versión On-line ISSN 1794-8886
n.° 12, enero-julio de 2010


Política nacional e internacional en el Diario Barranquillero La Prensa en los años treinta y principios de los cuarenta

National and international policy in the Journal of Barranquilla La Prensa in the thirties and early forties

Julián Andrés Lázaro*

Recibido: Abril 20 de 2010
Aceptado: Mayo 20 de 2010


Resumen

Este artículo tiene como objetivo mostrar la forma cómo la política internacional de los años treinta y cuarenta del siglo XX era representada ante el público lector barranquillero a través del diario local La Prensa. Las tendencias políticas del diario, proclives al partido conservador colombiano y, como consecuencia de ello, caracterizadas por una manifiesta simpatía hacia los totalitarismos de Europa, incidían notablemente sobre la información publicada en noticias y columnas de opinión, ayudando a construir una imagen bastante positiva de Alemania. Posteriormente y como consecuencia de la entrada de los Estados Unidos en el conflicto y debido a la presión ejercida por este país sobre el gobierno colombiano, se dio un giro en los discursos proyectados en las páginas de La Prensa, diario que pasó entonces a ser un medio más de difusión de noticias favorables a la causa aliada.

Palabras clave: Extranjeros, presa escrita, política, Alemania, Segunda Guerra Mundial, medios de comunicación, Colombia, Barranquilla.


Abstract

This article prettend to show the way the international politics of the thirties and forties of the twentieth century was represented in the readership from Barranquilla through the local newspaper La Prensa. The political tendencies of the newspaper, likely the Colombian Conservative Party and as a result, characterized by an apparent sympathy for totalitarianism in Europe, significantly impinged on the information posted on news and opinion columns, helping to build a fairly positive Germany. Subsequently, and as a result of the entry of the United States in the conflict and because of pressure from the U.S. on the Colombian government, took a spin in the speeches projected on the pages of La Prensa newspaper that became a spreading media of the service of the Allies.

Keywords: Foreign, print, newspaper, policy, Germany, worl war II, media, Barranquilla, Colombia.


Conflicto y comunicación: Generalidades

La prensa es hoy un ejército, con armas distintas, cuidadosamente organizadas; los periodistas son los oficiales; los lectores son los soldados. Pero sucede aquí lo que en todo ejército: el soldado obedece ciegamente, y los cambios de objetivo y de plan de operaciones se verifican sin consentimiento. El lector no sabe nada de lo que sucede y no ha de saber tampoco el papel que representa. No hay más tremenda sátira contra la libertad de pensamiento.

Oswald Spengler

A lo largo de la historia las formas de comunicación masiva o de difusión de la información han sido herramientas fundamentales para influir profundamente en el curso de los acontecimientos a través de su incidencia directa sobre amplios grupos humanos. Las conquistas de los generales de los ejércitos de la antigüedad tomaban fuerza en la voz de los soldados y de los mensajeros que en muchos casos sobredimensionaban cada una de estas acciones con el fin de ejercer una influencia positiva y generar confianza en campo propio, al tiempo que de sembrar temores y dudas en el campo enemigo. La mayoría de los soldados no sabían leer ni escribir pero sus oídos estaban prestos a escuchar y sus voces a transmitir las "gestas" de sus héroes y las derrotas de sus enemigos. La Edad Media también fue escenario de la difusión de ideas, muchas veces basadas imágenes deformadas de la realidad, que influyeron en la actitud de vastos grupos humanos que se movilizaron alrededor de determinados objetivos trazados muchas veces por grandes personalidades de la política. Un ejemplo de ello fueron las expediciones contra el infiel que conocemos como Cruzadas, impulsadas por parte de reyes y papas apelando frecuentemente a una de las fibras más sensibles del espíritu humano como es el temor, tanto al "otro" como a Dios.

En periodos más recientes la difusión de la información adquirió rasgos diferentes en la medida en que los desarrollos técnicos y tecnológicos fueron apareciendo y se convirtieron en herramientas de la acción comunicativa. El notable aumento de la producción en serie de revistas, periódicos y libros, la cada vez más amplia difusión de la radio y la popularización de los espectáculos culturales, así como el incremento en el grado de escolaridad de la población -esto último principalmente en la Europa occidental-, todo desde el tercer cuarto del siglo XIX1, llevaron a que la utilización de los medios de comunicación dejara de ser una forma alternativa de hacer política o de generar opinión sobre cualquier tema para pasar a ocupar un lugar de privilegio entre las herramientas sistemáticamente utilizadas por todo aquel que pudiera hacer amplio uso de ellas.

Para efectos del medio de comunicación de que se ocupa este trabajo, la prensa escrita, podemos encontrar que el primer acontecimiento ampliamente explotado por las partes enfrentadas fue el de la guerra de independencia cubana de finales del siglo XIX2. Tanto por parte de los cubanos como por los españoles la prensa cumplió la función de exacerbar los ánimos en cada país en contra del enemigo para de esta forma fortalecer la capacidad de maniobra de cada gobierno y movilizar los recursos necesarios para el frente. La entrada en la guerra de los Estados Unidos a favor de Cuba recibió el apoyo popular gracias en gran medida a la permanente descripción de supuestas atrocidades cometidas por los españoles en el conflicto. Fue este el momento en que el magnate norteamericano W. R. Hearts expandió su maquinaria mediática llegando a tener un total de 28 diarios, entre los que destacaban el Chicago Examiner y el Boston American, alimentados fundamentalmente de las noticias que llegaban del frente de combate3.

Otro ejemplo a citar, pero este en el siglo XX, y que se relacionan con el manejo de la información en momentos de conflicto, es el de la guerra de las Malvinas.4 Diarios como La Nación, Crónica, Clarín y La Razón, fueron permanentemente utilizados por el régimen castrense argentino para difundir noticias de irreales victorias en el conflicto con Inglaterra, logrando con ello crear la necesaria cohesión interna que servía para mantener su posición política y tendiendo también "cortinas de humo" sobre las violaciones a los derechos humanos a través de la represión.

El objeto de estudio de este trabajo es el diario barranquillero La Prensa, el cual, a través de sus notas editoriales y de las distintas noticias que publicaba, mostraba una marcada tendencia hacia la difusión de una imagen de la Alemania nazi bastante diferente de la que hoy nuestra ventaja retrospectiva nos ofrece y -lo que es más importante para no entrar en anacronismos- de la que agencias de prensa como la United Press o la Asociated Press, transmitían al mundo durante la preguerra. Durante los primeros años de la Segunda Guerra Mundial los discursos de La Prensa se fueron modificando poco a poco, pero fue el ingreso de Estados Unidos en la guerra lo que determinó un profundo y definitivo cambio; y es precisamente esto sobre lo que se quiere hacer énfasis en este artículo: la incidencia de la política mundial sobre la política nacional y la forma como ambas incidieron sobre los contenidos de los medios de comunicación, los cuales terminaron construyendo imágenes que se convirtieron en referentes de opinión pública. Todo lo anterior a través del estudio de un caso, el del diario La Prensa.

Barranquilla en los años treinta

La principal característica de Barranquilla en los años treinta, la de ser el canal de acceso y salida para las exportaciones e importaciones colombianas (con la febril actividad comercial generada por su condición de gran puerto), le daba cierto aire de ciudad cosmopolita. Eran muchas las casas comerciales y los negocios de distintas nacionalidades que operaban en la urbe y sus alrededores, razón por la cual los ritmos de la política y la economía internacional eran de sumo interés para los habitantes, tanto nacionales como extranjeros, dedicados al comercio (y a otras actividades) quienes, además de llevar a cabo sus actividades económicas en la ciudad, mantenían un estrecho contacto con el resto del mundo. Ya los efectos de otros sucesos (Primera Guerra Mundial, caída de la bolsa de valores en 1929, etc.) habían puesto en evidencia que cualquier convulsión de la política o de la economía internacional afectaban en no poca medida a Barranquilla, razón por la cual las noticias que hacían referencia a eventos del exterior eran recibidas con gran interés.

El panorama internacional no era alentador en esos años treinta en los que ya se podía percibir el preludio de una nueva y más grande conflagración: el camino hacia la guerra aparecía cada vez más definido. La crisis de octubre de 1929, como ya se dijo, llegó a hacer sentir sus efectos hasta bien entrada la década en las economías mundiales. El historiador inglés R. A. C. Parker explica que "...la crisis americana tuvo consecuencias en todo el mundo, excepto en la economía de la Unión Soviética que estaba aislada. En primer lugar, la demanda americana de exportaciones tanto de los países productores de materias primas como de los países productores de bienes manufacturados descendió rápidamente. la amplitud del mercado norteamericano era tal que la reducción de sus importaciones perjudicaba las ya débiles economías de los países proveedores de materias primas y alimentos."5. Todo este panorama naturalmente afectaba la dependiente economía nacional -y por ende, al principal puerto del país- siendo que los Estados Unidos eran para ese momento el principal mercado para los productos de exportación de Colombia.

Sin embargo, la ciudad seguía convirtiéndose en la urbe industrializada que hacía finales de la década de los treinta y principios de los años cuarenta alcanzaría cifras considerables a nivel nacional en materia de desarrollo económico. Crecía también demográficamente como ninguna otra ciudad colombiana en ese momento, y el desarrollo urbano también era algo que se evidenciaba con la construcción de nuevas urbanizaciones que expandían permanentemente el casco urbano de Barranquilla.

Las causas del desarrollo de la ciudad son varias, pero para este trabajo debemos detenernos sobre una de ellas que tiene que ver con la decisiva aunque no numerosa presencia de extranjeros en la región. Es bien sabido que Colombia no fue un destino frecuente para las migraciones como si los fueron otros países como Chile, Brasil o Argentina. Sin embargo la presencia de italianos, alemanes, árabes y judíos de las Antillas y europeos fue de gran importancia debido a la experiencia comercial que traían desde sus tierras -muchos de ellos proveniente de ciudades porteñas- y a la iniciativa que supieron desplegar en tierras del Caribe colombiano. Es importante señalar que en la década de los treinta se experimentó un sensible aumento en el número de inmigrantes, principalmente europeos, debido a la situación política de Europa en ese momento.

De todos los grupos de inmigrantes que se hallaban instalados en Barranquilla para los años treinta hay uno en especial que nos interesa, el de los alemanes. Los primeros grupos de ciudadanos alemanes de que se tiene noticia se instalaron en la Costa Caribe colombiana hacia el tercer cuarto del siglo XIX y llegaron con fines comerciales desde ciudades como Hamburgo y Bremen. Una segunda oleada de alemanes llegó una vez terminada la Primera Guerra Mundial, lo que tiene su explicación en la crisis económica de su país durante la posguerra.

Una vez instalados en la naciente urbe industrial colombiana, tanto los de la primera oleada migratoria como los de la segunda, empezaron a desarrollar una febril actividad comercial que dio como origen muy pronto a firmas reconocidas tanto en Colombia como Europa. De los primeros tiempos, es decir, de finales del siglo XIX, datan casas comerciales como la A. Held, la Gieseken & Co. y la Breuer Moller & Co.; y de las primeras tres décadas del siglo XX son la SCADTA (Sociedad Colombo-Alemana de Transportes Aéreos), el Banco Alemán-Antioqueño, la Compañía de Industrias Nacionales y muchas otras. Además, varias de las antiguas firmas comerciales seguían funcionando en los años treinta.

Todo ello permite afirmar que la presencia alemana en Colombia, y específicamente en Barranquilla, era poderosamente influyente en lo económico. Pero no lo era menos en lo político, lo cultural y lo social como los demuestran las múltiples actividades en las que participaban. Esto, naturalmente, tendría sus consecuencias en el tema que nos interesa abordar en este trabajo, el de la prensa escrita.

El diario La Prensa: una ventana entreabierta hacia la Alemania de la preguerra

Como ya se señaló, los ciudadanos alemanes una vez llegados a Barranquilla no cortaron los estrechos nexos que tenían con su país. Por el contrario, los utilizaron para crear verdaderas redes comerciales y culturales entre Colombia y Alemania. Para la política externa del Tercer Reich resultó de una gran importancia contar con embajadores de gran influencia en suelo colombiano y sobre todo en una de las ciudades más importantes del país.

Para el caso de las redes culturales entre Alemania y Colombia, estas hacían parte de la política externa de ambos Estados, por lo que se buscó desde la llegada de los nazis al poder incentivar el intercambio cultural: en el caso de Alemania a través de organismos como el Instituto Ibero-Americano de Berlín (IAI) y la Organización del Partido Nazi en el Extranjero (AO), los cuales además de impulsar la enseñanza del idioma alemán en América se ocupaban también de gestionar becas de estudio para jóvenes colombianos; y por el lado de Colombia facilitando la salida de los becarios -muchos de ellos estudiantes de medicina- y enviando a Alemania periódicamente las distintas publicaciones de las universidades colombianas así como las obras literarias de autores nacionales6.

La actividad de los organismos alemanes de difusión de la cultura germana como los ya mencionados estaba bajo la dirección del Ministerio de Propaganda del Tercer Reich y su gran responsable, Joseph Goebbels. Esta cartera del gobierno nazi también financiaba una de las principales agencias de noticias a nivel mundial, la Transocean, de cuya oficina ubicada en Bogotá el diario La Prensa recibía abundante información que pasaba a ocupar sus páginas, difundiendo una imagen bastante positiva de Alemania como veremos a continuación.

Hacia la segunda mitad de la década del treinta, una vez consolidado el régimen nazi que había ascendido al poder en 1933, las páginas de La Prensa ya habían habituado a sus lectores a una amplia columna titulada Ecos de Alemania, donde se daba buena cuenta de lo que sucedía en este país. Miremos un fragmento de la misma de julio de 1936:

...Se está celebrando en Berlín, con solemnidad inusitada, el VI Congreso Internacional de Municipios. En mayo de 1933 se fundó la organización denominada 'Día de los municipios alemanes' cuyos miembros se han reunido ayer por primera vez... el ministro doctor Frick...describió magistralmente, en visión retrospectiva, el pasado ruinoso de los municipios alemanes y el estado caótico en que los encontró el nacionalsocialismo al subir al poder... (dijo) El Führer me ha encomendado muy especialmente la enorme labor de sanear las finanzas de los municipios y de asegurar, sobre bases firmes, dicho saneamiento.. 7

Más que el Congreso de Municipios es evidente el interés por resaltar que se estaba dando una profunda transformación a partir de 1933, año en que los nazis llegaron al poder. La afirmación sobre "el pasado ruinoso de los municipios alemanes y el estado caótico en que los encontró el nacionalsocialismo al subir al poder" destaca el rol fundamental del partido nazi en la reconstrucción de Alemania, sobre todo después de la década de los años veinte, marcada por la crisis económica de 1923.

Las buenas noticias desde Alemania nutrían permanentemente la ya mencionada columna. La construcción de un entorno de opinión favorable a Alemania fue una labor permanente, y para ello se utilizaba cualquier acontecimiento que ante los ojos del mundo pudiera dejar en evidencia rasgos que podemos calificar como loables del pueblo alemán:

La recaudación este año para el 'Socorro de Invierno' ha terminado ya. El resultado de la misma ha superado todas las esperanzas, pues la suma recaudada pasa de trescientos setenta millones de marcos. Al terminar Goebbels se dirigió al Führer diciéndole: 'Podeís estar orgullos en verdad de ser uno de los pocos estadistas que gobernáis a un pueblo en el que efectivamente nadie necesita sufrir hambre.'. Hitler cerró el acto expresando a todos el más profundo agradecimiento y declarando que se consideraba feliz de poder trabajar para un pueblo capaz de semejante obra de solidaridad.. 8

Al tiempo que avanzaba el plan de rearme alemán y pocos meses antes del primer gran avance militar de los nazis (1936) sobre algunas zonas de seguridad establecidas en el Tratado de Versalles, la Transocean difundía tranquilizadores partes al el resto del mundo acerca de las ambiciones alemanas. Un titular de La Prensa, que data también de julio de 1936 y que encabezaba una noticia proveniente de la agencia alemana, proclamaba que "Hitler se conformaría con darle un buen ejército a Alemania"9. Es preciso observar que al utilizar el término "conformaría" quien redacta la noticia está reconociendo en Hitler la intención de ceder ante la presión internacional, por lo que decide, en una actitud conciliatoria ante el mundo que ya para ese entonces lo observa, desistir de la posibilidad de tener un Ejército poderoso. Probablemente la escasez de noticias de otras agencias que pudieran dar más luz acerca de los movimientos del gobierno alemán tanto en política externa como interna debieron llevar al lector de La Prensa a tener una imagen bastante distante de la compleja y peligrosa situación que generaba el hecho de que Alemania tuviera un "buen ejército", tal y como lo indicaba el titular.

La gran cantidad de noticias alusivas a la situación de Alemania con que se informaba a la opinión pública de Barranquilla, en un país como Colombia cuyas determinaciones y acciones en materia de política internacional eran de poca trascendencia para el resto del mundo podían resultar casi injustificadas si se mira sin mucho detalle. Pero la impresión cambia cuando se observa, por una parte, la política interna colombiana, y por otra la situación geográfica de nuestro país.

En primer lugar, es necesario señalar que la prensa colombiana -y por ende el diario de que se ocupa este trabajo- no escapaba a la ya tradicional pugna bipartidista que tenía uno de sus campos de encuentro en la opinión pública, la cual se nutría a su vez y en no poca medida de las opiniones y las noticias publicadas en los diarios. Es decir, tenemos al periódico La Prensa como referente de opinión de un sector de la sociedad barranquillera. Ubicándonos en este contexto y de acuerdo con la manifiesta posición política del diario barranquillero cuya tendencia política lo afiliaba al conservatismo se comprende la situación. El partido conservador colombiano mostraba cierta simpatía por las dictaduras europeas y no había disimulado su respaldo al golpe dado por el general Franco, que a su vez era apoyado por los gobiernos totalitarios de Italia y Alemania. Por su parte el liberalismo estaba del lado de la República española y se mostraba precavido ante las dictaduras europeas, y muy cercano al gobierno norteamericano. En conclusión, la toma de posiciones hacia distintas posturas ideológicas de las potencias mundiales hizo eco en la política interna colombiana trayendo, en consecuencia, la adopción de una simpatía hacia uno u otro bando por parte de los partidos liberal y conservador. Ejemplo de lo anterior es que en la sección Crónica Semanal de Alemania de La Prensa, de junio de 1936, se publicó un duro cuestionamiento a la ocupación de las colonias alemanas por parte de los aliados:

...De Alemania se sigue exigiendo el cumplimiento de obligaciones que se le impusieron bajo amenaza de violencia; pero nada se dice de las propias obligaciones contraídas voluntariamente y no cumplidas, ni de los catorce puntos de Wilson con que se atrajo a Alemania a deponer las armas, ni del tratado del Congo de 1885 por el cual se comprometieron los pueblos europeos a no extender sus guerras al Africa. Para dar un viso de derecho al robo de las colonias alemanas, los aliados declararon en Versalles que Alemania se había mostrado incapaz de colonizar, mientras que en realidad ha sido lo contrario, según afirmación de los expertos ingleses mismos...elprincipio de retener lo que se tiene' es peligroso, porque hace perder la confianza en el derecho internacional. Alemania tiene derecho a estas posesiones, que ha adquirido honradamente y que ha colonizado con su trabajo y su sangre.10

Esta clase de opiniones sobre la tensa situación internacional en la que se reivindicaban las reclamaciones alemanas van a ir desapareciendo poco a poco una vez iniciadas las agresivas anexiones de territorios por parte del Tercer Reich, hacia finales de la década. Ya para el momento del ataque japonés sobre Pearl Harbour la posición del periódico había cambiado totalmente.

En este sentido, encontramos en La Prensa una herramienta publicitaria que destacaba de manera clara las virtudes de esa clase de gobiernos hacia los cuales sentía afinidad por lo menos un sector del partido conservador, sirviendo también para cuestionar a las democracias occidentales hacia las que tan proclives se mostraban los liberales en el gobierno.

El otro sentido a través del cual se puede explicar el importante volumen de circulación de noticias bastante favorables a la buena imagen de Alemania en el diario La Prensa y que se relaciona en parte -como ya se señaló- con la posición geográfica colombiana, es el de la política externa nazi. La consolidada presencia de grandes colonias alemanas en países como Argentina, Chile y Brasil, así como la importancia de grupos menos numerosos pero muy influyentes en Colombia, Venezuela y Paraguay era vista con simpatía por el gobierno nacionalsocialista del Reich, el cual quiso estrechar lazos con sus ciudadanos a través de varias organizaciones que desarrollaban sus actividades en ocasiones de manera abierta y legal y en otras velada. La cercanía geográfica de estos alemanes con un potencial aliado o enemigo del Reich, dependiendo de las circunstancias, como podía ser Estados Unidos, hacía que las distintas colonias de alemanes cobraran especial importancia tanto en tiempos de paz como en tiempos de guerra. Estados Unidos también se percató de esto y una vez iniciado el conflicto utilizó todos los mecanismos de que disponía para presionar la salida o reclusión de los alemanes en América Latina. Y para el caso especifico de Colombia,

¿Cómo pasar por alto la presencia de ciudadanos alemanes con una vasta experiencia y un buen equipamiento en la aviación tan cercanamente peligrosos al canal de Panamá y con una notable influencia y gran aceptación en el medio local? Una señal inequívoca del interés del gobierno nazi por hacer fuerte presencia en Colombia se puede apreciar en el intento de este de adquirir un importante paquete de acciones en la SCADTA (Sociedad Colombo-alemana de Transportes Aéreos). La respuesta de Estados Unidos fue inmediata a través de Pan American Airways, compañía que prácticamente asumió el control de la aviación comercial en Colombia.

En relación con todo lo anterior, se puede afirmar que los contenidos emitidos por la agencia Transocean y publicados por La Prensa se constituían como una forma de penetración alemana en la sociedad barranquillera, fortaleciendo el grado de aceptación de los alemanes en la ciudad y buscando promover una opinión altamente favorable al régimen nazi y a su política, tanto interna como externa. Todo esto tiene especial significación en el marco de la estrategia desarrollada por el Ministerio de Propaganda del Reich que buscaba, por una parte, crear condiciones adecuadas para los agentes de su política externa y para los alemanes en general, y por otra la simpatía, aceptación y/o adhesión de otros individuos que, aunque racialmente diferentes, podían servir a los intereses del Reich. Para el caso específico de Colombia y de Barranquilla en particular, la cercanía del Canal de Panamá y su condición de primer puerto del país hacían de esta ciudad un lugar estratégico para las operaciones alemanas en esta parte del mundo, de ahí la importancia de un favorable entorno que se construía en gran medida a través de los medios de comunicación.

En el mes de marzo de 1939, en los días previos a la desmembración de Checoslovaquia por parte de Alemania y sus aliados, los subtítulos de la columna Crónica Semanal de Alemania anunciaban: "Aumentan las existencias en materias primas en Alemania"; "Se ha intensificado enormemente la explotación petrolera alemana"; "Enorme incremento de la producción alemana de hierro y acero"; "Alemania construyó en 1938 maquinas por un valor de RM 5.500 millones."11 Una vez realizada la división de Checoslovaquia, lo que quedaba de este país buscó la protección de Hitler, según lo difundido por la Transocean y publicado por La Prensa que titulaba: "Hitler accedió a tomar bajo su protección al pueblo checo. Hacha se lo pidió encarecidamente y el Fuhrer accedió a ello."12Una forma muy elegante de presentar la anexión de un territorio que, como el checo, contaba con importantes recursos minerales y con las productivas fabricas Skoda, entre otras de la industria pesada.

En junio de 1939, cuando ya Alemania tomaba posiciones para inicar la guerra, las noticias que la Transocean ponía en circulación y que La Prensa publicaba no podían menos que despertar admiración en los lectores. La ya tradicional Crónica Semanal de Alemania de La Prensa presentaba los siguientes títulos: "Ampliación del boletín alemán de cotizaciones de divisas"; "Plena reanimación de la industria alemana en primavera"; "Fuerte retroceso en el paro en el protectorado de Bohemia y Moravia". El deporte y la cultura no podían quedar al margen de la propaganda alemana: "Alemania ha entrado en el segundo raund en los concursos por la Copa Davis"; "Favorable evolución en el comercio alemán de libros"13.

Y el diario barranquillero, en uno de sus editoriales de ese mismo mes de junio de 1939 titulado La mayor fuerza de Alemania, exaltaba la importancia de la unión al interior del Reich:

No se mide tan sólo la fuerza de un pueblo por el número de sus fusiles y sus cañones. Mejor medida es la de su potencialidad interior; su solidaridad política, su conciencia de la razón y el derecho, su disposición a seguir al gobierno, su voluntad de soportar pesados gravámenes para llevar a cabo los cometidos políticos perseguidos... Para la solidaridad política interior del pueblo alemán no hay más que un término: es una maravilla...Esta unidad ha permitido al pueblo alemán superar con facilidad todas las dificultades económicas. Las deficiencias de la alimentación, la falta ocasional de naranjas, la restricción en el consumo de mantequilla, se toleran, no con pasividad, sino con el consentimiento de la necesidad de estas limitaciones, consentidas para asegurar la libertad económica de Alemania....14

La proximidad ideológica con el nazismo no se manifestaba únicamente a través de la publicación de noticias y amplias secciones informativas acerca de los sucesos de Alemania. También se podía encontrar en algunas columnas del periódico de redacción local, que evidenciaban la existencia de opiniones cercanas a puntos tan controvertidos de la ideología nazi como el antisemitismo.

Si bien es cierto que algunos políticos de la época, como al canciller colombiano Luís López de Meza, se habían mostrado receptivos ante ideas racistas, estas no tuvieron amplia difusión en Colombia. La Costa Atlántica colombiana y en especial Barranquilla, como ciudad cosmopolita y con un notable componente poblacional racialmente diverso, era un espacio poco propicio para manifestaciones de segregación racial. Sin embargo, en sintonía con las manifestaciones de antisemitismo tan características del nazismo, La Prensa publicaba el 6 de junio de 1939, una nota editorial titulada La Amenaza Errante, con una fuerte carga de prejuicios hacia los judíos:

Dolorosa como toda tragedia humana, la situación plena de angustia y de espanto en que se hallan los novecientos y pico de fugitivos que navegan a bordo del vapor "San Luís", de la Hamburg Amerika Linie, el centenar escaso que viaja en el "Flandre " de la Trasatlántica Francesa y los que desde Costa Rica piden asilo a diez países de los cuales ya varios han contestado negativamente.
Contrista el ánimo, aprieta el corazón ver como centenares de seres humanos se ven así lanzados al azar, sin rumbo ni destino, pero aun mayor congoja causa el tener que empuñar la diestra, cerrar el pecho a la conmiseración y recordar que ineludibles imperativos de defensa propia obligan a cerrarles la puerta y dejarlos que prosigan su torturante peregrinación.
Por desgracia para esos miles de peregrinos, la humanidad entera, a través de los siglos, en todos los países, bajo todos los regímenes, dentro de todas las creencias religiosas y todas las ideologías políticas, ha llegado a la conclusión basada en hechos históricos, en experiencias que nada ni nadie podrá borrar, de que ellos, como grupo, como conjunto, son absolutamente indeseables. Que entrañan un peligro mortal para la nación que incauta los acoja; que el mandatario imprevisivo que les conceda asilo, firmará al propio tiempo la sentencia irrevocable de destrucción y esclavitud de su propio pueblo...
El cable nos dice ahora que al gobierno de Colombia se han elevado nuevas peticiones para que solucione la tremenda situación que confrontan los grupos semitas de Centro América y del "Sant Louis". Dura situación la que ello plantea para nuestros mandatarios, a quienes el deber patriótico, el interés vital de la nación que representan y de cuya defensa en todo campo son responsables ante las generaciones presentes y futuras, obliga a contestar la conmovedora suplica con una negativa rotunda, total, inflexible.
Demasiado blandos, demasiado contemplativos hemos sido ya. Una nueva debilidad no sería otra cosa que sensiblería suicida, traición nefanda a los más santos intereses de nuestros hijos y de los hijos de nuestros hijos. Eduardo Santos, patriota integérrimo, no comprometerá con una necia debilidad el porvenir de la patria.15

A pesar de que el artículo inicia con un tono de preocupación ante la problemática judía ("Dolorosa como toda tragedia humana, la situación plena de angustia y de espanto en que se hallan los novecientos y pico de fugitivos..."), de a poco el autor va descubriendo sus temores acerca de la presencia judía en cualquier lugar donde estos sean aceptados y la llega a calificar de "peligro mortal". Sus argumentos, fundados en unas supuestas bases históricas, lo llevan a afirmar que "el mandatario que los acoja firmará... la sentencia irrevocable de la destrucción y esclavitud de su propio pueblo". A falta de un estudio más en profundidad sobre el tema, pero teniendo en cuenta lo que hasta hoy conocemos de la historia de Barranquilla, este tipo de manifestaciones de antisemitismo aparecen como casos aislados, ya que la urbe caribeña desde los inicios de su despegue económico, albergó todo tipo de nacionalidades y razas, y su misma población nativa presenta una notable diversidad étnica. Por esto, pretender explicar la razón de artículos de ese tipo puede no ser tan sencillo. Por una parte, puede ser que las manifestaciones antisemitas en muchos otros países, como lo ilustra el mismo autor del artículo, hayan hecho emerger sentimientos de ese tipo en algunas personas o círculos sociales. Lo que llamaríamos una "moda". Por otro lado, pudo haberse tratado de manifestar abiertamente una posición radical frente al tema judío, en un intento de identificación o aproximación a la ideología nazi, hacia la que algunos sectores políticos en Colombia sentían afinidad.

Por todo lo señalado queda claro que fue bastante amplia la actividad mediática desplegada por el Ministerio de Propaganda del Tercer Reich a través de la Transocean, como también lo fue la difusión que se le dio a la información que llegaba desde Alemania a través de las oficinas de la agencia germana en Bogotá y hasta La Prensa, información que, como se evidenció en el último fragmento citado, contó con algún grado de grado de favorabilidad hacia la Alemania nazi en los lectores de este diario que tenía gran acogida en Barranquilla. Además, los ciudadanos alemanes en la ciudad también se hallaban plenamente integrados a la sociedad barranquillera y gozaban de la estima de muchos nacionales y extranjeros.

Un giro en la opinión política de La Prensa.

Pero toda esta situación cambió en la medida en que la guerra fue incumbiendo cada vez más a los Estados Unidos. La potencia norteamericana empezó a poner en ejecución mecanismos de presión sobre Colombia, tales como la deuda externa -que para ese entonces alcanzaba montos elevados, y que en el gobierno de Olaya Herrera había sido refinanciada-, la ayuda militar y el comercio (no hay que olvidar que Estados Unidos era el principal socio comercial de Colombia), para asegurar la eliminación de lo que se consideraba como movimientos de avanzada por parte de un país europeo en su zona de influencia. El gobierno de Eduardo Santos clausuró el Colegio Alemán en 1941, la SCADTA había sido nacionalizada ya en 1940 y se empezó a ejercer un bloqueo económico sobre los ciudadanos del Eje en nuestro país. Con estas y otras medidas el Departamento de Estado norteamericano conjuró la "peligrosa desviación" que pudiese existir en alguno sectores de nuestro país hacia la ahora enemiga Alemania.

Las oficinas de la agencia Transocean en Bogotá fueron cerradas y sus noticias dejaron de circular en los diarios nacionales. Ya para finales de 1941, en días previos al ataque japonés sobre Pearl Harbour, La Prensa publicaba solamente noticias proporcionadas por la United Press, en las que describía la crítica situación del Ejército alemán: "Los nazis luchan desesperadamente por romper el cerco británico. Alto jefe alemán capturado."16; "Derrota decisiva están sufriendo las principales tropas de Rommel. Inexorablemente están siendo aniquiladas las divisiones del Eje."17. El ataque japonés y la declaración de guerra norteamericana inclinaron la balanza del lado aliado en la opinión política de los diarios nacionales, y aquellos que se mostraban críticos frente a las potencias aliadas, entre ellos La Prensa y El Siglo, este último de Bogotá y de propiedad de Laureano Gómez, empezaron a sufrir un recorte en los suministros del papel que utilizaban y que provenía en su mayoría de Estados Unidos.

Desde el ataque sobre Polonia, en septiembre de 1939, La Prensa había dejado de publicar esa clase de notas editoriales de política internacional en las que tan favorable a Alemania se había mostrado y había procurado ocuparse solo de temas locales y nacionales; posteriormente, con la entrada en la guerra de Estados Unidos su posición había seguido la misma línea del gobierno colombiano, es decir, de apoyo irrestricto a la causa de los aliados. En una noticia de primera plana de los primeros días de diciembre de 1941 La Prensa publicaba: "UNA METODICA OBRA DE DESTRUCCION REALIZAN LOS ALEMANES EN POLONIA. Todos los museos, universidades y observatorios polacos han sido robados. Un verdadero régimen de esclavizamiento y degradación ha sido implantado por los nazis. La promesa de Hitler de destruir Polonia está siendo cumplida a cabalidad."18 Luego, en una editorial titulada La Guerra en el Pacífico del día 8 de diciembre y a tono con la ruptura de relaciones de Colombia con Japón, La Prensa dejó en claro su nueva postura política: "Toda la América, en solemnes reuniones continentales se comprometió a desarrollar una política de amplia cooperación y de asistencia mutua en caso de que una de las naciones americanas fuera atacada. Ese es el sentimiento que predomina en el pueblo colombiano: anhelo de que nos mantengamos en una situación de neutralidad, pero sin excluir la preferencia que damos a la causa democrática, sustentada por los Estados Unidos...". Y en relación con la importancia estratégica de la ubicación de Colombia afirma que "La proximidad de nuestro territorio al Canal de Panamá, una de las claves del sistema de defensa del continente, nos impone un papel singularmente grave...También el presidente Santos, en declaración formal ante el Congreso, expresó que las autoridades colombianas no permitirán jamás que desde este suelo se prepare o se intente un ataque contra el Canal interoceánico. De manera que para la seguridad de ese punto vital contribuirá Colombia con su colaboración más eficaz, en la medida de sus capacidades."19

Conclusión

A lo largo de este trabajo se ha tratado de mostrar la forma cómo los acontecimientos mundiales de los convulsionados años treinta y cuarenta del siglo XX ejercieron una influencia determinante en nuestro país tanto en materia de relaciones internacionales como en política interna. El caso de Barranquilla es fundamental debido a que para ese entonces era tal vez la ciudad colombiana más vinculada con el resto del mundo debido a su condición de principal puerto de país. El papel que jugaba el periódico local La Prensa en la elaboración de la opinión pública resulta paradigmático para tratar de comprender uno de los frentes de combate de las ideologías a nivel mundial (democracias y totalitarismos) que ya desde los inicios de los treinta tomaban posiciones agresivas y que encontraron eco en los tradicionales partidos políticos colombianos. El caso de La Prensa antes de la guerra es uno de tantos modelos que pueden encontrarse de la construcción y difusión de la imagen pública de un país y su régimen de gobierno: Alemania y el nazismo. La entrada en la escena del conflicto mundial de un fuerte poder regional como los Estados Unidos para fortalecer al bando aliado determinó la desaparición de la capacidad mediática del Tercer Reich, no sólo en Barranquilla sino también en todo el país, personificada en la agencia de noticias Transocean, la cual terminó completamente desplazada por la United Press que pasó a ocupar el privilegiado lugar desde el cual se generaba en gran medida la opinión que circulaba por las calles de esta ciudad del Caribe.

Por otra parte, así como la influencia de la agencia Transocean en La Prensa desapareció, también lo hizo la fuerte presencia económica y cultural de los ciudadanos alemanes en Barranquilla. Esa importante ascendencia que habían tenido desde el tercer cuarto del siglo XIX se vio desplazada por la injerencia norteamericana que utilizó mecanismos como la Lista Negra para aplicar un bloqueo económico y quebrar u obligar a vender las empresas de los ciudadanos del Eje. De esta manera Estados Unidos aseguraba el cumplimiento de la Doctrina Monroe que de a poco había venido siendo agrietada por las crecientes redes tendidas entre Colombia y Alemania.


*Historiador, Universidad del Atlántico. Magister en Ciencias Históricas, Universidad Rey Juan Carlos, España. Este artículo hace parte de un proyecto de investigación mucho mayor sobre el impacto en la opinión pública local de la Segunda Guerra mundial, vinculado al Grupo de investigación GRAU de la Universidad del Norte.

1Para conocer más acerca de la masificación de la cultura en la segunda mitad del siglo XIX véase: E. Hobsbawn, La Era del Capital, 1848-1875, Editorial Crítica, 1998, Barcelona, 286-317 pp.

2 Guillermo López García, "La primera guerra mediática: la prensa en la guerra de Cuba", (On Line) en: http://www.lapaginadefinitiva.com/weblog/articulosglopez/guerracuba.PDF. (Acceso: 20 de junio de 2008)

3 Orson Welles quiso llevar al cine la vida William Randolph Hearts y finalmente lo logró hacia 1941 en la película Ciudadano Kane, a pesar de la dura oposición del magnate de la prensa.

4 Fátima Leiva y Marcelo Moret, "La guerra de las Malvinas: primeras planas en la prensa escrita y los testimonios en primera plana". (On Line) en: http://unlugarenmismundos.googlepages.com/laguerrademalvinasprimerasplanasdela.doc. (Acceso: 20 de junio de 2008).

5 R. A. C. Parker, El siglo XX, I. Europa 1918-1945, Madrid, Siglo XXI de España Editores, 2004. Pág. 110

6Luís Eduardo Bosemberg, "Alemania y Colombia, 1933-1939". (On Line) en: http://www.iberoamericana.de//articulos-pdf/21-bosemberg.pdf, 34-35 pp.

7 "Ecos de Alemania", La Prensa, 1° de julio de 1936, pág. 8a. AHA.

8 "Ecos de Alemania", La Prensa, viernes 3 de julio de 1936, pág. 8a. AHA.

9 "Hitler se conformaría con darle un buen ejército a Alemania", La Prensa, lunes 6 de julio de 1936, pág. 1a. AHA.

10 "Crónica Semanal de Alemania", La Prensa, 2 de junio de 1936, página 8a. AHA.

11 "Crónica Semanal de Alemania", La Prensa, miércoles 8 de marzo de 1939. Página 11a. AHA.

12 "Hitler accedió a tomar bajo su protección al pueblo checo", La Prensa, 17 de marzo de 1939. AHA.

13 "Crónica Semanal de Alemania", La Prensa, viernes, 9 de junio de 1939, pág. 9a. AHA.

14 "La mayor fuerza de Alemania", La Prensa, jueves 8 de junio de 1939, pág. 5a. AHA.

15 La Prensa, 6 de junio de 1939, pág. 5a, AHA.

16 Primera plana, La Prensa, lunes 1 de diciembre de 1941, United Press. AHA.

17 Primera plana, La Prensa, Martes 2 de diciembre de 1941, United Press. AHA.

18 "Una metódica obra de destrucción realizan los alemanes en Polonia", La Prensa, jueves 4 de diciembre de 1941 páginas 1- 9a, United Press. AHA.

19"La Guerra en el Pacífico", La Prensa, lunes 8 de diciembre de 1941. Página 5a. AHA.


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Fuentes hemerográficas

• Diario La Prensa, 1930-1941. Archivo Histórico del Atlántico.


Memorias
Revista Digital de Historia y Arqueología desde el Caribe
http://rcientificas.uninorte.edu.co/index.php/memorias
memorias@uninorte.edu.co

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