincelejo como ciudad intermediaria, con una posición privilegiada para la exportación de diversos productos9 .
En una narración de la época se puede ver el ambiente que se vivia en Sincelejo a mediados del siglo XX, y que la destacaba por su gran prestigio en la región:
Quien vivió hace diez años en Sincelejo, no comprende el cambio sufrido por la ciudad en su estructura, lo antiguo va desapareciendo ante la nostalgia de los abuelos, y surge lo moderno con perfiles definitivos. Edificios, comercio, industrias, crecimiento periférico, aumento de habitantes, todo ello es lo actual y que está pregonando que acá hay un espíritu que permaneció latente y que de un momento a otro tomó la virulencia suficiente para transformarlo todo. El futuro nos dirá cuál es el valor efectivo de esta ciudad que cada día amanece distinta, más amplia, más amable y más cara a los afectos.10
A nivel urbano uno de los hechos importantes, el cual se convierte en un referente en la idea de desarrollo y progreso11 en el contexto de las sabanas al Sur de Bolivar, lo podemos encontrar en la construcción del Parque Santander en Sincelejo en 1944, a cargo del constructor de origen español, Leonardo Beltrán de Guevara, conocido como uno de los arquitectos más prestigiosos en la región Sabanas del Sur de Bolívar. La construcción del parque Santander en la antigua plaza central de Sincelejo, constituyó para la ciudad un cambio significativo en su estructura urbana, además de convertirse en un hito y ejemplo del esfuerzo conjunto entre la ciudadanía y la administración.
Sincelejo y Corozal, a pesar de sus intereses políticos y administrativos, los que podrían generar una incipiente rivalidad, tenían, además de la actividad ganadera otro interés en común, el cual fue la segregación del departamento de Bolívar y la creación de un departamento propio. Dicho interés podía observarse en el sentir de múltiples actores sociales y desde diferentes iniciativas, sobre todo las acciones populares, producto del sentir del pueblo por el abandono de la administración pública, hechos muy frecuentes en la primera mitad del siglo XX.
Las constantes acciones populares generaron un movimiento de gran impacto en la vida urbana de la época, especialmente en Sincelejo, ciudad la cual se podría pensar en ese momento histórico, circulando entre dos imaginarios, por una parte, la ciudad y región de progreso, de puertas abiertas al servicio público, un lugar amable en donde las casas comerciales, los ricos hacendados y los empresarios de la época pugnaban por el bien común; y por otra parte, Sincelejo la ciudad de los pobres, alejada de toda prosperidad, con innumerables problemas urbanos y olvidada en el devenir de un país fuertemente centralista.
Los problemas más evidentes de la región de Sabanas al Sur de Bolivar, en la primera mitad del siglo XX estaban representados en la carencia de infraestructuras para el servicio de acueducto y alcantarillado, las falencias en el sistema vial a nivel local y regional, y sobre todo las deficiencias en materia de vivienda para los sectores populares, carencias que se hacían invisibles a la mirada de la administración y la visión de unos grupos elites quienes pugnaban por el desarrollo de una región acomodada a sus necesidades e ideales.
Sincelejo la Ciudad de Progreso se podía ver desde la imagen de prosperidad promocionada en la publicidad de los distintos medios de comunicación, en la cual se hacía gala de Sincelejo por su gran actividad comercial y de servicios. Es así que eran frecuentes en la publicidad de la segunda mitad del siglo XX, las referencias a la hospitalidad y al progreso de la ciudad, sobretodo en la Calle Real (carrera 19), y en la avenida Francisco H. Porras (calle 19), incipiente centro comercial y empresarial de la ciudad.
Dentro del contexto de este imaginario de ciudad y región de Progreso en las sabanas del sur de Bolívar, se genera un grupo de personas con un carisma inigualable, y un amplio sentido del bien común, una élite social con una visión que impulsaba la idea de progreso de Sincelejo y Corozal, anhelando la autonomía de la región Sabanas del sur de Bolívar. Dentro del grupo de personajes que hacían parte de esta élite que se venía conformando en pro del desarrollo de la región, se pueden nombrar, entre otros en Sincelejo, a Humberto Vergara Prados, Juan Perna Mazzeo, Luis Támara Samudio, Arturo Cumplido Sierra, y en Corozal a Samuel Martelo Badel, y las familias De Vivero, Pérez, importantes ganaderos y comerciantes de la época.
Entre los personajes de la élite social en pro del progreso regional, se puede destacar el sentido de cumplimiento del deber patriótico, algunas consignas como la generación de 1927 cumplió con su deber. La de 1953 está cumpliendo con el suyo12. Eran frases cargadas de un compromiso latente que se percibía entre los miembros de este grupo de personas, y el anhelado progreso de la ciudad, una meta para ser garantes del estatus de capital del futuro Departamento.
En el imaginario de progreso de este grupo humano que estaba formándose, existían unas fuertes referencias hacia la idea del empresario como el hombre moderno de la época, cuya preocupación más importante era construir una imagen de prosperidad desde la cual proyectarse a la sociedad, esta imagen estaba íntimamente ligada a una idea moderna de ciudad, así como directamente relacionada con su rol y función de líder en la sociedad.
Sergio Paolo Solano habla sobre la aparición del proyecto del hombre nuevo dentro de las élites sociales de comienzos del siglo XX en el Caribe colombiano. Estos construían a su alrededor todo un imaginario y proyecto de vida, una mentalidad donde los valores y necesidades de la sociedad variaban para adaptarse a una nueva vida pragmatica y de utilidad. Desde el empuje de esta nueva generación de hombres modernos, paulatinamente la imagen de la ciudad antigua se iba desdibujando, dando paso a la nueva imagen de ciudad ligada a las formas de la novedad, lo cual generaba una nostalgia por la imagen de la ciudad antigua y arcádica, que se puede pensar, en cierto sentido como una especie de resistencia al respecto de los intereses progresistas de las nuevas generaciones.
Esta idea del empresario como el hombre moderno de la época tenía sus matices especiales en las sabanas del sur de Bolívar; a diferencia de Barranquilla, que se había convertido en un polo comercial e industrial de la región. La región de Sabanas al Sur de Bolívar presentaba una compleja problemática urbana, debido, entre otros factores, a las limitaciones producto de la división administrativa del país y la autonomía económica, política y administrativa que esto suponía; y además la urgente necesidad de obras de infraestructura, que proporcionaran los servicios básicos a las cabeceras municipales más importantes.
Los grupos emergentes de hombres prácticos en las Sabanas del Sur de Bolívar, surgían entre la imagen del hombre de negocios norteamericano, y la referencia directa de los pioneros del comercio y la ganadería de la región; estos últimos, en sintonía con el discurso y el ideal de pensamiento de ciertos grupos élites de la sociedad de Colombia en el siglo XIX13 , abrieron el camino para que sus hijos, al ser enviados a estudiar en universidades prestigiosas de Norte américa, se nutrieran y estuvieran en contacto con un panorama de mundo mucho más amplio, y que al regresar, aplicaran su conocimiento (práctico) en pro del desarrollo y progreso de la región.
En el Caso de la arquitectura, se puede ver que los primeros arquitectos que empiezan a influir en las transformaciones urbanas de las ciudades capitales de Colombia a mediados del Siglo XX, son jovenes arquitectos graduados en la recien formada Facultad de arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia, y también en muchos casos formados en escuelas de arquitectura en Norteamérica14, como fue el caso de Alvaro Sáenz (Conell University) y Daniel suárez Hoyos (Catholic University), miembros de la prestigiosa firma Esguerra - Sáenz - Urdaneta- Suárez, quienes tienen obras representativas de este período en Bogotá; Alberto Herrera y Jaime nieto (Catolic University) miembros de la empresa Herrera - Nieto Cano, quienes trabajan también en Bogotá; Pablo Valenzuela, José María Obregón Rocha, Rafael Obregón González (Catholic University) socios de la prestigiosa empresa Obregón y Valenzuela, quienes tienen una significativa obra tanto en Bogotá como en Barranquilla; Manuel Lago (Cornell University) y Jaime Sáenz (University of Notre Dame) conocidos por su firma Lago - Sáenz radicados en Cali; y en las Sabanas del sur de Bolivar, el Arquitecto José Rodrigo de Vivero Amador15, graduado de Ingeniero y Arquitecto en la Universidad de Miami, en Coral Gables, Florida; uno de los arquitectos más representativos de la arquitectura moderna en este contexto.
Son estos personajes influenciados por el panorama de intensa actividad social y económica que se vivía a nivel internacional en la época, de la mano con el pensamiento liberal de fuerte tendencia en Colombia a mediados del siglo XX, quienes junto con otros profesionales y empresarios empiezan a ser promotores del ideal de progreso en Colombia, y en la Región de Sabanas del sur de Bolívar; siendo para esta zona en cierto sentido, un caso particular, ya que el empresario, ideal del hombre moderno lo constituían en su mayoría ganaderos que habían adquirido un fuerte poder social, económico y político, quienes a través de su función en la sociedad, se reafirmaban y proyectaban como tales; la ciudad y las actividades que constituían la vida pública eran una de sus mayores preocupaciones después de la consolidación de su empresa ganadera.
La prioridad de esta élite social, fue la proyección de sus negocios, para lo cual la arquitectura, en este caso de forma moderna como fue considerada en la época, constituía el modelo que proyectaba la imagen de progreso deseada, y la ciudad, el espacio en el cual exhibir su prestigio y poder social, económico y político, exigía unas condiciones adecuadas a los nuevos requerimientos de una intensa actividad pública.
Por otra parte la vivienda cerraba ese círculo de prestigio que debían construir los empresarios ganaderos y comerciantes de la región de sabanas al sur de Bolívar, ya que esta, como albergue a su núcleo familiar era el pilar sobre el cual proyectar una nueva imagen en la sociedad, de esta manera la casa unifamiliar, se constituye en uno de los temas más recurrentes en el trabajo de los arquitectos en esta época, en el cual la ciudad empieza a configurarse con una nueva forma moderna acorde a la imagen de progreso deseada por el pensamiento y la ideología que se construye en las élites sociales de las sabanas al sur de Bolívar a mediados del siglo XX.
Al analizar la situación desde la cual se empieza a construir lentamente la imagen de una Ciudad de Progreso, ligada directamente a la nueva forma que ofrecía la arquitectura moderna, a comienzos de la década de los 50 en las ciudades de Corozal y Sincelejo, se puede encontrar una diferencia sustancial en la manera en que ésta se conforma como construcción de una sociedad, en contraposición a la manera como desde la historiografia de la arquitectura en Colombia, el llamado movimiento moderno se consolida en Colombia a mediados del siglo XX; lo mencionado anteriormente se puede pensar como una fórmula que solucionaba las problemáticas espaciales de masificación de la vivienda para dar cabida a las nuevas necesidades de la expansión demográfica en las crecientes ciudades en Colombia, lo cual no fue precisamente la manera en que se construye el imaginario en las ciudades de las sabanas del sur de Bolívar.
En Carlos Martínez, uno de los pioneros de la crítica, la historia y teoría de la arquitecura en Colombia, se puede encontrar un ejemplo del debate que puede generar esta tesis, cuando afirma que: La arquitectura en Colombia no está en manos de un grupo de snobs ni patrocinada por mecenas oficiales. La arquitectura contemporánea en Colombia, es un movimiento popular16 planteamientos que hacen resonancia a lo largo de las versiones oficiales17 de la historiografía colombiana del siglo XX, y que recogen en parte un origen univoco y homogéneo de la arquitectura moderna a mediados del siglo xx.
Se puede pensar en otro sentido, las motivaciones que dieron cabida en las ciudades del contexto de las Sabanas del sur de Bolivar, a los origenes de un lenguaje moderno en sus estructuras urbanas. El imaginario que fue construyendo la idea de una ciudad con forma moderna, no estaba directamente relacionado con las necesidades de la ciudad, ni tampoco con las problemáticas padecidas por los sectores populares, sino que estaba intrínsecamente relacionada con una élite social, de empresarios ganaderos en busca de un prestigio e imagen de progreso, éstas ideas contrastaban fuertemente con la realidad, se habían construido a la imagen y semejanza de los ideales y referencias que se vivían sobre todo para este grupo humano, en Barranquilla y Norteamerica.
Es por eso que la particular forma en que se construye la aparición de las ideas de una arquitectura moderna en las sabanas del sur de Bolívar en los años 50, se puede pensar relacionada con el interés para el desarrollo de una idea de progreso, en sintonia con la imagen de Barranquilla, polo de desarrollo en la región, y acorde a las élites de empresarios ganaderos de la región sabanas del sur de Bolívar, quienes materializan en la ciudad nuevos tipos de edificios como el club, el banco, la vivienda unifamiliar de gran envergadura, transformando la imagen de una ciudad desde sus intereses de mostrarse, exhibir su capacidad económica y su prestigio.
Entre los primeros arquitectos y constructores con formación técnica o profesional en las sabanas del sur de Bolívar, a partir de la década de los años 50, quienes fueron también los primeros titulados en la práctica de la construcción en la región, se pueden nombrar, entre otros el constructor de ascendencia española Leonardo Beltrán de Guevara, quien había desarrollado su carrera desde comienzos del siglo en las ciudades de Corozal y Sincelejo, la firma Amador & Fortich, los cuales construyeron varias casas en Sincelejo y Corozal, a comienzos de la década de los 60. También se pueden nombrar algunos arquitectos independientes como Gastón Lemaitre Lequerica, arquitecto cartagenero; Humberto Flores, arquitecto titulado en Brasil, constructor y diseñador de la casa para el señor Nelson Martelo en Corozal; Y la firma de Ingenieros y arquitectos Espinosa & Vivero, la cual se puede considerar como la firma de construcción y arquitectura más importante de la región de Sabanas del Sur de Bolívar entre las décadas de los 50 y 60.
Las obras más significativas en la construcción de este ideal de progreso en las sabanas del sur de Bolívar entre los años 1948 y 196818, son el edificio para el Banco Comercial Antioqueño, en Sincelejo, la Capilla del Cementerio Central de Sincelejo, el edificio Concepción, el Club Campestre de Sincelejo, y el Coliseo de Ferias de Sincelejo, ya que marcaron con gran fuerza un impacto tanto en la ciudad, como en la región, por su carácter y función dinamizadora en la sociedad, obras constituidas como un símbolo del anhelado progreso y una imagen de la prosperidad económica y cultural que algunos grupos sociales promovían.
En contraposición al imaginario de Sincelejo como ciudad de progreso en las Sabanas del Sur de Bolívar, también se podía encontrar en los medios de opinión, el sentimiento del pueblo por las diferentes problemáticas urbanas de la época. Recurrentemente se puede distinguir el sentir popular por la falta de atención a las necesidades de una ciudad en crecimiento, ante lo cual las características determinantes de la comunidad de la época fueron, en primera medida la voluntad de colaboración y la capacidad de convocatoria de los líderes populares y también el esfuerzo llevado a cabo por intelectuales de la época, para expresar las necesidades de las realidades populares; lo cual se constituyó como un imaginario de ciudad alternativo al que se encuentra registrado en la historia local sobre la región y la ciudad, con un sentido opuesto al que se había construido en torno a la idea de progreso local y regional.
Es posible observar en aquel momento un imaginario urbano de ciudad y región marginal, relacionado con las carencias, las problemáticas y las vivencias de una gran mayoría popular, invisibilizado ante los intereses económicos y políticos de sus dirigentes y administradores de turno, el cual quedaba también en cierta medida al margen de los intereses progresistas de las nuevas elites que desarrollaban la ciudad y la región; una provincia marginal, quienes a partir de sus múltiples necesidades, se vieron obligadas a protestar unidos para forzar la atención a su realidad.
Una de las primeras manifestaciones populares que se realizaron, producto de las insatisfacciones de la comunidad en la región Sabanas del sur de Bolívar, y que hacen evidente el imaginario urbano de provincia marginal que se sentía en los sectores populares de la región, se puede encontrar en el movimiento del paro cívico de 1957 denominado Aguapa'Sincelejo19, que duró 3 días desde el 16 al 18 de Septiembre y que contó debido a la importancia y urgencia de las solicitudes, con el apoyo de la Alcaldía municipal.
Los medios de comunicación impresos de la época, fueron el escenario propicio para que los intelectuales del momento, divulgaran el sentir por la falta de atención a las necesidades del pueblo, publicaciones que relataban desde sus páginas las vivencias, las expectativas y el sentimiento popular en las sabanas del sur de Bolívar. Lentamente se fue consolidando dentro de la opinión pública, y dentro del imaginario colectivo de provincia marginal, paradójicamente, cómo la solución de las problemáticas populares podían ser subsanadas mediante la división del departamento de Bolívar; es decir que dentro del imaginario social construido alrededor de las carencias producto del olvido político administrativo, se fue anidando la idea de que la salida a todos sus problemas estaría en una división y construcción de una nueva entidad administrativa para atender las necesidades de una región que se piensa olvidada y maltrecha.
Las opiniones lanzadas por intelectuales de la época, se iban machacando en el imaginario popular, la cuales forjaron el ambiente propicio para que en 1963 se creara el primer Comité Popular Pro - departamento de Sucre, que abrió el camino para la creación del futuro Departamento. El comité Pro - Departamento de Sucre, fue una iniciativa totalmente popular, que empieza en el año 1963 y acaba en 1967 con la puesta en marcha y en pleno funcionamiento el recién fundado Departamento de Sucre, estuvo conformado por un grupo de personas humildes pero intelectuales de la época tales como Reyes Antonio Herazo y Rafael Tamara, reconocidos líderes cívicos del momento. Cabe anotar que ninguno de estos pioneros, gestores de la iniciativa popular tuvieron un espacio en el nuevo departamento de Sucre, lo cual puede ser una muestra de las dificultades de los sectores populares para acceder a los espacios administrativos en nuestro país, que contrariamente a sus meritos, son invisibilizados a través de múltiples estrategias.
El 18 de agosto de 1966, en la sesión dirigida por el presidente del senado Eduardo Abuchaibe Ochoa, y mediante la Ley 47 de agosto 30 de 1966 el Congreso de la República de Colombia decreta la creación del Departamento de Sucre formado por los territorios de los Municipios de Sincelejo, Palmito, Tolúviejo, Tolú, San Onofre, Colosó (Ricaurte), Sampués, San Benito Abad, San Marcos, Caimito, Sucre, Majagual, San Pedro, Ovejas, Morroa, Corozal y Sincé, que formaban parte hasta ese día del territorio del Departamento de Bolívar, siendo los límites del departamento, los que tienen actualmente los mencionados municipios, se establece también en la Ley 47 que la capital del Departamento de Sucre será la ciudad de Sincelejo.
El 1° de marzo de 1967, se lleva a cabo la inauguración del Departamento de Sucre, contando con la participación de notables personajes de la vida pública del país, entre los cuales se encuentran el señor Presidente de la República, Doctor Carlos Lleras Restrepo, Doctor Misael Pastrana Borrero, ministro de Gobierno, el Doctor Bernardo Garcés Córdoba, Ministro de Obras Públicas, y también reconocidas personalidades del Ejército y la Armada nacional. El acto de protocolo se desarrolló en el costado oriental de la Catedral, frente al parque Santander de Sincelejo, donde se cumpliría el acto de posesión y la toma de juramento del primer Gobernador del Departamento de Sucre, Julio Alejandro Hernández.
El final de la década de los 60 deja para la región de las llamadas antiguamente Sabanas del Sur de Bolívar, el recién constituido Departamento de Sucre, fruto del deseo y esfuerzo de miles de personas de diferentes clases sociales, que confluían en el mismo interés, una autonomía administrativa para la región, que pudiera lograr resolver las múltiples problemáticas que se padecían, Queda también como logro de los esfuerzos de una época, la fusión de los intereses de dos imaginarios de ciudad que confluyeron en un mismo ideal que se hacía realidad con la puesta en marcha de la nueva distribución administrativa departamental; pero que las problemáticas que lo provocaron y las consecuencias de esa autonomía bajo una débil estructura política, aún se siguen sintiendo en la realidad de uno de los departamentos con mayores carencias a nivel nacional.
Se puede presentar para generar una discusión alrededor de los temas planteados, una síntesis de los resultados y logros del estudio sobre la historia de los inicios de la arquitectura moderna en las sabanas del sur de Bolívar, lo que actualmente se conoce como el departamento de Sucre.
Es posible validar la hipótesis de partida, siguiendo los planteamientos de Hugo Mondragón20 en relación a la idea de que la arquitectura moderna en Colombia, puede ser pensada como un fenómeno históricamente motivado, original, particular y general al mismo tiempo, que no llega simplemente, sino que se construye, teniendo en cuenta que la llegada de las ideas de la arquitectura moderna a las Sabanas al sur de Bolivar son posibles, a partir de las especiales condiciones en las que se construye dentro del imaginario social de la región, la necesidad de una transformación en sus estructuras urbanas.
Las ideas de transformacion urbana en la región son generadas de la mano de la idea de una nueva arquitectura, con unas necesidades muy específicas, a diferencia de la forma en que se construye una idea de progreso desde los planteamientos del llamado movimiento moderno en las principales ciudades capitales como Bogotá, o Medellín; para nuestro contexto de estudio, se puede entender una construcción social un tanto diferente, debido a la relación directa entre las ideas de la arquitectura y el urbanismo moderno, con las ideologías de tendencia progresista de la época, agenciadas por las élites sociales de los ganaderos y empresarios de la región.
Los Ganaderos en la región de Sabanas al sur de Bolivar, se convirtieron en su momento en el modelo del nuevo hombre moderno, que se relacionaba por una parte con el imaginario de hombre de mundo y del empresario norteamericano de mediados de siglo XX, y por otra por la referencia de los pioneros comerciantes y ganaderos que habían hecho su fortuna entre finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, de quienes habían heredado el apego a la tierra y la dedicación al trabajo.
El ambiente de la época que se recrea en el trabajo, ubicado cronológicamente entre los años 1948 hasta 1968, un periodo de 20 años en donde se vive en las ciudades un fuerte empuje de transformación en la imagen urbana, destacándose la contradicción que se puede observar en la época sobre los distintos imaginarios de la ciudad por parte de los distintos grupos humanos que la habitan, la ciudad de prosperidad y progreso contrapuesta a la idea de una región y provincia marginal olvidada por una administración centralista que no atendía las necesidades del pueblo. Aspectos que al ser contradictorios tenían un punto en común, el deseo de transformar la ciudad, gestionado desde las diferentes necesidades de los actores, lo que confluye en ese momento histórico en el interés por la autonomía regional que dio motivo a la creación del departamento de Sucre, siendo por una parte las clases populares y los intelectuales de la época, desde las limitaciones y problemáticas de una ciudad y región estancadas por la falta de inversiones y obras de infraestructuras necesarias para su desarrollo; y como contraparte, las necesidades de reafirmación social de un grupo élite de la sociedad, en busca de reconocimiento, y proyección de una imagen de prosperidad, para los cuales la arquitectura y el urbanismo modernos encajaban en los ideales para la construcción de un modelo de ser humano y sociedad que interactuaba en la ciudad, transformándola a la imagen de sus necesidades.
Se pueden valorar como aportes que hace el trabajo de investigación, sobre todo el hecho de dar luces sobre un tema en el que existe un gran vacío en el conocimiento, la historia de la arquitectura moderna en el Caribe colombiano; y debido a este desconocimiento, la herencia y los valores de una arquitectura con una gran calidad que hace parte de la historia de las transformaciones de nuestras ciudades y sus formas de vida, se ve amenazada constantemente, ante lo cual un estudio de estas características, ayuda a entender su valor e importancia para la sociedad, como punto de partida para definirnos como región y como grupo humano hacia un futuro con dignidad.
Notas
1 Este articulo se desprende del proyecto de investigación denominado: "Caracterización de las ideas y obras que dieron inicio a la arquitectura moderna en las sabanas de Sucre", desarrollada por el grupo de investigación Teoría e historia de la arquitectura y la ciudad, financiada por la Corporación Universitaria del Caribe CECAR, en el año 2009.
2 Arquitecto Universidad Católica de Colombia, Especialista en Docencia CECAR, Mgs. en Educación Universidad Simón Bolivar, Barranquilla. Miembro del Grupo de Investigación Teoria e historia de la arquitectura y la ciudad, actualmente trabaja como docente tiempo completo Corporación Universitaria del Caribe, CECAR, coordinador de investigaciones de la Facultad de arquitectura, arte y diseño de CECAR. Correo electrónico: pedro.martinez@cecar.edu.co.
3 Esta limitación cronológica, se plantea en consonancia con la historiografía de la arquitectura moderna colombiana, que establece el final de la década de los 40 y la década del 50, como un periodo de gran desarrollo económico y de un acelerado deseo de renovación urbana. Un ejemplo de este pensamiento se puede ver en el libro "Arquitectura en Colombia" de Carlos Martínez, uno de los primeros libros que describe los inicios de la arquitectura moderna en Colombia, cuando habla de los antecedentes de la arquitectura contemporánea en Colombia, y la variedad de influencias que crearon el movimiento moderno en Colombia, contribuciones que considera como inexistentes antes del año 1945. Sobre el tema ver: Arango, Jorge. y Martínez, Carlos. Arquitectura en Colombia. Sociedad Colombiana de Arquitectos, Bogotá, 1951. Págs. 30 -35.
4 Estas transformaciones suponían un fuerte debate generado alrededor de las diferentes visiones de progreso, siendo la ciudad el escenario donde la sociedad y sus diferentes actores, representaban sus ideas sobre los valores, el patrimonio y el espíritu de una época con grandes y trascendentales cambios en las maneras de vivir. Para ampliar sobre el tema del debate sobre las visiones de progreso y la arquitectura a mediados del siglo XX en Bogotá, se puede ver a: Martínez Osorio, Gilberto. Fórmulas de la arquitectura moderna en Bogotá de mediados del siglo XX. En Textos 18, Documentos de historia y teoría, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2008. Págs. 47 - 92.
5 Mondragón, Hugo. Arquitectura en Colombia, 1946 -1951. Lectura crítica de la revista Proa. En Textos 12. Documentos de historia y teoría. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2005. P. 16
6 Para ampliar sobre el conocimiento de la historia de Sincelejo, ver: Támara Gómez, Edgardo. Historia de Sincelejo, de los Zenúes al Packing House. Findeter, Bogotá, 1977. Pág. 157.
7 Carlos Bell Lemus habla sobre la importancia de la incipiente industria de la construcción en Barranquilla, para hacer posible la materialización de una imagen "moderna" de ciudad: "la industria estaba proveyendo la logística para que los arquitectos tuvieran los elementos con los cuales configurar el entorno urbano y arquitectónico moderno, que toda la sociedad estaba empeñada en materializar". Ver Bell Lemus, Carlos. El movimiento moderno en Barranquilla 1946-1964. Fondo mixto de cultura del Atlántico, Barranquilla, 2003. Pág. 30.
8 En las memorias del periodista y comerciante antioqueño Ricardo Olano, se encuentra una detallada descripción de las ciudades de Corozal y Sincelejo, en la segunda mitad de la década de los 40. Ver, Olano, Ricardo. Memorias de Ricardo Olano, Tomo II, Fondo editorial Eafit, Medellín, 2004. P. 698
9 Orlando Fals Borda. Historia doble de la costa, Volumen IV, retorno a la tierra. Universidad Nacional de Colombia, Banco de la Republica, El Ancora editores. Bogotá, 2002. P. 78.
10 Antonio Loaiza Cano. ¡Un proceso de desenvolvimiento Histórico! Articulo publicado en Revista de las Festividades del 20 de Enero. Tipografía Centanaro, Sincelejo, Enero de 1969. Pág. 6
11 El concepto de progreso aparece reiterativamente en el contexto de la época, siendo una finalidad en distintos sectores de la sociedad. Existiendo una serie de pensamientos muy marcados desde finales del siglo XIX y comienzos del XX, Jorge Orlando Melo plantea los orígenes de este pensamiento desde finales del siglo XVII en Europa, lo que se convierte en uno de los puntos más importantes de una polémica social, que afianza la idea individual del alcance de la felicidad, y de una ideología en la cual el mundo contemporáneo es mucho más avanzado. En Colombia este concepto según Melo, adoptó diferentes matices, y como él los llama, "ilusiones y desencantos", de la mano de diferentes actores sociales defensores y detractores de esa ideología. Para ampliar sobre el tema ver: Jorge Orlando Melo. La idea del progreso en el siglo XIX, ilusiones y desencantos, 1780 - 1930; XVI Congreso de colombianistas, Charlottesville, 6 de agosto de 2008. Recuperado de www.jorgeorlandomelo.com
12 Nicolás Chadid. Crónicas de Sincelejo. Montería: S.n, Abril de 1988. P. 37
13 Sobre este tema ver: Safford, Frank El ideal de lo práctico. El desafio de formar una élite técnica y empresarial en Colombia, Universidad Nacional de Colombia, El Ancora editores, Bogotá, 1989.
14 Sobre este tema ver: María Pía Fontana, Miguel Y. Mayorga, Carlos Martí Aris, Helio Piñón. Colombia Arquitectura moderna. Escola Técnica Superior d' arquitectura de Barcelona, ETSAB, 2da. Edición, Barcelona, 2006. Págs. 53 - 143.
15 Para ampliar sobre la vida y obra del arquitecto José Rodrigo de Vivero, Ver: Martínez Osorio, Pedro. Arquitectura Moderna en las sabanas de Sucre, 1948 - 1968. Corporación Universitaria del Caribe. Sincelejo, 2012. Págs. 71 - 101.
16 Arango, Jorge, y Martínez, Carlos. Arquitectura en Colombia. Sociedad Colombiana de Arquitectos, Bogotá. 1951. P. 33
17 Hugo Mondragón se refiere a las voces más autorizadas de la crítica y la historiografía colombiana del siglo XX, una serie de autores que a pesar de una dispersión cronológica considerable, comparten el mismo enfoque crítico. Ver, Mondragón, Hugo. óp. Cit. Pág. 15.
18 Para ampliar sobre el tema ver: Martínez Osorio, Pedro. Arquitectura moderna en las sabanas de Sucre, 1948 - 1968. Corporación Universitaria del Caribe, Sincelejo, 2012. Págs. 50 - 70.
19 Aníbal Paternina Padilla. Ciudad sin puertas, hechos y personajes de Sincelejo en el siglo XX. Sincelejo, Editorial Agrade, 2002. P. 184.
20 Hugo Mondragón López. óp. Cit. P. 16.
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