ISSN electrónico: 2145-9444 ISSN impreso:1657-2416 Nº 18 enero-junio de 2013 Fecha de recepción: 16 de agosto de 2011 Fecha de aceptación: 27 de noviembre de 2012 |
ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN
RESEARCH REPORT
Evaluación de la monotonía en la percepción del mensaje en la lectura en voz alta en inglés
Evaluation of monotony in the perception of the message in the oral reading in English
Subsidiado por la Secretaría de Ciencia y Tecnología (SECyT) de la Universidad Nacional de Córdoba.
MAGÍSTER LIDIA SOLER
Pedro J. de Parras 1335. Bº Jardín. CP 5014. Córdoba. Argentina
Universidad Nacional de Córdoba
solerlidia@gmail.com
MAGISTER GRISELDA BOMBELLI
Calmayo 2010 3° C Torre II. CP 5014. Córdoba, Argentina Universidad Nacional de Córdoba gbombelli@gmail.com
MAGISTER FLORENCIA GIMÉNEZ
Lote 14, Mza 15, B° Las Cañitas. CP 5000. Córdoba, Argentina Universidad Nacional de Córdoba fgimenezferrer@hotmail.com
PROFESORA VERÓNICA GHIRARDOTTO
San Lorenzo 512, 8° B. CP 5000. Córdoba, Argentina Universidad Nacional de Córdoba vghirardotto@hotmail.com
LICENCIADA ANDREA CANAVOSIO
Jerónimo Luis de Cabrera 783, 2° E. CP 5000. Córdoba, Argentina
Universidad Nacional de Córdoba acanavosio@gmail.com
RESUMEN
La lectura en voz alta comunicativa implica el empleo de opciones prosódicas que permiten al lector organizar el texto oral para facilitar su interpretación. En la Facultad de Lenguas de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, la lectura en voz alta forma parte central de la asignatura "Fonética y Fonología II" de las carreras de grado en inglés. Puesto que, a pesar de ese entrenamiento, un número importante de estudiantes realizan lecturas ineficientes, se decidió estudiar si, fuera del contexto de la asignatura, los estudiantes empleaban adecuadamente los rasgos prosódicos básicos de prominencia, tono, altura tonal y pausa.
En este artículo de investigación describimos la organización fonológica de una lectura evaluada como ineficiente y monótona por jueces externos. Además, indagamos sobre el nivel de comprensibilidad de esa lectura. Los resultados indican que los rasgos prosódicos básicos no fueron utilizados eficientemente y que el nivel de comprensibilidad estuvo por debajo de lo esperado.
Palabras clave: lectura en voz alta, rasgos prosódicos, ineficiencia, monotonía
ABSTRACT
Communicative oral reading implies the use of prosodic features that allow the reader to organize the oral text to facilitate its interpretation. At the School of Languages, Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, the oral reading is a central topic of the subject Phonetics and Phonology II in the EFL courses. Despite that training, an important number of students still produce inefficient readings.
This is why we decided to explore whether students employ the basic prosodic features of prominence, tone, pitch level and pause in contexts other than that of Phonetics and Phonology II. In this research article we analyze a student's production evaluated as inefficient and monotonous by external judges. We also looked into the comprehensibility level of this oral reading. The results indicate that the basic prosodic features have not been efficiently used and that comprehensibility was below the expected level.
Key words: oral reading, prosodic features, inefficiency, monotony
INTRODUCCIÓN
En el ámbito académico-científico en general, la lectura en voz alta eficiente constituye una herramienta de especial importancia cuando se trata de transmitir conocimientos, presentar información o dar a conocer resultados en el área de la investigación. En los contextos educativos, por otra parte, la lectura en voz alta de citas, narraciones o poemas, por ejemplo, es una práctica comunicativa cuya importancia es destacada por Ospina (como se cita en Ospina Torres, 2004, Sección Contextualización, párr. 15) quien sostiene que:
[...] mediante la utilización de actos verbales, paraverbales y no verbales, portadores de sentido y a su vez, posibilitadores de la comprensión, el docente motiva la participación, la interacción y la producción académica del grupo a su cargo. Para ello, la palabra manifestada en signos verbales y paraverbales (entonación, ritmos, pausas, volumen, tono, inflexiones de voz), y no verbales (movimientos corporales y gestuales, ubicación del cuerpo con respecto al espacio, posturas, proximidades con los otros, manejo espacial, ademanes) se convierte en fuente básica de comunicación, pues ella encadena, organiza y articula los contenidos portados en sí misma. (http://cybertesis.udea.edu. co/udea/2004/ospina_e/html/index-frames.html)
Cabe mencionar también a autores como Brazil, Coulthard y Johns (1980), y Brazil (1992), quienes han desarrollado una teoría de la lectura en voz alta desde el punto de vista de la entonación del discurso. Para esta teoría, a la que nos referiremos más adelante, este modo de lectura es un proceso en el que interactúan componentes como el lector, la audiencia, el contexto y el mensaje que se pretende comunicar.
En la lectura en voz alta, el lector desempeña un doble rol: por una parte debe comprender y decodificar el texto con base en sus conocimientos previos, expectativas y objetivos en la lectura (Fainholc, 2005); por otra parte, el lector en voz alta debe re-codificar el texto, reconstruyendo su significado a través de la oralización de la palabra escrita. Para llevar a cabo esta reconstrucción, el lector toma en cuenta el estado de convergencia existente entre él y su audiencia (Alisedo, Melgar & Chiocci, 1994; Brazil, 1997). Desde esta perspectiva, la lectura en voz alta es un proceso interactivo ya que el lector es emisor del mensaje, escrito por él o por otra persona, y organiza ese mensaje en función de la audiencia a la que está destinado.
Podríamos entonces sostener, como dice Alcántara (2009, p. 2), que "el texto escrito es un artefacto auditivo, pero incompleto, y el lector debe suplir las carencias del medio gráfico en que se ha cifrado" para presentar al receptor las unidades temáticas del mensaje.
Para poder concretar su proyecto comunicativo y "suplir las carencias del medio gráfico" (Alcántara, 2009, p. 2), es decir, para realizar una lectura en voz alta eficiente, el lector emplea recursos prosódicos que le permiten organizar el texto oral, guiando y facilitando la comprensión por parte de los receptores. Conocer, interpretar y saber emplear adecuadamente esos recursos resulta, entonces, muy importante.
MARCO TEÓRICO
Numerosos autores han investigado el rol de los rasgos prosódicos en la comprensión del mensaje por parte del receptor (Ashby, 2006; Ashby & Clifton, 2005; Gutiérrez-Palma & Palma Reyes, 2007; Smith, 2004; Wennerstrom, como se cita en Benjamin & Schwanenflugel, 2010). Richards (como se cita en Flowerdew, 1994) establece una lista de 18 habilidades necesarias para la comprensión del discurso académico, entre las que se destaca "la habilidad de reconocer la función de la entonación para señalar la estructura de la información" (p.12).
Powers (como se cita en Flowerdew, 1994) llevó a cabo un estudio con 144 profesores de los Estados Unidos de Norteamérica para investigar cuáles, según esos docentes, eran las habilidades más importantes para la comprensión oral en ámbitos académicos. Los resultados obtenidos le permitieron establecer nueve habilidades, de las cuales las dos primeras involucran el uso apropiado de rasgos prosódicos por parte de los lectores/hablantes: "1) identificación de ideas o temas principales y 2) identificación de las relaciones entre las ideas principales" (p. 13). Por su parte, al destacar la importancia de que el oyente pueda reconocer los límites de las unidades temáticas, Rost (1990) hace referencia a las pistas que proporciona el lector/hablante a través de rasgos prosódicos tales como la pausa, la ubicación de los tonos y la altura tonal. Es decir, al no tener acceso a las señales tipográficas del texto escrito, el oyente depende, en gran medida, para la apropiada recepción y comprensión del mensaje, de la manera en que el lector organiza y jerarquiza la información. Para esto, el lector debe recurrir a rasgos prosódicos que le permitan organizar el texto en segmentos e indicar la relación temática entre ellos.
En general, no son muchos los estudios que tratan sobre el uso de esos recursos prosódicos y, menos aun, en la lectura en voz alta comunicativa. Usualmente, los trabajos existentes, como lo sostiene Hincks (2005), se refieren al empleo de tres dimensiones prosódicas: el volumen de la voz, la velocidad de habla y el tono, sobre cuya importancia existe consenso general (Anderson-Hsieh, Johnson & Koehler, 1992; Derwing & Munro, 1997, 2005). Kormos y Dénes (como se cita en Kang, Rubin & Pickering, 2010), por ejemplo, y Kang (2010) sostienen que la percepción de fluidez está dada por la velocidad de habla. Por su parte, Kang et al. (2010) agregan a los rasgos anteriores la pausa y el campo entonacional. Con respecto a la pausa, podemos mencionar a Gabrielatos (1996), quien propone que, para realizar una lectura en voz alta eficiente, los lectores marquen, previamente, las pausas y su duración. Suele también señalarse la conveniencia de utilizar un tono descendente seguido de pausa antes de comenzar un nuevo tema, y emplear un tono de voz más elevado para presentarlo (Hincks, 2010).
Así como las dimensiones o rasgos prosódicos mencionados son fundamentales para una eficiente transmisión de un mensaje, su uso inadecuado puede interferir seriamente en su recepción. Kormos y Dénes (como se cita en Kang et al., 2010) y Kang et al. (2010); por ejemplo, destacan que, aunque una velocidad de habla lenta puede permitir una mejor comprensión por parte del oyente, si esta velocidad resulta de acentuar la mayoría de las palabras, en lenguas como el inglés, este factor puede conducir a distorsiones en el contenido del mensaje. Por otra parte, el creer, como lector, que es necesario emplear un tono descendente ante la presencia de cada punto ortográfico y, a continuación, usar un tono de voz elevado para marcar el inicio de una nueva oración conduce, en muchos casos, a una repetición del mismo patrón entonacional, lo que con frecuencia vuelve monótona la lectura y llega a afectar negativamente la recepción del mensaje. Con respecto a la pausa, Pickering (1999) encontró que el uso de pausas excesivamente largas y ubicadas indebidamente, dificultaba la comprensión del texto oral al interrumpir unidades conceptuales. Asimismo, Pickering (2004) informa que el uso de un campo entonacional muy reducido produce un efecto de monotonía que interfiere en la identificación de la macro-estructura fonológica por parte del oyente.
Si consideramos las dificultades de orden lingüístico que un hablante de una lengua extranjera debe afrontar, parece lógico afirmar que estas son menos en el caso de la lectura en voz alta de un texto que en una presentación oral sobre el mismo tema y, por lo tanto, la lectura en voz alta debería resultar más eficiente. Dicho de otra manera, en una presentación oral, el hablante no-nativo enfrenta simultáneamente la tarea de mantener la precisión del contenido léxicogramatical y la eficiencia en su expresión oral. Mientras que, como ya lo expresáramos, el lector en voz alta puede concentrarse solamente en la oralización del mensaje y en la producción de una adecuada estructuración fonológica, ya que tiene resueltas cuestiones léxicas y sintácticas en lo escrito por él mismo o por otra persona. Por lo dicho anteriormente, no es difícil especular que, en el caso de hablantes no-nativos, la lectura en voz alta debería ser fonológicamente más eficiente que una presentación oral.
De particular interés, cuando se trata de la organización fonológica de un texto leído, resulta la propuesta de Brazil et al. (1980) y Brazil (1992), a la que ya hiciéramos referencia. Esta propuesta presenta la lectura en voz alta en el marco de dos orientaciones que el lector puede adoptar, según sean sus elecciones entonacionales: orientación directa y orientación oblicua. La orientación directa, en la que se emplean todas las opciones ento-nacionales del sistema, es la más cercana al habla espontánea y, por lo tanto, es la que debería ser utilizada por los lectores con un propósito comunicativo e interactivo. La orientación oblicua, por otra parte, se caracteriza, sobre todo, por el uso de los tonos neutro y descendente. El término neutro se refiere a "su valor en el sistema" como ni ascendente ni descendente y su significado básico es ni nuevo ni conocido (todavía) (Halliday, 1985, p. 281). En un sentido estricto, si bien se considera al tono neutro como ni ascendente ni descendente, en general se lo percibe como levemente ascendente. La orientación oblicua no favorece el propósito comunicativo pues el texto tiende a ser leído repitiendo un mismo patrón entonacional, siguiendo señales tipográficas sin ninguna interpretación que tenga como objetivo llegar a una audiencia determinada.
Como ya lo expresáramos, en la lectura en voz alta eficiente es esencial el uso de pistas fonológicas que presentan la información de manera que el oyente comprenda el mensaje sin mayores esfuerzos en la recepción. Wichmann (2000, p. 8) se refiere a estas pistas o recursos prosódicos como aquellos "patrones de habla que operan por encima del nivel del fonema". La relevancia de estos rasgos está dada por su importante papel en la organización del discurso hablado y en el logro de un desempeño oral "eficaz y persuasivo" (p. 7). En el mismo sentido, Hidalgo Navarro (1997, p. 41) se refiere a los rasgos prosódicos o suprasegmentales como "claves demarcativas de carácter lingüístico" que organizan la estructura del discurso oral. Para Hidalgo Navarro, un aspecto fundamental a tener en cuenta es el hecho de que, además de ser elementos articulados por el hablante, los rasgos prosódicos son claves o recursos a ser "interpretados por el oyente" (p. 47). Así mismo, Hidalgo Navarro (1997) destaca la escasa atención que la gramática ha prestado a la prosodia y afirma que, en el análisis de la lengua oral, es imposible soslayar el estudio de los rasgos prosódicos puesto que constituyen un sistema lingüístico cohesivo. Más aún, sostiene que el estudio de estos rasgos "es básico para llegar a entender y explicar la estructura sintácticosemántica y pragmática" del texto oral (Hidalgo Navarro, 1997, p. 11).
Si consideramos la función de los rasgos prosódicos en la organización del texto oral en su micro y su macro estructura, podemos decir, de manera general, que estos rasgos permiten organizar el texto en ambos niveles. Morra y Soler (1999), por ejemplo, sostienen que la microestructura incluye el uso de recursos prosódicos que dan cohesión al párrafo oral, tales como la altura tonal, las secuencias de altura tonal y el tono. La macroestructura, por su parte, se refiere a la organización del texto en párrafos orales que tienen que ver con el empleo de la altura tonal y la pausa. Esta perspectiva está en consonancia con lo propuesto por Morley (1994, p. 75) quien, desde un enfoque de la pronunciación como competencia comunicativa, establece una diferencia entre 'producción del habla' y 'desempeño oral'. La producción del habla involucra un micro nivel o nivel de 'elementos específicos de pronunciación' (segmentos y suprasegmentos). El desempeño oral, por su parte, involucra un nivel macro o nivel de "elementos globales de comunicación" (fluidez y precisión, por ejemplo). Dicho de otra manera, la eficiencia de la lectura en voz alta resulta directamente relacionada con la comprensibilidad.
En el marco de este trabajo llamamos comprensibilidad a la facilidad con que un mensaje determinado permite su interpretación por parte de un oyente. Es decir, la estructuración prosódica que el lector hace del texto influye sobre la comprensión del mensaje. Autores como Brown, Currie y Kenworthy (1980), Brown y Yule (1983), Couper-Kuhlen (1986) y Barr (1990) han investigado las conexiones entre el rol de los rasgos prosódicos en la organización del discurso oral y la comprensión auditiva. Barr (1990) encontró, por ejemplo, que en la comprensión de textos orales tales como la conferencia, las señales fonológicas ofrecen al oyente pistas más consistentes que las señales léxicas. Un estudio realizado por Morra y Soler (2000) indica que la delimitación fonológica de las macrounidades tiene un efecto facilitador en la comprensión del discurso oral por parte de oyentes hablantes de inglés como lengua extranjera.
Párrafos orales o paratonos
Para el receptor del mensaje leído en voz alta, una de las señales o pistas fonológicas más importantes la constituyen los párrafos orales, que pueden o no coincidir con los párrafos ortográficos según sea la interpretación que el lector haga del texto. Los párrafos orales o entonacionales han sido descritos por numerosos autores. Brown y Yule (1980) los denominan "paratonos". Brown et al. (1980), Couper-Kuhlen (1986) y Yule (1980) distinguen entre "paratonos mayores y menores''. Brazil (1997) se refiere a las ''secuencias de altura tonal", mientras que Barr (1990) habla de ''cadenas de secuencias''. Finalmente, encontramos el ''párrafo fonológico" de Tench (1996) y Thompson (2003) y los ''grupos tonales mayores" de Wichmann (2000). Siguiendo a Pickering (2004, p. 20), decimos que lo que unifica a todas estas unidades es "un número de características comunes tanto de su estructura como de su función".
Los párrafos orales son unidades que tienen como función principal indicar la estructura temática del texto. Estos párrafos están definidos por sus límites, puesto que las variaciones fonético-fonológicas en esos puntos permiten a lectores y oyentes señalar e identificar, respectivamente, la estructura de esta unidad. El paratono está delimitado por una altura tonal muy alta al comienzo (clave alta, para Brazil et al., 1980) y por un descenso a una altura tonal muy baja al final (terminación baja, para Brazil et al., 1980), seguida por una pausa prolongada. En aquellos casos donde no se produce un descenso a una terminación baja, la pausa prolongada seguida de clave alta marca el punto de transición entre dos paratonos. Cuando la terminación baja está seguida por una nueva unidad que comienza con altura tonal media o baja, se considera que la nueva secuencia agrega información a la anterior o reformula el contenido de la anterior, respectivamente, y no constituyen nuevos paratonos sino secuencias tonales dentro del mismo paratono.
Con respecto a la interacción entre la altura tonal y la pausa para delimitar los paratonos, Pickering (2004) informa sobre estudios de percepción en los que la pausa prolongada resultó ser un fuerte indicador de límites en la estructuración temática (Swerts & Geluykens, como se cita en Pickering, 2004). Cabe recordar que todas son opciones organizativas de las que dispone el lector y que la ausencia de estos marcadores, o de rasgos concurrentes, no implica, necesariamente, un fracaso absoluto en la comunicación. Sin embargo, una pobre organización fonológica puede requerir un gran esfuerzo de interpretación o conducir a una errónea recepción del mensaje.
Rango o campo entonacional
Otro rasgo prosódico que contribuye a la cohesión del discurso oral y, por lo tanto, a su valor comunicativo es el rango o campo entonacional, que se refiere a la "amplitud global del enunciado" (Hidalgo Navarro, 1997, p. 41). Un campo de entonación excesivamente reducido o excesivamente amplio puede dar lugar a un discurso artificial, incoherente o monótono, lo cual, obviamente, hará más difícil la comprensión por parte del oyente. Por su parte, Kang et al. (2010, p. 3) sostienen que "típicamente, los hablantes no nativos de inglés tienden a emplear un rango general reducido y comprimido en comparación con los hablantes nativos". Como resultado, los límites entre paratonos, considerando la altura tonal, suelen pasar inadvertidos.
En este punto, y puesto que se trata de lectores que tienen al español como lengua primera, cabe aclarar que existen estudios que permiten señalar una diferencia importante entre el rango entonacional utilizado en el habla normal en español y el habla normal en inglés. Según lo sostienen Schwegler y Kempff (2007, p. 281), "el hispanohablante utiliza esencialmente tres niveles de tono, mientras que el anglohablante usa cuatro". Mientras el tercer nivel del español se utiliza para dar énfasis o establecer un contraste, el cuarto nivel del inglés se emplea en el habla normal sin producir el efecto de énfasis o contradicción. Es decir, no es conveniente que el hablante no nativo de inglés, con el español como primera lengua, transfiera el rango entona-cional de su lengua materna a la lengua extranjera ya que, de hacerlo, su discurso es usualmente percibido como "plano" o monótono (Schwegler & Kempff, 2007, p. 281).
Prominencia
Finalmente, diremos que otro rasgo con una importante función demarcativa es la prominencia, puesto que toda decisión fonológica significativa se realiza en las sílabas prominentes. La prominencia, también denominada "acento" por Cruttenden (1997) e Hidalgo Navarro (1997), "representa más una elección lingüística disponible para el hablante que un rasgo prosódico inherente a la estructura gramatical del enunciado" (Hidalgo Navarro, 1997, p. 38). Es decir, la localización de la prominencia es una decisión del hablante/lector, quien la emplea para marcar, deliberadamente, aquello que quiere destacar de acuerdo a su evaluación del contexto pragmáticocomunicativo. Así mismo, Kang et al. (2010) relacionan la velocidad de habla, el número de sílabas acentuadas o prominentes y la comprensibilidad por parte de hablantes nativos de inglés. Como ya lo expresáramos, estos autores sostienen que una velocidad de habla lenta debido a un gran número de sílabas acentuadas dificulta la comprensión del mensaje.
Monotonía
Las consideraciones anteriores nos permiten definir, entonces, a la lectura en voz alta monótona, en inglés, como aquella lectura en la que se encuentran presentes todas o algunas de las siguientes características fonológicas:
acentuación innecesaria de palabras (excesivo número de sílabas prominentes) en forma recurrente.
repetición sistemática de pausas de la misma duración.
utilización de un excesivo o escaso número de pausas.
empleo recurrente de la misma combinación de tonos o patrón entonacional.
empleo del patrón entonacional característico de la orientación oblicua.
uso de un rango restringido (escaso o nulo empleo de diferentes alturas tonales).
Problema
En las carreras de profesorado, traductorado y licenciatura en inglés de la Facultad de Lenguas, de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, la lectura en voz alta es parte del entrenamiento fonológico que reciben los alumnos durante los tres primeros años de su formación. En particular, constituye un contenido central de la asignatura "Fonética y Fonología Inglesas II" en el tercer año de estudios. No obstante, según nos informan colegas de otras áreas, un número importante de estudiantes realizan lecturas en voz alta que resultan, con frecuencia, ineficientes.
Este trabajo se desprende de una investigación sobre producciones orales realizadas por estudiantes en el quinto y último año de estudios de las carreras en inglés, es decir, fuera del contexto de la asignatura "Fonética y Fonología Inglesas II". Se estudió si en sus lecturas, esos estudiantes empleaban adecuadamente, al menos, los rasgos prosódicos básicos de prominencia, tono, altura tonal y pausa. En este artículo describimos la organización fonológica de una lectura que fue evaluada como monótona por jueces externos. Además, nos referimos al nivel de comprensibilidad que esa lectura tiene para oyentes con el mismo nivel de competencia lingüística que el lector.
METODOLOGÍA
Nuestra investigación se realizó con base en una muestra aleatoria compuesta por 20 grabaciones de lecturas en voz alta realizadas por 20 alumnos del 5° año. El texto leído fue seleccionado teniendo en cuenta el nivel general de lengua y los contenidos con los que se trabaja en quinto año. Los lectores fueron evaluados como eficientes o no eficientes por ocho jueces externos, en forma independiente, y escuchando cada lectura solamente una vez. Todos los jueces eran profesores de inglés y emplearon un instrumento de evaluación diseñado especialmente para este estudio.
A fin de recolectar información adicional, también se solicitó a los jueces que identificaran el mejor y el peor rasgo de pronunciación de cada muestra. Para ello, se les proporcionó un listado con opciones que se confeccionaron tomando como base los niveles micro y macro postulados por Morley (1994). Una de las opciones incluidas en la lista de rasgos fue la monotonía; la cual, según se desprende de la definición que presentamos anteriormente, incluye características de los niveles micro y macro.
Se realizó un análisis auditivo siguiendo el sistema entonacional de Brazil levemente adaptado. La grabación seleccionada para este estudio del corpus anteriormente mencionado fue transcrita por tres miembros del equipo en forma independiente y luego se compararon los resultados. Posteriormente, se decidió complementar el análisis auditivo con un estudio acústico, especialmente de las pausas, los paratonos (dados por la altura tonal inicial y final) y del campo entonacional o rango, debido a la subjetividad propia del análisis auditivo y a diferencias de percepción entre los investigadores que no fueron resueltas a pesar de la triangulación realizada. Si bien el análisis acústico no hace diferencias entre los eventos de habla que son lingüísticamente significativos y los que no lo son, permite medir fenómenos de gran importancia como la altura tonal promedio.
Para el análisis acústico se empleó el programa Speechanalyzer 1.5, analizándose la frecuencia fundamental (F0), la intensidad y la duración para poder determinar la prominencia, la altura tonal y los tonos. Con base en la propuesta de Brown et al. (1980), se tomó como unidad de medida la unidad tonal delimitada por pausas y se siguió el criterio demarcativo sugerido por estos autores que tiene en cuenta la duración de la pausa. Vale decir, se consideró que las pausas prolongadas, mayores a un segundo, delimitan temas y que, como lo señalan Brown y Yule (1983), en general son concurrentes con cambios en la altura tonal; las pausas menores, menos de un segundo y hasta 0.4 segundos, demarcan unidades tonales y, finalmente, las pausas inferiores a 0.4 segundos constituyen un sub-grupo de las segundas que tienden también a asociarse con la "discontinuidad sintáctica" (Brown et al., 1980, p. 68). Por tratarse de lectura en voz alta, en este estudio se consideró a las pausas menores a 0.4 segundos como indicadoras de subgrupos entonacionales.
Una vez verificada la presencia de prominencia en la lectura a partir de la F0, la intensidad y la duración, se determinó la altura tonal y los tonos, con base en la F0 de las vocales de las sílabas prominentes. La altura tonal inicial (Clave) y la final (Terminación) de las unidades tonales permitieron dividir el texto leído en paratonos. Para ello se tuvo en cuenta aquellas alturas tonales iniciales que superaran en un 50% a la altura final de la unidad anterior. Hidalgo Navarro (1997) llama a estas alturas tonales "puntos de ataque", mientras que en inglés, Wichmann (2000) utiliza el término "pitch reset". Debido a que la altura tonal es siempre relativa a la altura de la unidad anterior (Brazil et al., 1980), este porcentaje fue calculado de la siguiente manera: a la Clave de una unidad se le restó la Terminación de la unidad anterior; esta diferencia se multiplicó por 100 y se dividió por la Terminación de la unidad anterior.
Como ya lo expresáramos, en la lectura se analizaron acústicamente los tonos en los que no hubo acuerdo entre los investigadores en el análisis auditivo; además, se decidió analizar acústicamente aquellos tonos que, de acuerdo con lo percibido por los investigadores, resultaban atípicos para el contexto en el que se empleaban y/o para el inglés. Se midió la pendiente de los tonos en aquellos casos en los que una pendiente muy acentuada podría llegar a cambiar el significado o producir un efecto distractor en el oyente. Para ello se siguió un procedimiento similar al empleado para la determinación del comienzo de un nuevo paratono; en este caso, el porcentaje se obtuvo teniendo en cuenta la altura del punto inicial y la del punto de finalización del tono. Es decir, a la altura de finalización del tono se le restó la altura de comienzo y se calculó el porcentaje de esa diferencia con respecto a la altura inicial. Debe recordarse que, según la teoría de Brazil et al. (1980), la altura de los tonos se mide anafóricamente, es decir, que siempre se toma como valor referencial el inicial. Con respecto al tono neutro, puesto que, como ya lo señaláramos, suele percibirse como levemente ascendente, se recurrió a la comprobación acústica. Siguiendo a Pamies Bertrán, Fernández Planas, Martínez Celdrán, Ortega Escandell y Amorós Céspedes (2002), se tomó como tono neutro aquel en el que el porcentaje de variación entre el punto inicial y el final del tono no superara el 9% del valor inicial del tono.
Para determinar el nivel de comprensibilidad de la lectura evaluada como monótona, se realizó una prueba de audio-comprensión de la que participaron 14 alumnos de quinto año de las carreras de grado en inglés de la Facultad de Lenguas, seleccionados al azar, y a quienes se les hizo escuchar la lectura una sola vez, solicitándoles que tomaron notas. Para el procesamiento de las notas, se utilizó una plantilla (esquema conceptual) elaborada con base en 1) el método de análisis de la estructura de la información propuesto por Hansen (1994) y 2) el método de Morra y Soler (1999) para la identificación de los temas principales y de los subtemas del discurso oral. En la plantilla se identificaron 25 temas: 6 principales y 19 secundarios y, como ya lo dijéramos, se cotejaron esos 25 puntos de la plantilla con las notas tomadas por los alumnos.
ANÁLISIS DE RESULTADOS
Las evaluaciones de los jueces dieron como resultado que el 60% de los lectores fueron considerados no eficientes. A su vez, el 75% de esas lecturas fueron consideradas monótonas por uno, varios o todos los jueces. La lectura en voz alta que se seleccionó para este artículo fue una en la que todos los jueces seleccionaron la monotonía como el peor rasgo. Aunque, como ya lo expresáramos, no incluiremos una descripción de las demás lecturas que integraron el corpus de nuestra investigación original, los datos obtenidos nos permiten realizar comparaciones entre esta lectura evaluada como monótona y aquellas consideradas eficientes, es decir, no monótonas.
ANÁLISIS AUDITIVO
Prominencia
En el análisis auditivo se observa que el lector seleccionado para este estudio realiza su lectura en un tiempo relativamente prolongado debido a que utiliza un mayor número de sílabas prominentes con respecto al promedio de los lectores considerados eficientes: 246 sílabas prominentes comparadas con un promedio de 216 sílabas. Esta diferencia puede interpretarse como que este lector presta particular atención a la producción individual de las palabras, empleando un modo de procesamiento ascendente (bottom up), en lugar de concentrarse en el significado global del texto que está reproduciendo.
Tonos
En cuanto al uso de los tonos que realiza este lector, se observó que la frecuencia de uso del tono neutro es marcadamente elevada con relación a los otros tonos que emplea. En su lectura, se identificaron 80 tonos neutros, 24 tonos descendentes, 2 descendente-ascendentes y 17 ascendentes. La selección de tonos marca una clara orientación oblicua ya que prevalece el empleo de los tonos neutro y descendente que caracterizan a la lectura con esta orientación; es decir, sobre los 125 tonos que empleó, 104 es el total de la suma de tonos neutros y tonos descendentes.
Paratonos y pausa
En cuanto al empleo de paratonos, se observó que el lector seleccionado inicia su lectura utilizando clave alta, lo cual indicaría el comienzo de un paratono, pero no se pudo identificar ningún final de paratono antes de la finalización de la lectura. Es decir, además de realizar escasas variaciones de altura tonal, el lector utiliza una altura tonal baja solo en tres ocasiones, pero marca límites de secuencias tonales, no de paratonos, pues en las tres oportunidades continúa con clave media. Tampoco se observó un empleo deliberado o eficiente de la pausa en la organización de la información que se pretendió transmitir.
Análisis acústico
Como se explicó anteriormente, se recurrió al análisis acústico únicamente para verificar los siguientes rasgos: extensión de las pausas, pendiente de los tonos, presencia de paratonos (dada por la altura tonal) y amplitud del campo entonacional o rango empleados por el lector seleccionado para este trabajo.
Pausa
En el estudio acústico, la lectura analizada presenta cuatro pausas prolongadas, todas mayores a un segundo. El análisis de estas pausas indica que, aunque dos de ellas coinciden con finales de párrafos escritos, no están acompañadas por otro rasgo prosódico demarcativo de paratono por lo que, para autores como Barr (1990), estas pausas no indican por sí solas transiciones temáticas. Las otras dos pausas prolongadas separan elementos semánticamente cohesivos, lo que, obviamente, no contribuye positivamente a la organización de la lectura ni, por lo tanto, a la recepción del mensaje.
Tonos
La comprobación acústica de los tonos se realizó sólo en aquellos casos donde existía duda sobre la pendiente o declinación del tono. Se verificó el tono neutro en la lectura en estudio y la medición acústica mostró que el lector produce un tono neutro levemente ascendente con pendientes que van desde 2.5% a 7%. En ningún caso, la pendiente de los tonos percibidos como neutros superó el 9% establecido por Pamies Bertrán et al. (2002) para determinar si una variación es perceptible o no.
De acuerdo con los resultados del análisis acústico, en la lectura seleccionada para este artículo el tono descendente tiene una pendiente promedio del 20.48%, que resulta inferior al promedio del 25.33% de los lectores eficientes. Con respecto a la pendiente de los tonos ascendentes empleados por el lector ineficiente, se estableció un promedio del 21.29% que es levemente inferior al promedio del 23.44% de las pendientes ascendentes de los lectores eficientes. En suma, el análisis acústico permitiría reforzar lo percibido como lectura monótona por los jueces expertos debido a las pendientes poco pronunciadas de los tonos utilizados.
Paratonos
En cuanto a la división en paratonos a partir de la determinación de la altura tonal, el análisis acústico confirma lo observado en el análisis auditivo, es decir, el lector no recurre al uso de párrafos orales para organizar el texto oral sino que emplea un solo paratono para toda la lectura.
Rango
El rango se estableció a partir de la Frecuencia Fundamental (F0). Se restó el punto mínimo, en Hz, del punto máximo de cada unidad tonal y se calculó la media de estas diferencias. Los resultados indican que el lector seleccionado para este artículo utiliza un rango promedio sumamente restringido, 32.9 Hz, comparado con el rango promedio de 77.75 Hz, que utilizan los lectores evaluados como eficientes. Claramente, siguiendo a Schwegler y Kempff (2007, p. 281) el campo entonacional en esta lectura podría describirse como "chato" o "plano".
Comprensibilidad
Sobre el total de 25 puntos, los 14 alumnos-oyentes identificaron un promedio de 3.58 puntos principales y 5.75 puntos secundarios; es decir que los oyentes identificaron, aproximadamente, sólo una tercera parte del total de temas (37.32%) de la lectura seleccionada para este artículo.
CONCLUSIONES
En general, podemos decir que los resultados muestran que el uso esporádico y asistemático que el lector realiza de los rasgos prosódicos hace de la lectura más una repetición de palabras en voz alta que una actividad comunicativa que tiene como propósito transmitir un mensaje con un sentido determinado y para una audiencia determinada. Más aún, el uso ineficiente de los rasgos de pausa y altura tonal resulta en una organización textual atípica y pobre, en el sentido de que este lector no estructura prosódicamente el texto: ni organiza lo leído de manera coincidente con las unidades tipográficas, ni estructura su lectura a partir de su propia interpretación del texto escrito, asumiendo que hace una interpretación y que, de alguna manera, intenta transmitirla. Seguramente, esto fue percibido por los evaluadores expertos, a quienes no se les dieron pistas fonológicas, y fue uno de los factores por los que evaluaron esta lectura como ineficiente.
Considerando la categoría que denominamos 'lectura en voz alta monótona', los resultados obtenidos confirman ampliamente lo indicado por los jueces, que coincidieron en calificar la lectura como monótona. El lector abusó del uso de la prominencia en forma sistemática, interrumpió unidades temáticas con pausas innecesarias, repitió patrones entonacionales no comunicativos y, además, empleó un rango entonacional muy restringido. Retomando el concepto de Schwegler y Kempff (2007) con respecto a los niveles del campo entonacional, podemos decir que este lector se quedó en el rango de su lengua materna, el español, y nunca llegó a emplear el rango entonacional del inglés.
Finalmente, resulta importante agregar que el análisis acústico de esta lectura nos permitió complementar, adecuadamente, el análisis auditivo para a veces desechar y, en muchas ocasiones, confirmar sospechas y percepciones. Como ya lo expresáramos, los resultados del estudio acústico también mostraron un elevado número de sílabas prominentes, un pobrísimo empleo de las pausas, una escasa variación en la altura tonal y nos dio la información fidedigna para afirmar que la amplitud del campo entonacional no era la de esperar en una lectura eficiente.
A lo expresado anteriormente, debemos agregar el problema de la comprensibilidad, es decir, la dificultad que tuvieron los oyentes para registrar información. Seguramente, algunas especulaciones de orden no fonológico ayudarían a explicar este bajo rendimiento. Por ejemplo, podría pensarse en la falta de habilidad o entrenamiento en el tomado de notas o en un escaso conocimiento sobre el tema de la lectura. No obstante, el hecho de que los alumnos fueran cursantes del último año de sus carreras, debilitaba, en nuestra opinión, estas especulaciones.
En suma, volviendo a la perspectiva fonológica, objeto de nuestro estudio, los resultados sugieren que la monotonía, que incluye una orientación oblicua de la lectura, podría estar relacionada con la dificultad, o bajo rendimiento de los oyentes para registrar los temas principales y secundarios informados por el lector. Es de esperar, por lo tanto, que el nivel de comprensibilidad sea mayor para aquellos lectores que realizan una macro-organización prosódica cohesiva y no monótona.
Por todo ello es que nos hemos planteado la revisión de la metodología y las estrategias empleadas tanto para el desarrollo teórico como para la práctica de la lectura en voz alta comunicativa. Más allá de las características personales de cada lector, esperamos que la implementación de los cambios, que seguramente serán necesarios, contribuya a una mayor toma de conciencia de la importancia de la lectura en voz alta y a la formación de lectores en voz alta mucho más eficientes.
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