Memorias. Revista Digital de Historia y Arqueología desde el Caribe

versión On-line ISSN 1794-8886
n.° XI, julio-diciembre de 2009
Recibido agosto 15 de 2009.
Aceptado octubre 21 de 2009.


Primera aproximación a la conexión teórica entre los conceptos de Patrimonio, Desarrollo Social, Centro Histórico, Teoría de Sistemas y Cartografía Cultural

First approach to the theoretical connection between concepts of Heritage, Social Development, Historical Centre, Theory of Systems and Cultural Cartography

Christian Acevedo Navasi; Adrian Vergara, Ph.D.ii

i Profesional en ciencias navales, especialista en negocios internacionales, magister en administración de empresas. Cursa actualmente estudios de doctorado en ciencias sociales en la Universidad del Norte. Miembro del grupo de investigaciones en arqueología, historia y estudios urbanos del Caribe colombiano GRAHUS del departamento de historia y ciencias sociales de la Universidad del Norte. acevedoc@uninorte.edu.co

ii Antropólogo, Doctor en geografía urbana. Coordinador del grupo de investigaciones en arqueología, historia y estudios urbanos del Caribe colombiano GRAHUS del departamento de historia y ciencias sociales de la Universidad del Norte. ravergara@uninorte.edu.co


RESUMEN: En el presente artículo se aborda la relación teórica entre los conceptos de patrimonio, desarrollo social, centro histórico, teoría de sistemas y cartografía cultural. Primero se relacionan los conceptos de patrimonio y desarrollo social. Posteriormente se relacionan los conceptos de centro histórico y patrimonio. Seguido se hace una revisión de los elementos más destacados de la teoría de sistemas y se relacionan con el concepto de centro histórico. Finalmente se revisa el concepto de cartografía cultural y su relación con el centro histórico. El objetivo es elaborar un primer intento de una línea argumentativa que conecte estos conceptos en el marco de entender por qué el centro histórico se convierte en un subsistema de la ciudad, capaz de representarla, en el sentido de su estudio y análisis sociológico amplio; y susceptible de generar procesos de desarrollo social, en un sentido práctico social.

PALABRAS CLAVE: Patrimonio y desarrollo social, centro histórico y patrimonio, teoría de sistemas y centro histórico, cartografía cultural y centro histórico.


ABSTRACT: In this paper, it is tackled the theoretical relation between concepts of heritage, social development, historical centre, theory of systems, and cultural cartography. First, it is linked concepts of heritage and social development. Then, concepts of historical centre and heritage are linked. Subsequently, a checkup of the most prominent elements of

theory of systems is made, and they are connected to concept of cultural cartography and its relation with historical centre. The objective is to make a first attempt of an arguing line that connects these concepts in the framework of understanding why the historical centre becomes a subsystem of city, able of represent it, in the sense of its study and wide sociological analysis; and susceptible to generate social development processes in a practical social sense.

KEY WORDS: Heritage and social development, historical centre and heritage, theory of systems and historical centre, cultural cartography and historical centre.


Introducción

La intención del presente ensayo es plantear una relación teórica entre los conceptos de patrimonio, desarrollo social, centro histórico, teoría de sistemas y cartografía cultural, que sirva como una primera aproximación especulativa para su posterior verificación empírica, en el marco de la investigación sobre Cartografía cultural del centro histórico de Barranquilla.

En líneas gruesas, el patrimonio es un elemento fundamental dentro del concepto de desarrollo social, que implica el progreso equilibrado social y material de las personas. El centro histórico se constituye en uno de los elementos que gozan de valor patrimonial basado en sus características históricas y arquitectónicas, principalmente, así como culturales y sociales, y que es apropiado por las gentes que lo habitan o lo visitan. La teoría de sistemas, permite concebir teóricamente el papel del centro histórico como subsistema de ciudad, pues es representación suficiente y bastante de la ciudad toda, de manera que puede analizarse desde múltiples perspectivas, como el comercio, la movilidad, el espacio público, pero también la arquitectura y la historia como elementos más destacables que le brindad parte de su carácter patrimonial. La cartografía cultural, permite concebir metodológicamente el proceso y los mecanismos para recolectar y analizar información precisa que facilite el estudio del centro histórico desde la teoría de sistemas.

Patrimonio y Desarrollo Social

El investigador Adrian Vergara1 entiende el desarrollo social como un proceso de valoración y aprovechamiento de las peculiaridades culturales e identitarias de un grupo social. Por esto, el reconocimiento de sus valores patrimoniales, es un asunto fundamental. Este reconocimiento implica delimitación, descripción, análisis y uso de dichos valores patrimoniales.

Los valores patrimoniales pueden ser de orden natural, en términos de su ubicación geográfica o su belleza natural o paisajística, por ejemplo; histórico, en el sentido de la significación y representatividad simbólica y fáctica en el desarrollo histórico de una región o comunidad; cultural, referido a las costumbres y usos de la comunidad; arquitectónico, de acuerdo con la belleza, dimensión, representatividad de alguna escuela arquitectónica de las edificaciones, que le diferencien de otro lugar; o social, en términos de diversas dinámicas que se pueden incluir en el análisis sociológico. Lo importante del valor patrimonial es el reconocimiento de sus gentes. Así, el valor patrimonial se constituye en uno de los pilares o elementos fundamentales del desarrollo social equilibrado.

Pero el patrimonio y el desarrollo social no son aspectos constitutivos de la ciudad, es decir no se pueden extraer, no son tangibles, sino, de hecho, son reflejo de la valoración, apropiación y uso que los ciudadanos dan a su ciudad. El patrimonio es una cualidad transversal de cada elemento constitutivo de ciudad. Estos elementos son el centro histórico, la educación, la imagen de ciudad, la religión, la política, las costumbres, el espacio público, el aparato económico, entre otros. Se tomará el centro histórico como elemento patrimonial constitutivo de ciudad para su análisis y comprensión, dado que el centro histórico es potencial fuente de desarrollo económico y social.

Centro histórico y Patrimonio

Revisando los aportes de Vergara y Mertins (2008), Carrión (2005, 2007), Romero (1976), Collin (2005) se puede sugerir una breve síntesis de qué es el centro histórico y su carácter patrimonial. El centro histórico nace por negación, es decir cuando la ciudad crecida, voltea su mirada nuevamente a su origen, como resultado de expansión geográfica y demográfica y los y procesos sociales, comerciales, industriales entre otros derivados del crecimiento durante siglos.

El centro histórico fue, es, y será ciudad. Por esto, es importante entenderla y valorarla desde sus perspectivas histórica-simbólica, funcional-cotidiana, y potencial, acercándonos a comprender por qué es un "patrimonio" como resultado de todas las visiones juntas.El centro histórico es parte de la ciudad, fue la ciudad toda, representa la ciudad. Así, comprender el centro histórico es comprender la ciudad. Y Comprender la ciudad es comprender los procesos sociales que sus gentes viven en la cotidianidad.

El centro histórico como núcleo de la ciudad, se constituye en un valor patrimonial, dado que representa valores arquitectónicos, históricos, culturales y sociales dentro de la dinámica de la ciudad toda. Pero esa representación no es gratuita, ni asignada por decreto. Se trata del imaginario presente en la ciudadanía, se trata de la apropiación que históricamente las personas que habitan la ciudad han hecho de este espacio. Así, el valor patrimonial del centro histórico reside en el uso e interpretación del mismo por parte de quienes tienen algo que ver con él. Puede ser desde el ciudadano que hace alguna diligencia en el centro, hasta el comerciante formal o informal cuyo sustento depende de ese sitio, pasando por el habitante de la calle, e incluso el turista, que mira con asombro los fenómenos sociales que se dan en ese espacio urbano. Desde el punto de vista institucional, académico o nominal, algo se convierte en patrimonio cuando ha sido sujeto de reconocimiento formal, y sometido a procesos de delimitación, descripción, análisis y uso por parte de personal especializado.

Teoría de Sistemas y Centro Histórico

La teoría de sistemas, desarrollada por Nicklas Luhmann (1984)2, se propone como fundamento teórico para el análisis e interpretación del centro histórico como elemento suficiente de representación de ciudad. La teoría de sistemas es un constructo teórico denso y complejo. A continuación se presentan brevemente algunas de sus características más destacables y se relacionan con el centro histórico.

Sistema

El sistema es un conjunto de elementos que mantienen determinadas relaciones entre sí y que se encuentran separados de un entorno determinado. El centro histórico es un subsistema del sistema ciudad, pero es a la vez en sí mismo un nuevo sistema. Es importante diferenciarlo del entorno. El entorno del sistema centro histórico es la ciudad. Pero no es su entorno por su carácter geográfico, sino porque es el siguiente nivel en cuanto a todo tipo de elementos (economía, política, comercio, espacio, etc.). En este sentido, el mundo entero es entorno del centro histórico, pero se toma ciudad para facilitar su análisis.

El sistema incluye dentro de sí la diferenciación misma con su entorno, y solo se le puede comprender desde esa diferencia. El sistema que contiene dentro de sí mismo la diferencia de él con su entorno es un sistema autorreferente y autopoiético, el centro histórico lo es.

Autorreferencia

El concepto de autorreferente es el de algo encerrado en sí mismo, tautológico, sin influencia externa. Un sistema es autorreferente cuando tiene la capacidad de establecer relaciones consigo mismo, y de diferenciar estas relaciones de las relaciones con su entorno (Luhmann 1984:44). Cuando un sistema es autorreferente y autopoiético, se encuentra, efectivamente clausurado en sí mismo. Y solo cuando se encuentra así clausurado podrá constituirse como un sistema digno de atención y sujeto de un conjunto de operaciones específicas. El centro histórico es un sistema autorreferente y autopoiético.

Los sistemas autorreferentes operan necesariamente a partir del autocontacto, y no tienen otra forma de contacto con el entorno que no sea el autocontacto. Los sistemas autorreferentes son sistemas cerrados, pues en su autodeterminación no permiten ninguna otra forma de procesamiento. Esto quiere decir, que los sistemas parece que operaran por su propia cuenta no por sus elementos. Es decir, desde el análisis de la teoría de sistemas, el centro histórico tiene "vida propia" por decirlo de alguna manera, y no se trata simplemente de la suma de las dinámicas entre las personas que en él convergen.

Tipos de sistemas autorreferentes

Luhmann (1984) distingue tres tipos fundamentales de sistemas autorreferentes: los sistemas vivos (los seres vivos), los sistemas psíquicos o personales (el individuo humano) y los sistemas sociales (la sociedad). La vida (los procesos biológicos) rige los sistemas vivos, la conciencia rige los sistemas personales, la comunicación rige los sistemas sociales. Es decir, la sociedad es un sistema autorreferente de comunicaciones.

Autopoiesis

Los elementos son elementos solo para los sistemas que los utilizan como unidad, y lo son únicamente a través de estos sistemas. Esto es autopoiesis. Es decir, cada sistema de mayor grado o emergente se hace menos complejo que su anterior, debido a que él mismo establece sus nuevos elementos constitutivos y opera en su nuevo entorno determinado (Luhmann 1984:64). Por esta razón, es que el centro histórico se constituye en sistema en sí mismo una vez se extrae como subsistema o elemento en el análisis de ciudad. Igualmente, si se toma un elemento del centro histórico, como por ejemplo el comercio informal, o el espacio público, estos se tratarían como sistemas en sí mismos.

Es decir, la autopoiesis es la capacidad del sistema de generar de nuevos elementos que reducen su complejidad, para ser usados como unidades del sistema en un nivel subsiguiente de complejidad.

El sistema social es el único sistema autorreferente que utiliza su elemento constitutivo, las comunicaciones, para interactuar consigo y con otros sistemas. Los sistemas autorreferentes como los biológicos y los individuos no utilizan sus elementos constitutivos (vida y conciencia) para interactuar con otros sistemas, solo los utilizan dentro de sí.

Multidisciplinariedad

La teoría de sistemas se construye con aportes desde muchas ciencias. Presta atención a los avances de las "ciencias punta" y a su propia capacidad para la "importación teórica" de esos avances hacia sí. En este sentido la teoría de sistemas, recibe de otras ciencias todo lo que le sirve e incluso se aleja de la sociología tradicional académica (lo que Luhmann llama "viejo pensamiento europeo", que alcanza su mayor expresión en la ilustración). Para Luhmann, varios de los presupuestos de la ilustración eran pertinentes para la época, pero no son suficientes para una sociedad tan compleja y especializada como la contemporánea. En el estudio del centro histórico, se necesitará acudir a ciencias como la antropología, la economía, la geografía, la sociología, las ciencias políticas, entre otras.

Diferencia

Para Luhmann todo es diferencia, de hecho lo que se considera unidad, realmente es unidad de diferencias, o sea "unidad múltiple". Sin diferencia no hay relación, unidad, complejidad, sistema, ni observación.

Diferencia entre sistema y entorno

Hoy en día en la comunidad científica hay consenso de que el punto de partida de cualquier análisis sistémico-teórico tiene que ser la diferencia entre sistema y entorno. Los sistemas se orientan hacia su entorno de manera tanto estructural como ocasional o adaptativa. Los sistemas no podrían existir sin su entorno. Los sistemas se forman y mantienen a través de la diferencia con su entorno, y utilizan los límites para regular esta diferencia. Si no hubiera diferencia, no habría autorreferencia. En este sentido, el mantenimiento del límite significa el mantenimiento del sistema. El centro histórico es subsistema de ciudad, es sistema en sí mismo y su entorno es la sociedad, en unos casos barranquillera (entorno geográfico, por ejemplo), en otros casos regional (entorno económico, por ejemplo), en otros casos nacional (entorno cultural, por ejemplo), y en otros casos internacional (entorno financiero, por ejemplo).

Observación

Consiste en manipular un determinado esquema de diferencias. Observar implica tener desde antes de la observación, un esquema de diferencias. Nunca hay observación neutral que no se encuentre regida por esquemas de diferencias previos. Al observar se elige uno de los lados de la diferencia y se describe. Los sistemas autorreferentes se observan a sí mismos y a su entorno. Para Luhmann (1984) su teoría de sistemas es un instrumento que permite ejercer adecuadas observaciones de la sociedad. La observación es dinámica.

Interpenetración

Es el modo en que se relacionan unos sistemas con otros, mientras se autoconstruyen en su complejidad. Para Luhmann (1984) la sociedad es un sistema autorreferente y autopoiético que se compone de comunicaciones. En él se diferencian subsistemas, también cerrados y autorreferentes, que poseen un ámbito determinado de comunicaciones y especialización (ej: el centro histórico, el derecho, la política, la educación, la religión, etc.). Este elevado nivel de especialización contribuye a reducir la complejidad de la sociedad. Las personas forman parte del entorno, pero las comunicaciones forman parte del sistema centro histórico.

Comunicación

Para Luhmann (1984) la comunicación es un proceso de selecciones y su análisis debe partir de su improbabilidad, por cuanto debe sortear múltiples obstáculos antes de producirse con éxito. La sociedad se compone de comunicaciones y es el ámbito de todas las comunicaciones posibles.

Para Luhmann (1984), la sociedad no está compuesta por seres humanos, sino por comunicaciones, en el sentido de elemento clave de sus relaciones. Los seres humanos por su parte son sistemas autorreferentes (psíquicos) y tienen en la conciencia y el lenguaje su propio modo de operación autopoiética.

La sociedad, compuesta por comunicaciones se diferencia internamente según su grado de evolución y desarrollo, en diferentes subsistemas sociales3, cada uno a su vez autorreferente y autopoiético, y tiene a los demás subsistemas como su entorno, manteniendo clausura e independencia. Cada subsistema especializa sus comunicaciones y selecciones de acuerdo a sus especificidades y complejidad. Cada sistema puede observarse a sí mismo, observar a los otros y actuar de acuerdo a sus propias normas para reducir su complejidad.

Así, la suma de individuos es el entorno de la sociedad, no componente de la misma. En el centro histórico entendido como sistema, sucede igual: las personas son entorno, las comunicaciones son componentes. Las relaciones entre elementos surgen como subsistemas (espacio urbano, economía, comercio, etc.).

Límite

El concepto de límite implica que los procesos fronterizos al cruzar los límites siguen funcionando pero en otras condiciones (Luhmann 1984:51). El entorno consigue su unidad solo a partir del sistema y en relación con el sistema. Como tal está delimitado por horizontes abiertos y no por límites franqueables. Entonces, el entorno no es un sistema. Las gentes que habitan y visitan el centro histórico no son el sistema centro histórico, son su entorno o sus entornos desde diferentes perspectivas.

Cada sistema tiene un entorno diferente, ya que cada sistema solo puede ponerse a si mismo fuera de su propio entorno. El sistema contribuye al entorno (contribución externa). Esta es una estrategia. Esto no significa que el entorno dependa del sistema, o que el sistema pueda disponer a voluntad del entorno. No hay dependencia absoluta en ningún sentido debido a la complejidad de ambos, sistema y entorno (Luhmann 1984:52).

El límite como tal no pertenece al sistema ni al entorno, sino que es desde un punto de vista lógico, un tercero, un nuevo agente o parte. Los niveles pueden referirse a la estabilización de las diferencias de la complejidad entre sistema y entorno. Vistos desde el sistema, son fronteras autogeneradas. Los límites son tan importantes para el sistema como los propios elementos (Luhmann 1984:81).

La formación de límites interrumpe la continuación de procesos que unen el sistema con su entorno. Los sistemas deben reconocer sus límites con su en-torno y con otros sistemas y sus respectivos entornos. Es decir, límites sistema propio / entorno propio, límites sistema propio / sistema ajeno, límites entorno propio / entorno ajeno y límites sistema ajeno / entorno ajeno. Y todos estos límites dependen del punto de vista o perspectiva. Veamos el ejemplo:

  1. Sistema propio / entorno propio: centro histórico; habitantes y visitantes del centro histórico
  2. Sistema propio / entorno ajeno: centro histórico; comunidad europea
  3. Sistema propio / sistema ajeno: centro histórico; economía mundial
  4. Sistema ajeno / entorno ajeno: economía mundial; comunidad europea

Es claro que en el gran sistema sociedad, todo subsistema y todo entorno de alguna manera tendrán que ver con otros sistemas y otros entornos. Por esto es importante la definición de límites. Por ejemplo, el sistema economía mundial pasará en alguna medida a través de las dinámicas del centro histórico de Barranquilla. Pero la economía mundial es otro sistema independiente, con su propio entorno: los actores económicos a nivel mundial, y el entorno que corresponde al sistema centro histórico de Barranquilla, que son los habitantes y visitantes del mismo, también tendrá limites de relación tanto con el sistema economía mundial, como con el entorno de actores económicos del mundo.

Complejidad

Para Luhmann (1984) complejidad es la sobreabundancia de relaciones, posibilidades y conexiones, de modo que no sea posible plantear una correspondencia biunívoca y lineal de elemento con elemento dentro de un sistema. El problema de nuestra sociedad es justamente el aumento de su complejidad, por ende su diferenciación. Toda teoría debe ser una herramienta para reducir la complejidad, y su validez depende de ello.

Solo el aumento de la complejidad permite la reducción de la complejidad. Esto es paradójico. Es claro cuando se entiende que lo verdaderamente sencillo es enormemente complejo. Por ello, la teoría como herramienta de reducción de la complejidad es compleja por sí misma y debe dar cuenta de la sobreabundancia de relaciones y posibilidades que caracterizan nuestra sociedad.

La complejidad no es un todo compuesto por partes, sino una globalidad compuesta por diferencias de complejidades. La complejidad del sistema siempre es menor que la complejidad del entorno. Es decir, los procesos de comunicación y relaciones nunca lograrán dar cuenta de todo aspecto, conexión, elemento, variable, detalle o propiedad emergente de la realidad social, que es avasalladora. Así, la complejidad es una medida de la indeterminación o de la falta de información. La complejidad es la información que le falta a un sistema para poder comprender y describir completamente su entorno (complejidad del entorno) o bien a sí mismo (complejidad del sistema).

Reducción de complejidad - estructura y proceso

Ningún sistema puede realizar la posibilidad lógica de interrelacionar todos los elementos. Este es el punto de partida de cualquier reducción de complejidad. Un sistema tiene que permanecer muy pequeño si quiere efectuar todas las combinaciones posibles entre elementos, o las quiere hacer al mismo tiempo, o bien, debe ordenar y potenciar las relaciones de selección. Esto es reflexividad en el proceso de selección, es decir, este proceso se dirige primero a sí mismo y luego a los elementos, abordando estructura y proceso (Luhmann 1984).

Las estructuras tienen un tiempo reversible, pues dejan abierto un repertorio de posibles selecciones. Pueden ser superadas o cambiadas. Los procesos resaltan la irreversibilidad del tiempo, están formados por acontecimientos irreversibles, no pueden ocurrir al revés. Las estructuras atrapan la complejidad abierta que permite interrelacionar todos los elementos en un modelo más estrecho de relaciones válidas, usuales, probables, repetibles, o preferidas de la manera que sea.

Los procesos ocurren cuando los acontecimientos concretos, selectivos, se construyen sucesivamente en el tiempo, conectan uno con otro, es decir, cuando incorporan selecciones anteriores, o probables. Los sistemas deben disponer de arreglos de estructura, arreglos de procesos y tiempo suficiente, para potenciar su selectividad.

Adaptabilidad

Los sistemas complejos no solo deben adaptarse a su entorno sino también a su propia complejidad. Tomando las relaciones autorreferentes del sistema como base, es posible ampliar inmensamente los límites de la capacidad de adaptación estructural y el correspondiente alcance de la comunicación interna del sistema. Las diferencias empiezan a actuar como tales en la medida en que pueden ser tratadas como informaciones en los sistemas autorreferenciales.

La estructura no actúa como tal, o sea a base de fuerza inmanente. Entra solamente en las experiencias de la diferencia, que a su vez, facilitan información, sin por ello determinar lo que sucederá después. De esta manera, un sistema crea su pasado como propia base causal, lo que le permite mantener una resistencia a la presión causal del entorno, sin que únicamente por la causalidad interna esté ya fijado lo que sucederá en confrontación con los acontecimientos exteriores. Por ejemplo los sistemas vivos siguen necesitando la determinación genética para su autonomía vital. En el sistema centro histórico, la fuerza de su propia historia es relevante como estructura, no por cuanto histórico en sí mismo, sino por cuanto los procesos sociales y físicos transcurridos y nunca susceptibles de cambiarse, ya incorporados a la estructura vigente, como en todo sistema.

Temporalidad

Hay que considerar la cuestión del tiempo en cuanto elemento inherente al sistema, en su sentido cronológico, comparativo de un antes y un después que se refleja en cambios en el sistema; y en cuanto a cualquier otra definición más amplia de tiempo como elemento externo del sistema. El hecho de que en otro lugar suceda otra cosa, es una característica básica de la temporalidad. Igualmente, la sucesión solo se hace perceptible cuando lo que sigue es diferente de lo que acaba de ser.

La relación entre complejidad y selección no solo es una descripción de estados, también implica el tiempo y se hace mediante el tiempo y en el tiempo. El tiempo es el que obliga la selección en los sistemas, pues si dispusiéramos de tiempo infinito, todo podría concordar con todo. Así, "el tiempo" siempre simboliza que si algo sucede, otra cosa también sucede, de tal manera que ninguna operación aislada puede tomarse el control pleno de sus condiciones. La selección misma es un concepto temporal: es inminente, es necesaria, será realizada, y después, habrá sucedido. La selección es la dinámica de la complejidad (Luhmann 1984).

La temporalidad de los sistemas implica cambio. Los cambios pueden ser reversibles o irreversibles. En la medida en que el tiempo mismo es percibido solo a partir de los cambios, se presenta a su vez como reversible o irreversible.

Solo en la medida en que el tiempo aparece como irreversible, puede ser interpretado como un presente en curso hacia una diferencia de futuro y pasado. Ante el desnivel de complejidad en relación con el entorno, un sistema complejo no se puede apoyar, ni siquiera temporalmente, en una correspondencia punto por punto con el entorno. Debe renunciar a una completa sincronización con el entorno, y ser capaz de compensar de alguna forma los riesgos surgidos por esa falta de correspondencia momentánea.

Los sistemas pueden desplazar el tiempo respecto al entorno, preparar reacciones, reaccionar ante eventualidades, entre otros mecanismos de compensación de complejidad con el entorno.

Hay muchas formas de solucionar el problema del tiempo. Por ejemplo almacenando experiencias exitosas para su posterior utilización (estructuras como la memoria); aumentando la velocidad de los procesos en los sistemas; agregando e integrando relaciones temporales, es decir, actuando contundente y puntualmente sobre estados complejos, por ejemplo anticipar lo emergente de manera intuitiva (asumiendo el riesgo de equivocación). En resumen: prudencia (Luhmann 1984).

La temporalización de la complejidad es la adaptación del sistema a la irreversibilidad del tiempo. Es decir, por el modo en que un sistema temporalizado constituye sus elementos, se obliga a respetar la irreversibilidad del tiempo.

El sistema está formado por elementos inestables y temporales, o sea elementos que duran un lapso determinado, a veces nada. Así, cada elemento reclama naturalmente un tiempo cronológico, pero la duración del tiempo según el cual cada elemento es considerado como una unidad indisoluble, es determinado por el mismo sistema. En resumen, un sistema estable está conformado por elementos inestables, y debe su estabilidad a sí mismo, no a sus elementos, puesto que es autopoiético.

A pesar de lo anterior, un sistema está conformado por elementos, es decir, acontecimientos. Fuera de los acontecimientos no hay base alguna para la duración. Por eso experimentamos forzosamente el presente como breve. Los acontecimientos no se pueden separar del sistema, ni siquiera distinguirlos razonablemente. En la teoría, la diferencia correcta no es elemento/sistema, ni elemento/proceso, sino elemento/relación (Luhmann 1984).

Reproducción

La teoría de sistemas busca la estabilidad dinámica, no estática. La reproducción no significa simplemente la repetición de la producción de lo mismo, sino producción reflexiva, producción a partir de productos. Operación de un sistema se refiere a la reproducción de los elementos (acontecimientos), imprescindible para el mantenimiento del sistema.

Entropía

Un sistema es entrópico para un observador cuando una información sobre un elemento no permite ninguna conclusión sobre otros. Un sistema es entrópico para sí mismo cuando en el proceso de reproducción o sustitución de sus elementos desaparecidos, cada nuevo elemento tiene la misma probabilidad de aparecer, es decir, como no hay filtros de selección, reproducción es lenta comparativamente con sistemas no entrópicos.

Centro Histórico y Cartografía Cultural

La cartografía cultural es en esencia un sistema de información territorial. Su propósito fundamental es caracterizar y dimensionar los agentes culturales de un territorio geográfico específico, en este caso del Centro Histórico, de manera versátil y amplia. Además, por ser un sistema, debe concebirse de manera que pueda ser actualizado regularmente.

El mapa cultural produce información estadística y cualitativa, contribuye a la toma de decisiones referidas a las políticas, contribuye a la mejora de la gestión cultural territorial y permite reconocer los recursos del sector y potenciales.

La cartografía cultural permite comprender de manera integrada y amplia las relaciones entre el territorio geográfico específico (calles, plazas, parques, comercio, monumentos, el centro histórico desde las tres perspectivas sugeridas, etc.), y los agentes que intervienen en el mismo, identificados con sus roles o funciones sociales, sus usos, costumbres y otras consideraciones de orden valorativo y práctico (comerciantes formales e informales, transeúntes, artistas, habitantes, trabajadores, funcionarios públicos o privados, turistas, etc.).

Esta comprensión amplia, permite reconocer la importancia del factor humano en toda intención de ordenamiento territorial, en términos de costumbres, usos, imaginarios o representaciones colectivas, simbolismos, con respecto a tal o cual espacio geográfico, (monumento, calle, plaza, avenida, centro comercial, etc.).

La cartografía cultural constituye una herramienta de gestión y planeación de amplio alcance, dado que facilita la toma de decisiones, en especial en el ámbito político, social, administrativo. Esto es, una herramienta estratégica en el sentido amplio del término. Cabe agregar que su utilidad se extiende a múltiples esferas como el comercio, los negocios y cualquier otra que pueda utilizar su pertinente información.

Se puede entonces concluir parcialmente, que la cartografía cultural nos permite recolectar y analizar información sobre el centro histórico, entendido como representación de ciudad, en el marco de la teoría de sistemas. Al final, el mapa cultural brinda información valiosa que es insumo crítico para la formulación de políticas y gestiones a favor del desarrollo social.

Conclusión

Queda así planteado, desde la mera especulación teórica, una primera aproximación a la relación entre los conceptos de patrimonio, desarrollo social, centro histórico, teoría de sistemas y cartografía cultural. Así, se puede concluir, por ahora, que el patrimonio es un elemento fundamental dentro del concepto de desarrollo social, entendido como el progreso balanceado de los ámbitos social y material de la vida de las personas. El centro histórico, por su parte, se convierte en uno de los elementos adquieren valor patrimonial, por cuanto sus cualidades históricas, arquitectónicas, culturales y sociales, son estimadas por la comunidad. La teoría de sistemas, facilita concebir teóricamente la función del centro histórico como subsistema de ciudad, capaz de representar a la ciudad completa. El centro histórico puede estudiarse desde diversas perspectivas, como el espacio público, el comercio, la arquitectura, la movilidad, entre otros. La cartografía cultural, facilita la operación metodológica en cuanto a proceso y mecanismos, para la recolección y el estudio de la información que permita el análisis del centro histórico desde la teoría de sistemas.


1 Conferencia sobre Patrimonio y Desarrollo Social, Doctorado en Ciencias Sociales, Universidad del Norte (Febrero 2009).

2 Para información introductoria sobre Niklas Luhmann, ver: http://es.wikipedia.org/wiki/Niklas_Luhmann

3 Justamente aquí surge la relación teórica entre la teoría de sistemas y el centro histórico, por cuanto este último es considerado como un subsistema de la ciudad, con todas sus características, que a su vez lo hacen un sistema independiente por si mismo e interdependiente con otros sistemas, parte y totalidad.


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