ISSN Electronico 1794-8886 n.° 31, enero-abril de 2017 Fecha de recepción: 13 de julio de 2016 Fecha de aceptación: 10 de septiembre de 2016 DOI: http://dx.doi.org/10.14482/memor.31.9923 |
Esplendor y decadencia del cultivo de caña en el Caribe. La mirada de National Geographic1
Rise and decay of cane production in the Caribbean. The gaze of National Geographic
Esplendor e decadencia cultivo da cana no Caribe. O olhar da National Geographic
Laura Muñoz Mata
Doctora en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Nacional Autónoma de México. Forma parte del Sistema Nacional de Investigadores. Sus primeras investigaciones se centraron en el análisis del nacionalismo en Bolivia. Desde hace varios años se dedica a estudiar el Caribe, sus vínculos con México y, recientemente, a las representaciones de la región en la revista National Geographic. Como docente, dirige seminarios de tesis a nivel posgrado. Ha recibido diferentes becas de investigación, entre las que destacan la del Instituto Ibero-Americano de Berlín, la Fulbright-García Robles y las otorgadas por la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Citar como:
Muñoz, L. (2017). Esplendor y decadencia del cultivo de caña en el Caribe. La mirada de National Geographic. Memorias: Revista Digital de Arqueología e Historia desde el Caribe (enero-junio), 39-74.
Resumen
Este trabajo analiza el discurso visual promovido por la revista National Geographic a lo largo de varias décadas del siglo XX durante las cuales se desarrolló la industrialización azucarera bajo la égida del capital estadounidense. Las fotografías publicadas, utilizadas aquí como documentos históricos, son viñetas que dan cuenta de un proceso que inicia con la promoción del espacio para el cultivo, muestra las condiciones propicias para desarrollarlo, el crecimiento de la producción, sus elevados niveles de exportación y la decadencia de la actividad.
Palabras clave: Azúcar, Caribe, Estados Unidos, National Geographic, imperio, caña.
Abstract
This paper analyzes the visual discourse promoted by National Geographic over several decades of the twentieth century during which the sugar industrialization under the aegis of US capital developed. The photographs, used here as historical documents show the process, that starts with the advertising of the empty space for cultivation, showing the conditions to develop, growth of production, high export levels of exportation and decay of the sugar industry.
Keywords: Sugar, Caribbean, United States, National Geographic, empire, cane.
Resumo
O artigo analisa o discurso visual promovida pela National Geographic ao longo de varias décadas do século XX, durante o qual a industrializacao de acucar se desenvolveu sob a égide do capital norte-americano. As fotografias publicadas, usado aqui como documentos históricos, sao vinhetas que mostra um processo que comeca com a promocao de espaco para o cultivo, as condicóes para o desenvolvimento, o crescimento da producao, seus altos níveis de exportacao e deterioracao da actividade.
Palavras chave: Agúcar, Caribe, EUA, National Geographic, imperio, cana.
American sugar kingdom and "all that is in it"
Mirando la secuencia de fotografías alusivas al esplendor y decadencia del azúcar en el Caribe durante el siglo XX, publicadas por National Geographic Magazine (National Geographic después), no hay nada que refleje y resuma mejor que la expresión "American sugar kingdom" utilizada por Eric Williams.2 En las siguientes páginas examinaremos esa historia contada por imágenes seleccionadas por el editor —primero Gilbert H. Grosvenor, el artífice de la revista— o por el grupo de editores —cuando la revista creció. Constata la transformación de la industria bajo la égida estadounidense, la organización, el crecimiento, la propagación de una forma de producir.
La revista generó y puso a circular una enorme cantidad de imágenes que proponen ser ventanas al mundo. Las utilizo para mi trabajo porque de acuerdo con la opinión que por generaciones han tenido los editores de National Geographic es lo que principal o únicamente ven los lectores. También, porque creyeron en su poder para influir en la opinión, desde los tiempos en que Alexander Graham Bell dirigía la Sociedad National Geographic y contrató a Gilbert H. Grosvenor a finales del siglo XIX. Si para la revista durante más de medio siglo la fotografía equivalía a testimonio fidedigno, el mundo, en consecuencia, era como se mostraba en sus imágenes. Más allá de si compartimos o no esa concepción acerca de la fotografía, ya muy discutida en nuestros días, me interesa preguntar ¿cómo se ve ese mundo representado por la revista?, ¿qué significa mostrar "all that is in it"?, ¿qué nos dice si nos fijamos en un tema en particular? Mi propuesta es que la revista contribuye, en el caso del Caribe, a difundir los escenarios por donde se desplaza la empresa imperial estadounidense, ya sea militar, económica o de cualquier otro tipo.3 La "acompaña y atestigua". Esto podemos constatarlo al examinar la secuencia de fotografías del cultivo, producción y distribución del azúcar, ejemplo de fotografía documental de un mundo que ya no existe.4
He reunido en orden cronológico todas las imágenes publicadas relativas al tema, considerando el artículo en el que fueron insertadas, y en especial los pies de foto, subtítulos y títulos generales para darles sentido.5 Este procedimiento permite acercarse a lo que se intentaba decir, a cómo se construyen estas imágenes, desde dónde se toman, qué muestran, qué no, qué similitudes se enfatizan, cuáles diferencias se marcan, siempre teniendo en mente que esta selección pasa por diversos filtros (el fotógrafo, el editor, el lector) pero que el criterio que prevalece en la narración es la versión editorial.
Paisajes y escenas
La narración comienza en mayo de 1898, tras la intervención estadounidense en el conflicto hispanocubano, con el artículo "Cuba", el primero de una serie sobre el Caribe que incluye fotografías, y de los que aparecerán cuando algo importante en el interés de Estados Unidos suceda en la región. El texto es un estudio del potencial económico de la isla y de su importancia estratégica. Ninguna fotografía lleva crédito. Suponemos que son del autor, Robert T. Hill, geólogo empleado en la United States Geological Survey; o que fueron proporcionadas por alguna entidad del Gobierno estadounidense porque la revista no generaba aún su propio material.
La primera fotografía es la entrada a una hacienda en Matanzas. El camino bordeado de altas palmeras representa los muchos otros caminos que conducían a las haciendas y nos introduce en el paisaje y en el tema. El título es "Avenue of Palms on sugar state, Matanzas". Título corto que contiene la información necesaria. Matanzas ya era una zona productora. Esto explica la siguiente imagen, en la que vemos una enorme superficie con caña y al centro el edificio principal de la hacienda. Esa fotografía dice que la actividad no es nueva. En los siguientes años veremos cómo se transforma, cómo crece y cómo declina.
En esa época la revista usaba fotografías para ilustrar lo dicho en el texto. Aquí funciona así. A la izquierda de la fotografía, que se despliega a página completa, se habla de la agricultura, del cultivo de caña en plantaciones de entre 100 y mil acres, con suelo muy fértil y de que the machinery of the states up to the outbreak of the present revolution was the finest andmost modern in the world.6 A la derecha se ve el paisaje que rodea a la central, totalmente sembrado, sin ningún hombre trabajando. La siguiente es una vista de la bahía de Matanzas. Se trata de un espacio poblado, protegido y visitado por muchas embarcaciones. Una cuarta fotografía, por su calidad quizá la más antigua de todas, ofrece una perspectiva del muelle de Matanzas.
Que no haya ninguna imagen relacionada con el cultivo de caña de las 13 que se incluyeron el siguiente año en el artículo dedicado a Puerto Rico, mientras sí hay relativas al café, habla de lo que los editores privilegian mostrar.7 Cuba, en cambio, sigue atrayendo por su riqueza. En octubre de 1906, un artículo refleja lo que Cuba representa en el imaginario difundido desde 1898: "The Pearl of the Antilles".8 Entre las 24 fotografías desfilan el cultivo y transporte de caña. Los pies de foto hablan de los niveles de producción y del monto de venta a Estados Unidos. El texto, que no tiene autor, es resultado de una mezcla de información procedente de "diversas autoridades", entre las que se encuentran O.P. Austin y Charles M. Pepper, del Departamento de Comercio y Trabajo; Gonzalo Quezada (sic), ministro de Cuba en Estados Unidos; el general J. P. Sanger, Henry Gannett y W. F. Wilcox, autores publicados por el Departamento de Guerra. El artículo es una alabanza a la riqueza de Cuba, a sus excelentes condiciones climáticas, geográficas y, desde luego, económicas.
Abre la secuencia la imagen de un cañaveral. El título la describe: "Cutting and Stripping cane". En primer plano la caña cortada. En segundo, algunos trabajadores posan para la cámara, mientras otro mira curioso al fotógrafo y el resto es captado en plena faena. Al fondo, todo lo que falta por cortar. La sensación que el lector experimenta es de abundancia. El pie de foto es aprovechado para ofrecer información y orientar mejor la mirada del espectador. Cuba envió azúcar a Estados Unidos por valor de 60 millones durante el año que terminó en junio de 1906. De acuerdo con el artículo, la cosecha de azúcar de las cuatro provincias atravesadas por ferrocarriles se estimaba en 7 746 800 costales, y casi en un 80 por ciento eran trasladados por el británico. Se incluye la fotografía respectiva con los vagones repletos de caña. La leyenda informa de los volúmenes de producción: 1 100 0 00 toneladas en 1905, 1 054 0 00 justo antes de la revolución en 1894 y apenas 212 000 en 1897. Son pocas fotografías, sin autor, que quizá fueron proporcionadas por los militares encargados de reconocer el territorio.
Llama la atención que en los siguientes años no haya artículos con fotografías que documentan el crecimiento de la industria azucarera. Los temas prevalecientes son otros. Por ejemplo, la compra de las Islas Vírgenes.9 En julio de 1916, un artículo sin autor incluye una imagen de un cañaveral como telón de fondo a la escena que se quiere mostrar, unas lavanderas que aparecen en primer plano en la toma de William H. Rau que de manera escueta dice debajo "Native Washwomen of St. Croix". La caña está en un segundo plano, opacada. En cambio, el texto reconoce que st. croix posee mucha tierra fértil. El dato resulta rescatable porque después, en una especie de balance de la presencia estadounidense en las Islas Vírgenes, St. Croix será la única donde se reconozca el esfuerzo del Gobierno estadounidense para revivir la actividad. Pero entonces lo importante era comunicar que esas islas serían el Gibraltar americano del caribe.
A continuación, la mirada se detiene en Cuba, "the sugar mill of the Antilles", con un artículo que abre el número de julio de 1920. Su autor, William Joseph Showalter, es uno de los dos assistant editors de la revista. Desde el primer párrafo cuba es comparada con El Dorado. Todo el texto es un canto a la bonanza de la isla. Pero aun sin leerlo, el discurso visual habla de ella, de cuando los precios se elevaron y la prosperidad fue tal que se llamó a ese periodo "la danza de los millones". Cientos de miles de dólares fueron invertidos en las plantaciones azucareras y en los ferrocarriles.10
La primera fotografía, de la American Photograph Co., es una vista de la bahía de Nipe en una noche de luna. La oscura silueta de dos embarcaciones interrumpe la vista de un espejo de aguas tranquilas en el que se refleja la luna. La bahía, prácticamente desierta, contradice el pie de foto que afirma que ahí se centraba la industria azucarera del oriente cubano, de grandes proporciones.
Desfilan después los campos cultivados, escenas del transporte y molienda, la mano de obra (personajes anónimos, descargando los barcos o cortando la caña), bodegas que muestran la apabullante cantidad de sacos de azúcar estibada y lista para la exportación o depositada en su destino. Pies de foto e imágenes ofrecen información suficiente. No hay comentarios negativos; por el contrario, todo habla de una industria eficiente y próspera. Los acercamientos, primeros planos o recortes expresan muy bien lo que se quiere mostrar.
En la segunda fotografía de la narración, "A typical scene in the Cuban cane country", de American Photograph Company, el pie de foto guía la percepción del lector al destacar que observando el horizonte en cualquier dirección, la mirada encuentra un mar verde de caña apenas interrumpido por el edificio —que no se ve en esta imagen— de un enorme molino que rompe la monotonía del paisaje. Después, tres fotografías se ocupan del transporte del producto. una, de American Photograph Co., muestra una fila de carretas. Según el pie de foto, ese año la producción de azúcar de la isla fue enorme, to load a procession of cane-carts, four abreast, reaching around the earth.
En ese conjunto, la imagen de Edith S. Watson de un grupo de niños que aparenta tocar música utilizando un trozo de caña resulta pionera en una serie que será publicada a lo largo de varias décadas. Son fotografías de niños —o adultos— posando mientras comen caña, imagen pintoresca de una actividad que no lo era. Estas y otras del estilo despojan al cultivo de caña de cualquier asociación con una actividad compleja y de explotación. La fotografía de Watson contrasta con otra titulada "Hard Going on a Cuban Sugar Plantation", de F.W. B. Hogge, que hace referencia a las dificultades de la recolección y del tránsito de las carretas en época de lluvias. Dos más, de American Photograph Co., muestran otras fases del proceso. En una, la carga mecanizada de los vagones del ferrocarril y en la otra parte de la molienda. Los pies de foto señalan que una central moderna requiere 250 acres de caña al día para mantener la producción al máximo, lo cual explica que enormes extensiones de tierra fueran tributarias de las centrales, que la molienda fuera constante, noche y día, semana tras semana, y se explica cómo se blanquea el azúcar. En otra, se ven los costales de azúcar desembarcados en Nueva York, camino a la refinería en Nueva Jersey. Impacta leer que para mover la cosecha de azúcar de ese año se necesita una flota de barcos, uno por cada milla entre La Habana y Nueva York, y cada uno con 8 millones de libras de azúcar. Una imagen más apabulla por la gran cantidad de sacos almacenados y listos para la exportación. Finalmente, la última fotografía intenta ser evidencia de la investigación que se llevaba a cabo para mejorar la calidad de la caña. Es de Underwod and Underwood y hace referencia al uso del polariscope, que medía la pureza del azúcar.
Dos años después, en febrero de 1922 una toma de un molino en Barbados marca la diferencia con lo logrado en el Caribe hispano.11 La imagen de Publishers Photo Service muestra uno de los molinos de viento usados en las plantaciones azucareras. Aun cuando la chimenea y el grupo de trabajadores que posan para la foto indican que está activo, la actitud relajada de estos y la cantidad reducida de caña preparada para ser molida hablan de niveles diferentes de producción respecto a Cuba. Se induce a pensar que en esa isla, y por extensión en el resto de las británicas, hubo tiempos mejores. El título es "One of the many windmills on the sugar plantations of Barbados". La redacción habla de los inicios del cultivo, del bajo costo de la mano de obra y de la fertilidad del suelo, pero en pasado, a diferencia de lo que ocurre cuando se habla de Cuba o de Puerto Rico, que se redacta en presente, como veremos en los pies de foto en el artículo de diciembre de 1924, debajo de 8 imágenes en tierras borinqueñas.12
Las fotografías de Charles Martin, del equipo permanente de NGM, son un documento de algo que ya no existe, instantáneas de cuando el litoral de la isla se había convertido en un mar de caña. Humberto García afirma que entre 1898 y 1913 se construyeron más de 35 nuevas centrales de diverso tamaño, capacidad y capitalización y que en 1910 había 41.13 El rápido incremento de centrales azucareras en Puerto Rico no se documentó en la revista con suficientes fotografías, no obstante, las que se despliegan en "Porto Rico the gate of riches", que desde el título induce la percepción del lector, son representativas. Al ver la primera de ellas,
El paisaje, transformado por la presencia de la fábrica molino y, más adelante, de los peones sudorosos, se rebela contra lo pintoresco. Los trabajadores aparecen en formación, obligados sus cuerpos a la línea del corte. Enfrentan con sus machetes una naturaleza que ahora es impenetrable muralla de caña. Bajo un candente sol avanzan a machetazos contra la yerba, a medida que la caña retrocede y el mayordomo vigila. 14
Estas líneas, que corresponden a otra escena, describen muy bien lo que el lector observa: el avance sobre la pared de caña que pareciera impenetrable. El título es un escueto "Harvesting sugar cañe". El pie de foto, en cambio, da información acerca de las características del trabajo: caluroso, difícil, que debe hacerse a mano, con salarios de 50 centavos a 2 dólares el día y solamente seis meses al año.
En otra imagen se evidencia el uso de carretones para el transporte combinando con la mecanización en el proceso de carga; el título expresa lo que se ve: "Transferring cane from cart to raíl road car"; lo interesante viene en el pie, con la información de que casi todas las propiedades grandes tienen ferrocarriles propios que proveen la materia prima a las fauces de los molinos. Frases siempre en presente.
Una tercera fotografía, de una central, evidencia cómo se ha transformado la industria. El edificio acapara la atención, no importa que aparezca en segundo plano antecedido por el campo cultivado, se levanta imponente con las chimeneas echando humo, prueba de su actividad. En el entorno el paisaje se ve controlado. El pie contribuye a redondear lo que se ve. Aunque Puerto Rico no es un país industrializado, el paisaje está salpicado por altas chimeneas que proveen de energía a las centrales y se investiga para mejorar la calidad de la caña. La fotografía, en blanco y negro, de media página, muestra la altura lograda en la estación experimental de Río Piedras. El pie informa:
The United States Department of Agriculture has been active in introducing improved varieties of cane into Porto rico. Already types, have been found that are immune to one destructive disease which was decreasing yield. Some of the newly imported varieties grow well on soils previously supposed to be too poor for cane.15
La secuencia visual refleja el crecimiento y la modernización, lo imponente del tamaño del espacio destinado para la molienda y los flamantes equipos. Es el retrato de la abundancia que comparten en el discurso de la revista Cuba, Puerto Rico y, más tarde, República Dominicana. El pie de foto que acompaña la fotografía de la gran cantidad de azúcar almacenada, awaiting shipment abroad, informa que desde la intervención estadounidense las exportaciones se incrementaron siete veces y un año casi alcanzaron los 100 millones de dólares. No sabemos por las fotografías de la distribución en el interior de las centrales, ni cómo vivían sus administradores, pero sí de la pobreza de la población. La sensación que queda no se corresponde con la supuesta imagen del mundo rosa que se dice difundía la revista.16
Una última, a color, "Headed for the sugar mill", muestra un carretón con caña, tirado por dos bueyes, y al lado el conductor. El pie dice que en la temporada al máximo, 10 mil conductores guían los carretones que alimentan los molinos.
En contraste, encontramos en Jamaica, en enero de 1927,17 una fotografía de Duperly and son, famosa por difundir postales pintorescas. Es una escena posada, en la que el grupo se muestra alegre, disfrutando el sabor de la caña y ocultando los sinsabores de su extracción. La leyenda retoma la idea del trópico proveedor "natural" de alimentos: "Nature provides lunch in the cane fields". Aquí la caña representa más que golosina, es la comida. Por esos años, capital estadounidense estaba invirtiendo en hoteles y promovía la visita a Jamaica,18 ¿la imagen corresponde a lo que se vería?
Dos fotografías de Jacob Gayer, del equipo de la revista, completan la secuencia. En la primera, a página entera, la escena ocurre en el proceso de cargar la caña con una de las grúas comunes en las grandes haciendas. El pie de foto habla de la modernización que impera en las plantaciones grandes. La otra, de menor tamaño, refleja la existencia de pequeños productores que cultivan caña de azúcar para su consumo.
Se puede ver cómo se transporta el dulce en una de las instantáneas en el artículo de mayo de 1928.19 Es de Elmendorf, de la agencia Galloway, en la que varios barriles se enfilan para ser embarcados. La descripción es escueta: "Barrels of molasses on the beach at St. Croix". En el pie se añade que severos problemas económicos afectaron a los habitantes cuando Dinamarca vendió las Islas Vírgenes a Estados Unidos.
En enero de 1931, época de dominio de corporaciones estadounidenses en la industria azucarera de República Dominicana,20 aparece un artículo con fotografías de temas familiares. Son los pies de foto los que ofrecen la información del caso particular. En la primera, titulada "Most important of the Republics crops is sugar", llama la atención que los trabajadores, que cargan caña en uno de los carretones, son de piel más oscura. El pie explica que mucha de la mano de obra utilizada para el cultivo y cosecha es reclutada en Haití e islas vecinas. En la segunda se cargan vagones del ferrocarril. El título acota la mirada: "From miles around, cane is brought to the central to be crushed". El proceso es el mismo que hemos visto en Cuba y en Puerto Rico, una gran concentración de caña en la central alimentada por diversos productores. La leyenda ratifica que el cultivo en gran escala y el uso intensivo de capital son requeridos para el éxito de la producción. Por eso la industria se concentra principalmente en manos de grandes operadores. La redacción es en presente.
Otras dos fotografías con temas afines a los ya vistos muestran la mecanización del trabajo y el volumen de la producción. En una, los residuos de la caña molida son usados como combustible. Se explica que en la manufactura del azúcar casi nada es desperdiciado. El bagazo se quema para alimentar la maquinaria del molino. Dos trabajadores aparecen en primer plano hacia la derecha de la imagen, su dimensión humana propicia imaginar el tamaño de la habitación y el enorme volumen de bagazo. La maquinaria se despliega en gran parte de la fotografía. En contraste con esta imagen que ocupa un poco más de un cuarto de página, en la siguiente, la fotografía, de página entera, nos muestra la gran cantidad de costales de azúcar listos para la exportación. Aquí también un hombre, quizá un administrador (vestido de traje blanco, impecable, corbata de moño, y porta un canotier), permite intentar un cálculo considerando que la altura es más de tres veces la del personaje. La información en la leyenda abunda en datos acerca de la exportación, de casi 400 mil toneladas al año, que acapara la mayor inversión de capital, produciendo 3/5 partes del valor total de las exportaciones y que los principales consumidores son Gran Bretaña, Canadá, Francia y Estados Unidos. Cuatro fotografías son suficientes para dar una idea del proceso.
En 1933, aunque el título habla de romance, las cosas no van bien en Cuba,21 de acuerdo con la imagen de F. S. Lincoln, de media página, en la que dos niñas comen caña y un tercero tiene los brazos detrás de su cabeza. Lo que se ve impacta por el contraste entre la riqueza asociada a la producción de azúcar y la pobreza evidente de estos niños desharrapados, sucios, descalzos. La leyenda pregunta Who cares whether the mills grind, so long as cane grows and teeth are strong. La leyenda de otra fotografía, atribuida a Roberto Machado, indica la preocupación reinante con un What is the Price of sugar today?, y añade que un vendedor de puros y su amigo, que lleva a casa una gallina, discuss business and politics on a street corner. To the right is the stand of a candy man. La crisis se vincula también con lo político, por la revolución del 33, a la que apenas se alude. El interés en la caña continúa, es el oro blanco, y Estados Unidos mantiene la inversión en tierras azucareras.
La siguiente fotografía, también de Roberto Machado, retoma el reiterado tema del traslado de caña a la central. Aquí un carretón hace fila para entregar su carga. El pie señala: On the long sugar bowl trail, y explica cómo la caña se convierte en azúcar morena.
Una tercera imagen, de H. Armstrong Roberts, muestra a un vendedor de paletas de dulce, dice, al estilo Habana, conos muy puntiagudos envueltos en papel y colocados en un transportador.
La última imagen, "Raising cane for the sugar mil of the Antilles", es una fotografía de Publishers Photo Service que recupera el tema y la composición que ya hemos visto en otras en las que la cámara capta a los hombres en el corte de caña, avanzando en línea, machete en mano, dejando atrás la caña derribada.
Con motivo del retiro de Estados Unidos de Haití, en octubre de 1934 se publicó un artículo dedicado a ese país.22 Una sola fotografía, acreditada a Elizabeth R. Hibbs, ofrece una mirada desoladora de lo que alguna vez fue la zona productora de azúcar por excelencia. La imagen muestra un trapiche muy rústico, dos caballos dan vueltas en círculo para moverlo y un niño cuida el proceso. Atrás se ve el vapor de los calderos en los que hierve la melaza para producir azúcar morena y ron. El pie advierte que azúcar refinada se produce en los grandes molinos.
Acerca del origen de la fuerza de trabajo en los campos azucareros, en este caso de Trinidad, se habla debajo de una fotografía de Edwin L. Wisherd, fotógrafo de la revista, que muestra a un grupo de cuatro mujeres en un cañaveral.23 Una de ellas, sentada, con gesto de satisfacción, corta una vara en pedazos para ser plantados. Otras tres mujeres la observan divertidas. El título describe la imagen: "Giggling Friends watch an indian girl cut sugar cane for planting".24 El pie explica que estas trabajadoras de una plantación cerca de Couva descendían de inmigrantes de Calcuta llevados a Trinidad entre 1845 y 1917.
La imagen pertenece al grupo de fotografías pintorescas, de escenas de tintes románticos, asociadas al Caribe británico. Así como en "Tropic trade winds whirl old vanes to crush sugar cane on Nevis", la fotografía de S. J. Hayward de un molino abandonado, vestigio de mejores épocas en Nevis.25
En el caso del Caribe francés, representado por Martinica, hay apenas una finlay de Wisherd que llama la atención. Por una parte, porque pareciera que evidencia que este hacía un recorrido por el Caribe documentando la actividad, pues gran parte de las imágenes son suyas; por otra, porque es la primera en la que vemos mujeres trabajando en el cañaveral. El título: "Old men, young men, women and children all bend their backs during sugar-cane harvest". El pie de foto la explica:
Workers with machetes chop down the stalks while women and children in broad-brimmed hats strip off the coarse leaves, which contain little juice. Donkeys and oxen carry the cane to a railroad siding where it is hauled to a large crushing mill and sugar refinery. Hacked-off leaves become cattle fodder or thatch for outbuildings on the plantation. Martinique produces about 50 000 tons of sugar a year.26
Al año siguiente, en diciembre de 1939, cuando Estados Unidos acaba de sumarse a la causa de los aliados, Puerto Rico —importante en la estrategia defensiva— es el tema del artículo que abre el número.27 Una kodachrome de Wisherd, de página completa, ofrece un gran plano de un cañaveral con el carretón típico atiborrado, entre mucha caña cortada. Al fondo se aprecia la línea de hombres avanzando en el corte, parejo, derribando las paredes de caña, machete en mano y el mar como telón de fondo. "Machetes in hand, Puerto Rican harvesters attack a field of tall sugar cane" se lee debajo de la fotografía; ahí se especifica también que cortan a nivel del suelo tallos de 12 pies de alto.
Una imagen interesante es la toma aérea, acreditada a Abrams Aerial Survey Corp., de la central Merceditas, cerca de Ponce. La leyenda dice "Like a small city is this sugar refinery and distillery near Ponce" y se aprovecha para informar que está rodeada de verdes cañaverales, savia que alimenta de jugo al molino, que la central elabora en una sola planta azúcar morena, refinada y melaza, que posee su propio sistema de ferrocarril, casas para trabajadores y oficiales, tiendas, oficinas, alberca y sistema hidráulico. Además, que tenía aeropuerto con una flota de aviones para los ejecutivos. En la vista lo que se advierte es el tamaño de la fábrica y su capacidad.
De las Islas Vírgenes se publicó, en septiembre de 1940, otra kodachrome de Wisherd con una extensa superficie cultivada en St. Croix.28 Al centro el molino con sus chimeneas. De la extrema derecha de la imagen hacia el edificio donde se obtiene el azúcar hay una línea de fuga marcada por el camino de acceso bordeado de "ondulantes cocoteros". El pie de foto hace alusión al tiempo en el que la isla fue llamada "el jardín de las Indias Occidentales danesas", donde los molinos arruinados y las casas de las haciendas recuerdan los días del "boom" azucarero. Sorprende la quietud que transmite. No hay gente trabajando.
Esta imagen antecede a otras dos en blanco y negro. Una, de P. W. A., registra a hombres y mujeres en el cañaveral. La mujeres se hunden hasta las rodillas entre la caña cortada. El pie que la acompaña exalta la relación con Estados Unidos. se subraya que son ciudadanos estadounidenses y que están orgullosos de serlo. Después, que cosechan caña, que trabajarán de cuatro a cinco meses cortándola a mano, que azúcar y ron son sus más valiosas exportaciones, que hablan inglés.
En la otra, de Wisherd, tomada desde cierta altura, aparece en primer plano, a la derecha de la imagen, un personaje vestido como explorador (incluido el salakof) mirando hacia los barracones que alojaron a los trabajadores. El título "Sugar, leading crop of the Virgins, is coming into its own again" es una referencia a la recuperación del cultivo tras el reclamo del Gobierno estadounidense de grandes áreas.
En la última, también de Wisherd, la torre de un molino se ve en desuso; el texto lo ubica como un monumento de la época de oro de St. Croix, conocida en los mercados mundiales del azúcar y del ron. La depresión de esos mercados llevó al desuso de los molinos, pero la reanudación de la actividad incorporó maquinaria moderna.
Unos meses después, en enero de 1941, aparece en una página completa un cañaveral en St. Kitts.29 Ese encuadre será en adelante el distintivo de la isla. se trata de una toma en ligera picada de un área colindando con el mar en la que los campos se extienden como una "patch quilt". El pie de foto no hace ninguna referencia a lo que se ve en la imagen en blanco y negro sino al lugar desde donde fue tomada la fotografía. Además de esta hay tres más de Barbados. De su época de productora de azúcar quedan los molinos, como un motivo pintoresco. El pie de foto de la primera, de página completa de un molino centenario, comenta que este se ha convertido en bodega, que quedan algunos en uso, pero que las fábricas los han suplantado con maquinaria moderna. Enfatiza que Barbados es probablemente el lugar con más molinos de viento por milla cuadrada. Esta finlay de Wisherd y otra, en blanco y negro, donde el molino se ve en campo abierto, forman parte de esa mirada romántica recurrente. En la primera de ellas, un personaje con su carreta jalada por un burro y cargada con unos costales completa el cuadro. En la segunda, unos trabajadores en el camino de tierra y una vaca pastando dan el toque a la escena. La información en el pie de esta segunda fotografía habla del proceso en plantas que no son modernas, que usan energía más barata y que tienen un aspecto más "artístico", haciendo que el paisaje en Barbados se pareciera a Holanda.
Una última fotografía, en blanco y negro, es una escena en la que varios trabajadores cierran los barriles de melaza, mientras otro grupo, en segundo plano, conversa a la sombra de un árbol y de espalda a la cámara. La leyenda ubica esa escena en el muelle. Se relaciona con otra imagen de Luis Marden, uno de los más famosos fotógrafos de la época, publicada en otro artículo.30 Se trata de una kodachrome, que es casi como una postal para turistas. En un camino, que divide en dos la imagen, van tres mujeres llevando su carga en la cabeza. A los lados, los cañaverales, de tallos apretados, dejan caer suavemente las espigas superiores y obligan la mirada hacia el último plano, donde se levantan los restos de un molino coronado por vegetación silvestre. El título lo dice todo: "Toward a ruined windmill Antiguan women walk between fields of Yellow-green Sugar cane". De acuerdo con la leyenda, se trata de una típica escena rural con torres de piedra de molinos que alguna vez molieron caña, porque Today juice is extracted at largepower-operated centers. Es decir, Antigua también había entrado al circuito modernizado, pero la revista prefiere mostrar las escenas que remiten al pasado.
Una imagen de Gayer en el artículo dedicado "a la tierra que Colón amó", en referencia a República Dominicana, ofrece una escena familiar.31 En primer plano la caña está cortada en espera de ser cargada en tres carretones. El cañaveral, como una muralla, marca el límite. Los trabajadores que se ven están ocupados en acomodar la carga. La leyenda informa de la introducción del azúcar por Colón, que desde entonces era cosechar dinero, que las tierras son muy fértiles y se reconoce que gran parte de la cosecha se logra con trabajadores haitianos.32 Aquí, la producción está marcada también por la modernización y la abundancia.
Una fotografía atribuida a B. Anthony Stewart, del equipo de NGM, en blanco y negro, desplegada en toda la página, capta a dos trabajadores descendiendo entre sacos de azúcar como de una montaña. Según la leyenda, al autor —que había visto 75 0 00 sacos de azúcar— le recordaron dos muchachos egipcios bajando de las pirámides. Esos costales en el depósito, ubicado en Barahona, no podían ser transportados por falta de embarcaciones. Es decir, la imagen y el comentario manifiestan las repercusiones de la guerra. Esos "guiños" apuntan a no considerar la mirada de un mundo color de rosa, aun antes del giro dra´stico que National Geographic dio hacia finales de los sesenta.
Al comenzar 1947 abre el número un artículo de título revelador: "Cuba-American Sugar Bowl".33 Sin embargo, las fotos —atribuidas a la Sugar Research Foundation— son solamente dos, en blanco y negro, cuadradas y ligeramente más grandes que media página. En una observamos la mecanización para transportar caña. El título dice "Sugar for your coffee in the making-unloading cane at a Cuban Central". La leyenda es una loa a la fertilidad del suelo tropical. La segunda detiene un instante el proceso de extracción del jugo. La leyenda ennumera los pasos para la molienda y remite al lector al apartado "How sugar is made", donde los datos son abrumadores: el 85 % de la producción, 3 768 000 toneladas, se vendía a Estados Unidos y representaba cerca de la mitad del "sugar bowl" del Tío Sam.
Al año siguiente encontramos una toma muy diferente de lo acostumbrado.34 La ektachrome de Carleton Mitchell de un cañaveral en St. Kitts lo muestra como si estuviera arrinconado. Aunque el encuadre es parecido al cotidiano del fotógrafo en un punto central, un primer plano del terreno limpio y una porción de terreno cultivado con caña muy alta en segundo, lo curioso es que estos dos planos son muy cortos y lo que predomina en la imagen, más de la mitad de una fotografía que ocupa todo la página, es un cerro como pared enorme, que limita el terreno cultivable. El pie de foto la explica. Para cultivar caña se aprovecha cada pulgada disponible, incluidas las faldas de los cerros. El procedimiento incorpora el uso de carretas como la que se ve, jalada por cuatro caballos, que llevan la caña al ferrocarril que la transporta al molino. El uso intensivo del suelo se ve en otra toma, la clásica desde cierta altura, de la "patch quilt".
El recorrido sigue por Puerto Rico, abriendo el número de abril de 1951.35 Para entonces varias centrales habían cerrado. Un mapa ubica bases militares y dos centrales, la Igualdad y la Aguirre. Una ektachrome de Justin Locke, del equipo de NGM, ofrece por primera vez y a toda página un acercamiento a un cortador de caña, machete en mano, que es captado mientras está absorto en su tarea. Otras tres ektachromes del mismo fotógrafo completan la narración. La segunda es una toma aérea de un paisaje extenso, muy verde. Una central ocupa el primer plano con los cañaverales rodeándola. Es un indicio de cómo va la industria.36 Los pies de foto ayudan a moldear la mirada, la concentración ha sido mayúscula, al tiempo que se cierran centrales, la Constancia, cerca de Toa Baja, en la imagen, cerrará once años después de esta publicación, pero en 1951 era una de las 34 que había.
Dos niños disfrutando un pedazo de caña, en una tercera kodachrome, refuerzan la idea de que no hay mejor golosina que la caña. En la última se ve una larga hilera de vagones rebosantes de azúcar sin empacar, camino a ser embarcada. El pie de foto explica esta forma de transporte y la presencia de un hombre en primer plano. Es un convoy de la central Aguirre dirigiéndose al cargador Marina. Esa forma de transporte fue la solución a la escasez de costales durante la guerra. El hombre, ayudante de laboratorio, toma muestras de azúcar.
En 1952, la situación de Barbados, según las imágenes de Charles Allmon, otro de los fotógrafos de NGM, es diferente de lo antes dicho. Desde el título se anuncia como una isla productora de azúcar: "For 300 years fields of Sugar Cane, Rippling in the Trade Winds, have been This Caribbean Islands Life ",37 además de que The history of Barbados is the history of sugar growing. La mirada es inusual. ¿Por qué cambió? ¿Porque Barbados producía mucho? Se esperaban 20 0 00 toneladas largas y el año anterior habían sido 164 000 de azúcar morena, 23 0 00 de melaza y alrededor de 900 000 galones de ron. El texto resalta la labor de la British West Indies Central Sugar Cane Breeding Station para obtener variedades de caña más resistentes y dulces. Siete imágenes dan la idea de mucha actividad, pero el énfasis está puesto en promocionar la labor científica realizada. La primera fotografía, de página completa, es del "océano verde". Se ratifica la idea diciendo: Sugar is King on Barbados. Verdant stands of Cane cover more than a third of the island. Una segunda capta al científico G. C. Stevenson subiendo por una torre protectora que evita que se deposite polen en las puntas de los tallos. A la derecha, una tercera muestra a cuatro trabajadores que cargan un camión con caña, ya no son carretas. Las siguientes dos fotografías muestran barriles con melaza. El pie de foto enfatiza en los volúmenes de producción y lugares de destino. La sexta fotografía, de poco menos de media página, en blanco y negro, es la única de todas las publicadas en la que solamente se ve a mujeres absortas en la carga de caña en un camión. Dos, paradas entre la caña cortada, observan a sus compañeras, una a las que acomodan la carga, y la segunda, a otras que caminan al lado del cañaveral. Nueve mujeres están en la imagen, sin embargo, la leyenda no habla de ellas, remarca otro elemento, el nivel más bajo del suelo, expresado como Sunken Roads Elevate Cane Fields to a Convenient Truck-top Level. La última fotografía muestra en primer plano a una niña comiendo caña. A su espalda se levanta el cañaveral. El pie de foto reproduce lo ya dicho: Who wants Candy when sugar cane is Handy? Any sweets-hungry child has only to reach out as a mill bound truck passes by. Apenas un año antes se expresaba de manera similar para Puerto Rico.
El cambio de tono que abandona lo pintoresco se percibe también en las imágenes de Trinidad de 1953 y de Jamaica en marzo de 1954. En ambos casos se combinan los temas. Para Trinidad, dos kodachrome de Charles Allmon (quien recorrió las islas como antes Wisherd) muestran que es un cultivo importante. En la primera, dos trabajadores de espaldas a la cámara usan sus machetes para limpiar tallos de caña. Al fondo, el cañaveral cierra el paso a la vista. A la derecha y en primer plano, la mirada se encuentra de frente con dos búfalos de agua. La leyenda aclara que aunque se usen para transportar caña, las grandes plantaciones están altamente mecanizadas. La segunda fotografía, menor que media página, es una escena en la que una mujer planta trozos de tallos mientras un hombre, detrás de ella, los recubre con tierra. Las leyendas informan quién introdujo la caña, cuándo, de los trabajadores y del proceso. Una última fotografía de búfalos de agua en un cañaveral es útil para informar que esos animales domésticos se usan en las plantaciones, como Caroni (que ya no existe).38
En el otro ejemplo, las dos kodachrome de W. Robert Moore, jefe del equipo editorial para el exterior de NGM, parecen formar una unidad con las de Allmon. Jamaica es una productora de azúcar. En la primera imagen el cañaveral es evidencia de la fertilidad del suelo. En la siguiente, cuatro trabajadores se ocupan de cargar una de las carretas. Las leyendas ubican esas imágenes en una de las 21 grandes plantaciones, cerca de la bahía de Annotto.39
En este contexto sorprende la imagen de Fritz Henle seleccionada para terminar un artículo sobre las Islas Vírgenes40. En ella se aprecian las ruinas del molino de azúcar de la plantación Caneel Bay detrás de un grupo de hombres que sonrientes ven unos planos. Según el pie de foto, esos planos son los blueprints del parque que se construiría en tierras donadas por Laurance s. Rockefeller en st. John. Queda flotando la idea del azúcar como cosa del pasado y el turismo del presente.
Tres fotografías más de Charles Allmon, de Martinica, completan el recorrido del fotógrafo.41 Aquí también el azúcar es "King of crops". En la primera, hombres y mujeres trabajan afanosamente en el cañaveral, una mujer lleva la carga en la cabeza y varios hombres cortan o cargan caña, pero la leyenda subraya que están atentos a las víboras venenosas.
En la segunda, una mujer se refresca con jugo de caña mientras el comentario se enfoca en las exportaciones en barcos refrigeradores. En la última, dos trabajadores guían una carreta. El pie de foto dice que en Martinica las pequeñas plantaciones se han mecanizado poco.
Las fotografías de Charles Allmon sobre la caña son los últimos registros que enfatizarán en una actividad que ya declinaba. A partir de los años sesenta, National Geographic publicará, cada vez menos, imágenes relativas a esta industria.
Dos kodachrome de John scofield, del equipo de NG, muestran campos de caña en Haití. Los temas son los ya conocidos: trabajadores cargando caña a los vagones, las carretas esperando y la vista aérea, aquí de los campos en Arcahaie Plain, verdes y limitados por el mar del golfo de Gonave.42 Después, de Puerto Rico, cinco ektachrome de B. Anthony Stewart, para entonces fotógrafo en jefe de la revista, sugieren la idea de que el azúcar está dejando su lugar a una nueva actividad.43En la primera lo central es la colocación de postes para energía eléctrica, la caña está como testigo, moviéndose por el aire que genera el helicóptero que los coloca. A la derecha, en una fotografía pequeña, el lector ve a un grupo de mujeres empacando medicinas para la Parke, Davis and Company, según el pie de foto. ¿Podemos inferir que esta actividad desplaza a la azucarera? Otras dos documentan el trabajo en el cañaveral. La primera, de poco más de media página, destaca por su belleza y composición. La silueta en negro de un trabajador manejando un tractor se recorta contra el fondo rojo del fuego.
La siguiente, más convencional, muestra cuatro trabajadores, machete en mano, recogiendo caña y limpiando el terreno. Una tercera, la más pequeña de todas, muestra el traslado de unos cuantos costales de azúcar refinada en la central Merceditas, que contrasta con lo visto en el pasado, cuando la central lucía como una enorme empresa.
Entre las últimas fotografías hay una ektachrome de Thomas Nebbia en la que un muchacho carga en alto un haz de cañas apartadas para producir nuevas plantas en Jamaica.44 En Cuba, Fred Ward, de la agencia Black Star,45 retoma viejos temas pero con resultado diferente: un cortador de caña, machete en mano, está en plena labor, rodeado de poca caña, casi seca; el ganado no se ve saludable, y tampoco encontramos la fila de carretas. La pila de costales es mínima. La leyenda comenta que el azúcar en el puerto de Matanzas se enviará a la Unión Soviética y a Japón. Estas fotografías contrastan con la extensa superficie verde de República Dominicana, descrita en el pie de foto rodeando las barracas de los cortadores y sus familias. Al lado, el retrato de un trabajador pone cara y nacionalidad a los más de 12 000 haitianos que llegaban anualmente a los cañaverales. Todo en él habla de pobreza.46
Cada vez más la revista difunde una imagen del Caribe en problemas. Los pies de foto, más que las fotografías, comunican las dificultades de la industria cañera que se mantiene viva por Europa. En una imagen el azúcar espera llegar a los mercados seguros de la Comunidad Europea, mientras la cubana había tenido precios garantizados por la Unión Soviética. Muchos pequeños productores —representados por una mujer con un haz de caña— se ven en riesgo por el tipo de labor que realizan y los precios del mercado mundial.47 O porque el cultivo desaparece, como se infiere de una imagen de Stephanie Maze del esqueleto de un molino de la costa este de Puerto Rico, idea reforzada por la leyenda que dice que ese molino symbolizes the slow death of that industry.48 Finalmente, una de las últimas fotografías que encontramos relacionadas con la caña es de José Azel, de la Agencia Contact Press Images, en un artículo que ubica a Cuba en una encrucijada.49 Es un cañaveral escuálido, la toma contra el sol, en un atardecer, el sol brilla entre la caña y su luz crea un resplandor de dorado tenue. A la izquierda de la fotografía se distingue la silueta de un trabajador con un portaviandas. La escena es en la provincia de Guantánamo. Las reformas económicas en la Unión Soviética amenazan el mercado subsidiado de Cuba. Es la decadencia.
Conclusiones
La narración que hemos seguido en estas páginas es un ejemplo concreto de cómo la revista National Geographic representó un mundo en el que es evidente el paso del poder imperial estadounidense. Su intervención militar y económica. Durante las primeras décadas del siglo XX, el relato visual corresponde a la transformación y crecimiento espectacular de la industria cañera del Caribe hispano,50 como si fuera un proceso unificado, que es en realidad, diría García Muñiz, expresión hegemónica de la inversión estadounidense. Leyendo con cuidado sabemos de las particularidades. Las fotografías publicadas y el orden que tienen, su despliegue, tamaño y número, son propuestas de recorridos por donde se extiende el "American Sugar Kingdom", su auge y decadencia. Una conclusión es que el azúcar fue un medio para modernizar al Caribe.51 En contraste, la mirada en otras islas, especialmente las británicas, privilegia la construcción de paisajes pintorescos, atractivos para el turismo, otra área de interés imperial que termina por imponerse en toda la región. La secuencia funciona como una especie de "road map", que registra cosas hoy desaparecidas, que impacta los sentidos y la imaginación en una interacción activa.
La secuencia de fotografías se inserta en los cinco cortes que expresan en la revista el interés estadounidense por el Caribe.52 En cada uno pueden coexistir dos o más intereses pero uno predominará: el militar, las inversiones en la agricultura tropical, la defensa estratégica, el turismo, y finalmente, el mínimo interés por la región al haberse trasladado la vigilancia militar a zonas continentales. En el primero, comienza el cultivo de caña con capital norteamericano; en el segundo periodo, a partir de los años veinte, es el gran auge; en el tercero, frente a la Segunda Guerra Mundial, se refuerza el interés norteamericano por el Caribe inglés para instalar bases militares y la mirada al cultivo de caña es nostálgica; a partir de los años cincuenta es el turismo lo que acaparará toda la atención y se verá que la industria cañera irá acelerando su declive. El artículo sobre Cuba con un título que equipara a esa isla con un tazón de azúcar pero en el que solamente se incluyen dos fotografías, marca el inicio de este periodo; y finalmente, en correspondencia con el desinterés por el área, y la casi completa desaparición del cultivo cañero, se muestran algunos esqueletos de lo que fueron las enormes estructuras de las centrales.
1 Una primera versión de este trabajo fue presentada en el III Congreso Internacional de la Asociación de Historia Económica del Caribe (AHEC), Universidad de West Indies, campus St. Augustine, Trinidad y Tobago, del 4 al 8 de noviembre de 2015, en el marco del Proyecto "Intereses y conflictos imperiales en el Gran Caribe", coordinado por la Dra. Johanna von Grafenstein en el Instituto Mora.
2 Citado por César Ayala, quien, además, la usa para el título de su trabajo. Ayala, César J., American sugar kingdom. The Plantation Economy of the Spanish Caribbean, 1898-1934, Chapel Hill, The University of North Carolina Press, 1999.
3 Para un análisis completo de las representaciones del Caribe en la revista, véase Muñoz, Laura, Fotografía imperial, escenarios tropicales. Las representaciones del Caribe en la revista National Geographic, México, Instituto Mora/El Colegio de Michoacán, 2014.
4 Son documentos históricos que preservan un instante de tiempo, como creía Delano. The photographs ofJack Delano, Library of Congress, 2010, p. XI.
5 Un poco más de 80 fotografías, de las cuales 27 son de Cuba, 16 de Puerto Rico, 11 de Barbados, 7 de República Dominicana, 6 de Jamaica y el resto de las de las islas Vírgenes, Haití y Martinica.
6 Hill, Robert, "Cuba", mayo de 1898, p. 212.
7 Hill, Robert, "Porto Rico", marzo de 1899.
8 NGM, "Cuba, The Pearl of the Antilles", octubre de 1906.
9 NGM, “An American Gibraltar. Notes on the Danish West Indies”, julio de 1916.
10 Véase Ayala, op. cit., y Anaya Merchant, Luis (coord). Mercados del azúcar e intervención estatal en el Caribe y México: una comparación internacional en el siglo XX, México, UAEM, 2014.
11 Clarke, Nell Ray, " The Haunts of the Caribbean corsairs: The West Indies a geographic background for the most adventures episodes in the history of the western hemisphere", febrero de 1922.
12 La Gorce, John O., "Porto Rico, the gate of riches: amazing prosperity has been hte Lot of Ponce de León's isle under American Administration", diciembre de 1924.
13 García Muñiz, Humberto, "La plantación que no se repite: las historias azucareras de la República Dominicana y Puerto Rico, 1870-1930", en Clío, Núm. 169, Santo Domingo, enero-junio de 2005, p. 161; y Sugar and power in the Caribbean: The South Porto Rico Sugar Company in Puerto Rico and the Dominican Republic, 1900-1921, Kingston, Ian Randle Publishers/Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 2010.
14 Nazario Velasco, Rubén, El paisaje y el poder, San Juan, Ediciones Callejón, 2014, p. 9.
15 La Gorce, op. cit., p. 613. García Muñiz ha documentado el proceso de mejoramiento y su circulación, "Interregional transfer of biological technology in the Caribbean. The impact of BarbadosJohn R. Bovells cane research on the Puerto Rican sugar industry, 1888-1920s", en Revista Mexicana del Caribe, Num. 3, 1997, pp. 6-40.
16 Por ejemplo, Lutz, Catherine y Jane L. Collins, Reading National Geographic, Chicago, The University of Chicago Press, 1993.
17 La Gorce, John O., "Jamaica, the isle of many rivers", enero de 1927.
18 Thompson, Krista, ^4n eye for the tropics. Tourism, photography, and framing the Caribbean picturesque, Durham, Duke University Press, 2006.
19 Lindbergh, Charles, "To Bogotá and back by air: The narrative of a 9500 mile flight from Washington over thirteen Latin American countiries an return, in the single-seater airplane Sprit of St. Louis", mayo de 1928.
20 Jacob Gayer, "Hispaniola rediscovered", enero de 1931. Véase García Muñiz, "La plantación...", op. cit., p. 168.
21 Canova, Enrique C., "Cuba: the isle of romance", septiembre de 1933.
22 Craig, John Houston, "Haitian Vignettes", octubre de 1934, p. 472.
23 Sanford Critchell, Laurence, "Crossroads of the Caribbean", septiembre de 1937.
24 p. 336.
25 Howard, Henry, “Southward ho! In the Alice”, marzo de 1938.
26 Ibid., p. 283.
27 Long, John, "Puerto Rico: Watchdog of the Caribbean. Venerable domain under American flag has new role as West Indian Stronghold and Sentinel of the Panama canal", diciembre de 1939, p. 718.
28 Heyward, Du Bose y Daisy Reck, "The American Virgins, after dark days, these adopted daughters of the United States are finding a new place in the Caribbean Sun", septiembre de 1940, p. 89.
29 Rainey Langley, Anne, "British West Indian Interlude", enero de 1941.
30 Marden, Luis, "Americans in the Caribbean", junio de 1942.
31 Newman, Oliver P., "The land Columbus loved", febrero de 1944.
32 Cinco años antes el Departamento de Estado había difundido que el número de esos inmigrantes fluctuaba entre 60 y 100 mil, García Muñiz, "plantación", op. cit., p. 169.
33 Grosvenor, Melville B., "Cuba-American Sugar Bowl", enero de 1947.
34 Mitchell, Carleton, "Carib cruises the West Indies", enero de 1948.
35 Nicholas, William H., "Growing pains beset Puerto Rico", abril de 1951.
36 En 1953 la central podía moler 3500 toneladas diarias, mientras la Merceditas, de la foto de 1939, tenía una capacidad diaria de 5500.
37 Allmon, Charles, "Barbados, Outrider of the Antilles", marzo de 1952 pp. 362-392.
38 Allmon, Charles, "Happy-go-Lucky Trinidad and Tobago, Britain's Caribbean colony, busy source of oil, sugar, and cacao, finds time for the calypsos and cricket", enero de 1953.
39 Moore, W. Robert, " Jamaica-Hub of the Caribbean, once a Haunt of Bucaneers, this ever summer isle lures vacationist and prospers from newly exploited alumminum ore", marzo de 1954.
40 Scofield, John, "Virgin Islands: Tropical playland, U.S.A. Gleaming beaches, duty free bargains, and a hint of old Denmark, lure vacationers to these climate-blessed Caribbean isles", febrero de 1956.
41 Allmon, Gwen D., "Martinique, a tropical bit of France", febrero de 1959.
42 Scofield, John, "Haití, West Africa in the West Indies, undaunted by staggering problems, the Caribbean's creole republic fights for a place in the New World sun", febrero de 1961.
43 Mc Dowell, Bart, "Puerto Rico's seven league Bootstraps" diciembre de 1962.
44 Cerruti, James, "Jamaica goes it alone", diciembre de 1977.
45 Ward, Fred, "Inside Cuba today", enero de 1977.
46 Cerruti, James, " The Dominican Republic: Caribbean comeback", octubre de 1977.
47 Grove, Noel, " The Caribbean sun, sea and seething", febrero de 1981, p. 260.
48 Richards, Bill, "The uncertain State of Puerto Rico", abril de 1983, p. 529.
49 White, Peter T., "Cuba at a crossroads", agosto de 1991.
50 Véase Zanetti, Oscar, Esplendory decadencia del azúcar en las Antillas hispanas, San Juan, Ediciones Callejón, 2015, p. 73.
51 Véase Merleaux, April, Sugar and Civilization: American Empire and the Cultural Politics of Sweetness, Chapel Hill, University of North Carolina Press, 2015.
52 Desarrollados ampliamente en Muñoz, Laura, op. cit.
Bibliografía
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