ISSN Electronico 1794-8886 N° 32, mayo-agosto de 2017 DOI: http://dx.doi.org/10.14482/memor.32.10333 |
La educación superior en la provincia de Santa Marta y el Magdalena, Siglo XIX Jorge Elías Caro y William Renán Rodríguez
Editorial Universidad del Magdalena, 2016
Joaquín Vilorta De la Hoz
Doctor en Historia, Universidad Autónoma de Puebla (México). Magíster en Políticas Públicas, Universidad de Chile. Magíster en Desarrollo Regional, Universidad de Los Andes (Colombia). Economista, Universidad Externado de Colombia.
El libro La educación superior en la provincia de Santa Marta y el Magdalena, siglo XIX, es de la autoría de los profesores Jorge Elías Caro y William Renán Rodríguez. Para mí ha sido un gusto leer este libro que nos presenta una parte de la historia de la educación de nuestro Caribe colombiano.
Los autores son profesores de la Universidad del Magdalena, con una amplia experiencia docente y de investigación. Jorge es ese dinámico e incansable profesor, investigador, organizador de eventos académicos y de cuanto parapeto lo tenga ocupado. Los amigos le decimos que parece "un tractor con motor de Fórmula 1". Es lo que llamarían hoy una persona hiperactiva, porque además de todo lo anterior ahora también se ha convertido en director de la Editorial de la Universidad del Magdalena. William Renán es un abogado destacado que desde hace algunos años se encuentra prestado a la administración pública. Ha estado en cargos destacados en diferentes entidades, como la Gobernación del Caquetá, el Concejo de Bogotá y la Alcaldía de Santa Marta. Esperemos que vuelva pronto, por el bien de la academia.
El libro que nos ocupa vio la luz en noviembre del 2016, pero, con las fiestas de fin de año, apenas en febrero empezó su distribución. El objetivo del libro es analizar el contexto histórico de la educación superior en el Estado Soberano y Departamento del Magdalena durante el siglo XIX. Para tal fin, los autores organizaron el libro en siete partes, que están referidas a los siguientes aspectos:
Antecedentes universitarios sobre la educación superior en la Nueva Granada.
La institucionalidad universitaria en Colombia en el siglo XIX.
La institucionalidad universitaria en la Provincia de Santa Marta (PSM) y Estado Soberano del Magdalena (ESM).
La significación social de los estudios universitarios en la psm y esm.
Las finanzas universitarias en la PSM y ESM.
Epílogo: la Universidad Nacional de Colombia como responsable de la educación superior del Magdalena.
Conclusiones generales.
Para la elaboración del estudio, que resultó en un libro de 461 páginas, los autores asumen un enfoque neoinstitucionalista, fundamentados en los postulados de los economistas norteamericanos Douglas North y Ronald Coase. En términos de fuentes, se remiten a información del Archivo Histórico del Magdalena Grande (AHMG), aunque reconocen las limitaciones del archivo, a pesar de su riqueza documental, por los problemas administrativos que viene padeciendo desde hace cerca de veinte años. Así mismo, consultaron el Archivo General de la Nación (AQN), en sus diferentes Fondos y Hemeroteca. También se consultó la SLRyM de la Biblioteca Luis Ángel Arango, así como la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional. A nivel local, consultaron las Bibliotecas del Banco de la República y de la Universidad del Magdalena y, en todas, la bibliografía secundaria consultada ascendió a 331 libros y artículos de revista. Ya la sola bibliografía es un estudio que vale la pena analizar.
Los antecedentes coloniales nos muestran cómo los españoles trajeron a sus colonias los ideales de las universidades de Salamanca y Alcalá de Henares. En ese período fundaron siete universidades, y fue la Universidad Tomista o Santo Tomás de Santafé la primera en el Nuevo Reino de Granada, en 1580. A comienzos del siglo XVII llegaron los jesuitas y trajeron con ellos la experiencia de la Universidad Javeriana. Por fuera de la capital, en 1744 se crea en Popayán el Colegio Mayor o Seminario Universidad, lo que permite que las elites del suroccidente de la Nueva Granada comiencen a educarse en otra ciudad diferente a Santafé.
Luego de la Independencia, el Congreso de 1826 decretó la creación de tres universidades centrales en Bogotá, Caracas y Quito, así como universidades provinciales en las capitales de mayor población y dinámica económica. Fue así como en 1827 y 1828 se crearon tres universidades de carácter regional: Tunja (Universidad de Boyacá), de Popayán y Magdalena e Istmo (UMI) en Cartagena. La UMI abarcaba todo el Caribe grancolombiano, en el que se incluían las provincias de Cartagena, Santa Marta y Panamá.
El libro también muestra la experiencia educativa de los colegios y seminarios donde se impartían clases o cátedras universitarias. El caso más sonado es el del Colegio Franciscano de Medellín, fundado en 1803 y convertido en 1871 en la Universidad del Estado Soberano de Antioquia. Los antioqueños, con su estilo característico, tomaron la primera fecha y celebraron los 200 años de la Universidad de Antioquia en el 2003. Por lo general, el resto de colombianos no hacemos más que admirar o criticar a los antioqueños, pero no acogemos su intrepidez o sus buenas ideas y nos quedamos viendo sus celebraciones desde la barrera. Con profesores como Jorge Elías o Etna Bayona, hemos comentado por qué la Universidad del Magdalena no asume su fecha primigenia de fundación, la del Seminario Conciliar San Juan Nepomuceno (SCSN), inaugurado en enero de 1811.
Como todas las instituciones de este período conflictivo, el Seminario-Universidad de Santa Marta no fue la excepción y estuvo expuesto a los vaivenes de los conflictos internos, las guerras locales y regionales, así como a las dificultades financieras que lo llevaron al cierre varias veces. En efecto, el scsn fue cerrado en plena guerra de independencia y reabierto en 1824, cuando se le otorgó el estatus de colegio universitario. De nuevo en 1826, el Colegio-Seminario entra en crisis y en 1846 su rector, Esteban Díaz Granados, nos habla de la reinauguración. En la década de 1830, en pleno período santanderista, el estudio trae referencias del Colegio de Santa Marta y la educación laica con estudios de latín y filosofía. También se estudiaba Ciencia de la Economía Política, impartida por el profesor Agustín Díaz Granados en 1835, asignatura fundamentada en los textos de Jean Baptiste Say y Adam Smith. Está información da pistas para conocer los textos que se estudiaban en la universidad samaria en la primera década del siglo xix, por lo que valdría la pena seguir investigando sobre el tema.
En 1850, el libro nos presenta la división que se hizo en cuanto a la educación superior de Santa Marta y su provincia: el Seminario Conciliar se dedicó exclusivamente a formar religiosos y el Colegio Provincial Santander (CPS) estuvo al frente de la educación superior. Se observan, a lo largo del siglo xix, las dificultades de sostener una universidad o un colegio con formación superior, y el CPS no fue la excepción. En pleno período de los liberales radicales se creó el instituto Magdalena, en 1865, y luego la Universidad del Magdalena, en 1868, la cual empezó a funcionar en el antiguo Seminario o Claustro San Juan Nepomuceno. Esta institución de educación superior se creó bajo la administración del liberal radical Manuel de Vengoechea, y a esta estaba adscrita la Escuela de Medicina del Hospital San Juan de Dios. A finales del año 1871 se ordenó el cierre de la universidad por problemas presupuestales. Los gobiernos liberales crearon la Universidad Nacional (1867), la fortalecieron y empezaron a incentivar que los estudiantes de provincia fueran a estudiar a Bogotá, como una recentralización de la educación superior. Aquí, de nuevo, encontramos a los magdalenenses de la elite estudiando en Bogotá: Abello, Goenaga, Cotes, Amaya y Lafaurie.
En este período, el gobierno radical ordenó establecer las escuelas normales en todos los estados soberanos, dirigidas por maestros alemanes. En el caso del Estado Soberano del Magdalena, llegaron los educadores alemanes Carlos Meisel y su esposa Elizabeth, quienes estuvieron en Santa Marta gran parte de la década de 1870.
¿Quiénes accedían a la educación superior en Santa Marta y quiénes eran los rectores? Todos eran hijos de prominentes empresarios, comerciantes o terratenientes que también detentaban el poder político. Samarios y cartageneros como los Díaz Granados, Obregón, Del Real, Dávila y Pérez Mazenett (casado con una samaria de la familia Munive), como Eduardo Salazar. También encontramos a los Obregón, Abello, Campo Serrano y Capella Toledo.
Las penurias económicas fueron la constante durante todo el siglo xix en lo referente a la financiación de la educación universitaria en Santa Marta. El historiador José Alarcón considera que los escasos recursos pudieron invertirse mejor, en tanto hubo malversación de fondos y desviación, generados principalmente por los conflictos bélicos que azotaron el Estado y Departamento del Magdalena en la centuria estudiada.
Santa Marta vivió una pequeña bonanza comercial entre 1840 y 1870 que no pudo capitalizar por las constantes guerras que se vivieron en su territorio. Luego vino el desplazamiento del comercio hacia Barranquilla a partir de 1872 y la ciudad, así como todo el estado o departamento, cayeron en una crisis económica profunda, con una fuerte ola migratoria de gran parte de su elite hacia Barranquilla, Bogotá y el exterior. La educación no fue la excepción y siguieron los problemas de financiación de las escuelas, los colegios y las universidades.
En síntesis, el libro de Elías y Renán es pionero en el campo de la educación superior en el estado y departamento del Magdalena en el siglo XIX. Hay otros trabajos muy importantes en este campo, pero este libro explora nuevas fuentes de archivo que lo hacen de obligatoria lectura para aquellos que están estudiando el tema educativo en la región Caribe y en Colombia. Por supuesto, no todo está dicho en este campo y, como economista, me gustaría ver estudios que profundicen el tema de la financiación, así como la construcción de redes políticas y empresariales en torno al tema de la educación.
Finalmente, retomo el tema de la fecha de la creación del Seminario San Juan Nepomuceno (1811) para proponerlo como fecha primigenia de la fundación de la Universidad del Magdalena, por lo que nuestra alma máter estaría cumpliendo 206 años y no 55. No olvidemos que ese mismo claustro hoy pertenece a la Universidad del Magdalena, allí donde funcionó el seminario, los otros institutos con cátedra universitaria y la Universidad del Magdalena del período radical. También se debe impulsar el nombre de Campus de San Pedro Alejandrino, la sede principal de la universidad que se construyó en parte de los terrenos de la histórica hacienda donde pasó sus últimos días el Libertador Simón Bolívar en diciembre de 1830.
Los invito a que lean este libro para conocer los pormenores de la educación superior en el actual departamento del Magdalena durante el siglo XIX.
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