ISSN Electronico 1794—8886 Volumen 33, septiembre—diciembre de 2017 DOI: http://dx.doi.org/10.14482/memor.33.10881 |
MARTINICA: TRAS LAS HUELLAS DE LA ANTILLANIDAD Margarita Vargas Canales Centro de Investigaciones sobre América Latina — UNAM, 2014,198 p.
Luis César Cruz Álvarez
Pasante de la Licenciatura en Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México. Becario en el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora dentro del proyecto "Frontera en vilo II. Las relaciones de México con el Caribe en la larga duración", a cargo de la Dra. Laura Muñoz Mata.
Margarita Vargas, investigadora del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pone en nuestras manos su más reciente trabajo, Martinica, tras las huellas de la antillanidad. El objetivo de esta investigación es analizar, a través de tres novelas del martiniqués Edouard Glissant, la forma de concebir y cimentar una propuesta sobre la anti—llanidad como construcción de identidad del Caribe insular. Dentro de la obra de Margarita Vargas esta investigación conjunta sus preocupaciones sobre la historia social y los movimientos culturales en la región del Caribe.
La atención está puesta en el sector de habla francesa de esta región geopolítica y cultural, lo que es de resaltarse porque existe un vacío, al menos en castellano, de investigaciones de calidad sobre dicho espacio. Adquiere mayor relevancia cuando el objeto de estudio es la literatura de uno de los escritores más importantes del siglo XX del Caribe francófono, Edouard Glissant. Si bien la investigación en su conjunto es compleja y requiere de un conocimiento previo, sobre todo de la historia de Martinica en la segunda mitad del siglo XX, la autora en su introducción brinda los elementos tanto históricos como analíticos para facilitar la lectura del libro. A lo anterior se añade la claridad en el planteamiento de los objetivos que persigue con esta investigación.
Margarita Vargas identifica a las literaturas de los Departamentos de Ultramar de la década de los años sesenta como ricas en temáticas, en recursos de expresión a través del uso del creole y en la preocupación por transmitir la riqueza de las fuentes orales de las culturas caribeñas. Elementos que están presentes en la obra literaria de Edouart Glissant y que la autora muestra mediante una lectura más compleja. Considerando el empleo que hace Glissant de las herramientas de la historia, la etnografía y la filosofía podemos ver en su literatura el complejo perfil de sus personajes — con un trasfondo psicológico en su mayoría conflictivo—, así como en las situaciones en las que se tienen que desenvolver.
A partir de las novelas La Lézarde, Malemort y La case du commandeur Vargas hace notar el interés de Glissant por preguntarse sobre qué es aquello que se puede definir como propio de Martinica, cómo se inserta esa particularidad en la realidad del Caribe insular y cuáles son los vínculos con la América continental ¿Existen estos vínculos? ¿Cómo repercute la condición política de Martinica en el momento de preguntarse por la identidad? ¿Cuáles son las tensiones que se establecen consigo mismos y con los otros? La preocupación de Glissant es por la forma en cómo se construye la identidad de sujetos complejos.
Cada uno de los capítulos de Martinica, tras las huellas de la antillanidad corresponde a las tres novelas mencionas. Así, en el capítulo 1, "La Lézarde: la presencia de los sentidos", se destaca la relación entre naturaleza, cultura popular y factores psicosociales de Martinica en la configuración de la identidad del Caribe insular. En "Malemort: el caos en la identidad cultural de Martinica", segundo capítulo de este libro, se presentan los procesos de negación de la identidad en la literatura de Glissant. Se establece la imposibilidad de una identidad a partir de la negación que representó el colonialismo; procesos como el desarraigo, la trasplantación de hombres y la búsqueda de trascendencia contribuyen a la construcción de sujetos liminares. El tercer capítulo, "La Case du Commandeur: genealogía de la identidad antillana", desarrolla una cuestión de suma importancia para la cultura y los estudios de la cultura, las tensiones entre tradición y modernidad. Discusión que se entrecruza con los movimientos de reivindicación de la identidad como el de la negritud y el de la antillanidad.
Articulados por la concepción de antillanidad como expresión de lo real caribeño, como una identidad formada a partir de la búsqueda y encuentro de los ritmos que expresaban diversas formas de vida de los pueblos caribeños1. Por ello, como bien apunta Vargas, la categoría de relación o rizoma adquiere en Glissant una gran importancia, no solo para explicar la novelística del martiniqués sino también su pensamiento político y filosófico. La autora señala:
La metáfora del rizoma sugiere la posibilidad de interconexiones múltiples entre las raíces y las raicillas [...] El interés primordial de este estudio es encontrar esas "conexiones subterráneas" de la novelística glissantiana, sus vínculos, "sus líneas de fuga" y sus rupturas para descubrir el numen de lo que el escritor llama la "identidad antillana"2
Las interconexiones de las cuales se habla son aquellas que se desenvuelven dentro de la narrativa entre los personajes y los escenarios, entendido esto en un sentido amplio. Es decir, cómo distintos elementos externos configuran el ser antillano; pero también lo ponen en tensión, lo cuestionan o lo niegan.
Esta propuesta es resaltada por la autora cuando examina la forma como Glissant concibe la naturaleza en sus obras. Por ello, a diferencia de otras propuestas narrativas, la naturaleza no funciona como simple trasfondo en donde suceden las acciones o como mero paisaje, sino que son parte sustancial en la identidad de los personajes: el paisaje y sus elementos marcan a cada uno de los personajes de la novela; es parte de su identidad; esa gama de colores, sabores y texturas la llevan en su ser3.
El comercio de hombres africanos trasplantados en las islas del Caribe para el desarrollo del comercio azucarero, la condición colonial de Martinica, las luchas laborales y las reivindicaciones por el reconocimiento político son elementos que están presentes en la configuración de los personajes glissantianos, los cuales son personajes que se preguntan constantemente ¿quién soy?.
Esta pregunta es detonadora de una búsqueda, no por los origines sino por quién se es en el presente, de ahí que se diga que Edouart Glissant: más que un escritor es también un etnógrafo de su propio pueblo4. Lo que interesa no es una identidad basada en una esencia, sino el proceso complejo de construcción de dicha identidad. Por ello, como identifica Vargas, en Glissant no hay una identidad monolítica sino identidades móviles atravesadas por la historia. Por lo cual este proceso es continuo, lleno de tensiones e inacabado; dando como resulto una diversidad cultural y étnica del Caribe. Es esto lo que definiría la antillanidad en la novelística de Edou—art Glissant, según el análisis de la autora.
Margarita Vargas reconoce que la producción literaria del martiniqués es la traducción de sus tesis políticas y filosóficas sobre la identidad, que busca romper con los estereotipos acerca de las representaciones del Caribe. Por ello, un gran acierto de este trabajo es que abre la perspectiva del análisis más allá de los elementos literarios de la novelística de Glissant.
¿Por qué preguntarnos por la identidad? Y ¿por qué una obra como la de Glissant es importante hoy? Con la eclosión de los grandes paradigmas de transformación social predominantes durante el siglo XX, en las últimas décadas del mismo vimos cómo movimientos sociales centraban sus reivindicaciones en torno a la identidad y de cómo también se desarrollaban grandes conflictos alrededor del mundo centrados en la adscripción identitaria y étnica. Por lo cual los temas referentes a la identidad pasaron a un primer plano. Las ideas de Glissant son importantes en la medida que cuestionan aquellas identidades que se conciben como totales, monolíticas o esencialistas. Además de romper con identidades construidas a partir de un proceso violento como lo es el colonialismo.
El trabajo de Vargas da luces sobre un espacio poco explorado, el Caribe francófono y su literatura, sino también de una figura clave para el pensamiento caribeño y sus letras. Este navegar por la literatura del martiniqués Edouart Glissant es emprender el viaje por la identidad antillana y su complejo entramado de relaciones.
Notas
1Vargas Canales, Margarita Aurora, Martinica, tras las huellas de la antillanidad,México,CIALC—UNAM, 2014, p.16.
2Ibid., p. 20.
3Ibid., p. 57.
4Ibid., p. 77.
Memorias |