ISSN Electronico 1794-8886
Volumen 21, Septiembre - Diciembre 2013

Los puertorriqueños en los Estados Unidos: la comunidad de Nueva York. Ensayo Fotográfico

Milagros Denis-Rosario

La isla de Puerto Rico fue una colonia española desde principios del 1500 hasta el 1898. La situación colonial de la isla dio un giro decisivo cuando, como a consecuencia de la Guerra Hispanoamericana los Estados Unidos hizo de Puerto Rico una posesión territorial. La presencia de los Estados Unidos afectó la política, la economía y la sociedad de la isla. Durante las primeras tres décadas del régimen americano (desde 1900-1930) el pueblo puertorriqueño fue testigo de los cambios socioeconómicos que consistieron entre otros la imposición del idioma Inglés como el idioma de instrucción pública y del gobierno, el cambio de una economía basada en una agricultura más diversificada a una de producción de monocultivo, en la cual el azúcar se convirtió en el cultivo primario. Durante este período algunos puertorriqueños resistieron el aparato colonial, mientras que otros veían beneficiosa la presencia de EE.UU en la isla.1

Estos cambios también fueron paralelos a las crecientes oleadas de emigrantes puertorriqueños a los Estados Unidos. Estudios sobre la migración puertorriqueña a los Estados Unidos identifica un patrón de asentamiento de colonias puertorriqueñas en el noreste de los EE.UU. Sin embargo, ya en la década del 1890 había una comunidad compuesta de puertorriqueños exiliados quienes junto con sus homólogos cubanos establecieron un capítulo del Partido Revolucionario Cubano, el cual tenía como objetivo la independencia de las dos islas de España.2 No obstante es después de la Guerra Hispanoamericana que muchos puertorriqueños comenzaron a emigrar como trabajadores agrícola específicamente a las islas de Hawaii. Allí se estableció una comunidad muy singular, la cual se hace llamar Borinkis que significa Boricuas en el idioma de los nativos hawaianos. Ya a principios del siglo veinte los centros urbanos como lo es la ciudad de Nueva York también vera un aumento en emigrantes puertorriqueños particularmente tabaqueros, quienes se convertirán en la voz militante que procurará mejorar las condiciones laborales y políticas de la comunidad.

En la medida en que los Estados Unidos extiende su dominio en el hemisferio, el Congreso de EE.UU desarrolló políticas no sólo para legitimar su gobierno, sino también para encontrar una solución a la situación de los puertorriqueños quienes estaban en un limbo político. Además, los líderes políticos puertorriqueños presionaron a las autoridades en la capital federal en Washington, D.C. para que hiciera frente a la no muy clara situación política de los isleños. Así, en un momento sumamente oportuno, cuando los EE.UU interviene en la Primera Guerra Mundial, en 1917 el Congreso le otorgó la ciudadanía estadounidense a los puertorriqueños, la misma presentan unas limitaciones a los residentes en la isla, ya que estos no pueden participar en las elecciones presidenciales3. Todo esta dinámica enmarcara a la primera fase de inmigración Boricua a los Estados Unidos (1900 al 1945). A esos hombres y mujeres que componen ese grupo se les conoce como "los pioneros."

Durante la Gran Depresión de 1929, la economía de Puerto Rico sucumbió. Esto provocó un aumento de la migración masiva de puertorriqueños a Estados Unidos. Las ciudades de Nueva York, así como Filadelfia se convirtieron en el destino principal para los Boricuas. "Cruzar el charco," como los puertorriqueños llaman simbólicamente al Océano Atlántico, se convirtió entonces en la mejor alternativa para mejorar su calidad de vida.

Entre el 1946 al 1964, lo que corresponde a la segunda fase migratoria, más de 350,00 puertorriqueños habían emigrado a los EE.UU y por eso se llama a ese período la "gran migración." Una vez en el territorio continental estadounidense, los puertorriqueños lucharon para equilibrar sus nuevas vidas mientras cumplían con sus expectativas del sueño Americano. La tercera ola migratoria se genera alrededor del 1964. Esta se conoce como "revolving-door migration", pues en este periodo (y actualmente) los Boricuas establecen un patrón de constante ir y venir entre la isla y los Estados Unidos. Mas recientemente los expertos observan otro tipo de movimiento demográfico que se caracteriza por el asentamiento de Boricuas de la isla y de aquellos que viven en comunidades tradicionales del noreste hacia el estado de la Florida, específicamente Florida central.

Los NuyoRican: los Puertorriqueños en Nueva York

En Nueva York, los puertorriqueños que se asentaron en el Lower East Side (Loisaida), Brooklyn, el Bronx y finalmente East Harlem, también conocido como El Barrio. La experiencia de los puertorriqueños en los Estado Unidos, particularmente en la ciudad de Nueva York, esta documentada a través de biografías, relatos orales, artículos de periódicos, reportes oficiales, y fotografías, entre muchas otras fuentes. Es importante destacar que son las imágenes captadas por el lente fotográfico que se convirtieron en fuente primaria para dar a conocer los logros y la contribución de los puertorriqueños a la nación estadounidense.

Las fotografías incluidas en esta edición narran la historia de la comunidad puertorriqueña en Nueva York. Estas narran la lucha, esperanza, logros políticos y económicos, su sentido de la dignidad y su orgullo. Por ejemplo, se puede hacer referencia al manifiesto de pasajeros o el boleto del barco de vapor, que era la principal de transporte de la isla a los EE.UU hasta la década de 1950. Los emigrantes puertorriqueños también demuestran un patrón en la creación de instituciones comunitarias que prestan servicios sociales y de apoyo o de reafirmación de su identidad cultural. Una de esas instituciones son las bodegas o pequeñas tiendas de comestibles, que proporcionaron con alimentos importados desde la isla y también se convirtieron en una entidad simbólica del barrio puertorriqueño. A medida que la comunidad siguió creciendo otro tipo de instituciones se establecieron en particular las que se dedicaron a prestar servicios para ayudar a los miembros de la comunidad a localizar empleo, centros cívicos/culturales y entidades de índole política.

Por ejemplo, la Liga Puertorriqueña es una de las entidades más antiguas de la comunidad que abogaba por la inclusión política y exigieron al Congreso de los EE.UU hacer frente a la situación política de la isla. Siguiendo este espíritu muchos puertorriqueños que han alcanzado cargos políticos importantes ha utilizado su posición para ayudar a la comunidad al proveerles con recursos y otras subvenciones federales y estatales las cuales se convirtieron en recurso financiero para la creación de organizaciones de base y centros comunitarios. Una vez que la comunidad se hizo más fuerte sus miembros lograron organizar eventos orientados a reafirmar su identidad, como lo es el día del desfile Puertorriqueño, que es la manifestación étnica más grande en Nueva York y la más concurrida en todos los Estados Unidos.

Los puertorriqueños son el segundo grupo hispano más grande de los EE.UU (siguiéndole a los Mexicano-Americanos). Aproximadamente 4. 6 millones de puertorriqueños residen en los Estados Unidos y su número va en aumento, mientras que el de la isla aminora. Como pioneros entre la comunidad hispana/latina los puertorriqueños también comparten una herencia caribeña la cual ellos demuestran constantemente en sus costumbres, prácticas religiosas y su trasfondo racial. El carácter único de esta comunidad ha contribuido a la diversidad cultural de la ciudad de Nueva York. Su singularidad los sitúa como uno de los grupos de emigrantes caribeños más influyentes en los Estados Unidos. Ellos van y vienen de la isla a los EE.UU o de un estado a otro y mientras esa dinámica exista esa atmosfera caribeña que es tan característica de la ciudad de Nueva York seguirá revitalizando y reforzando su identidad caribeña.


Notas

1 César J. Ayala and Rafael Bernabe. Puerto Rico in the American Century. A History since 1S9S. (Chapel Hill: The University of North Carolina Press, 2GG7), capítulos l-2.

2 Félix V. Matos Rodríguez and Pedro Juan Hernández. 2GGl. Pioneros: Puerto Ricans in New York, 1S92-194S. (New York: Arcadia Publishing), capítulo l.

3 Algunos expertos en esta materia han argumentado acerca de las implicaciones de la ciudadanía, pero también se evalúa cómo en comparación con otros inmigrantes la ciudadanía americana podría beneficiar a los puertorriqueños. En primer lugar, se arguye que al momento de la búsqueda de empleo, vivienda y otras ayudas, lo puertorriqueños serían tratados de manera justa. En segundo lugar, se pasa por alto la barrera del idioma, cultura y etnia que en todo momento se convirtieron en el mayor obstáculo en el proceso de adaptación y aceptación de los puertorriqueños.


Bibliografía/fuentes :

Archival Collection. Center for Puerto Rican Studies http://centropr.hunter.cuny. edu

César Andreu Iglesias.. Memorias de Bernardo Vega. Contribución a la historia de la comunidad puertorriqueña en Nueva York. Ediciones Huracán. Río Piedras, 1988

César J. Ayala and Rafael Bernabe. Puerto Rico in the American Century. A History since 1898. The University of North Carolina Press. Chapel Hill, 2007.

Félix V. Matos Rodríguez and Pedro Juan Hernández.. Pioneros: Puerto Ricans in New York, 1892-1948. Arcadia Publishing. New York, 2001

Jesús Colón. A Puerto Rican in New York and other Sketches. Mainstream Publishers. New York, 1961.

Jorge Duany,. The Puerto Rican Nation on the Move. The University of North Carolina Press. North Carolina, 2002.

Lorrin Thomas. Puerto Rican Citizen. History and Political Identity in Twentieth-Century New York City. The University of Chicago Press. Chicago, 2010.

Virginia Sánchez Korrol,. From Colonia to Community: the History of Puerto Ricans in New York City, 1917-1948. Greenwood Press. Westport, 1983.

Gráfico 1
Gráfico 2
Gráfico 3
Gráfico 4

Gráfico 5

Gráfico 6


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